Elecciones generales. El día después.

Los partidos, a punto de cerrar un acuerdo para repartirse los cargos de las comisiones


Este martes se constituyen en el Congreso un total de 28 comisiones parlamentarias para desarrollar la actividad legislativa. Los órganos estarán compuestos por 43 miembros y la izquierda tendrá mayoría.




Vista general de la comisión de Seguridad Nacional del Congreso de los Diputados

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MADRID
29/07/2019 22:11 Actualizado: 29/07/2019 22:11
ALEXIS ROMERO

@alexisrmoran
El Congreso constituye este martes sus comisiones parlamentarias, los órganos donde tiene lugar la mayor parte del proceso legislativo y donde se redactan las normas aprobadas en el Parlamento. Este es el último paso para que eche a andar de forma definitiva la de XIII Legislatura en la Cámara.

La conformación de las comisiones se produce más de tres después de las elecciones generales que dieron lugar a este nuevo ciclo político celebradas el 28 de abril. El retraso para facultar a la Cámara en su actividad ordinaria, la elaboración de leyes, ha batido récords, en parte por el protagonismo que ha tenido la investidura desde la celebración de los comicios.



A la hora de constituir estos órganos, los grupos parlamentarios tienen que cerrar dos tipos de acuerdo. Uno, en primer lugar, para establecer el número de comisiones y de diputados que tendrá cada órgano. Y, una vez solventado este asunto, tiene lugar el reparto de los cargos en las Mesas que rige cada uno de estos órganos.

Los partidos cerraron a mediados de julio un acuerdo para establecer el número de comisiones y el de diputados por comisión que habrá en esta legislatura. Se decidió constituir un total de 28 comisiones, que estarán compuestas por 43 parlamentarios. Estas comisiones, que se constituirán este martes, son las de Reglamento, Constitucional, Defensa, Justicia, Hacienda, Asuntos Exteriores, Fomento, Igualdad, Industria, Presupuestos, Política Territorial, Economía, Trabajo, Interior, Políticas Integrales de la Discapacidad, Unión Europea, Cooperación Internacional para el Desarrollo, Consumo, Educación, Agricultura, Estatuto de los Diputados, para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas, Ciencia, Cultura, Seguridad Nacional, Transición Ecológica, para las Relaciones con el Defensor del Pueblo y la Comisión de Peticiones.

Quedan por constituir órganos como la Comisión del Pacto de Toledo o la de Calidad Democrática. La presencia de los diputados de cada grupo se calcula de forma proporcional respecto a su presencia en el Pleno. Con esta distribución, de los 43 miembros de cada comisión, 15 le corresponden al PSOE, 8 al PP, 7 a Ciudadanos, 5 a Unidas Podemos, 3 a Vox, 2 a ERC, 1 al Grupo Vasco (PNV) y 2 al Grupo Mixto. En el reparto, los grupos progresistas (PSOE, Unidas Podemos y ERC) tendrán mayoría en las comisiones, con 22 parlamentarios; el resto de grupos sumarán 21 miembros.

130.000 euros por ocupar cargos en comisiones
Cada comisión está regida por una Mesa compuesta por una Presidencia, una Vicepresidencia y dos Secretarías. Es habitual que hasta los grupos más pequeños tengan algún cargo en las Mesas de alguno de los órganos, sin embargo, en esta legislatura Vox tiene difícil acceder a estos puestos. El PSOE ha manifestado su intención de no facilitar a los de Santiago Abascal la entrada en estos órganos, por lo que la única opción de la ultraderecha es que el PP y Ciudadanos accedan a cederles alguno de los puestos que les corresponda tras las negociaciones con el resto de grupos.

Los de Pablo Casado ya han avanzado que podrían ceder algunos de los cargos que les corresponden y han defendido que no son partidarios de excluir a ningún grupo del reparto. En los acuerdos no solo entra en juego el hecho de dirigir los trabajos de cada comisión, sino que acceder a los puestos de la Mesa tiene su retribución económica. Hasta 5.213,26 euros por comisión se destinan al mes a complementos para los diputados que formen parte de las Mesas, es decir, más de 130.000 euros entre todas las comisiones.

También tendrá lugar la primera sesión de la Diputación Permanente. Los grupos aprobarán o rechazarán las comparecencias de Sánchez, Borrell y Marlaska
Además del sueldo de diputado (2.981,86 euros al mes), los presidentes de las comisiones perciben 1.516,76 euros en concepto de complemento mensual; los vicepresidentes, 1.108,95 euros; mientras que los secretarios ganan 739,30 euros más al mes por desempeñar ese cargo.

Además de la constitución de las comisiones, este martes se celebrará la primera sesión de la Diputación Permanente, órgano que se atribuye algunas de las facultades del Pleno en periodos fuera de sesión (como ocurre entre los meses de julio y septiembre). En esta reunión los grupos aprobarán o rechazarán las peticiones de comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de los ministros de Interior y de Exteriores, Fernando Grande-Marlaska y Josep Borrell.


https://www.publico.es/politica/partidos-punto-cerrar-acuerdo-repartirse-cargos-comisiones.html


Me resulta repugnante que el PXXE haya cerrado la negociación de la investidura y sin embargo esté en el cotarro de repartir cargos de comisiones. ¡Vergüenza!
 
