Cumpleaños 80 del Rey Don Juan Carlos.

Yo esperaría que sí, pero no porque sea lo justo, sino porque ganarían puntos como institución. Deberían hacerlo por la supervivencia de la monarquía; de lo contrario, un punto más para que queden como una panda casposa e inservible cuya única misión, la ejemplaridad, es una gran estafa -que lo es-.....seguro que algún bobo piensa que una raya más al tigre no le quita lo felino...Pero esta vez, no creo que cuele.

Para colmo, se aparecen los Urdangarín gozando de lo lindo en el amplio mundo, día sí y día también, tan panchos ellos....si fueran más discretos...Pero, no....Sí, irá a pasar unas vacaciones de lujo y spa en algún recinto vendido como 'prisión' de cara a la galería.
yo también creo que va a entrar en prisión...porque ese hecho lo van a vender como el gran mérito del Preparado como el más Íntegro del mundo mundial
 
Y quien ha dicho que eso es lo que pensaban gritarle. O lo que pensaban hacer.
Federico JL, el mismo que dice que yayo no quiso ir, y por lo que no quería ir es por eso.:ROFLMAO: El yayo nada menos, que ha toreado en las peores plazas, el que no sabe es el hijo, el zorro viejo ya se hubiera metido al de la coleta en el bolsillo y le hubiera hecho pensar que eso del republicanismo para más adelante si eso mientras le ofrece un habano de Cuba.
 
https://politica.elpais.com/politica/2018/01/05/actualidad/1515170264_027943.html
creo que es esto
no sé subirlo de otra manera
no sale la proscrita creo ni con marido ni sin él...pero no he mirado al detalle
Juan Carlos I celebra junto a 70 invitados su 80ª aniversario en La Zarzuela
El rey emérito acudirá este sábado con Felipe VI a la conmemoración de la Pascua militar en el Palacio Real



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Francesco Rodella
Alejandro Romero
Madrid 5 ENE 2018 - 19:11 CET
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Almuerzo familiar en el Palacio de La Zarzuela con motivo del 80 aniversario de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos. CASA DE S.M. EL REY | atlas
El rey Juan Carlos ha celebrado este viernes su 80º aniversario en un almuerzo junto a unos 70 invitados en el Palacio de La Zarzuela. Al festejo han asistido la reina Sofía, el rey Felipe VI, la reina Letizia, la Princesa de Asturias, doña Leonor, y su hermana, la Infanta Sofía. Don Juan Carlos también ha estado acompañado por su hija la Infanta Elena, sus nietos Froilán y Victoria y otros familiares directos de la familia real. Al banquete no han asistido la Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, que sigue en libertad provisional a la espera de que el Tribunal Supremo resuelva el recurso contra la sentencia que le condenó a seis años y tres meses de prisión por el caso Nóos. Don Juan Carlos y doña Sofía aparecerán en público este sábado para la conmemoración de la Pascua Militar en el Palacio Real junto a Felipe VI y la reina Letizia.

MÁS INFORMACIÓN
A la comida estaban invitados las hermanas del rey Juan Carlos, las Infantas Margarita y Pilar, con sus respectivas familias. También ha acudido toda la rama de los Borbón-Dos Sicilias, a la que el anterior jefe del Estado está muy ligado. De este grupo forman parte las primas de don Juan Carlos, Teresa e Inés, y el sobrino de éstas, Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria. Estaban invitados también otros sobrinos y sobrinos segundos por el deseo del monarca de tener a toda la familia alrededor para festejar su 80º cumpleaños.

Este sábado Juan Carlos I asistirá por primera vez desde que abdicó en 2014 a la ceremonia de la Pascua Militar junto a los Reyes, un acto al que acude el presidente del Gobierno y varios miembros de su gabinete, así como la cúpula militar. Se tratará del primero de los eventos que La Zarzuela impulsa durante 2018 para conmemorar el 80º aniversario de los padres del Rey.

