Elecciones generales. El día después.

Narcisos
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Antoni Puigverd

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Antoni Puigverd
02/08/2019 00:05 | Actualizado a 02/08/2019 03:58


Como Rajoy, Sánchez manda sin haber superado la investidura. Frustrado el pacto, regresa el fantasma de la repetición electoral. ¡Serían cuatro elecciones generales en cuatro años! El sistema está bloqueado. Otras instituciones, como el solemnísimo Poder Judicial, también están siendo gobernadas sin legitimidad, pues los mandatos están agotados. Se habla de fracaso. Pero el bloqueo es un producto muy típico de nuestra época. Es la expresión política del narcisismo ambiental.

Repasemos los hechos. Después de una victoria apretada (2015), Rajoy, afrontando las negociaciones con su característica pasividad, no logró la investidura. Las elecciones se repitieron (2016) y las volvió ganar, con margen escaso. Cayó al cabo de dos años (2018), bajo un diluvio de escándalos de corrupción. Ahora bien, la heterodoxa mayoría que encumbró a Sánchez se marchitó al día siguiente. Sin presupuestos, Sánchez tuvo que convocar elecciones (2019). Las ganó, pero necesitaba un pacto para ser investido. Pasivo como Rajoy, Sánchez se ha mostrado también voluble. Abanderó un programa de izquierdas y logró movilizar el voto gracias al miedo al “tripartito de derechas”, pero ahora ha despreciado a Podemos y ha estado pidiendo el baile a Cs. Rivera le ha dado calabazas. Busca el póquer: mientras cierra el paso a la investidura, describe la hipotética alianza del PSOE con Podemos y ERC como “la banda de Sánchez”.

Indiferente a las necesidades de la nación a la que tanto ensalza, Rivera exhibe sin maquillaje su estricta ambición personal. También Sánchez y, en menor grado, Iglesias han defendido sus conveniencias muy por encima de los intereses sociales que representan. Curiosamente, Casado ha sido uno de los más moderados. Se ha mostrado, sí, indiferente a la gobernabilidad, pero ha dejado a Rivera el tremendismo. Veremos qué premia el futuro: si el clasicismo de Casado o la prisa de Rivera por reinventarse como el Salvini a la española.

El otro moderado ha sido Rufián. Su discurso es el más institucional de ERC desde los tiempos de Joan Hortalà. En su tiempo, el actual presidente de la Bolsa de Barcelona, además de presentarse a las municipales de Barcelona cabalgando un elefante, fue el introductor de Josep Piqué en política (director de Indústria de Jordi Pujol).

En los tiempos de Hortalà (1984), la política hacía extraños compañeros de cama. Ya se había consolidado la transición, y el relativismo ideológico era la coartada perfecta de la ambición personal. Ahora, nadie tiene interés en meterse políticamente en la cama de otro. Con el actual sistema de partidos, pactar es obligatorio, pero los líderes de hoy son muy representativos de la cultura actual: egocéntricos como Narciso. Contemplándose sin cesar en el espejo de las encuestas. Enamorados de su propia figura.

Para compartir sábanas favorables, los relativistas de los ochenta transigían en todo. La diferencia entre un relativista y un narciso es que este no necesita cambiar de camisa para exhibir un ego oceánico.
 
El riesgo de la vía portuguesa: Costa pactó la reforma laboral con la derecha


El primer ministro Antònio Costa se ha ido separando cada vez más de sus aliados de izquierdas, el Partido Comunista y el Bloco, durante el último año de legislatura. Los socialistas se negaron a derogar la reforma laboral que se impuso durante los años de la troika y mantienen congelados los sueldos de los profesores gracias al apoyo de la derecha.



El presidente en funciones, Pedro Sánchez, y su homólogo portugués, Antonio Costa. EFE/Tiago Petinga

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MADRID
01/08/2019 22:11 Actualizado: 01/08/2019 22:11
BEATRIZ ASUAR GALLEGO

@beaasuargallego
Pedro Sánchez asegura que lo único que ofrecerá de aquí a noviembre a Unidas Podemos es un pacto a la portuguesa: negociar un acuerdo programático sin ministros del grupo confederal. Esta fue la propuesta que hizo en junio y que ahora vuelve a poner sobre la mesa. Desde el PSOE alegan que así se puede garantizar un gobierno progresista. Sin embargo, el Ejecutivo socialista de Portugal no ha permanecido siempre al lado de sus socios de izquierdas y ha llegado a pactar reformas tan importantes como la laboral con la derecha.