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PSOE Y PODEMOSPodemos baraja mover ficha para negociar en agosto si Sánchez no da un paso adelante


El partido morado cree que los socialistas deben liderar unas nuevas negociaciones antes de septiembre para evitar las elecciones, pero estarían dispuestos a tomar la delantera si no se mueven. Sin embargo, creen que se encontrarían con el mismo problema: que Sánchez no quiere negociar una coalición y que sigue buscando el apoyo de la derecha.




El candidato socialista, Pedro Sánchez (dcha), escucha al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, durante su intervención en la tercera jornada del debate de investidura en el Congreso, donde Sánchez afronta la segunda y definitiva votación de investidura. /EFE

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MADRID
29/07/2019 22:10 Actualizado: 29/07/2019 22:10
BEATRIZ ASUAR GALLEGO

@beaasuargallego
Las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos a día de hoy son inexistentes. Después de una jornada de negociaciones a contrarreloj y de creciente desconfianza entre los dirigentes de cada partido, las relaciones se encuentran totalmente rotas. Pablo Iglesias y Pedro Sánchez no han vuelto a hablar desde la investidura fallida, pero tampoco Pablo Echenique y Carmen Calvo. Esta semana debería ser clave para retomar las negociaciones antes de entrar en el mes de agosto en el que, normalmente, no hay actividad política. Y Podemos quiere que esto se haga cuanto antes: se muestran dispuestos a descolgar ellos el teléfono, aunque apuntan que debería liderar el PSOE cualquier movimiento.

Este año puede que sea diferente y sí existan movimientos durante este mes que empieza porque los socialistas busquen una fórmula para que Sánchez consiga recabar apoyos. Hoy se han mantenido en silencio, a la espera de que el presidente en funciones tome una decisión, pero son conscientes de que en septiembre es casi imposible conseguir que ERC facilite la investidura con el aniversario del 1-O y la sentencia del procès a la vuelta de la esquina.



Por esto mismo el partido morado quiere que los socialistas den un paso adelante cuanto antes. "Yo pediría a Sánchez que no se tome vacaciones", explicó Pablo Echenique este mismo lunes. También dio paso a la posibilidad de que sean ellos los que llamen al PSOE: "Si no se ponen en contacto, nos pondremos en contacto nosotros", aseguró el secretario de Acción de Gobierno y responsable de las negociaciones desde el Congreso esta mañana.

Sin embargo, fuentes del partido matizan que la pelota está en el tejado del PSOE y que de nada serviría esta llamada si siguen sin querer negociar. La dirección de Podemos se mueve entre la decepción y la estupefacción porque Sánchez haya decidido negociar en tres días un gobierno de coalición, a contrarreloj, cuando realmente ha tenido noventa días para ello.

Podemos cree que otra negociación volverá a complicarse si sigue liderándola Calvo, que ha recibido críticas hasta en el PSOE
El partido también cree que la vicepresidenta Carmen Calvo y la ministra María Jesús Montero se llegaron a sentar en la mesa de negociación con los diputados Pablo Echenique e Ione Belarra porque "no les quedó otra". "Con la renuncia de Iglesias, no podían poner más excusas", apuntan desde la formación a Público. También creen que una negociación será complicada si vuelve a estar liderada por la vicepresidenta, que ha recibido críticas hasta en su propio partido, o si Sánchez sigue teniendo como persona de máxima confianza a su asesor Iván Redondo.

De hecho, Echenique restó importancia este lunes a las informaciones que dicen que la negociación se rompió por la tardanza del diputado al leer el mensaje de Calvo en el que le ofrecía la cartera de Igualdad: "Si la vicepresidenta quería hacerme llegar la propuesta me hubiera llamado, como en otras ocasiones, pero en este caso no me llamó. Y cuando leímos el mensaje ya había mandado a los medios de comunicación un documento para engañar intencionadamente", explicó el parlamentario.

Echenique: "Su plan A es gobernar con la derecha"
Ahora temen que, tras esta investidura fallida, sigan sin querer negociar. Todavía no se creen la amenaza de la repetición de elecciones pero sí consideran que pueden forzar a la derecha aún más durante estos meses para que faciliten la investidura. En septiembre buena parte de la información política se centrará en la situación en Catalunya y creen que el PSOE podría presionar a la derecha con nuevos argumentos cuando se acerque el 1-O y la sentencia del procès.

"Se confirma cada día más que la primera opción de Sánchez es gobernar con el apoyo de la derecha"
Por esto insisten en apremiar a los socialistas a negociar cuanto antes. "Nosotros no tenemos ningún problema en ponernos en contactos con el PSOE. Sacamos adelante la moción de censura y, aunque no era nuestra responsabilidad, el jueves intentamos desbloquear la investidura. Creo que llama la atención la falta de interés por parte de Sánchez de llegar a un acuerdo de progreso y que se confirme cada día más que su primera opción es gobernar con el apoyo de la derecha", consideró Echenique.