La imputación de la Infanta Cristina en el caso Nóos por los negocios de su marido, del que fue absuelta, causó un desgarro en la familia real que la alejó de La Zarzuela. Cristina, cuyo titulo de Duquesa de Palma fue revocado por Felipe VI, pasó el fin de año con su hermana Elena en Vitoria.

Otras efemérides del rey Juan Carlos
Juan Carlos I celebró su 75º cumpleaños en la intimidad y con la austeridad que imponía entonces la crisis económica, aunque recordó momentos destacados de su reinado en una entrevista en la televisión pública con el veterano periodista Jesús Hermida.

Su 70º aniversario, en 2008, también lo celebró en privado, pero cuatro días más tarde convocó a casi 500 invitados, la mayoría de ellos figuras políticas relevantes, a una cena oficial en el Palacio de El Pardo, en la que estuvo acompañado por toda su familia. Diez años antes, en 1998, el jefe del Estado festejó su 60º cumpleaños en Bosnia con los soldados españoles destacados entonces en la misión de la OTAN en el país balcánico.

La iniciativa de organizar diversos actos para festejar el 80º cumpleaños tiene lugar después de que el Rey Juan Carlos transmitiera su malestar porque no se contó con él en la conmemoración en el Congreso del 40ª aniversario de las primeras elecciones democráticas de 1977 el pasado mes de junio.
 
Y de regalo de cumpleaños una biografia no autorizada..... donde está el libro de la mutante? En que cajón se les ha olvidado?


Hay muchas fotos en el artículo pero he tenido que borrar porque el mensaje solo admite diez.Para el que quiera verlas https://www.elespanol.com/reportaje...itico-cumpleanos/274723317_0_275002498_1.html



Juan Carlos I, durante la última feria de San Isidro. GTRES

REPORTAJES MONARQUÍA
Biografía no autorizada de Juan Carlos I, el rey político, en su 80 cumpleaños
"En términos globales, pasará a la Historia como un gran rey, pero los auditores pondrían salvedades referidas a la ética de sus negocios y a su ejemplaridad personal", escribe el periodista José García Abad, autor de libros como "La soledad del rey" o "Don Juan, náufrago de su destino".
5 enero, 2018 02:47

José García Abad
Don Juan Carlos, que este viernes cumple ochenta años, pasará a la Historia como un gran rey. El balance de su reinado y la cuenta de resultados son positivos en términos políticos, tanto por su papel decisivo para la restauración de la democracia como por su lealtad constitucional una vez restablecida esta. También por los servicios prestados como gran relaciones públicas de la nación, un tanto importante para los empresarios españoles que le acompañaban en sus viajes al extranjero.
  1. Casas_Reales_274983249_59378983_1024x576.jpg

    Como es habitual en un hombre de su posición, el rey fue instruido en diversas disciplinas, entre ellas la militar (como se puede ver en la imagen).

  2. Casas_Reales_274983218_59378146_1024x576.jpg

    Todo ello le supuso ser muy querido por el pueblo español y muy valorado en el extranjero. En la imagen es investido doctor 'honoris causa' por la Universidad de Nueva York.


  3. Casas_Reales_274983234_59378578_1024x576.jpg

    La familia real al completo en un evento oficial.


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    Los reyes votando en la ley de la reforma política en diciembre de 1976.

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    El conde de Barcelona cede los honores dinásticos a favor de su hijo, el rey Juan Carlos I en 1977.

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    Juan Carlos sancionando la Constitución española en diciembre de 1978, el documento que consiguió consolidar la democracia en nuestro país.

  7. Casas_Reales_274983236_59378632_1024x576.jpg

    En 1981 el rey tuvo que hacer frente a uno de los momentos más difíciles de su reinado: el golpe de estado del 23-F. En la imagen se le puede ver durante el discurso que ofreció ese día a los militares sublevados y al resto de España.


  8. Casas_Reales_274983240_59378740_1024x576.jpg

    El rey anunciando a los españoles su voluntad de abdicar en junio de 2014.


