Con cuchara. Sopas y Potajes.

GAZPACHO DE HIERBABUENA Y ALBAHACA


Gazpacho de hierbabuena y albahaca





MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA

Como vasco nacido en los sesenta que soy, permanecí mis buenos años al margen del concepto de "sopa fría". Una sopa, en mi casa, era por definición algo caliente, y en esos maravillosos veranos con 30 días de nublado y 20 de lluvia tampoco es que el instinto te llevara a crear líquidos helados raros con las verduras. Igual éramos un poco paletos, pero tampoco me suena haber visto nada así en casa de ningún amigo, a no ser que tuviera familia de otras partes de España.

Siempre nos andamos quejando de que nada sabe como antes, y sin embargo ésta es una prueba de cómo algunas cosas han cambiado para bien en cuestiones de comida: hoy esas monumentales muestras de genialidad del Sur que son el gazpacho, el ajoblanco y sus mil variantes se conocen y consumen tanto en Euskadi como en el resto del Norte. Personalmente, creo que tomarlos es el segundo mayor placer gastronómico que puedes tener en un día de calor -el primero es un vaso de agua fría-, y no me cabe en la cabeza un verano sin ellos.

Mi último descubrimiento en este campo es este gazpacho de hierbas sin tomate. La verdura que uso, el calabacín, tiene un papel totalmente secundario, casi de puro relleno vegetal, porque las estrellas aquí son la albahaca y la hierbabuena. Si te ponen otras finas hierbas como el hinojo, el cilantro o el estragón, tú mismo. Y aviso de que está calculado para unas raciones ligeras porque es contundente; si los comensales son muy tragaldabas, aumentar las cantidades.


Dificultad

Para negaciones absolutas en la cocina.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 50 gr. de hojas de hierbabuena (un buen manojo)
  • 50 gr. de hojas de albahaca (ídem)
  • 3 huevos
  • 100 gr. de miga de pan
  • 1 calabacín no muy grande
  • 2 dientes de ajo
  • 200 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • 3 cucharadas de vinagre de Jerez
  • Sal
Preparación

Poner agua a hervir en una cazuela y preparar agua con hielo en un bol. Escaldar las hierbas un minuto en el agua hirviendo y pasar inmediatamente al agua helada. Escurrir y reservar.

En la misma agua en la que hemos escaldado las hierbas, cocer tres minutos el calabacín picado en grueso, simplemente para que se ablande un poco. Sacar, enfriar con agua, escurrir y reservar.

En la misma agua, cocer los huevos 10 minutos desde que el agua vuelva a hervir. Sacarlos, desechar el agua de la cocción, dejarlos un rato en agua fría y pelarlos.

Remojar el pan en el vinagre y añadirle un poco de agua del grifo para que se ablande.

Mezclar en una batidora americana o en un vaso o bol grande para túrmix las hierbas, los huevos, la miga de pan, el calabacín, la mitad del aceite, medio litro de agua y sal. Triturar a conciencia hasta que quede fino. Añadirle los ajos aplastados con el canto lado de un cuchillo (esto lo hago para poder retirarlos luego, pero si gusta más potente, se pueden triturar con los demás ingredientes). Dejar reposar en la nevera durante unas horas.

Antes de servir, retirar los dientes de ajo con una cuchara si es que no se han triturado. Si se ve muy espeso, echarle un poco más de agua. Añadir el resto del aceite poco a poco mientras se vuelve a batir, para que el gazpacho emulsione y quede más cremoso. Corregir de sal y vinagre. Volver a meter a la nevera un rato si gusta muy frío, y servir.

Está mejor de un día para otro. Y queda muy bien guarnecido con gambas, un poco de jamón o unos trocitos de manzana.


 
Salmorejo de fresas y piquillos con su guarnición


Receta de Salmorejo de fresas y piquillos con su guarnición



Isma Prados




Ingredientes

Para 2 personas:

Para el tartare:


  • 1 cebolleta
  • 100 g de fresas
  • 90 g de champiñones
  • 60 g de jamón serrano
  • 50 g de caviar de lumpo
  • Aceite de oliva
  • Cebollino picado

Elaboración


Lámina el diente de ajo y dóralo en una sartén con un chorrito de aceite. Introduce los pimientos cortados en tiras, una pizca de sal, una pizca de pimienta y media cucharadita de pimentón.

Para el salmorejo, pon las fresas picadas en un bol, agrega los pimientos y tritura. Vierte un poco de agua fría y sigue triturando. Vierte el chorrito de vinagre de Jerez, cuélalo y mételo en el frigorífico para que se enfríe.

Abre los huevos de codorniz y ponlos en un bol. Pon abundante agua a calentar en una cazuela. Vierte un buen chorro de vinagre blanco y cuando veas que empieza a hervir de nuevo, apaga el fuego, remueve el agua para que haga remolino y agrega los huevos de uno en uno. Mantenlos en el agua durante 40 segundos. Retíralos con una espumadera y refréscalos en un bol con agua fría con hielos.