Al partido morado la vía portuguesa no le convence. Los de Iglesias alegan que ya negociaron un pacto programático en la pasada legislatura y que el presidente en funciones no cumplió con lo firmado. El pacto presupuestario de 2019 tenía una batería de medidas y reformas ajenas a las Cuentas del Estado que suponían todo un programa político para revertir buena parte de las políticas y de los recortes de Mariano Rajoy, pero el Ejecutivo no aprobó casi ninguna de las medidas con las que se comprometió el presidente más allá de la subida del SMI a los 900 euros.


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Además, la vía portuguesa conlleva otros riesgos. El gobierno socialista de Antònio Costa ha conseguido importantes avances desde 2015. Buena parte de ellos porque el Partido Comunista Portugués, los Verdes y el Bloco de Esquerda presionaron desde el Parlamento para que Costa cumpliera con las medidas que firmaron. La alianza ha funcionado en su mayoría: han remontado la crisis y afianzado la estabilidad con un crecimiento del 2,1%, un déficit del 0,5 % del PIB y un desempleo que roza el 6 %. Se actualizaron salarios y pensiones y se frenaron las privatizaciones. La 'troika' llegó a hablar del "milagro" portugués.

El PCP o el Bloco no se plantearon entrar en el Gobierno socialista
Estos avances se acordaron antes de que empezara la legislatura entre los cuatro partidos. El PCP o el Bloco no quisieron entrar en el Ejecutivo en ningún momento y la alianza se ha limitado a dar apoyo parlamentario a cambio de cumplimiento del pacto. Para ello, los socialistas cedieron a medidas que eran reticentes como la subida del salario y sus aliados cedieron en la disciplina presupuestaria y en la política europea

Sin embargo, en el último año de gobierno no ha sido tan idílico para la izquierda como se esperaba. El primer ministro negoció la reforma laboral con la derechaya que el PSD se abstuvo y salió adelante la nueva normativa pese a los votos en contra de la izquierda. La reforma tampoco contó con el beneplácito de los sindicatos que avisaron a Costa de que pueden llegar a romper el acuerdo social que firmaron anteriormente y se pusieron de lado del Bloco. Costa sí que consiguió el visto bueno de los empresarios.

Esta fue la primera gran diferencia que evidenciaron en el Parlamento los partidos. "Si es bueno para los patrones, no puede ser bueno para los trabajadores", dijo el secretario general del PCP, Jerónimo de Sousa. Los comunistas, el Bloco y los Verdes querían acabar con la reforma laboral implantada por el Gobierno socialdemócrata del PSD durante los años de la troika (2011-2014). Una reforma laboral que rebajó la compensación por despido y fomentó los contratos temporales. Pero los socialistas consiguieron pactar con el PSD una reforma que se limitó a recortar el tiempo de la temporalidad de los contratos a dos años y los contratos experimentales a 180 días, pero no corrige el cálculo de compensación de los despidos.

El PSC y el Bloco querían acabar con la reforma laboral implantada en los años de la troika, pero el Gobierno se negó
Costa tampoco contó con sus aliados en una de las mayores crisis por las que ha pasado el Gobierno socialista a cuenta de la polémica ley sobre la actualización del salario de los profesores. El primer ministro portugués amenazó con dimitir si el resto de partidos aprobaban la ley que reconocía los años de congelación de las carreras de los profesores.Hasta el último momento todos los partidos habían votado a favor de la recuperación de la antigüedad de los maestros. Pero la derecha, PSD y CDS, cambiaron el sentido de su voto. La izquierda mantuvo su posición apoyando la misma reivindicación de los profesores que inundaron durante esos días las calles de Portugal.

Estas separaciones se han dado justo cuando se acercan las nuevas elecciones en Portugal. En octubre de 2019 vuelve a haber comicios y todas las encuestas apuntan a que Costa será reelegido presidente. Pero no está tan claro los aliados que prefiere para el próximo gobierno y todo apunta a que busca gobernar sin apoyarse en socios preferentes. Desde el año pasado el ministro portugués lleva admitiendo que las diferencias con sus aliados "difícilmente pueden ser ignoradas". "Da para ser amigos, pero no para boda", llegó a decir Costa.

