Déborah Fernández: hallada muerta en Vigo en 2002, sin culpables. Una pista reactiva el caso.

El juzgado cita a declarar al padre y a una amiga de Déborah Fernández

El padre de Déborah Fernández, la joven cuyo cadáver apareció desnudo en una cuneta de O Rosal en 2002, será el primer miembro de la familia en declarar ante el juzgado tras la reapertura de la causa hace ahora tres meses. Lo hará el próximo día 20 de febrero, junto con una de las amigas íntimas de la víctima, que prestará su testimonio por videoconferencia al residir actualmente fuera de España.

 
Hola! Encontré el hilo por casualidad y me quedo por aquí. No tenía ni idea de este caso, incluso todo lo que estuve leyendo en páginas anteriores que durante el 2019 se retomó el asunto y a mayores salió en los medios ..
Solo espero que sigan avanzando , y que el caso se resuelva. Esto me recuerda al de Sheila Barrero..
Gracias por toda la info que vais compartiendo y, sobretodo, por darle un poco de voz
 
SUS FAMILIARES SE MUESTRAN ESPERANZADOS
El asesinato de Déborah Fernández, un enigma que regresa 18 años después
El padre de la joven desaparecida y hallada muerta en 2002 declara ante el juez tras la reapertura del caso el pasado noviembre



Foto: José Carlos Fernández-Cervera y Rosa Neira, padres de Déborah Fernández, llegan a los juzgados, este jueves, en Tui, Pontevedra. (EFE)


José Carlos Fernández-Cervera y Rosa Neira, padres de Déborah Fernández, llegan a los juzgados, este jueves, en Tui, Pontevedra. (EFE)


PABLO LÓPEZ. VIGO
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SUCESOS
23/02/2020



Déborah Fernández tendría ahora casi 40 años, pero era una muchacha de apenas 21 cuando salió a correr por la playa viguesa de Samil el 30 de abril de 2002, la última vez que se la vio con vida. Apareció 10 días después entre unos matorrales a 40 kilómetros de su casa. Lo que ocurrió en ese intervalo de tiempo y espacio sigue siendo un misterio 18 años después, pero un misterio un poco más próximo a ser aclarado. La perseverancia de la familia ha permitido la reapertura del caso. Su padre, José Carlos Fernández, declaró este jueves ante la juez por primera vez. “Hay muchas cosas que explicar”, relató esperanzado a los periodistas que lo esperaban a la salida del juzgado.

Por explicar está casi todo en un caso que fue mediático en su día, uno de los más complejos a los que ha tenido que hacer frente la Policía en Galicia, pero que acabó diluyéndose por falta de pruebas. La autopsia no descartó la posibilidad de una muerte súbita, pero entonces, ¿por qué apareció su cuerpo a tanta distancia? Fue en una cuneta de O Rosal, en una zona rural, cerca de la frontera portuguesa. Allí, una vecina halló el cadáver cubierto por unas ramas, en un escenario que a los investigadores les pareció totalmente ficticio, un montaje repleto de pistas falsas para generar confusión. Dejaron el cuerpo con “mimo”, a modo de “posado”, aseguró el comisario que estuvo al frente de la investigación.

La causa judicial se archivó en 2010, pero la familia de la joven nunca arrojó la toalla. Reunió más de 230.000 firmas de apoyo y desarrolló una campaña para adelantarse a la prescripción del delito en 2022, lo que derivó en el envío de un nuevo equipo policial de la UDEV. Fue así cómo, el pasado 7 de noviembre, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui acordaba la reapertura del caso. Rechazó la jueza diferentes pruebas propuestas por la familia, pero dio su aprobación a la declaración de, hasta el momento, 15 nuevos testigos, en su mayoría próximos al eterno sospechoso: el exnovio de Déborah. También llamó a declarar al padre de la víctima, que no había comparecido hasta la fecha ante la Justicia. Otra aparente incongruencia de una muerte que ha pasado por cuatro jueces y no exenta de “despistes” y avatares de la instrucción.

Antes del cierre provisional del caso, cuatro equipos policiales, uno detrás de otro, participaron en la investigación de la misteriosa suerte de Déborah. Todo era tan desconcertante como la artificiosa disposición del cadáver, incluida la aparición de restos de s*men, también considerada una falsa prueba, como tratando de reforzar el móvil sexual. Junto al cadáver apareció un preservativo usado al lado de su funda y un pañuelo de papel. El rastro genético del esperma parecía una pista definitiva, pero las múltiples prueba realizadas, a las que se sometió obviamente al principal sospechoso, fueron todas negativas, sin coincidencias. Los investigadores concluyeron que el responsable del crimen –presunto crimen, a día de hoy– introdujo el s*men en el cuerpo de la joven de forma artificial.