Aún así, la presión en Unidas Podemos también aumentará cuanto más pasen las semanas. "Respetamos todas las opiniones", indicó Echenique cuando los medios de comunicación le preguntaron sobre la postura de IU pidiendo facilitar la investidura sólo con un acuerdo programático. Los comunes no se han posicionado de forma tan clara, pero sí plantearon argumentos ante el resto del grupo confederal en esta dirección. Y Anticapitalistas ya se ha manifestado en varias ocasiones para llegar a un acuerdo a la portuguesa, aunque el Gobierno de António Costa dejara a un lado a sus aliados de izquierdas y negociara la reforma laboral con la derecha.

https://www.publico.es/politica/pso...WdlfpXymnYOlW7Hx7LzvfY2WqoCmOeoAwJedkjjhIZMlM
 
28 de julio a las 21:02 ·

NADA QUE VER CON LOS SOCIALISTAS LUSOS

El fracaso de la negociadora y el estratega Iván Redondo en las negociaciones del PSOE con Podemos suscita críticas internas. que si bien en y principio a nivel de los medios de comunicación basuras, también conocidos como "fake news" tuvo éxito, pero se les escapo cuando cuando a alguien curioso y con conocimientos de sistemas, se dio cuenta que los metadatos dicen sin dejar la menor duda, que todo el plan de filtración de datos acusando a Unidas Podemos que la Floripondio usaba como arma arrojadiza para no llegar a acuerdo de gobierno y programático alguno, era un bluf, trampa, engaño, estafa, mentira, o como lo deseen llamar salido de las Oficinas de la Vicepresidenta.

Iván Redondo, Un contratado (mercenario) por Pedro Sánchez para prepararlas primarias del PSOE de 2017, constructor e ideario de la estrategia para la investidura de Pedro Sánchez que terminó en una calculada partida de ajedrez donde, alejada la posibilidad de un pacto de gobierno, se buscó y logró tumbar al rey de Podemos.

Pero es que ahora ha sido igualmente el artífice de la Vicepresidenta del Gobierno de Sánchez, la floripondio Carmen Calvo. que si bien en y principio a nivel de los medios de comunicación basuras, también conocidos como "fake news" tuvo éxito, pero se les escapo cuando cuando a alguien curioso y con conocimientos de sistemas, se dio cuenta que los metadatos decían sin dejar la menor duda, que todo el plan de filtración de datos acusando a Unidas Podemos que la Floripondio usaba como arma arrojadiza para no llegar a acuerdo de gobierno y programático alguno, era un bluf, trampa, engaño, estafa, mentira, o como lo deseen llamar salido de las Oficinas de la Vicepresidenta.


Inicialmente se acuso a unas funcionarias, que eran las que habían mecanografiado el tema, pero la mas mínima coherencia decía que eso se había hecho por ordenes de los que mandan.

La cuestión es que de inmediato la prensa, ni sin algo de mosqueo, cargo contra la Calvo, con razón, y esta bien, por que al cabo la calle tanto ella como el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, son los responsables de toda esa estafa a los españoles, UN y lo que es peor, a los propios socialistas de base.

Pero aquí paso que nos estábamos olvidando de ese oscuro personaje que medra por la sede de Ferraz, en Madrid, como un Rasputin tramposo, como raposa al uso, preparando sus intrigas, planes, trampas, y engaños, me refiero al MERCENARIO Iván Redondo.


Por que resulta que detrás de todas estas filtraciones quien estaba era el, El Rasputin de Pedro Sánchez, que a saber cuanto le están pagando y quien le esta pagando, por que me da que es mucha soldada, cosa que el PSOE no puede permitirse, por lo tanto habrá que sospechar que presuntamente estamos ante el Ibex35 y demás grupo mafiosos y oscuros.


La cuestión es que a final toda esta mierda de los metadatos se esta volcando sobre la Vicepresidenta, ¡con razón y que cargue con ello!, pero en realidad el que ha diseñado toda las estrategia fue este individuo, Iván Redondo, y si esta bien que se la cargue al Calvo, también hay que acordarse de que como lo sucedido es delito penal, el que lo propuso fue esta especie de bicho sin decencia alguna, pues como profesional debía de haber sabido que era delito, pero a el le ha dado lo mismo, así que habrá que pensar que igual que empuja a delinquir en esto sin el menor escrúpulo, igual puede incitar a que se cometan otros tipos de delitos muchos mas graves si cabe.


Así que insto a la fiscalía y a quien competa dentro de la Ley a que tomen parte y si hay delito en lo realizado, que se ordene a la policía para que intervenga y detengan a todos los que estén implicados.
 
La supervivencia del PSOE está a la izquierda

En rigor, ni cabe ya hablar de capitalismo: ha sido sustituido por el gobierno de las corporaciones y las empresas. Ni de partidos socialdemócratas que les han dejado campar sin control

Siguen estando ahí las necesidades de millones de personas. Desde los parias de la tierra a los que cantan aún en La internacional, hasta ese vivir cotidiano en donde ni un trabajo cubre acceder a lo imprescindible

El descalabro de la política tradicional, su alejamiento de la sociedad, su falta de respuesta a los problemas que ha causado, está teniendo consecuencias dramáticas. Otra vez el regreso de los fascismos

Rosa María Artal
41 comentarios

30/07/2019 - 21:16h
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Pedro Sánchez y su equipo cantan la Internacional tras la victoria en las primarias. Marta Jara

Objetivo: volver al bipartidismo. Desenterrarlo de entre los muertos. Con mayor énfasis en el PSOE y su área mediática de influencia, que en los conservadores. Para Sánchez parece un empeño personal. Acreditado ya el nulo interés por compartir el gobierno con Unidas Podemos, las llamadas a la derecha, sin embargo, han sido continuas. Sánchez apela de forma insistente a la responsabilidad del PP. Al mismo PP al que se desalojó de La Moncloa por sus casos de corrupción. Y a Ciudadanos, parte imprescindible del triángulo de derecha extrema.




