Déborah Fernández: hallada muerta en Vigo en 2002, sin culpables. Una pista reactiva el caso.

Pues si ya se extrajo ADN del novio de la víctima hace 22 años, también en otra ocasión posterior y también de su padre y nunca se han obtenido resultados positivos, no sé que espera la acusación con esta diligencia. Parece que de aquí no podrá salir nada nuevo.
Quizás se trate más de un tema formal o administrativo, no sé.

Si alguien conoce más y cree que de aquí podrá obtenerse algo, estaría bien conocer esa opinión.
 
Parece que se trata de marear la perdiz. Simular que se hace algo.Porque parece ser que fiscalía, juzgado, y audiencia provincial han decidido no investigar de verdad y someter al sospechoso a un juicio en el que se escuchen sus contradicciones. Por eso la familia ha pedido ya en verano que se acabé el paripé , que se corte su agonía. Que ya saben que no se va a hacer nada. Sólo alargar el dolor.
 

La familia recupera el teléfono móvil de Déborah 20 años después.​



No obstante, el Nokia modelo 3310 será remitido de forma particular al laboratorio de Lazarus Tecnhology, que ya hizo pruebas con prototipos similares sin haber obtenido resultado. Además, no se descarta la posibilidad de buscar huellas en el propio terminal, ya que aunque estas se diluyen con el paso del tiempo, al haber estado guardado durante años dicha opción podría ser factible.

Me parece bien que se haga un análisis privado por parte de la familia, pero sin la tarjeta SIM veo muy poco futuro. En aquella época los móviles prácticamente no tenían memoria y todo se guardaba en la SIM (habitualmente tenían 64 kilobytes de memoria, y las más modernas/nuevas llegaban a los 128 kilobytes). La agenda de contactos y los mensajes de texto seguro que se guardaban en la SIM. El listado de llamadas creo que sí que se guardaba en el terminal pero se limitaba a las últimas 8 enviadas, 8 recibidas y 8 perdidas. Datos de posicionamiento ni de coña, y no sé si el móvil tenía una parte de memoria "escribible" en la que guardase información de depuración que pueda extraerse (conexiones con antenas), o si sólo tenía memoria volátil y cada vez que se apagaba se "perdía" toda esa información. De todas formas, si se dejó el móvil en casa su ubicación no creo que tenga mucha relevancia. Lo más importante sería el registro de llamadas y los mensajes, quizás también la agenda de contactos, pero menos.

Lo mismo para las huellas si se dejó el móvil en casa, lo que puedan encontrar no tendrá relación con el crimen. Como mucho (y ya sería, pero dudo que prosperase o se llegase a ningún lado) saber quién manipuló el teléfono después de que la familia lo entregase a la policía. Teóricamente, en el interior del móvil (donde se coloca la SIM, debajo de la batería) sólo deberían de haber huellas de Déborah y de la persona que retiró la tarjeta y la guardó en un sobre (según cuenta la familia y la noticia), a esa persona se le podría intentar preguntar qué leches pasó con la tarjeta SIM. Y si encuentran más huellas de otros agentes, pues lo mismo, preguntarles el motivo de haber tocado ese teléfono. Pero entre los "no lo recuerdo después de tantos años" y excusas vagas que puedan poner esas personas dudo que se aclare nada.
 

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