Lo que pasa es que todo lo que cuentas ocurre en todo tipo de gente.Mi experiencia con estas que van de perfectas es que realmente tienen mucho que ocultar y ocultan vidas bastante infelices; se les cae el mundo encima en cuanto vuelven a su casa. Una vez abren la puerta se ponen la careta de felicidad y perfección, pero el regreso a las cuatro paredes es bastante demoledor.
Una cosa es la imagen que proyectan y otra muy distinta sus más que tristes realidades, y cómo sonríen y qué guay es todo.
Me crié en un barrio en el que éramos de mi edad unos pocos, pero eran casi todo tíos, y yo de las pocas niñas nacidas aquel año. Así que de mi quinta había mucho chaval que acabaron formando una pandilla que se convirtió en familia demasiado cerrada para mi gusto: juntos todos los días a todas partes, y crecieron y seguían estilo clan, y cuando se emparejaron el clan era el mismo pero con las añadidas parejas, que solían ser chicas que de por sí tenían muy pocas amigas o ninguna, por lo que sus amigas pasaron a ser las parejas de los amigos de los novios, ahora maridos. Al ser un clan cerrado, salían entre parejas, se relacionaban entre ellos y con esta dinámica empiezan los piques, piques que son comenzados básicamente por las movidas entre las mujeres que empiezan a competir. Aclaro que ya de antemano, entre los tíos habían piques desde pequeños con eso de mostrar quién era mejor, muy dados a aparentar en imagen, y la cosa se vuelve peor al emparejarse.
Si unos viajaban a Tailandia llegaban otros y se iban a la India, y otros iban más lejos, más a tomar por saco; si uno se compraba el adosado llegaban los del pareado, para rematar unos con chalet independiente. Se casa uno, al año siguiente tres o cuatro bodas seguidas de otros tantos. Al llegar los hijos igual, en dos o tres años pique descomunal, se juntaban embarazos.
La situación es que realmente, están juntos, pero ya han demostrado que no se pueden ni ver y que se critican de manera feroz. La motivación para salir los unos con los otros es clara: hay que demostrar que te va siempre bien, aunque sea una trola, pero aparentar, que se vea. De hecho el mero acto de salir a socializar entre ellos es para que no digan que no salen, no sean que los llamen rancios o apáticos o se piensen los demás que te pasa algo y tienes depresión; quedan, se ven y cuando regresan a sus casas, por el camino, no han doblado la esquina y ya se están poniendo verdes entre ellos. A saco.
Ves el comportamiento de las mujeres, en grupos apartados de sus parejas, y todas maquilladas como puertas, tacones, se las ve y lo se de buena tinta, que se matan de hambre porque si una se quedó estupenda después del parto, no será la otra la que quede con gordura del embarazo, y les pones un plato de comida delante y eso parece la posguerra. Se van de vacaciones a tomar por saco pero las neveras vacías. Lo que me hace partirme de risa es verlas jijiji jajaja entre ellas contando lo guay que les va, las ves ahí contando lo por supuesto bien que les va todo, pero luego yo se que una ha tenido un hostión con el coche por ir borracha y le cuenta a las demás que lo ha llevado al desguace porque era muy viejo (suplicando a los que sabíamos de este accidente que no lo fuéramos contando cuando ella cuenta todo de todos), la otra que está haciéndole carantoñas al maromo y está planeando secretamente cómo quedarse con la casa que pagó él, y la que me terminó de rematar: está con una sonrisa y alegre diciendo que se lo han pasado genial en no sé donde y un mes antes estaba echando al marido de la casa porque le trincó con otra pero le perdonó porque tienen una niña y un hipotecón aparte de que separarse la llevaría a ser la primera del grupo en hacerlo y como que no es plan; una cuarta asoma con el bebé en brazos y sabes que se casó de chiripa porque el ahora marido estuvo con otra hasta poco antes de casarse y cuando hacía amago de separarse, la tía se quedó embarazada porque había que pillarlo sí o sí y eso del divorcio no se contempla, que no va a ser la primera a menos que caiga una como pionera y abra el camino a las demás. Y falta una que no ha venido hoy porque se ha quedado en casa con "lo mejor que me ha pasado en la vida" cuando el día que le dijeron que estaba embarazada lloraba como una Magdalena y se planteó abortar ya que aparte de detestar a los niños, estaba harta de su matrimonio, que aguanta hoy porque no le queda otra y el marido tiene contactos que la enchufan a la hora de trabajar.
Ahí están juntas y riéndose y ojo qué bien les va, casadas, hijos sanos, todavía algo atractivas y "felices", lo que esconden detrás es un drama brutalísimo. Les dices "me he ido a dar un paseo" y todas "¡¡¡qué bien vives!!!", y ha sido un puñetero paseo normal por el centro de la ciudad, y te envidian por eso.
Y las ves y dices, "míralas, bien plantadas, con bebés y no están gordas ni se las ve alteradas ni nada"... y mi chichi moreno también. Parece que les va bien y son majísimas, en apariencia, y ellos no se quedan cortos: son iguales o peor de cotillas y de aparentar lo que no son. A la vista está que en cuanto se enteran de la última de alguien, sobre todo si es morboso, están que se frotan las manos para saber más de la desgracia en cuestión, y preguntan, se "preocupan": a lo que van es a enterarse de que ha pasado para regodearse, porque si ellos llevan vidas miserables se van a alegrar de que los demás las lleven también. Aun recuerdo cuando se divorció la primera pareja del clan, fue la comidilla de todo un año incluso de dos, si hasta hubieron apuestas, y están todos con unos matrimonios infelices que bien lo saben ellos, pero nunca lo van a aparentar.
Da igual el estatus, pero en mi opinión, el ir perfecta es un valor añadido.