El diario británico 'Financial Times' se ha sumado a la empresa y ha pedido a Cs que reconsidere su posición y forme un Gobierno de coalición con el PSOE. Da por hecha esa oferta y de coalición, nada menos. Por la negativa de Rivera, no ha tenido otro remedio el "Sr. Sánchez que entrar en conversaciones con la extrema izquierda Podemos", dice. Extrema izquierda, dice. Como él, biblias y misales neoliberales, entran en política directamente defendiendo las posiciones del mercado.

En cambio, el influyente Süddeutschen Zeitung alemán, liberal progresista, se sorprendió al ver la actitud de Pedro Sánchez. De ser la esperanza de la izquierda de toda Europa, explica, no logró una alianza con Unidas Podemos, reanimando a la derecha. La derecha, en lugar de la izquierda. Es cierto, el PSOE fue el partido socialdemócrata más votado en las elecciones europeas, al punto de encargarle la gestión de la presidencia del Consejo, que por cierto no contentó a todos sus socios.

En España surgen artículos donde anticipan "El entierro de la ex ‘nueva política". O editoriales en la misma línea críticos con la actuación de los dos grandes partidos que han conducido a que "el bipartidismo imperfecto sea más imperfecto todavía, pero no que deje de ser bipartidismo".

Esta insistencia choca con los datos de la realidad. Pero de alguna manera es una apuesta firme para ver si se logra volver a los felices tiempos en los que todos ellos vivían muy bien a su sombra. Era tan cómodo. Ahora manda el PP, ahora el PSOE, y vuelta a empezar.

Los detractores de lo que llaman "nuevas políticas" olvidan de entrada el desigual tratamiento que han tenido Ciudadanos y Podemos. No ha habido en la historia un líder más amado por el establishment, sus medios y su demoscopia que Albert Rivera, en un favor extensible a su partido. Pablo Iglesias y Podemos les gustaron en principio. Daban audiencia y dinero en consecuencia. Cuando sacaron 5 millones de votos y, con el susto en el cuerpo como coincidían Esperanza Aguirre y Carmen Calvo por ejemplo, cambiaron de estrategia. Si, estos días aún, han llegado a usar para atacarla –en portada– a una prima tercera de Irene Montero. Mientras, por cierto, nada dicen de los pufos inmobiliarios de Begoña Villacís o Díaz Ayuso. Por situar el tratamiento en similar nivel.

Punto esencial. Hablan de las nuevas políticas como si un día, en un ataque de locura, hubieran surgido para fastidiarles la vida. Y no, no son causa, sino consecuencia. Podemos, no Ciudadanos nacido para lavar la cara a la corrupta derecha del PP –quién lo diría–. Insistamos, es resultado de los muchos desmanes cometidos por los gobiernos convencionales, en particular desde la crisis de 2008 que obligaron a pagar a los ciudadanos.

Porque lo esencial nos lleva a un análisis mucho más profundo y más necesario. En rigor, ni cabe ya hablar de capitalismo –ha sido sustituido por el gobierno de las corporaciones y las empresas–, ni de partidos socialdemócratas. Surgidos a partir del socialismo en el siglo XIX, tuvieron su mayor expresión en la segunda mitad del XX y, no por casualidad, solo en Europa. Porque se trataba de ganar la partida a las grandes bondades que presumían ofertaba –no sin cierto error en la práctica- el comunismo tras el Telón de acero–. Caído el Muro no había lugar para la socialdemocracia. O mejor, no había necesidad de ella. La "ideología" hegemónica ahora viene a ser el dinero, en ese gobierno de las corporaciones al que los partidos nominalmente socialistas han dejado campar a sus anchas, sin control.

De ahí que surjan "nuevas políticas" y no al revés. Calificar de extrema izquierda a Podemos ofende a la inteligencia de los destinatarios del falaz discurso. A este paso, las ideologías se van a despeñar de tan sesgadas al mismo lado.

El fin del bipartidismo es un hecho lo quieran o no. Por eso es tan osada la postura de Pedro Sánchez de intentar resucitarlo en lugar de reforzar la que se supone es su ideología con Unidas Podemos: la socialdemocracia. O lo era antes de plegarse al liberalismo. Ha "muerto" más la vieja política que la nueva. Por primera vez el grupo del Partido Popular Europeo no suma con el socialdemócrata mayoría absoluta. Los socialistas han sido barridos de Francia o de Italia. Registra un bajón histórico en Alemania. Hasta el bipartidismo ancestral del Reino Unido se ha resquebrajado. Las encuestas les dan pérdidas impensables de entre 14 y 20 puntos. La elección de Boris Johnson es consecuencia, causa, revulsivo feroz para ciudadanos que conserven su cordura. Se habla de futuras alianzas de gobierno entre laboristas y demócrataliberales.