  9. Momento en que el rey sanciona y promulga la Ley Orgánica por la que se hace efectiva la abdicación de la Corona de España.


  10. El rey Juan Carlos abraza a su hijo Felipe tras la firma de la Ley Orgánica por la que su majestad hace efectiva su abdicación.
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  11. El rey Juan Carlos, junto a su hijo el rey Felpe y su nieta la princesa Leonor en 2014.
En un sentido global, la gestión de Juan Carlos I puede calificarse de brillante, pero los auditores pondrían salvedades referidas a la ética de sus propios negocios y a la ejemplaridad personal, que los reyes no pueden constreñir al ámbito privado, como un terreno vedado a la opinión pública.

Durante sus 39 años de reinado, entre 1975 y 2014, Don Juan Carlos dispuso de menos poderes que sus colegas europeos pues pesaba sobre los constituyentes españoles el sombrío recuerdo de la dictadura de Franco, a quien el nuevo rey debía su designación. Sin embargo, la ausencia de poderes políticos efectivos fue compensada por las atribuciones constitucionales a su papel de intermediación, que el monarca ejerció con habilidad y prudencia.

El espejo de Alfonso XIII
Su gran logro político fue contribuir eficazmente a la integración plena, sin reticencias, de la izquierda en la nueva monarquía parlamentaria, primero con Santiago Carrillo y después con Felipe González, con quien sentó las bases de una relación fluida y leal entre la jefatura del Estado y el Gobierno. Don Juan Carlos era consciente de que la caída de su abuelo Alfonso XIII se debió en buena parte a que este no quiso ninguna relación con los dirigentes socialistas y de la UGT.



Si en lo que se refiere a la lealtad constitucional Don Juan Carlos dejó en evidencia a su abuelo Alfonso XIII, el último rey de España, quedó por debajo de él en cuanto a la transparencia de las cuentas. Su abuelo estaba obligado a publicar todos los gastos, públicos y privados, y todos los ingresos, incluidos los que no procedían de la lista civil, como lo que pagaban los turistas por visitar los palacios reales o lo que obtenía la Corona por extender a los comerciantes que le servían el certificado de “Proveedor de la Real Casa”.

La autocensura de la prensa
Se benefició Don Juan Carlos de la autocensura de la prensa, del amable silencio de los intelectuales y de otros referentes de la sociedad, privilegios anacrónicos, propios, mutatis mutandi, de la época en que las monarquías eran absolutas y se confundía el patrimonio de la Corona con el de su titular. Así, durante todo su reinado se negó a informar y explicar cómo utilizaba la partida presupuestaria que le otorgaban las Cortes a cargo de los contribuyentes, valiéndose de un subterfugio de escasa consistencia: la interpretación incorrecta e interesada del artículo de la Constitución que establece que el rey dispone libremente de dicha partida. La libertad de disposición no implica que el monarca no tenga que dar cuenta de la aplicación de los dineros públicos.

De ese tabú hay que responsabilizar más a la prensa y a la clase política que al propio monarca. Este se aprovechó de su impunidad, lo que le llevó a la comisión de imprudencias que no se hubieran producido si hubiera habido transparencia. Al final, cuando se levantó el velo de la autocensura lo pagó bien caro.

Los obsequios del rey
El rey recibía los regalos más ostentosos, entre los que eran especialmente apreciados los coches, las motos y todo lo que se refería a la caza y a la navegación deportiva, lo que generaba la asombrada envidia de las otras crestas coronadas, que observaban perplejas cómo se entendía en España la monarquía parlamentaria.

Algunos obsequios fueron muy comprometidos, como el que le hizo el empresario Javier de la Rosa en 1988 por su cumpleaños, un Porsche deportivo hecho a mano que el rey aceptó sin remilgos.


El rey emérito Juan Carlos I cumple 80 años. EFE

Don Juan Carlos recibió periódicamente numerosos presentes, como los que efectuaban los fabricantes de automóviles, que rivalizaban por el mejor obsequio. Desde que el entonces Príncipe de Asturias tuvo casa propia, las fábricas doblaron el regalo a la Casa Real: un coche de alto standing para el rey y otro para su hijo.