La muerte de Déborah no fue inmediata: falleció entre seis y nueve días antes de ser encontrada, y es lo más probable para los investigadores que su cadáver se mantuviera la mayor parte de ese período en un lugar frío y oscuro, como un sótano o un arcón. Las pruebas forenses demostraron que falleció vestida y que así siguió entre 12 y 17 horas. Su cuerpo fue lavado. No existe otra teoría que explique la desaparición de los rastros de cera de la depilación que se había practicado el mismo día que desapareció.

Tan enigmática como la evidente voluntad de crear pistas falsas resulta para la investigación la causa del fallecimiento. Los abogados de la familia han descartado en todo momento la muerte súbita que los forenses apuntaron como posible. ¿Si no había nada que ocultar, cómo explicar que quien quiera que estuviera con ella no avisase a una ambulancia?, se preguntan los allegados de Déborah. El propio informe de la necropsia admite que la opción es remota. Cobra más fuerza una segunda posibilidad: la muerte violenta por sofocación. Pero los especialistas que inspeccionaron el cadáver no encontraron fracturas ni señales típicas de estrangulación. La familia apunta la teoría de que la sofocación se produjese “por oclusión de orificios respiratorios” con un objeto blando.



Concentración-concierto organizado por la familia de Déborah Fernández. (EFE)




La campaña de la familia, desarrollada bajo el lema 'Justicia para Déborah', condujo a una persona que asegura haber visto a la chica en un lugar y a una hora que desmotan la reconstrucción de los hechos que los investigadores daban por buenos, y que constituía la gran coartada del considerado sospechoso. Cuando la causa se archivó en 2010, el auto judicial estimaba “incuestionable” que el exnovio incurría en “numerosas contradicciones” en sus declaraciones, pero la ausencia de pruebas objetivas o biológicas jugaron a su favor. La investigación se centra ahora en las 24 horas previas a la desaparición de la joven viguesa, lo que permitirá contrastar el testimonio de quien centra todas las sospechas.

Déborah y su exnovio habían roto su relación cinco meses antes de la desaparición, aunque seguían en contacto. Él siempre negó que se hubieran visto ese fatídico 30 de abril, en el que sí admitió –aunque tras negarlo inicialmente– una breve conversación telefónica mientras ella estaba en la peluquería donde se depiló. Según la Policía, sus testimonios resultaron “confusos y contradictorios”, cuando no “chocaban frontalmente” con los de otras personas implicadas en la investigación, según figura en el atestado de las investigaciones que se desarrollaron entre 2009 y 2020.

Una persona asegura haber visto a la chica en un lugar y hora que desmotan la reconstrucción de los hechos que los investigadores daban por buenos


La reconstrucción del recorrido que hizo Déborah a pie y el que el sospechoso debería haber realizado en coche apunta como más que posible que coincidiesen en algún punto de sus trayectorias. Pero el exnovio asegura que ese día tomó un camino distinto porque se olvidó el reloj en su casa, lo que le hizo llegar unos 10 minutos tarde a su cita, un partido de fútbol en el Club de Campo. Tras hacer deporte, añadió, y antes de volver al mismo club para una cena, fue a ducharse a casa. Es en ese intervalo en el que los policías hallaron contradicciones con el testimonio de otros testigos.

Del cariz que toma ahora la investigación judicial poco ha trascendido. La familia espera que el carrusel de declaraciones ante la juez desemboque en una detención, la primera tras la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo de la joven. El perfil de los citados en el juzgado parece poner a prueba la coartada del principal sospechoso, pero ni siquiera esto es seguro en un caso preñado de interrogantes. Los familiares de la joven se muestran por primera vez esperanzados. “He contestado a todo y ahora esperamos a las instrucciones de nuestros abogados. Habrá que esperar a que declare todo el mundo para ver de qué hilo tirar”, afirmó el padre de Déborah. “Por lo que se ha visto, para la policía las vivencias de nuestros padres y familia no son relevantes, pero por suerte para el juzgado ahora parece que sí lo son”, celebró la hermana de la fallecida.

https://www.elconfidencial.com/espa...ato-deborah-fernandez-enigma-regresa_2465787/
 
Cuando la causa se archivó en 2010, el auto judicial estimaba “incuestionable” que el exnovio incurría en “numerosas contradicciones” en sus declaraciones, pero la ausencia de pruebas objetivas o biológicas jugaron a su favor.

Sin confesión y con la falta de pruebas biológicas que comentan es el pan nuestro de cada día.
 
En el artículo no hablan del fuerte olor del maletero del coche del exnovio en el garaje donde estaba aparcado y por el que le llamaron la atención , el lo explico diciendo que se le había quedado una caja de langostinos.
Te pongo "flipando en colores" porque no me entra en la cabeza que el principal sospechoso durante la investigación dé esa escusa barata y nadie ponga ojo en ese asunto.. me parece ridículo !!!
Me lleva llamando la atención ese dato desde que llegué el hilo e indague sobre el caso !!
 