Así quiere Sánchez revivir el bipartidismo con un PP que ha cosechado los peores resultados de su historia, perdiendo dos tercios de los diputados que tenía. El aparato mediático es muy selectivo al hablar de catástrofes electorales.

Por supuesto que la ideología es una opción libre y legítima pero conviene definiría por sus actos. El descalabro de la política tradicional, su alejamiento de la sociedad, su falta de respuesta a los problemas que ha causado, está teniendo consecuencias dramáticas. Otra vez el regreso de los fascismos. Ya los usaron una vez en su provecho hasta que fue demasiado tarde. Desde luego les incomodan menos que la izquierda.

No hay espacio para una socialdemocracia que no quiere molestar a las corporaciones y se limita a tibias políticas sociales, que no frena el recorte de libertades. Pero siguen estando ahí las necesidades de millones de personas, desde los parias de la tierra a los que cantan aún en La internacional, hasta ese vivir cotidiano en donde ni un trabajo cubre acceder a lo imprescindible. Como ejemplo simbólico y de hoy mismo, sabemos que los trabajadores de la cafetería de Facebook en San Francisco necesitan varios empleos para llegar a fin de mes. De la milmillonaria Facebook. De los parias de la tierra al rendibú al poder de las corporaciones hay un buen trecho.

Lo que importa es resolver los problemas de los ciudadanos, no la resistencia vital de los partidos. Pero, a estas alturas, al menos debe quedar claro algo: la supervivencia del PSOE no está en un bipartidismo muerto, la tienen… a la izquierda. Por justicia. Por decencia. Por coherencia.


 



Javier Pérez Royo
30/07/2019 - 21:16h
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Sánchez cabizbajo mientras Iglesias interviene en el debate de investidura. MARTA JARA / CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

La mayoría parlamentaria que hizo a Pedro Sánchez presidente del Gobierno aprobando la moción de censura contra Mariano Rajoy en la pasada legislatura, es la misma mayoría que lo puede investir como presidente de Gobierno en esta. Una mayoría integrada por los dos partidos de izquierda más el nacionalismo catalán y vasco. La composición interna de esa mayoría es distinta, con una superior aportación del PSOE, 123 en lugar de 84 escaños, e inferior de Podemos y sus confluencias, 42 en lugar de 71, pero sustancialmente es la misma. No parece haber en el horizonte otra mayoría posible,a menos que creamos a pies juntillas en las encuestas del CIS.




Esta es una mayoría plenamente legítima, de la que nadie debería avergonzarse. Es una mayoría con la que se han investido presidentes del Gobierno de la Nación, del PSOE y del PP, en el pasado y con la que va a ser investida presidenta María Chivite en Navarra. No puede ponérsele en términos constitucionales el más mínimo reparo.

La derecha española con sus altavoces mediáticos se ha embarcado, sin embargo, en una campaña continuada desde la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa en poner en duda la legitimidad de dicha mayoría. Me imagino que en Moncloa y en Ferraz se estarán siguiendo muy de cerca los boletines que publica FAES, en los que se sitúa en la moción de censura el origen de todos los problemas por los que estamos atravesando. Hay un “vicio de origen” que mancha la presidencia de Pedro Sánchez. Formalmente no es una presidencia anticonstitucional, pero materialmente se ha llegado a ella de manera espuria. Esto es lo que descalifica al “PSOE de Pedro Sánchez”, que ha dejado de ser un partido respetable, para convertirse en un partido “infame”.

Esta es la razón fundamental por la que ni el PP ni Ciudadanos van a contemplar siquiera la abstención en la votación de investidura. Entraría en contradicción con todo lo que vienen diciendo desde la “moción de censura”, continuan diciendo en el presente y piensan seguir diciendo en el futuro. La falta de legitimidad de la izquierda por su contaminación por el nacionalismo constituye parte del núcleo esencial de la estrategia política común de toda la derecha española. Por esta misma razón el candidato socialista a la investidura no debe solicitar la abstención de PP y Ciudadanos. Es una solicitud no solo completamente estéril, sino, además, incomprensible, en la medida en que contribuye en cierta medida a dar credibilidad a la acusación lanzada contra él por la derecha española.

¿Para qué necesita pedir la abstención de PP y Ciudadanos, si no es porque considera que hay una cierta falta de legitimidad en la mayoría de izquierda con los nacionalistas que lo hizo presidente?¿No supone que Pedro Sánchez se avergüenza de la composición de la mayoría que lo llevó a la Moncloa y que considera necesaria la aceptación, aunque sea implícita, de la derecha, para que no existan dudas sobre la legitimidad de su investidura? ¿No se da cuenta Pedro Sánchez y con él la dirección del PSOE de que con la solicitud de abstención están dando alas a la posición estratégica nuclear de la derecha española?

