Es patético. Hace unos esfuerzos inhumanos para parecer serio, firme y enfático, pero lo único que logra transmitir es la imagen de un ser débil, carente de carisma y nula credibilidad. Conforme se va emocionando, va aumentando el volumen de la voz y los gallos fluyen como agua de un manantial...seco , el resultado es grotesco: el de un pobre y gris hombrecito. Nunca había soltado tantos gallos en un sólo discurso, lo cual delata su falta de virilidad y seguridad, debe tener un serio problema con su (carente) masculinidad.
La ovación, Felipe, no ha sido a tu persona, sino por haber cumplido con lo que se te ha ordenado hacer: leer el discurso redactado por Moncloa con el fin de que tú y toda esta gentuza que te aclama puedan seguir sentados en sus poltronas para continuar con la farsa y la traición al pueblo español de un sistema corrupto y putrefacto llamado monarquía de partidos producto del consenso. Asco.