Estos ejemplos son más que representativos para la situación del PSOE y Unidas Podemos. Justamente derogar de la reforma laboral es uno de los puntos más controvertidos en el acuerdo ya que en plenas negociaciones los socialistas lo rechazaron. Además, son dos medidas que estarían en manos del Ministerio de Trabajo, la cartera que busca liderar Podemos. Porque en el partido morado siempre han mirado con desconfianza al PSOE para llevar a cabo estos temas: "Quieren gobernar en solitario para negociar con nosotras avances sociales y negociar con la derecha temas laborales y económico", consideran a Público. Y esto, al menos desde la dirección de la formación, no lo quieren permitir.

https://www.publico.es/politica/riesgo-via-portuguesa-costa-pacto-reforma-laboral-derecha.html

El presi portugués adolece también de mirar a la derecha. Al final no saben estar en las izquierdas, sino que miran a la derecha. Dejan el calificativo de socialistas pero no lo son.

El presi español parece que quiere seguir su estela, sin darse cuenta de que esa estela ya la ha tenido desde la moción de censura hasta ahora. Se le ha visto por donde ha ido con unas medidas acordadas con UP SIN ENTRAR ÉSTOS EN EL PARLAMENTO. NO LAS CUMPLIÓ. Por lo tanto sería segunda parte, un déjà vu como dirían los franceses, y con los atisbos que muestra, quiere seguir en esa línea de incumplimiento. Algo que parece que no ve o no quiere ver Alberto Garzón, no IU a quien se quiere generalizar en esa opinión. ¿Donde hay una encuesta de los militantes de IU apoyando lo que dice su presidente Alberto Garzón, de utilizar sus votos para investir a Pedro Sanchez simplemente con un acuerdo programático que ya ha demostrado que se lo pasa por el arco de triunfo. Ay...la prensa cainita, englobando a IU con sus militantes por lo que dice solamente su líder AG.

Por cierto....¿Que pasaría si se inviste presidente a PS con un acuerdo programático que no vuelve a cumplir? ¿Como lo controlaríamos entonces?

Ah,ya sé, ¡No le aprobamos los presupuestos de la primera, o segunda, o tercera legistlatura!. (Hay que dar un tiempo de confianza claro para ver lo que hace o no hace).

¿Sobre quien recaería la responsabilidad de esos presupuestos fallidos y que haya que prorrogar los existentes? ¿Sobre Pedro Sanchez por no llevar las políticas pactadas a término? ¿Seguro que la prensa servil, arrodillada, aborregada al poder lo iba a contemplar así? Noooooooooooo La culpa de no volver a apoyar los presupuestos de PS el incumplidor recaerían ...tachin. tachan....¡sobre la izquierda! La derecha según está conformado el parlamento ahora no tendría mayoría.

¿Que opina de ello Alberto Garzón? ¿No lo ha pensado? ¡Tiempo ha tenido!
 


Dice Ábalos que el PSOE fue muy responsable dando el Gobierno a un PP muy corrupto, en lugar de buscar un Gobierno de coalición con Podemos, y que ahora lo responsable sería que el PP le devolviera el favor para no tener que gobernar con Unidas Podemos. Todo bien.
 
Las redes sociales reaccionan a la Carta a la militancia del PSOE

Este miércoles el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, enviaba una Carta a la militancia que fue publicada en la cuenta de twitter del partido con la siguiente entrada:
"Queremos construir un gobierno progresista. Ofrecer una salida de la mano de una sociedad civil que demanda responsabilidad y sentido de Estado. No vamos a tirar la toalla. En ese camino me implicaré de forma decidida en las próximas semanas".
Los usuarios de Twitter se han lanzado a criticar la Carta a la militancia de Pedro Sánchez, con más de 600 comentarios no exentos de polémica, librándose una batalla dialéctica entre defensores y detractores.


Equipo de redacción de Eco Republicano









https://www.ecorepublicano.es/2019/...gvtWWJdmMR1LvFNMeocT-I1Npo_6CUNsaslTnOh5erNfQ
 
La supervivencia del PSOE está a la izquierda

En rigor, ni cabe ya hablar de capitalismo: ha sido sustituido por el gobierno de las corporaciones y las empresas. Ni de partidos socialdemócratas que les han dejado campar sin control

Siguen estando ahí las necesidades de millones de personas. Desde los parias de la tierra a los que cantan aún en La internacional, hasta ese vivir cotidiano en donde ni un trabajo cubre acceder a lo imprescindible

El descalabro de la política tradicional, su alejamiento de la sociedad, su falta de respuesta a los problemas que ha causado, está teniendo consecuencias dramáticas. Otra vez el regreso de los fascismos

Rosa María Artal
41 comentarios

30/07/2019 - 21:16h
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Pedro Sánchez y su equipo cantan la Internacional tras la victoria en las primarias. Marta Jara

Objetivo: volver al bipartidismo. Desenterrarlo de entre los muertos. Con mayor énfasis en el PSOE y su área mediática de influencia, que en los conservadores. Para Sánchez parece un empeño personal. Acreditado ya el nulo interés por compartir el gobierno con Unidas Podemos, las llamadas a la derecha, sin embargo, han sido continuas. Sánchez apela de forma insistente a la responsabilidad del PP. Al mismo PP al que se desalojó de La Moncloa por sus casos de corrupción. Y a Ciudadanos, parte imprescindible del triángulo de derecha extrema.