La solicitud de abstención a la derecha es, simultáneamente, una manifestación de falta de respeto de los votantes de izquierda y nacionalistas, entre los que pienso que pueden sentirse incluidos la mayoría de los electores del PSOE. ¿Es tolerable que quienes han acudido a las urnas para la formación de un Gobierno de izquierda se sientan despreciados por el candidato socialista al no solicitar su apoyo para ser investido presidente y prefiera dirigirse a la derecha solicitando su abstención?

Un candidato socialista no puede hacer en ningún caso lo que ha hecho Pedro Sánchez. Ha contribuido a dar credibilidad a la estrategia política de la derecha española construida con la finalidad de poner en cuestión la legitimidad de la mayoría de la moción de censura que lo hizo a él presidente. Y que es la misma que puede volver a hacerlo en la investidura. Precisamente porque puede investirlo presidente es por lo que dicha estrategia sigue viva. Esto no debería haber sido pasado por alto ni por el candidato ni por el partido. Están tirando piedras contra el tejado de todas las fuerzas políticas de izquierda y nacionalistas, socialista incluida, sin cuya conjunción no es posible derrotar a las tres derechas.

https://www.eldiario.es/zonacritica/mayoria-plenamente-legitima_6_926067406.html
 
Podemos responde a la carta de Sánchez: "Quiere acaparar el 100% del poder sin negociar"


    • "Gobierno a la portuguesa significa Gobierno en el que acaparo el 100% del poder, sin negociar, porque sí, aunque esté lejos de la mayoría absoluta", ha criticado Echenique



El secretario de Acción de Gobierno y Acción Institucional de Podemos, Pablo Echenique.

EFE
El secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, ha respondido este miércoles a la carta enviada por Pedro Sánchez a la militancia socialista en la que apuesta por un gobierno a la portuguesa, que esto significa "acaparar el 100% del poder sin negociar".


En un mensaje en su cuenta de Twitter recogido por Europa Press, Echenique señala que, para entender mejor la carta de Sánchez, cuando éste dice que quiere un acuerdo programático con Unidas Podemos que posibilite un Gobierno de los socialistas a la portuguesa, eso significa que quiere el 100% del poder, "aunque esté lejos de la mayoría absoluta".


"Para entender mejor los titulares: Gobierno a la portuguesa significa Gobierno en el que acaparo el 100% del poder, sin negociar, porque sí, aunque esté lejos de la mayoría absoluta y con la ventaja de tener las manos libres para pactar con la derecha cuando me dé la gana", señala Echenique en su tuit. De esta forma, el partido morado cierra la puerta a valorar este nuevo movimiento de los socialistas.


El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado en esa carta a la militancia que comenzará a reunirse "mañana mismo" con colectivos de la sociedad civil para elaborar con ellos una propuesta programática. Posteriormente se la presentará a Unidas Podemos para intentar alcanzar con ellos un acuerdo de gobierno a la portuguesa, es decir, en el que la formación morada apoye a su Gobierno desde fuera.
 
¡Que manía tienen los del gobierno a la portuguesa! Que no, que no, que en España ya tuvimos gobierno a la portuguesa y no sirvió de nada.

1º En Portugal los comunistas apoyaron a los socialistas pero no quisieron entrar en el gobierno, cosa muy diferente de aquí.

2º Aquí después de la moción de censura hubo gobierno a la portuguesa, es decir, auparon a PS los de izquierda y comunistas con un programa de gobierno, que una vez ocupado el puesto no cumplió salvo la subida del SMI. Solo eso. Todo lo demás lo aparcó o bien lo recortó, apropiándose de lo pactado con PODEMOS y presentarlo "los viernes sociales" como si fuera cosa única del PXXE.

3º Ahora dadas las mismas circunstancias PODEMOS quiere entrar en el gobierno porque ya no se fía de las promesas incumplidas y/o recortadas, y van y le recuerdan lo de Portugal. ¿Tienen memoria de pez? Sres: Aquí ya probamos lo de Portugal y ya vemos que no salió bien. El partido socialista de ese país no tiene nada que ver con el español, donde se veta a un líder, su vicepresidencia manipula documentos de negociación , etc etc et.

4º El tema es que en éste país el tener un ministerio o un sillón no significa que puedas acceder a implementar medidas de gobierno como lo quieren hacer en PODEMOS. Es como si te sientas en una mesa a comer (Consejo de Ministros) y resulta que para poner comida en tu plato necesitas la fuente de carne que está al otro lado de la mesa, es decir, que tienes que pedir a otro comensal, (otro ministro de otro ministerio) que te la dé para echarle en tu plato. Si por x razones el otro comensal se niega a hacerlo tú estarás sentado en la mes, tendrás tu sillón, (tu titulito de ministro), pero te queda sin comer (sin poder llevar a cabo lo que pretendes) porque quien tiene que acercarte lo que tu deseas no está dispuesto a hacerlo.
Es lo que ocurre con el ministerio de VIVIENDA por poner un ejemplo, que para llevar a cabo la frenada del precio del alquiler necesita al de FOMENTO. Ejemplo...

https://www.elconfidencial.com/espa...ecreto-ley-alquiler-podemos-vivienda_1774454/

Y así en varias de las medidas que quieren llevar a cabo.

