Claro que tenemos derecho a ser asertivas.
Pero reprocharle en público a un subordinado que no cumplió con algo que ella pudo hacer (ver el piso) no es asertividad: es desconsideración, autoritarismo, indiscreción y falta de elegancia.
Yo son #teamEscolta. Si el hombre lo hubiera hecho a propósito, le comprendería: ha de estar harto de esas reprimendas en público.