Producto de esta obsequiosa costumbre de los fabricantes de coches, el rey acumuló una flota formidable integrada por miles de vehículos que no había forma de meter en la Zarzuela y aledaños. El monarca resolvió el problema revendiendo los coches, evitando así la necesidad de excavar un aparcamiento subterráneo de varias plantas. El rey tampoco hacía ascos a las motos. Aceptó del magnate Malcolm Forbes una Harley Davidson y del diseñador Incola Trussardi, su MV Augusta.

Un yate pagado a escote
El vehículo más deseado, el regalo más preciado era, sin embargo, el que surca los mares, la madre de todas las pasiones reales. No hay nada que pueda compararse a los barcos de vela de competición o a los yates más veloces. El primer yate real le fue entregado en 1976 por el rey Fahd de Arabia Saudí, cuando este era príncipe heredero. Un cascajo comparado con el “Fortuna”, que fue pagado a escote por un grupo de empresarios, una embarcación entonces única en el mundo.


El Rey Juan Carlos I cumple 80 años sintiendo que ha sido obligado a vivir un exilio forzado. EFE

El barco, que costó 3.000 millones de pesetas según apreciaciones oficiales -otras fuentes indican que el coste final se acercó a los 7.000 millones- fue pagado por un nutrido grupo de empresarios inicialmente mallorquines a los que, ante las dificultades para conseguir tan alta cifra, se tuvieron que añadir grandes empresas nacionales.

Una monarquía patrocinada
Poco a poco los miembros de la familia real se convirtieron en atractivos modelos de publicidad, a veces subliminal y otras descarada: la copa del rey de Vela se denominó Copa del rey-Trofeo Agua Brava; el monarca participaba a bordo del Bribón, propiedad de José Cusi y patrocinado por la Caixa, luciendo en el chaleco el logotipo de la entidad financiera; usaba pantalones Burberry; los relojes Breitling dan nombre a la regata que organiza el club náutico Puerto Portals donde participaba el entonces príncipe de Asturias a bordo del CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), que desbancó al Sirius propiedad de la Armada Española, un cambio de yate que provocó malestar en la tripulación.

Se negó a que se prohibieran los regalos
El jeque de un emirato árabe vino a España como los reyes Magos de Oriente, con las alforjas. Regaló valiosas joyas a la familia real y una daga árabe con incrustaciones de piedras preciosas al príncipe. Don Felipe mandó desmontarla y con tales piedras le montaron una pulsera que regaló, como tributo de amor eterno, a Isabel Sartorius, su novia de entonces.

A los ministros, a la sazón gobernaba el PSOE, les regaló sendos relojes de oro. Los ministros que no sabían que hacer con aquel reloj lo depositaron en las cajas de sus respectivos departamentos. El Gobierno se planteó entonces regular este tipo de presentes. Se lo comentaron al rey, pero este se negó en redondo: “Qué queréis. Está uno aquí currando todo el día y encima me pedís que rechace estos detalles...”

Esta fue la única objeción conocida que el rey formulaba para no estampar su firma en una ley, algo que ciertamente el Gobierno no planteó formalmente pues en ese caso el Monarca no hubiera podido negarse.


Los reyes eméritos, charlando. Gtres

Se ha explicado la obsesión por el dinero de Don Juan Carlos con las penurias sufridas por sus padres en el exilio de Estoril. Esta obsesión era compartida con la reina Sofía, afectada por los apuros de su familia también en el exilio, que recurrió a la generosidad de la Casa Real española. En esta aprensión frente a los riesgos del oficio, la pareja real permaneció siempre unida, consciente de que en aquella trepidante transición podía ocurrir cualquier cosa. “Lo malo –me decía un allegado a los monarcas– es que cuando uno hace cosas feas por lo que pudiera pasar, lo que pudiera pasar termina pasando”.