Para el tartare, pon en un bol la cebolleta, las fresas, los champiñones y el jamón, todo finamente picado. Agrega un buen chorro de aceite, el caviar de lumpo y el cebollino picado. Mezcla bien.

Con ayuda de un molde cortapastas, pon en el centro del plato una porción de tartare. Coloca encima y alrededor los huevos y vierte el salmorejo alrededor.
 
Sopa fría de pepino y yogur griego, un plato para vencer a las olas de calor
Las sopas frías son siempre protagonistas del verano. Prueba esta preparación poco calórica y con muchos nutrientes, verás cómo sorprendes a tus invitados por su refrescante sabor


Foto: Foto: iStock




Por
Alimente
27/08/2020


Las sopas frías se han convertido, por derecho propio, en los platos de verano más recomendables. La enorme variedad existente, su adaptabilidad a todo tipo de paladares y su sencilla preparación justifican, con creces, su enorme popularidad. No en vano, resistirse a una sopa fría cuando aprieta el calor parece más que complicado.

Además, por lo general, son muy sanas, hidratan el organismo y aportan una cantidad de nutrientes más que recomendable para hacerles frente a los rigores del verano. Nuestra propuesta tiene una pincelada griega que combina el pepino con el yogur griego. Llámala sopa fría o, si lo prefieres, tzatziki desestructurado, pero no dejes de probarla en tu casa. Tus invitados se quedarán con ganas de más.
Tiempo de preparación: 20 minutos. Dificultad: Fácil. Coste: Económico. Comensales: 4.

  • Yogur griego natural (1 taza)
  • 3 pepinos
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta blanca
  • 2 dientes de ajo
  • Sal
  • Azúcar

Preparación
1. Corta el ajo en láminas y sofríelo con un poco de aceite, controlando siempre el punto de cocción.



yogur-griego-istock.jpg


Yogur griego. (iStock)



2. Pela el pepino dejando siempre unas tiras de piel (aportan color y evitan que se repita). Trocéalo y colócalo en un vaso para batidora de alta capacidad.

3. Añade el yogur griego, la sal, la pimienta, el azúcar, el ajo y un chorro de aceite de oliva.
4. Bate todo lo anterior corrigiendo con un ligero hilo de aceite de oliva para conseguir una mezcla homogénea. Se recomienda conservar la jarra, cerrada herméticamente, en el frigorífico durante una hora antes de servirla.

Esta crema admite como acompañante todo tipo de ingredientes. Unas gambas salteadas, unas verduras cortadas en bastones, algo de fruta y casi todo lo que se te ocurra. Es importante mencionar que no se trata de un gazpacho o de un salmorejo, por lo que debes controlar muy bien la textura.
Si estás a dieta, apuesta por un yogur griego sin azúcar y añade estevia a la hora de triturar la crema. Como primer plato es magnífico, ya que prepara al estómago para el segundo plato de forma amable y recomendable.
Su maridaje es perfecto con vino blanco o con un cava bien frío. Sí se recomienda, cuando la prepares, no abusar de los aperitivos, ya que la crema es densa y puede provocar que el segundo plato se quede casi sin probar.

Lo que nadie pone en duda es que el sabor de esta sopa fría no se olvida con facilidad. Prueba esta receta en casa, ve perfeccionándola y convertirás su degustación en uno de los mejores momentos de tu próxima velada con amigos o familiares. A buen seguro, no tardarán en pedirte información sobre cómo preparar esta delicia que representa, con enorme sencillez, las características más destacables de la cocina mediterránea.



Foto: iStock.


Foto: iStock.



Truco final
Aparte de seleccionar los mejores ingredientes para su preparación, al igual que para todas las sopas frías, añade unas hojas de hierbabuena picada a la hora de batir la crema. Lograrás un sabor mucho más refrescante y la crema será mucho más digestiva.

 
La sopa de alficoz fría para que te olvides del calor
Es el fruto de una planta cucurbitácea relacionada más con el melón que con el pepino. Idónea para los días calurosos


Foto: Aquí el pepino es el protagonista. (Shutterstock)



Por
Alimente
29/08/2020

La escritora Rosa Tovar detalla en la Guía Repsol este plato idóneo para el calor. El alficoz es el fruto de una planta cucurbitácea relacionada más con el melón que con el pepino, pero se le considera pepino por su forma. En los lugares donde sea más difícil de encontrar, se puede hacer esta sopa, con todas las precauciones, con la mitad del peso en pepino –pelado– y la mitad en melón de esos pepináceos que, en general, son casi todos hoy en día, porque la fruta se recoge del campo verde pero verde, y no madura en condiciones sin el aporte de su planta madre y lejos del sol. El sabor del pepino es demasiado fuerte frente al suave del alficoz. Es una receta basada en otra del gran libro de la cocina valenciana 'Els nostres manjars', de Martí Domínguez, de 1979. Tiene el aire de las ensaladas de yogur o nata agria del Oriente mediterráneo y europeo, refrescante y deliciosa, y tarda 15 minutos en prepararse.



Foto: iStock.


