Huelga de estibadores

Bien ya me he informado lo mejor que he Podido, no estoy de acuerdo con los estibadores, tampoco deseo que se precariedad su trabajo creo que hay un camino medio, pero la deuda a pagarla todos y quitaran aun mas al que gana miserias, ya se pusieran así los de podemos con otros colectivos que no pueden hacer ni huelga.
 
Lo k piensen de este tema los de podemos creo k para el caso da igual

Me resulta incomprensible k algo asi no sea considerado un triunfo, xq otros tienen sueldos de miseria o noseké

Esta gente lucha x sus derechos mientras los otros aspiran a ser amancio ortega, respetan y a botin y se cagan en su vecino xq es un jeta x trabajar y cobrar el paro, y sacan pecho xq les dicen k son las clases medias
Mientras esta gente se hace valer, pelea x lo suyo, y se une para luchar xq entre otras cosas son conscientes de ser clase obrera.

Chimpún. No hay más
 
Bien ya me he informado lo mejor que he Podido, no estoy de acuerdo con los estibadores, tampoco deseo que se precariedad su trabajo creo que hay un camino medio, pero la deuda a pagarla todos y quitaran aun mas al que gana miserias, ya se pusieran así los de podemos con otros colectivos que no pueden hacer ni huelga.

Como estas muy enterada sabras que desde hace 3 años este ministro no ha movido un dedo para tratar de negociar ¿xq no lo han hecho cuando el PP tenia mayoría absoluta? A Bélgica se le exigía las mismas condiciones que se que quieren imponer en España y el Gobierno dijo que nanay y no se doblego a los intereses de Bruselas y de las compañías.
No hay ningún colectivo que no pueda hacer huelga, solo se necesita solidaridad y apoyo de los trabajadores de otros sectores.
 
Lo del derecho a la huelga se va a acabar según una sentencia del TS

Hasta ahí hemos llegado con el gobierno de Rajoy...

¡Que pena de país en donde veo que mucha gente afectada de forma negativa por sus políticas le seguirán votando! Lo malo es que las consecuencias las pagamos todos.

Tanta lucha, sudor, sangre y lágrimas de nuestros antepasados para defender los derechos del trabajador a la huelga ..y ahora todo borrado de un plumazo.



El Supremo avala que se pueda eludir una huelga con subcontratación


Reunión del Gobierno y sindicatos Foto: JMCadenasJMCadenasEXPANSION

POR MERCEDES SERRALLERMADRID
Actualizado: 14/03/201712:09 horas8comentarios

Cree que los clientes de la empresa que no formen grupo con ésta pueden subcontratar servicios aunque neutralicen la huelga. Impedirlo supone una protección "exorbitante" del derecho a la huelga.





El Tribunal Supremo (TS) avala por primera vez que se subcontraten servicios en una huelga. En una sentencia pionera, considera que los clientes de la empresa principal que no formen grupo con ésta pueden subcontratar servicios aunque esta acción neutralice la huelga.

Impedirlo, como había hecho previamente en este caso la Audiencia Nacional y como ha entendido hasta ahora la jurisprudencia, supone una protección "totalmente exorbitante" del derecho a la huelga, subraya el Supremo.

Caso Altrad
El caso atañe a Altrad, empresa que se dedica a montar andamios y aislamientos en obras de construcción en el sector químico y nuclear que planteó un proceso de reestructuración para reducir costes y en agosto de 2015 los sindicatos convocaron huelga indefinida en la planta de Tarragona. La empresa informó a los trabajadores de que su obligación era comunicar a sus clientes que se había convocado huelga y que aunque fueran necesarias intervenciones de seguridad o urgencias no iba a poder prestarlas, ya que la representación social había decidido que no hubiera servicios mínimos.

Sus clientes Dow Chemical y Basell Poliofelinas optaron por subcontratar y en estos servicios se manipularon y modificaron andamios y actuaciones de Altrad. Estos hechos que fueron denunciados por los sindicatos, quienes acusaron a la empresa de vulneración del derecho a la huelga y constataron que si los trabajadores no hubieran estado en huelga, habrían desarrollado estos trabajos.

La doctrina hasta ahora ha dicho que estos servicios vulneran el derecho a la huelga. Quienes subcontrataron son clientes de la empresa principal y la subcontratación tuvo el efecto de neutralizar la huelga.

