El problema de fondo es que no se persigue con suficiente contundencia al que paga. Si les cayera una gorda de verdad cada vez que entregan una mordida, seguro que se medían más.
Se está trabajando a medias tintas contra la corrupción.
No, es peor, se persigue con barra de hierro al currito medio que no tiene donde caerse muerto. Pero a este personaje y otros más barra libre. Es increible que aguantemos esto, pero increible.