Ya instalado en España, Don Juan Carlos siguió corto de dinero hasta el extremo que, durante algún tiempo, antes de recibir una asignación del Estado como Príncipe de España, el marqués de Mondéjar pagaba sus trajes en Collado. Y ya de príncipe y casado, él y la princesa Sofía sufrieron la racanería de Fuertes de Villavicencio.

Sea este o no el origen de la real avidez lo cierto es que le ha llevado a incurrir en imprudencias que no tuvieron mayores consecuencias gracias a la complicidad de los gobernantes y al pacto de silencio no escrito de la prensa. En los años sesenta el presupuesto de los príncipes era de 70.000 pesetas al mes. El cepillo empezó a funcionar, que se sepa, a partir de 1962, cuando Luis Valls Taberner, presidente entonces del Banco Popular, organizó una suscripción popular encabezada por la duquesa de Alba que aportaría 200 millones de pesetas a los recién casados.



La atribución más tópica sobre ingresos del futuro rey en el mundo de los negocios se refiere al supuesto cobro de comisiones por la importación de petróleo procedente de países árabes con cuyas monarquías el príncipe mantenía relaciones “familiares”. Fue durante el primer choque petrolero de 1973-74: los países productores de hidrocarburos se habían coaligado en un cartel, la OPEP, y habían decidido disminuir la producción para elevar fuertemente el precio del crudo, que de un solo golpe se multiplicó por diez. En este contexto, el entonces príncipe de España se apuntó un buen tanto al dirigirse al monarca saudita, quien le garantizó que España dispondría de todo el dinero necesario.

Pide dinero al sha contra el peligro marxista
Naturalmente, tras su coronación las cosas cambiaron. El 22 de junio de 1977, tras las elecciones parlamentarias, el rey le escribió una carta al sha de Persia pidiéndole dinero para ponerle un partido fuerte a Suárezante las inminentes elecciones municipales. El rey justificaba su petición en el peligro socialista “que supone una seria amenaza para la seguridad del país y para la estabilidad de la Monarquía, ya que me han informado fuentes fidedignas de que su partido es marxista”. "Por esta razón, es imperativo que Adolfo Suárez reestructure y consolide la Coalición Política Centrista, para crear un partido para él que servirá como sostén de la monarquía y para la estabilidad de España.” En definitiva, el rey pedía a su “querido hermano” el sha que contribuyera con diez millones de dólares para el fortalecimiento de la monarquía española.

La respuesta del sha a esta carta está fechada el 4 de julio de 1977, es afectuosa pero muestra mucha más prudencia que la del rey de España. En uno de sus párrafos dice: “En cuanto a la cuestión a la que hace referencia Su Majestad en su carta, comunicaré mis pensamientos personales verbalmente....”

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El rey Juan Carlos, en un almuerzo con el rey Fahd. Efe

El rey Fahd, de Arabia Saudí, sensible a los problemas económicos de la monarquía de don Juan Carlos, le confió en los años ochenta, 100 millones de dólares para que los invirtiera prudentemente y los devolviera a los diez años sin intereses. Con solo poner esa cantidad en un banco a plazo fijo hubiera obtenido una buena fortuna. Sin embargo, el dinero fue confiado a Manuel Prado, que era todo menos prudente, y este lo invirtió, al parecer en el azaroso mercado de futuros, con resultados catastróficos, de forma que cuando se cumplieron los diez años acordados no había dinero o el suficiente para devolverlo. Entonces, se concedió un plazo adicional de cinco años.

Eficaces servicios al empresariado español
La última década antes de su abdicación fue realmente “horríbilis”. Ya era doloroso que su hija, la infanta Cristina, estuviera investigada en el caso Nóosjunto a su esposo Iñaki Urdangarín, pero lo peor es que este proceso tenía consecuencias para la monarquía e implicaba al rey, que había ayudado a su yerno a conseguir apoyos.