La Audiencia Nacional en la sentencia que anula el Supremo, señala que "los actos vulneradores del derecho de huelga pueden ser realizados por terceros empresarios distintos del titular de la empresa o centro de trabajo en cuyo ámbito se produce la huelga, si tales empresarios tienen una especial vinculación con aquél, como sucede en nuestro caso, en el que la demandada presta servicios para los mismos, y tal vulneración se produce mediante los actos del empresario principal que acude a contratar los servicios de una nueva empresa contratista para realizar los trabajos que debían ser desarrollados por los trabajadores que ejercen su derecho a la huelga". Para la Audiencia Nacional, "la vulneración tiene como efecto neutralizar el legítimo derecho a la huelga".

A juicio de la Audiencia, "el empleador no ha dado una explicación razonable a las medidas adoptadas por sus clientes". Cree que "lo único que hizo fue comunicar a sus clientes la huelga para que pudieran subcontratar temporalmente los trabajos que Altrad hubiera desarrollado durante el transcurso de la huelga, sin oponerse a que fuera manipulado por terceros su propio material".

Sin embargo, el Tribunal Supremo da un giro ahora y establece que "no existe una vinculación que justifique hacer responder a Altrad de una conducta en la que no ha participado y en la que no ha podido intervenir para tomar la decisión. La condición de clientes de Dow y Basell tampoco determina ninguna vinculación especial que pueda condicionar la decisión de dichos clientes de contratar trabajos con otras empresas de la competencia durante la huelga y tampoco los referidos clientes forman un grupo de empresas con Altrad".

Caso distinto al de Prisa y Coca Cola
El Supremo diferencia este caso de los que afectaron a Grupo Prisa y Coca-Cola (sentencias RC 95/2014 y 354/2014, respectivamente), en los que sí detecta "especial vinculación" entre la empresa principal y quienes subcontrataron servicios y, de hecho, destaca que los subcontratistas también fueron demandados por los sindicatos, no sólo la empresa principal.

Alfredo Aspra, socio director de Laboral de Olleros Abogados, señala que la sentencia del Supremo es "clara y de gran calado dado que se acotan los actos vulneradores del derecho de huelga en el sentido que no podrán considerarse como tales los realizados por terceros empresarios distintos del titular de la empresa o centro de trabajo donde se produce la huelga. Y esto, claro está, con las no pocas ni desdeñables interpretaciones que podrá desplegar en el mundo de las relaciones laborales el término terceros empresarios distintos o ajenos del titular de la empresa donde acontece la huelga".

Íñigo Sagardoy, presidente de Sagardoy Abogados, cree que la sentencia "es importante porque sienta que la huelga es instrumento que se ejerce en el marco del contrato de trabajo como una medida de presión sobre el empresario mediante la imposición del perjuicio que deriva de la no prestación del trabajo". Y matiza sobre el caso Prisa: "Su efecto lesivo no puede multiplicarse fuera del contrato de trabajo imponiendo a los terceros -clientes, usuarios- la obligación de no poder recurrir a otras vías para lograr los bienes o servicios que la empresa afectada por la huelga les proporcionaba".

Para el Supremo, "la actuación de la demandada consistió únicamente en comunicar a todos sus clientes que no podía realizar los trabajos comprometidos con ellas durante la realización de la huelga. No tiene vinculación con sus clientes que le permita codecidir con ellas la realización de esos trabajos por terceras empresas de la competencia, ni estaba en condiciones de impedir que sus clientes las contratasen con terceros, ni tampoco se benefició de ello, y sin que tampoco conste que hubiese colaborado".

En suma, concluye el TS, "la apreciación que hace la sentencia recurrida sobre la supuesta vinculación de Altrad con sus clientes es tan amplia que conduciría a consecuencias totalmente exorbitantes respecto de una adecuada protección del derecho de huelga, pues si se impidiese a los destinatarios de los trabajos, que no lo tengan prohibido por contrato, contratar con otras, llegaríamos a sostener que los consumidores habituales de un comercio no pudieran comprar en otro, en caso de huelga en el primero, o que la empresa que tenga que realizar determinados trabajos no pudiera recurrir a otra empresa de servicios".

http://www.expansion.com/economia/2017/03/14/58c7cf0d268e3ed5798b45ab.html
 
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De todas formas lo que ocurrió con el decreto de la estiba de ayer no es ningún ejemplo palpable de lo que puede ocurrir en el futuro con el gobierno de Rajoy...

Se dieron varias circunstancias....

En C's están cabreados por el tema de que les han dejado con el culo al aire con el tema del presidente de Murcia. No votaron en contra, sino que se abstuvieron. ¡Ojo al parche!

En el PsoE no se pueden permitir votar contra la estiba cuando en están en proceso de primarias con Susana Diaz en el candelero...¿Como iban a justificar que son socialistas y obreros si votan a favor del decreto?

