Comparto este artículo de el correo:
"Este asunto criminal parece infinito, como Albert Einstein pronosticó del firmamento y la estupidez humana. Pensábamos que lo sabíamos todo del caso tras exhumarse cadáveres, rehacerse autopsias, editarse libros, cartas ‘anónimas’, reportajes de expertos, novelas o ver documentales y películas centradas en Los Galindos, tema hartible para los paradeños."
Sigue aquí, la verdad es que no deja en buen lugar al escritor:
"Si se licencia un coloquialismo, la obra que se comenta no tiene pies, ni cabeza. Sólo una pluma que relata entuertos que vulneran al ‘escritor’. Desahoga, de paso, conflictos domésticos lejanos de Los Galindos como escenario del múltiple crimen. Y difama a sus padres, primos, hermanos, la prensa, escritores, instrucción judicial y pesquisas policiales para que una disparatada tesis salga airosa...... Parece un pack del irrespeto. Un totum revolutum donde hasta se cuestiona el Caballo de Oro jerezano (página 124) otorgado al marqués tras abandonar a una familia que le pagó todo.
......
Lo primero que llama la atención de tan humilde escribidor es que la coartada del marqués para zafarse del banquillo la desmonta su hijo con un viaje en tren desde Málaga (dijo estar allí en el funeral de un familiar discapacitado) a El Arahal la mañana del 22 de Julio 1975. Retoma el tren en La Puebla de Cazalla esa misma jornada (Página 50). En La Puebla, señores y señoras, NO hay estación de tren: ¿Lo recogió –entonces- un helicóptero, el coche fantástico o uno de los OVNIs del cortijo de los líos?
........
El atribuido sicario merece más. Si su intuido pagador (marqués) lo acompañó el día de autos y sangre en una imposible ruta ferroviaria ¿Por qué fueron al cortijo tras el magnicidio quienes lo planificaron aunque la monstruosidad se le fuera de las manos? A los matones se les paga para que hagan su faena lejos del cliente.
..........
El Comisario-Jefe del GRI, José Arias Galán -padre de quien escribe esta reseña-, indagó con su equipo de expertos desde la Plaza de la Gavidia sevillana. Muy lejos de Madrid, y muy cerca de verdades que, entonces, se taparon desde Capitanía Militar. Para lectores que tengan menos de 50 años recordar que la cúpula militar, durante el tardo y posfranquismo, tuvo un poder relevante sobre otros establecidos en la Constitución de 1978.
........
Lo que se relata sobre EL CASO este libro causa bochorno. Corona la opinión del autor del libro sobre la prensa. El que fuera semanario español de sucesos más vendido, según el Sr. Fernández de Córdova, está lleno de ‘... canallas de pluma fácil ... desgraciados y cínicos infundiosos que sólo perseguían vender más papel .... madriguera de carroñeros sin escrúpulos...’ (página 211). Esta es la idea, mesurada, del ‘escritor’. La paradoja es que se reproduce una portada histórica (página 213) del semanario.
y sigue....
"Este asunto criminal parece infinito, como Albert Einstein pronosticó del firmamento y la estupidez humana. Pensábamos que lo sabíamos todo del caso tras exhumarse cadáveres, rehacerse autopsias, editarse libros, cartas ‘anónimas’, reportajes de expertos, novelas o ver documentales y películas centradas en Los Galindos, tema hartible para los paradeños."
Sigue aquí, la verdad es que no deja en buen lugar al escritor:
"Si se licencia un coloquialismo, la obra que se comenta no tiene pies, ni cabeza. Sólo una pluma que relata entuertos que vulneran al ‘escritor’. Desahoga, de paso, conflictos domésticos lejanos de Los Galindos como escenario del múltiple crimen. Y difama a sus padres, primos, hermanos, la prensa, escritores, instrucción judicial y pesquisas policiales para que una disparatada tesis salga airosa...... Parece un pack del irrespeto. Un totum revolutum donde hasta se cuestiona el Caballo de Oro jerezano (página 124) otorgado al marqués tras abandonar a una familia que le pagó todo.
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Lo primero que llama la atención de tan humilde escribidor es que la coartada del marqués para zafarse del banquillo la desmonta su hijo con un viaje en tren desde Málaga (dijo estar allí en el funeral de un familiar discapacitado) a El Arahal la mañana del 22 de Julio 1975. Retoma el tren en La Puebla de Cazalla esa misma jornada (Página 50). En La Puebla, señores y señoras, NO hay estación de tren: ¿Lo recogió –entonces- un helicóptero, el coche fantástico o uno de los OVNIs del cortijo de los líos?
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El atribuido sicario merece más. Si su intuido pagador (marqués) lo acompañó el día de autos y sangre en una imposible ruta ferroviaria ¿Por qué fueron al cortijo tras el magnicidio quienes lo planificaron aunque la monstruosidad se le fuera de las manos? A los matones se les paga para que hagan su faena lejos del cliente.
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El Comisario-Jefe del GRI, José Arias Galán -padre de quien escribe esta reseña-, indagó con su equipo de expertos desde la Plaza de la Gavidia sevillana. Muy lejos de Madrid, y muy cerca de verdades que, entonces, se taparon desde Capitanía Militar. Para lectores que tengan menos de 50 años recordar que la cúpula militar, durante el tardo y posfranquismo, tuvo un poder relevante sobre otros establecidos en la Constitución de 1978.
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Lo que se relata sobre EL CASO este libro causa bochorno. Corona la opinión del autor del libro sobre la prensa. El que fuera semanario español de sucesos más vendido, según el Sr. Fernández de Córdova, está lleno de ‘... canallas de pluma fácil ... desgraciados y cínicos infundiosos que sólo perseguían vender más papel .... madriguera de carroñeros sin escrúpulos...’ (página 211). Esta es la idea, mesurada, del ‘escritor’. La paradoja es que se reproduce una portada histórica (página 213) del semanario.
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