Fueron los momentos en los que la monarquía sufrió su mayor deterioro, rematados por la relación del monarca con Corinna, la cacería del elefante, etc. En aquella situación crítica, según me comenta una fuente muy próxima al monarca, este había reflexionado hondamente sobre cómo debía conducirse ante la nueva situación. Había acuñado una nueva filosofía: “Se dice – le comentó Juan Carlos a mi fuente - que la primera obligación del rey es ser ejemplar pero la verdad es que hoy nadie puede ser ejemplar. Eso era antes, cuando la gente no sabía lo que pasaba en palacio. En los tiempos que vivimos se me debe valorar bajo dos parámetros: mi utilidad y mi cercanía”. En consecuencia, decidió realizar más viajes empresariales: a Chile, a India, a Rusia, al Golfo, a Marruecos... “Menos viajes políticos y más road show”, resumió a mi fuente.


Don Juan Carlos, con el entonces presidente de Telefónica, César Alierta. Efe

“Yo –me confía esta- estuve en una cena en el Kremlin. Putin no salía de los tópicos políticos y de pronto el rey cortó por lo sano: 'Todo eso está muy bien Vladimir, pero si te parece cambiamos de tercio. Oye Cesar –refiriéndose a César Alierta-, cuéntale al presidente Putin tus propuestas económicas'. Y César se explayaba. 'Oye Carlos –por Carlos de Palacio Oriol-, cuéntale al presidente los problemas que tenéis para el abastecimiento del Talgo a los ferrocarriles rusos'. Putin le decía a su ministro del ramo: 'Toma nota'. El rey hacía de maestro de ceremonias. Y lo mismo ocurría en las reuniones con los presidentes de Chile, Argentina, Brasil, Colombia o Panamá, para quienes era muy querido”.

“Te aseguro –añade mi fuente- que la actitud de los empresarios hacia el rey era reverencial, hasta en exceso. Hay algo que no debiera decir y es que los empresarios se han portado muy bien con él. Sobre todo César Alierta, que mandó al yerno a Washington, creando un puesto que no existía".

Abdicar, su último servicio
Don Juan Carlos había dicho, redicho y reiterado en cuantas ocasiones se le presentaron que no pensaba abdicar, que un rey debía ser rey hasta la muerte. Hubo momentos, con motivo de alguno de los escándalos a los que me he referido, en que recibió fuertes presiones de ámbitos monárquicos para que dejara la corona en la cabeza de su hijo Felipe, de quien Don Juan Carlos se sentía orgulloso, pero con quien no tenía una extremada facilidad de comunicación. Don Juan Carlos se quejaba, un poco con la boca pequeña, de que se dijera que en España no había monárquicos, sino juancarlistas. Era plenamente consciente de sus deberes para con la dinastía que encarnaba.



A la monarquía, para consolidarse en una nación sin monárquicos, le faltaba la prueba de la muerte de Don Juan Carlos, dado que no contemplaba la abdicación, un verbo para uso exclusivo de los monarcas. Finalmente, cuando las encuestas detectaron que su conducta había llevado a la monarquía al suspenso, a una valoración aún menor que la de los periodistas, se tuvo que rendir a la evidencia de que si quería salvar la Constitución, debía sacrificar su persona. Fue, junto con su imprescindible aportación a la transición democrática, el gran servicio ofrecido a la nación.
 
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Froilan loco para dejar todo e ir al bingo (la ropa está apretada).
Leo preguntando: "¿Que hago yo aqui?"
Leti estrenando vestido de Sra digna, aunque la delantera está XXXXL
Sofí y Federica con una sonrisa medio que forzadas, pero bien...
Segundón con puño cerrado....raro raro
Doña Lacas a su bola...
Lena feliz por reunir su familia...pero falto la verrugas
Yo creo que JuanCa no fue avisado que era su cumple, esta como perdido...

El vestido de las pekes es feo con ganas...

edito
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edito
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Pero esto es de verdad?
 
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Aquí Leito se parece a su bisabuela Maria de las Mercedes.
 
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