Te pongo "flipando en colores" porque no me entra en la cabeza que el principal sospechoso durante la investigación dé esa escusa barata y nadie ponga ojo en ese asunto.. me parece ridículo !!!
Me lleva llamando la atención ese dato desde que llegué el hilo e indague sobre el caso !!
Bueno, excusa barata relativamente, porque su familia tiene negocios de venta de marisco, etc. Que conste que no lo estoy defendiendo, estoy convencida de que fue él ayudado por su entorno, como pensamos la gran mayoría en Vigo.
 
Caso Déborah Fernández: trece declaraciones, idénticas dudas
El sospechoso del crimen de la joven viguesa hace 17 años figuró en buena parte de las preguntas a los testigos citados
Esta imagen de Deborah Fernández Cervera sirvió para la campaña Justicia para Deborah

Todas las incógnitas del crimen de Déborah Fernández siguen apuntando en la misma dirección 17 años después. Lo evidencia que las cuestiones planteadas en sede judicial a los 13 testigos citados, tras la reapertura del caso en febrero, girasen una y otra vez en torno a los últimos movimientos y actitudes del principal sospechoso. Que ni arrastra la consideración de investigado. Ellas son las personas llamadas a desbloquear una investigación en punto muerto desde su inicio, en junio del 2002. También declararon los padres de él, la madre lo hizo por primera vez. Igual que el progenitor de la víctima, amigos y otros familiares por ambas partes.



La gran novedad, tras el carrusel de testigos en el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui, son, según las fuentes consultadas, las contradicciones evidenciadas por quienes ahora exponen un relato diferente al manifestado hace años en una primera citación. Incongruencias que, explican en la investigación, se concentran principalmente entre las personas llamadas a probar la inocencia del sospechoso. Sí fue clave la intervención de la acusación particular para la incorporación de otra prueba documental a la causa.

El acta de partido

Se trata del acta que recogería el partido de fútbol supuestamente jugado en el recinto deportivo de una entidad social de Vigo, y que estaba en manos únicamente de la Policía Nacional. Es el encuentro en el que habría participado el sospechoso mientras ocurrieron los hechos, lo que supone su mejor coartada para mantener la inocencia que ha defendido siempre.



Familiares de Déborah en febrero de este año, antes de prestar declaración en el juzgado
Familiares de Déborah en febrero de este año, antes de prestar declaración en el juzgadoOSCAR VÁZQUEZ

Añaden en la investigación que dicha acta fue recogida, pero no incorporada al procedimiento, lo que generó curiosidad a la jueza instructora hasta el punto de que la solicitó a los investigadores. Falta por conocer el contenido del documento que, como se prevé, debería incluir el listado de personas que alquilaron la cancha a lo largo de aquella luctuosa jornada. Un dato que, por las indicaciones del juzgado, se antoja complicado que acabe por trascender.

La investigación policial reitera lo dicho al reabrirse el caso. «El trabajo, al principio, se realizó sin los medios actuales, más precisos y científicos. Mucho se habló entonces del ADN, pero las técnicas que había en aquellos años no están al nivel actual, no había las posibilidades de obtención de ahora. El grupo nuevo de homicidios [en estos 17 años ya hubo varios responsables] ha hecho otra serie de cosas para investigar, la tecnología actual es otra. Pero no es una varita mágica ni tampoco un capítulo de CSI que resuelve el caso de turno en una hora».



Respecto a la instrucción

Basta decir que la propia familia de Déborah Fernández, a través de su hermana Rosa, rechaza comentar cualquier detalle de las declaraciones ya tomadas por el riesgo que puede implicar para el trabajo judicial. Sí insisten en «la angustia que supuso esperar más de una década la reapertura del caso, para que ahora, debido a la crisis sanitaria del coronavirus, todo esté paralizado. Sabemos y entendemos que es una causa de fuerza mayor, pero nos quema, angustia, tener todos los deberes hechos y estar esperando. O peor aún, correr el riesgo de que la investigación se enfríe...», manifestó la hermana de la mujer asesinada.

Sobre lo que parecen contradicciones expuestas por algunos testigos, al comparar sus primeras declaraciones con las últimas, la familia también rechaza cualquier valoración «por una cuestión de prudencia». Lo que no esconden es su recelo del trabajo policial, que siempre criticaron «por la comisión de negligencias en los primeros momentos del caso que ahora no quieren reconocer para intentar corregirlos». La familia de Déborah incluso llegó a presentar dos escritos oficiales en la comisaría central en Madrid «de los que ni hemos recibido respuesta».

Lo único seguro es que hace falta tiempo. Lo primero para que la instructora reúna todas las piezas del puzle y las ordene. Y todo ello con la actividad judicial paralizada de forma indefinida por la crisis sanitaria. Pero los Rodríguez-Cerveira saben muy bien qué implica esperar. «Pocos mejor que nosotros, pero seguiremos hasta el final. Y de no hacerle justicia ahora, recurriremos a otras vías. Llegaremos a donde haga falta», manifestaron.


 
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