Aún así hay que denunciar y denunciar.
Lo único que suele ser efectivo es la colocación de un dispositivo telemático de control que avise cuando el agresor entre en la zona de exclusión marcada por la orden de protección. Pero para que se establezca esta medida hace falta eso, denunciar mil veces. No es cómodo para la víctima porque le recuerda continuamente que está en peligro, pero demuestra la insistencia en el acoso y cada vez se amplía más la distancia si incumple la prohibición, acabando en prisión si persiste.
Es la única forma de evitar los asesinatos, aunque no el acoso. Los hay que se dedican a rozar el límite de la zona para que pite continuamente el aparatito, recordarle que está ahí, y tenerla de los nervios día y noche.
Por mucho que se nos pongan los pelos de punta cuando vemos un final como el de Jéssica, no somos conscientes de lo que viven cientos de mujeres a diario, y durante años sí.
Lo único que suele ser efectivo es la colocación de un dispositivo telemático de control que avise cuando el agresor entre en la zona de exclusión marcada por la orden de protección. Pero para que se establezca esta medida hace falta eso, denunciar mil veces. No es cómodo para la víctima porque le recuerda continuamente que está en peligro, pero demuestra la insistencia en el acoso y cada vez se amplía más la distancia si incumple la prohibición, acabando en prisión si persiste.
Es la única forma de evitar los asesinatos, aunque no el acoso. Los hay que se dedican a rozar el límite de la zona para que pite continuamente el aparatito, recordarle que está ahí, y tenerla de los nervios día y noche.
Por mucho que se nos pongan los pelos de punta cuando vemos un final como el de Jéssica, no somos conscientes de lo que viven cientos de mujeres a diario, y durante años sí.