NO ES CUESTIÓN DE SILLONES, ES CUESTIÓN DE COMPETENCIAS.
 
¿ Esta Sociedad Civil quien es, a quien representa y quien la ha elegido?
es muy sospechoso que no se haya informado de las organizaciones participantes
¿ no tenemos los ciudadanos derecho a conocer las organizaciones que parece ser ejercerán de lobby para presionar a PODEMOS?
 
https://www.lavanguardia.com/politica/20190802/463807723322/psoe-prohibido-girar-a-la-izquierda.ht

PSOE: ¿Prohibido girar a la izquierda?

Jaume Bosch
02/08/2019 00:01 | Actualizado a 02/08/2019 03:33
El reciente fracaso de las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos para la investidura de Pedro Sánchez admite diversas lecturas. Nunca hay que menospreciar las cuestiones personales. Pero las posibles malas relaciones entre Sánchez e Iglesias no son suficientes para explicar lo sucedido.

El presidente del Gobierno se ha referido en diversas ocasiones a que el PSOE y Unidas Podemos proceden de tradiciones distintas de la izquierda. Las dificultades vienen de lejos: la política del PSOE durante la última etapa del franquismo y la transición ya consistió en intentar marginar a quien se ubicaba a su izquierda, en ese caso los comunistas. Es un hecho demostrado que los partidos hegemónicos de la oposición antifranquista eran el PCE y el PSUC. Seguramente por eso el PSOE no tuvo inconveniente en pactar con fuerzas que querían apartar a los comunistas de la democracia que se intuía. Eran tiempos complicados en Europa: la guerra fría se hallaba en su apogeo y existía un temor, casi pánico, a que, en España y Catalunya, después del franquismo, se consolidasen partidos eurocomunistas capaces de emular la fuerza del Partido Comunista Italiano (PCI), que en las elecciones legislativas de 1976 había obtenido el 34’4 por ciento de los votos. Las elecciones del 77 y del 79 pusieron las cosas en el sitio en el que los poderes económicos deseaban que estuviesen. El PSOE, ampliamente en España, y el PSC, de forma más ajustada en Catalunya, se impusieron electoralmente al PCE y al PSUC.
En las primeras elecciones al Parlament, en 1980, el PSC quedó por delante del PSUC, a pesar de que éste, con una candidatura encabezada por un intelectual del prestigio de Josep Benet, obtuvo un nada despreciable 19 por ciento de los votos. Heribert Barrera y ERC cerraron el círculo regalando la presidencia de la Generalitat a Jordi Pujol impidiendo un gobierno de izquierdas en el que el PSUC hubiera jugado un papel destacado. Misión cumplida. Toda una lección de realismo: a los comunistas les costó entender cómo, siendo el partido que más había luchado contra la dictadura, eran relegados a un papel secundario. Pero Franco murió en la cama y la población demócrata era mucha pero la que se había arriesgado a luchar por la democracia era una minoría, digna de todos los elogios, pero minoría al fin y al cabo. Los dirigentes comunistas más lúcidos, como Jordi Solé Tura, ya intuyeron que aquellos resultados imposibilitaban un modelo a la italiana (con un Partido Comunista mayoritario y un Partido Socialista marginal); y que era cuestión de tiempo que ese sistema político se estabilizara. Se había perdido la primera gran oportunidad. Se le llamó bipartidismo imperfecto: un gran partido de derechas, un gran partido de centro izquierda, y pequeños grupos parlamentarios a su alrededor, complementados por los partidos nacionalistas vascos y catalanes.
El año siguiente al golpe de estado de 1981 la ciudadanía votó masivamente al PSOE de Felipe González. El PCE y el PSUC cavaron su propia tumba con divisiones internas y escisiones. Desde entonces, primero el PCE y luego Izquierda Unida tuvieron que asumir en numerosos ayuntamientos un papel secundario, de complemento de un PSOE cada vez más escorado al centro y más centralista. Y cuando pareció que IU podía intentar competir de tú a tú con el PSOE resultó que Julio Anguita acabó construyendo un discurso político tan esquemático que se podía deslegitimar fácilmente acusándole de hacer el juego al PP. Y Izquierda Unida volvió a acostumbrase a ser el hermano pequeño que nunca acaba de crecer lo suficiente. Este esquema se rompió, aunque sólo parcialmente, el año 2003, con el gobierno de la Generalitat de Catalunya, encabezado por Pasqual Maragall y formado por PSC, ERC e ICV.
Pero llegó la crisis económica, y los recortes brutales al estado de bienestar, y la reacción popular del 15 M. Y parte de la fuerza desencadenada se concretó en una nueva opción política: Podemos. En las elecciones de 2016 pareció posible que Podemos consiguiera el sorpasso al PSOE. Los socialistas recuperaron los miedos de finales de los setenta. Cuando en Catalunya los comunes ganaron las elecciones municipales de Barcelona y posteriormente, por dos veces, las elecciones generales, el PSC entró en pánico. Y no sólo el PSC, también los partidos independentistas. Pero el sorpasso en España no se produjo. Fue la segunda gran oportunidad perdida. Y el PSOE, reponiéndose de las heridas, emprendió de nuevo la senda de la hegemonía.