Con el PNV ya se sabe...al sol que más le calienta ....¡a ellos!. Les importa un pito si en su propia tierra puede haber afectados por el decreto de Rajoy....

No nos engañemos. Ha sido las circunstancias y el momento...no otra cosa...
 
La conclusion que he llegado es que sino hay descarga, no hay salario
me imagino que un-a dependienta de unos grandes almacenes le aplicaran la misma doctrina, no vendes, no hay salario.
a una dependienta sino hay trabajo de la despide....
 
La reducción de salario es el paso previo a la liberalización del sector.

Lo previsible es que las dos partes lleguen a un acuerdo por el que habrá una rebaja de la nómina (la parte que le toca pagar al sector privado, es decir a los accionistas mayoritarios de las grandes multinacionales), y que esa merma se compense con un complemento salarial a cargo del sector público, es decir, del sufrido contribuyente.

Los estibadores están luchando por mantener su nivel de vida, no contra el sistema. A la izquierda le queda muy bonito disfrazar la cosa de “lucha obrera internacional” o lo que sea pero yo lo veo como una lucha local (a nivel nacional) para preservar unos derechos o "privilegios" de gremio o lo que sea ( y no estoy diciendo que esa lucha no sea legítima, pero ese es otro tema), más que como una lucha de clases.

No sé, lo mismo me he perdido un matiz fundamental por el camino pero ¿qué diferencia hay entre una huelga de controladores aéreos o de taxistas y una huelga de estibadores? Pregunto sin ánimo de polemizar, sólo intento comprender la realidad. Es que no veo la diferencia más allá de que los estibadores ganan más que los taxistas y menos que los controladores.
 
Última edición por un moderador:
Lo k piensen de este tema los de podemos creo k para el caso da igual

Me resulta incomprensible k algo asi no sea considerado un triunfo, xq otros tienen sueldos de miseria o noseké

Esta gente lucha x sus derechos mientras los otros aspiran a ser amancio ortega, respetan y a botin y se cagan en su vecino xq es un jeta x trabajar y cobrar el paro, y sacan pecho xq les dicen k son las clases medias
Mientras esta gente se hace valer, pelea x lo suyo, y se une para luchar xq entre otras cosas son conscientes de ser clase obrera.
 
Como estas muy enterada sabras que desde hace 3 años este ministro no ha movido un dedo para tratar de negociar ¿xq no lo han hecho cuando el PP tenia mayoría absoluta? A Bélgica se le exigía las mismas condiciones que se que quieren imponer en España y el Gobierno dijo que nanay y no se doblego a los intereses de Bruselas y de las compañías.
No hay ningún colectivo que no pueda hacer huelga, solo se necesita solidaridad y apoyo de los trabajadores de otros sectores.
No lo hizo el pp en su día por la pereza tan grande que tienen, o estrategia, por poder si puedes hacer huelga resultado a la calle, solo los fuertes controladores etc pueden hacer huelga cosa que me parece bien, digo que entre la precariedad...y lo de ágora ahí un termino medio, por q el resultado es mas deuda que por supuesto no pagan los priviliegados de los políticos, lo tomaran de impuestos etc....y no mi lectura no es si yo me jodo tu también, un medido debería ganar muchísimo mas que yo y un controlador y un estibador que no estoy segura no se datos de una grande peligrosidad y estadísticas de accidentes laborables sea para ese sueldo, ah y lo de los controladores si lo apoye, y los médicos hace mucho que se quedaron dormidos en los laureles y si es verdad q no le falta trabajo están totalmente precariziados, hablo de estos tres sectores que pueden tener poder en una huelga, y que narices hacían tres diputada de podemos en new york entre semana, no soy antipodemita " me gustan " que estén ahí, pero vaya tela.
 
Lo k piensen de este tema los de podemos creo k para el caso da igual

Me resulta incomprensible k algo asi no sea considerado un triunfo, xq otros tienen sueldos de miseria o noseké

Esta gente lucha x sus derechos mientras los otros aspiran a ser amancio ortega, respetan y a botin y se cagan en su vecino xq es un jeta x trabajar y cobrar el paro, y sacan pecho xq les dicen k son las clases medias
Mientras esta gente se hace valer, pelea x lo suyo, y se une para luchar xq entre otras cosas son conscientes de ser clase obrera.

