Crecí creyendo que los problemas pueden solucionarse, y los malentendidos pueden aclararse.
Pero a medida que te adentras en la adultez, te vas dando cuenta de que la gente no necesariamente tiene un problema concreto contigo, o no quiere admitirlo, o prefiere demonizarte porque le es más conveniente acorde a sus esquemas mentales.
Que la gente miente, y muchas veces, preguntarles si les pasa algo contigo sólo sirve para que lo nieguen y luego la interacción sea todavía más incómoda.
El año pasado, tuve la típica compañera de trabajo que supuestamente era "brutalmente sincera", de esas que se jacta de decir las cosas a la cara, y que odiaba que otras compañeras la ignoraran o la despreciaran, que fueran "cobardes". Se acercó a mí porque estaba sola, ahora me doy cuenta, y se desahogaba conmigo sobre el tema, le fue conveniente mi apoyo. Aparte de eso tenía muchos problemas personales que me contaba, se puso tan pesada que incluso me llamaba a horas intempestivas y se impacientaba si yo no le respondía.
Llegó el verano y yo le escribí que si quería tomar algo algún día, que me diera un toque, porque ambas estábamos en la ciudad. Me respondió que claro, y nunca más me dijo nada, yo no le volví a insistir, porque sé que mucha gente propone o acepta quedar por compromiso.
Al reincorporarnos al trabajo, pude notar que me evitaba. No sólo no me buscaba como antes, sino que no venía a saludarme, o lo hacía de manera distante. Desde luego no me preguntó qué tal el verano, ni volvió a hablarme.
Llegó mi cumpleaños, yo traje unos dulces a la oficina para compartir, y fue la única que ni me agradeció ni me felicitó.
En ese momento fue que yo me di cuenta de que algo pasaba, porque ella antes me había repetido por activa y por pasiva lo grave que le parecía que alguien no me felicitara el cumpleaños. Yo, incluso, fui la única que le regalé un detalle.
Entonces mi actitud es dar lo que recibo. ¿Tú me ignoras? Yo hago lo propio. No voy a demostrarte que tus desprecios me molestan. Cada uno por su lado, y buena suerte.
Estoy harta de estas situaciones pasivo agresivas en las que la gente te pone mala cara, o te hace el vacío, esperando a que tú te des por aludido. Somos todos mayorcitos como para jugar a esos jueguecitos.
No soporto tener que perseguir a los demás para saber si yo he hecho algo mal, cuando son ellos quiénes actúan groseramente.
Pero al mismo tiempo me jode, me jode que varias personas se hayan portado así conmigo, que sean tan hipócritas de hacer lo mismo de lo que se quejan, y no confrontárselo.
Es como si callándome y fingiendo que no me importa, les fomentara seguir haciéndolo.
Qué hacéis vosotras? Confrontáis o ignoráis?
Pero a medida que te adentras en la adultez, te vas dando cuenta de que la gente no necesariamente tiene un problema concreto contigo, o no quiere admitirlo, o prefiere demonizarte porque le es más conveniente acorde a sus esquemas mentales.
Que la gente miente, y muchas veces, preguntarles si les pasa algo contigo sólo sirve para que lo nieguen y luego la interacción sea todavía más incómoda.
El año pasado, tuve la típica compañera de trabajo que supuestamente era "brutalmente sincera", de esas que se jacta de decir las cosas a la cara, y que odiaba que otras compañeras la ignoraran o la despreciaran, que fueran "cobardes". Se acercó a mí porque estaba sola, ahora me doy cuenta, y se desahogaba conmigo sobre el tema, le fue conveniente mi apoyo. Aparte de eso tenía muchos problemas personales que me contaba, se puso tan pesada que incluso me llamaba a horas intempestivas y se impacientaba si yo no le respondía.
Llegó el verano y yo le escribí que si quería tomar algo algún día, que me diera un toque, porque ambas estábamos en la ciudad. Me respondió que claro, y nunca más me dijo nada, yo no le volví a insistir, porque sé que mucha gente propone o acepta quedar por compromiso.
Al reincorporarnos al trabajo, pude notar que me evitaba. No sólo no me buscaba como antes, sino que no venía a saludarme, o lo hacía de manera distante. Desde luego no me preguntó qué tal el verano, ni volvió a hablarme.
Llegó mi cumpleaños, yo traje unos dulces a la oficina para compartir, y fue la única que ni me agradeció ni me felicitó.
En ese momento fue que yo me di cuenta de que algo pasaba, porque ella antes me había repetido por activa y por pasiva lo grave que le parecía que alguien no me felicitara el cumpleaños. Yo, incluso, fui la única que le regalé un detalle.
Entonces mi actitud es dar lo que recibo. ¿Tú me ignoras? Yo hago lo propio. No voy a demostrarte que tus desprecios me molestan. Cada uno por su lado, y buena suerte.
Estoy harta de estas situaciones pasivo agresivas en las que la gente te pone mala cara, o te hace el vacío, esperando a que tú te des por aludido. Somos todos mayorcitos como para jugar a esos jueguecitos.
No soporto tener que perseguir a los demás para saber si yo he hecho algo mal, cuando son ellos quiénes actúan groseramente.
Pero al mismo tiempo me jode, me jode que varias personas se hayan portado así conmigo, que sean tan hipócritas de hacer lo mismo de lo que se quejan, y no confrontárselo.
Es como si callándome y fingiendo que no me importa, les fomentara seguir haciéndolo.
Qué hacéis vosotras? Confrontáis o ignoráis?