Ahora, después de las elecciones generales del mes de abril, Unidas Podemos, a pesar de haber quedado claramente por debajo del PSOE, vio abrirse una tercera oportunidad para cambiar la inercia de las izquierdas españolas: si una fuerza situada a la izquierda del PSOE entraba por primera vez en el Gobierno del Estado se abriría una nueva etapa. Podía ser un tiempo lleno de peligros para Unidas Podemos, pero parecía preferible afrontarlos desde el Gobierno, desde donde podría demostrar capacidad para cambiar las cosas. Tampoco esta opción ha sido posible. Pedro Sánchez (y dudo que sepamos nunca qué poderes han alentado su decisión) ha doblado la apuesta: presidente con miembros de Unidas Podemos en el gobierno, de entrada, no, y al final sí, pero en posición subordinada, o nada. No ha hecho otra cosa que aplicar la política del PSOE desde la transición: lo que exista a su izquierda, cuanto más reducido e irrelevante, mejor. Si esta condición se cumple, el PSOE puede abrirse hacia la derecha sin la amenaza electoral que supondría una fuerza potente situada a su izquierda. Seguro que Unidas Podemos ha cometido errores: se enfrentaba por primera vez a una negociación de esa envergadura; probablemente le ha faltado cintura a última hora. Pero la táctica de Sánchez no se ha basado en errores involuntarios sino en la aplicación de la tradición prepotente del PSOE.
En 1998, en Alemania, el Partido Socialdemócrata pactó un gobierno de coalición con Los Verdes, en el que Joschka Fischer, que, unos años antes, había estado en prisión durante seis semanas por “resistencia contra el Estado” pasaba a dirigir el Ministerio de Asuntos Exteriores. Más de veinte años después, en España se producía el hecho insólito de ver a un aspirante socialista a la investidura vetar al líder de la fuerza política que le podía hacer presidente, de que se prohibiera luego a un partido plenamente democrático la posibilidad de poder dirigir áreas denominadas de Estado, y de que se pasara, a continuación, a negarle también competencias en determinadas políticas económicas y sociales. La “reconocida capacidad”, que se presumía de cualquier candidato propuesto por el PSOE, se tenía que revisar si la propuesta venía de Unidas Podemos. Es preciso recordar todo esto porqué es probable que ahora aparezcan dentro de las propias filas de Podemos, IU o los comunes, opiniones de algunos que, acostumbrados a años de subordinación, atribuirán a su propia fuerza política, y no al PSOE, la responsabilidad de la ruptura. A Izquierda Unida, por ejemplo, se le notan demasiado los años de supeditación al PSOE.
Todavía hay tiempo para intentar recomponer las cosas antes del 23 de septiembre. Será complicado; se han dado pasos difíciles de revertir. Lo único que juega a favor es la indignación de la gente progresista que respiró aliviada el mes de abril porqué se había conseguido frenar a la derecha y ahora contempla desorientada cómo esa victoria puede estar en peligro. La presión popular a los dos partidos podría funcionar, aunque el PSOE se ha apresurado a descartar un gobierno de coalición con Unidas Podemos, mientras arrecian las maniobras internas y externas en el PP y Ciudadanos para que faciliten la investidura de Sánchez. Pero si vamos a nuevas elecciones en noviembre, está por ver que las optimistas previsiones de los expertos que han alentado la cerrazón de Pedro Sánchez se cumplan. Dudo de que sea un punto de partida útil para la negociación el posicionamiento de algunos sectores de Unidas Podemos que aceptan ya el ultimátum del PSOE. Se está a punto de perder la tercera posibilidad de alterar las relaciones entre las izquierdas; y el PSOE lo sabe. Y, tal vez a regañadientes, el partido de Iglesias pueda acabar aceptando un pacto programático sin compartir gobierno como enésimo acto de responsabilidad para evitar una nueva cita electoral que la ciudadanía rechaza.

No sé si el PSOE será capaz de convertir los gritos de “Con Rivera, no” en pactos por activa o por pasiva con PP o Ciudadanos. Eso o volver a la casilla de salida con un espíritu más abierto por parte del PSOE y Unidas Podemos: con una negociación discreta, sin imposiciones, sin humillaciones; para conseguir un Gobierno que actúe con unidad de criterio, por supuesto, pero partiendo de la evidencia de que no puede haber ministros y ministras de primera y ministros y ministras de segunda. La alternativa es que Unidas Podemos acabe conformándose con un pacto programático que, como mínimo, debería estar dotado de mecanismos de control, para evitar que el acuerdo se convierta en un cheque en blanco para un PSOE dispuesto a pactar a derecha y a izquierda. Sería inadmisible que el PSOE firmara un acuerdo programático con Unidas Podemos sin comprometerse a no pactar determinadas políticas con PP o Ciudadanos. Y con relación a Catalunya, el tema del que el PSOE ha intentado hablar lo mínimo posible, sería conveniente que Miquel Iceta le explicara a Pedro Sánchez que, si el PSOE quiere optar por el diálogo, le pueden resultar más útiles las propuestas plenamente constitucionales de Jaume Asens que el “A por ellos” permanente del PP, Cs, Vox y algunos barones del PSOE.
 
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