Chimpún. No hay más
Este sector no ha perdido la conciencia de clase, mientras un@ trabajador de Zara, C/ingles etc, si te refieres a ellos como clase obrera se ofenden ell@s no son trabajadores, son empleados, que quede bien claro EMPLEADOS, cuando se pierde la conciencia de clase se pierde casi todo, xq se lo primero que se pierde es la solidaridad.
 
Lo extraño de los estibadores
Los críticos tienen razón al hablar del colectivo como algo insólito. Sólo que ese aire de peculiaridad tiene más que ver con la solidaridad que con los salarios

Por
Medios CC/CL
-
17/03/2017
1267

Juan M. Asins | Ctxt | 14/03/2017

Uno de los antiguos tinglados del puerto de Valencia sirve ahora de pista para patinadores. Otros dos, que ya albergaron los boxes del difunto circuito urbano de fórmula uno, pronto acogerán espacios culturales y empresas “de innovación”. En Londres, los muelles de la antigua Compañía de las Indias Occidentales son ahora un potente centro financiero de torres de cristal, y los viejos almacenes junto al Támesis se han reconvertido en apartamentos de lujo. En el puerto de Liverpool la principal atracción es un museo de los Beatles. Y lo mismo sucede en todas partes.

Los puertos, que durante tanto tiempo fueron el corazón de las ciudades marítimas, hoy bullen a sus espaldas. Se han independizado de los barrios que los vieron nacer, y son ahora espacios cerrados por una verja sobre la que asoman grúas y montañas de contenedores a lo lejos. Poco se sabe de lo que allí sucede, excepto cuando estalla un conflicto laboral como el de las últimas semanas. Claro que esto no fue siempre así.

En Valencia la primera cofradía de cargadores data de 1593, aunque la tradición de la estiba es más antigua que el propio puerto. Antes de que hubiese muelles, los entonces bateleros cargaban y descargaban los barcos con sus gabarras. Hasta mediados del siglo pasado era posible ver a los estibadores por la dársena interior, descargando de los barcos madera, algodón o trigo en anclones –unas barcazas planas– que después remolcaban hasta los tinglados, repletos de naranjas esperando zarpar. Entonces los estibadores podían atraer las miradas curiosas de los paseantes pero nadie hablaba de sus condiciones laborales ni mucho menos las censuraba porque la estiba era, como había sido siempre, sinónimo de miseria. Un jornal escaso e incierto, que sólo llegaba cuando llegaban barcos, y siempre y cuando ese día te escogiese el capataz. Frente a él se arremolinaban los hombres, a veces pisándose unos a otros.

En condiciones como estas los estibadores españoles, los scaricatoriitalianos, los dockers ingleses o los wharfies australianos fueron formando en cada puerto una familia cuyos vínculos estrechaba la dureza del oficio. En Liverpool, este modelo de trabajo temporal es todavía recordado como the evil, el mal. El empleador tenía una libertad de contratación total que le permitía reducir salarios y discriminar por edad, religión o simple favoritismo. Precisamente en Valencia, uno de los precedentes del movimiento obrero fue la huelga de estibadores de 1842 que intentaba disputar esa libertad de contratación absoluta que les negaba cualquier seguridad. No fue hasta principios del siglo XX, y a través de grandes movilizaciones y huelgas como las que tuvieron lugar en España en los años treinta, que los estibadores lograron avances decisivos en sus respectivos países como el sistema de rotación y el establecimiento de turnos de seis horas. Sin conocer esta herencia de generaciones mirando al mar con hambre es difícil comprender la importancia de la solidaridad para un estibador.

Pepe Moratal se acuerda de cuando acompañaba a su padre al antiguo edificio de la Organización de Trabajos Portuarios. Allí había de todo, hasta una peluquería, ya que entonces prácticamente se vivía dentro del puerto. Hoy en día las nuevas tecnologías facilitan la previsión de los turnos, pero la conciliación laboral sigue siendo un reto. Con horarios que cambian cada veinticuatro horas, Pepe acaba pasando su poco tiempo de ocio con otros estibadores, “si libramos alguna mañana, salimos en bici”. Pepe es estibador en el puerto de Valencia y delegado sindical del sindicato mayoritario, Coordinadora.

A su vez es uno de los responsables locales de Coordinadora Solidaria, la organización que canaliza sus proyectos sociales fuera del puerto. Hace dos años, a través de donaciones de jornales recaudaron 125.000 euros para la operación de Nayra. Organizan recogidas de alimentos, ropa y material escolar para colegios de los barrios cercanos, y financian becas comedor. Aunque el puerto de Valencia es el mayor del Mediterráneo, el distrito marítimo que lo rodea es una de las zonas con mayor pobreza y exclusión social de la ciudad. Allí abrirán este año un comedor social. “El puerto es como es, pero intentamos mirar de verjas para afuera”.