El diario británico 'Financial Times' se ha sumado a la empresa y ha pedido a Cs que reconsidere su posición y forme un Gobierno de coalición con el PSOE. Da por hecha esa oferta y de coalición, nada menos. Por la negativa de Rivera, no ha tenido otro remedio el "Sr. Sánchez que entrar en conversaciones con la extrema izquierda Podemos", dice. Extrema izquierda, dice. Como él, biblias y misales neoliberales, entran en política directamente defendiendo las posiciones del mercado.

En cambio, el influyente Süddeutschen Zeitung alemán, liberal progresista, se sorprendió al ver la actitud de Pedro Sánchez. De ser la esperanza de la izquierda de toda Europa, explica, no logró una alianza con Unidas Podemos, reanimando a la derecha. La derecha, en lugar de la izquierda. Es cierto, el PSOE fue el partido socialdemócrata más votado en las elecciones europeas, al punto de encargarle la gestión de la presidencia del Consejo, que por cierto no contentó a todos sus socios.

En España surgen artículos donde anticipan "El entierro de la ex ‘nueva política". O editoriales en la misma línea críticos con la actuación de los dos grandes partidos que han conducido a que "el bipartidismo imperfecto sea más imperfecto todavía, pero no que deje de ser bipartidismo".

Esta insistencia choca con los datos de la realidad. Pero de alguna manera es una apuesta firme para ver si se logra volver a los felices tiempos en los que todos ellos vivían muy bien a su sombra. Era tan cómodo. Ahora manda el PP, ahora el PSOE, y vuelta a empezar.

Los detractores de lo que llaman "nuevas políticas" olvidan de entrada el desigual tratamiento que han tenido Ciudadanos y Podemos. No ha habido en la historia un líder más amado por el establishment, sus medios y su demoscopia que Albert Rivera, en un favor extensible a su partido. Pablo Iglesias y Podemos les gustaron en principio. Daban audiencia y dinero en consecuencia. Cuando sacaron 5 millones de votos y, con el susto en el cuerpo como coincidían Esperanza Aguirre y Carmen Calvo por ejemplo, cambiaron de estrategia. Si, estos días aún, han llegado a usar para atacarla –en portada– a una prima tercera de Irene Montero. Mientras, por cierto, nada dicen de los pufos inmobiliarios de Begoña Villacís o Díaz Ayuso. Por situar el tratamiento en similar nivel.

Punto esencial. Hablan de las nuevas políticas como si un día, en un ataque de locura, hubieran surgido para fastidiarles la vida. Y no, no son causa, sino consecuencia. Podemos, no Ciudadanos nacido para lavar la cara a la corrupta derecha del PP –quién lo diría–. Insistamos, es resultado de los muchos desmanes cometidos por los gobiernos convencionales, en particular desde la crisis de 2008 que obligaron a pagar a los ciudadanos.

Porque lo esencial nos lleva a un análisis mucho más profundo y más necesario. En rigor, ni cabe ya hablar de capitalismo –ha sido sustituido por el gobierno de las corporaciones y las empresas–, ni de partidos socialdemócratas. Surgidos a partir del socialismo en el siglo XIX, tuvieron su mayor expresión en la segunda mitad del XX y, no por casualidad, solo en Europa. Porque se trataba de ganar la partida a las grandes bondades que presumían ofertaba –no sin cierto error en la práctica- el comunismo tras el Telón de acero–. Caído el Muro no había lugar para la socialdemocracia. O mejor, no había necesidad de ella. La "ideología" hegemónica ahora viene a ser el dinero, en ese gobierno de las corporaciones al que los partidos nominalmente socialistas han dejado campar a sus anchas, sin control.

De ahí que surjan "nuevas políticas" y no al revés. Calificar de extrema izquierda a Podemos ofende a la inteligencia de los destinatarios del falaz discurso. A este paso, las ideologías se van a despeñar de tan sesgadas al mismo lado.

