No estoy en absoluto de acuerdo.Para resumir, digamos que a paridad de arrogancia entre los Ortiz Rocasolano y los Gómez Acebo, me quedo con estos ultimos, porque, como dice la abuela, 'quién de trapo llega a toalla, no encuentra clavo donde colgarla'. Y más allá de todo razonamiento, el sentido común popular nunca se equivoca.
Vayamos a lo que hay. Por ejemplo.
Cuando se presentan personas y más personas a alabar, ensalzar, tocar y ser tocados sus hijos, en esas concentraciones hechas promocionalmente de nuestros ínclitos reyes de esta España gloriosa se corresponde con el refrán que mencionas ¿no?
Pues bien, aparte de que se podría hacer una muy fácil consideración acerca de lo acertado de tal dicho, esclavizante donde los haya, estaríamos en una tesitura cerrada del todo, una circunstancia irremediable, un encierro total en formas de vida que jamás podríamos alcanzar obviando que mucho de aquello que nos parece inalcanzable no se nos niega como personas sino porque la vida tiene variedad de alternativas que unas nos vienen y otras no, sin más distingos.
Dar por hecho desde un principio, de un origen, que jamás podremos como personas ponernos a la altura inventada de otras personas, ha de ser triste y aniquilador, no concibo esa manera de sentirse, despreciarse a uno mismo al no ser como ese otro, eso es lo que significa lo del trapo y la toalla.
Lo malo es que la idea está difundida, demasiado difundida.