El propio sindicato Coordinadora ya es de por sí atípico. Sus cargos están en el censo de estibadores, no hay liberados, y todo se decide en asamblea. Sorprende el énfasis en la horizontalidad dentro de un espacio de trabajo frenético donde la jornada laboral nunca termina. Una de sus últimas asambleas generales sobre la negociación del decreto detuvo el puerto durante un par de horas.

El sindicato tiene experiencia con los decretazos. De hecho nació para coordinar la lucha a nivel nacional contra los intentos del gobierno de UCD de hacer algo parecido a lo que ahora pretende el gobierno del PP. Fueron años de mucha conflictividad laboral hasta que se logró el primer convenio marco en el 88. En 1980 comenzó una huelga que se acabó alargando 18 meses, y cinco años más tarde hubo otra de 8 meses. Hubo ocupaciones de barcos, paros y cierres de puertos y colectivización de salarios. En Tenerife, las mujeres de los estibadores entraron en el puerto a echar a los esquiroles, algunos de los cuales acabaron dándose un baño. Desde entonces y a través de sucesivas mesas de negociaciones, el colectivo ha transitado de la antigua OTP, organismo público estatal dependiente del Ministerio de Trabajo, a las actuales Sagep, sociedades anónimas de capital enteramente privado. Garantizando la formación de los trabajadores así como su estabilidad, las Sagep proveen de mano de obra a las empresas estibadoras, lo cual incomoda a algunas de estas, que parecen abogar más bien por un regreso al corro de hombres mirando su dedo.

Pero la colaboración entre estibadores es también un fenómeno global. En la huelga de 1980, los estibadores de Liverpool retuvieron hasta pudrirse una carga española de tomates que había sido estibada por esquiroles. Años después durante la huelga de Liverpool, en la que 500 estibadores fueron despedidos y reemplazados a través de ETT, los contenedores que de allí salían eran rechazados en puertos desde Suecia a Canadá. Y lo mismo con la huelga del 98 en el puerto de Patrick, Australia. El IDC o Consejo Internacional de Trabajadores Portuarios se fundó en Tenerife el año 2000 con la idea de consolidar esa colaboración, y evitar competir a la baja por ver qué puerto se precarizaba más y mejor. Esto es como ganarle a la globalización en su propio juego. Hay que reconocer que los estibadores tienen una gran ventaja frente a otros colectivos: a diferencia de una fábrica, un puerto no puede cerrar e irse a otro sitio. Pero es evidente que hay algo más en la estiba que simple pragmatismo.

Por eso los críticos tienen razón al hablar del colectivo como algo impropio y extraño. Sólo que ese aire de extrañeza tiene más que ver con la solidaridad que con los salarios. Fuera de los puertos, lo que abunda es la sospecha. La sospecha, cuando no el odio, ese algohabráhecho que siembra el telediario, que paraliza y hasta consuela mientras echan a la calle al vecino.

Porque la sospecha, como la solidaridad, es cosa de iguales. El tertuliano, preocupado, pregunta al estibador sobre la libre competencia. El hecho de que la principal concesionaria de terminales portuarias españolas, J.P. Morgan Chase, fuera condenada a pagar más de 550 millones de dólares por amañar el mercado de divisas y otros 337 millones de euros por participar en un cartel de bancos que manipulaba el Euribor, es decir, por alterar una y otra vez la libre competencia, eso es algo que a nadie le quita el sueño.

Hoy la solidaridad suena tan extraña que igual hay que explicarla como una lengua muerta. Solidarizarse no es idolatrar, se puede ser crítico. Los propios estibadores son conscientes de que tienen que acatar la sentencia. Solidarizarse es, sin embargo, entender que por muy lejos que te pille el mar, o tienes barcos o eres de los que descargan. Durante la redacción de este artículo pude hablar con otro portuario que durante años había trabajado con estibadores. Tenía mil anécdotas sobre ellos, y era evidente que no tragaba a más de uno. “Y sin embargo”, había visto cómo sus representantes sindicales malvendían su convenio mientras en los mismos muelles los estibadores no daban su brazo a torcer. Hablaba con admiración.

Uno de los lemas del IDC, probablemente inspirado en el himno del Liverpool, es We’ll Never Walk Alone Again, nunca volveremos a caminar solos. A todos nos conviene que ese plural no se acabe en la verja del puerto.

Leer también: El Gobierno sufre una derrota histórica por el decreto de la estiba

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FUENTEctxt.es
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