El fin del bipartidismo es un hecho lo quieran o no. Por eso es tan osada la postura de Pedro Sánchez de intentar resucitarlo en lugar de reforzar la que se supone es su ideología con Unidas Podemos: la socialdemocracia. O lo era antes de plegarse al liberalismo. Ha "muerto" más la vieja política que la nueva. Por primera vez el grupo del Partido Popular Europeo no suma con el socialdemócrata mayoría absoluta. Los socialistas han sido barridos de Francia o de Italia. Registra un bajón histórico en Alemania. Hasta el bipartidismo ancestral del Reino Unido se ha resquebrajado. Las encuestas les dan pérdidas impensables de entre 14 y 20 puntos. La elección de Boris Johnson es consecuencia, causa, revulsivo feroz para ciudadanos que conserven su cordura. Se habla de futuras alianzas de gobierno entre laboristas y demócrataliberales.

Así quiere Sánchez revivir el bipartidismo con un PP que ha cosechado los peores resultados de su historia, perdiendo dos tercios de los diputados que tenía. El aparato mediático es muy selectivo al hablar de catástrofes electorales.

Por supuesto que la ideología es una opción libre y legítima pero conviene definiría por sus actos. El descalabro de la política tradicional, su alejamiento de la sociedad, su falta de respuesta a los problemas que ha causado, está teniendo consecuencias dramáticas. Otra vez el regreso de los fascismos. Ya los usaron una vez en su provecho hasta que fue demasiado tarde. Desde luego les incomodan menos que la izquierda.

No hay espacio para una socialdemocracia que no quiere molestar a las corporaciones y se limita a tibias políticas sociales, que no frena el recorte de libertades. Pero siguen estando ahí las necesidades de millones de personas, desde los parias de la tierra a los que cantan aún en La internacional, hasta ese vivir cotidiano en donde ni un trabajo cubre acceder a lo imprescindible. Como ejemplo simbólico y de hoy mismo, sabemos que los trabajadores de la cafetería de Facebook en San Francisco necesitan varios empleos para llegar a fin de mes. De la milmillonaria Facebook. De los parias de la tierra al rendibú al poder de las corporaciones hay un buen trecho.

Lo que importa es resolver los problemas de los ciudadanos, no la resistencia vital de los partidos. Pero, a estas alturas, al menos debe quedar claro algo: la supervivencia del PSOE no está en un bipartidismo muerto, la tienen… a la izquierda. Por justicia. Por decencia. Por coherencia.




En la izquierda radical está claro que no, sólo hay que ver los votantes del psoe y los de Podemos, y hacer algo de memoria con lo que le pasó a Zapatero en sus últimas elecciones. No se pueden hacer promesas de algo que quien lo va a decidir son los inversores y los compradores de las emisiones de deuda, eso es algo que algun@s no queréis entender. Los gastos no pueden ser superiores a los ingresos salvo que se emita deuda, y para venderla tiene que haber compradores.
 
Sanchez " ER guaaaaapo" tiene un agenda muu apretaa el martes se reunirá con el rey para comer y el miercoles con la Patronal y los sindicatos, que se sepa ni la patronal ni los sindicatos se han presentado a las elecciones por lo que no tienen representación parlamentaria ¿ A que esta jugando Sanchez? un juego muy peligroso intentar gobernar desde fuera del Parlamento.
 
En la izquierda radical está claro que no, sólo hay que ver los votantes del psoe y los de Podemos, y hacer algo de memoria con lo que le pasó a Zapatero en sus últimas elecciones. No se pueden hacer promesas de algo que quien lo va a decidir son los inversores y los compradores de las emisiones de deuda, eso es algo que algun@s no queréis entender. Los gastos no pueden ser superiores a los ingresos salvo que se emita deuda, y para venderla tiene que haber compradores.

Por si lo desconoces existe un post abierto de chistes cortos en el foro de LITERATURA.

Es de chiste, por no decir de risa que digas a la izquierda, lo dejo en eso, izquierda a secas lo de los gastos e ingresos y deuda pública.

Que yo sepa la izquierda no ha tenido el control de fondos para generar deuda. Quienes la han generado porque han gastado mas de lo ingresado han sido los de la derecha, e incluyo ahí al actual PXXE.


ralloooo.png


Esa deuda pública la han generado no subiendo las pensiones, , ni aumentando los gastos en dependencia, ni en sanidad, ni en educación, sino en comisiones a amiguetes, en construir submarinos que no flotan, aeropuertos sin aviones, y un largo etc etc etc.

¿Ahora nos vienes a recordar que hay que gastar poco dinero en prestaciones sociales porque se aumenta la deuda pública?

A lo dicho, el post de chistes cortos está en el Foro de Literatura.
 
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