Foto: iStock.


Ingredientes (4 personas)

  • 1 alficoz grande de unos 700 g o 2 más pequeños
  • 1 cucharada de vinagre o de zumo de limón
  • 1 diente de ajo del morado, de la Mancha, o 1/2, según gustos
  • 1 ramito de hierbabuena
  • 250 g de crème fraîche o de nata agria
  • 3-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Sal y agua

Elaboración
Lavar el alficoz y cortarlo en trozos pequeños. Echarlos en el vaso de la batidora con 1 cucharadita de sal, el ajo, el vinagre o el zumo de limón, la crème fraîche y unas cuantas hojas de hierbabuena –reservar las más tiernas de los brotes para servir–. Una vez todo triturado, comprobar la consistencia y añadir el agua que se considere necesaria. Probar de sal, corregir, verter en una sopera o ensaladera y dejar que se enfríe bien en el frigorífico. Al momento de servir se adorna con las hojitas reservadas de hierbabuena.

Truco final
Si se quiere hacer esta sopa y no se tiene posibilidad de encontrar alficoz, seguir el consejo de la introducción, prepararla con una parte de pepino peladoy otra parte de melón de esos verdes y poco dulces. Pero merece la pena molestarse en buscar el alficoz. En Alicante se sirve a veces con unas colas de gambas ya peladas por encima.


 
CREMA DE COLIFLOR VERDE Y YOGUR CON AVELLANAS CARAMELIZADAS

Crema de coliflor verde y yogur con avellanas caramelizadas




Ingredientes

Para 6 personas

  • Una coliflor –verde o no– de unos 800 gramos
  • 2 cebollas
  • 2 patatas medianas
  • 1 puerro (la parte blanca)
  • 2 yogures de oveja
  • 1 bulbo de hinojo
  • 60 g de avellanas
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 750 ml de caldo de verduras o pollo
  • Sal
  • Pimienta
  • Aceite de oliva
  • 1/2 cucharadita de semillas de hinojo o alcaravea
Preparación

1. Pelar las cebollas y cortarlas en trozos medianos. Dorarlas en una olla grande a fuego medio con un chorro de aceite de oliva. Cuando hayan cogido algo de color, añadir el puerro y la patata y seguir el proceso. Cuando todo esté dorado, añadir la coliflor y el hinojo troceados –solo hay que quitar las partes que sean realmente leñosas, el resto no es necesario– y darle vueltas al conjunto un par de minutos más.

2. Mojar las verduras con el caldo, llevar a ebullición y añadir las semillas de hinojo o alcaravea. Cocer tapado a fuego lento durante unos 15-20 minutos o hasta que las verduras estén tiernas. Rectificar de sal si es necesario, añadir uno de los yogures y procesar hasta conseguir una crema de textura fina.

3. Romper un poco las avellanas con ayuda de un trapo y un mortero (o la base de una taza, por ejemplo). No tienen que quedar muy pequeñas, y si queda alguna entera tampoco pasa nada. Ponerlas en una sartén antiadherente a fuego alegre hasta que cojan algo de color, en ese momento bajar el fuego a medio, añadir el azúcar y remover sin parar hasta que se caramelicen un poco. Poner sobre un plato hasta que se enfríen.

4. Servir la crema caliente o tibia con una cucharada del yogur restante y parte de las avellanas caramelizadas y un poco de pimienta recién molida. Se puede tomar sola o acompañada de tostadas gratinadas con queso.


 
Crema de espárragos, cuando las verduras pasan a ser estrellas
Te enseñamos trucos para que esta rica preparación cargada de nutrientes sea todo un éxito. Te ofrecemos la fórmula para hacer una versión light si quieres cuidar tu línea


Foto: Un clásico de las cremas. (iStock)



Por
Alimente
02/09/2020


Las cremas de verduras son, sin duda alguna, uno de los grandes clásicos dentro de la cocina casera. Calentitas, nutritivas y con pocas calorías son un plato básico para todos aquellos que quieren cuidarse con un plato rápido y fácil de preparar.

El espárrago ha sido utilizado en cocina desde tiempos inmemoriales. De hecho, hay una receta de espárragos en el libro de cocina más antiguo hasta ahora conocido, 'De re coquinaria', escrito por Apicio en el siglo III.
Una de las recetas más preparadas con este vegetal es la crema. Y es que resulta muy depurativa y además tiene un sabor de lo más rico. Ideal para todo el mundo. ¿Te atreves a preparar una sencilla crema de espárragos? Toma nota.


Tiempo: 40 minutos. Dificultad: Fácil. Coste: Económico. Comensales: 4.


Foto: iStock.


Foto: iStock.


Ingredientes
  • Un manojo de espárragos verdes
  • Una patata mediana
  • Una cebolla mediana
  • Un cuarto de taza de nata para cocinar
  • Un trozo de mantequilla
  • Sal
  • Una pastilla de caldo de verduras
  • Pimienta blanca (opcional)
Elaboración
  1. Pela la patata y la cebolla y corta la parte más dura de los espárragos.
  2. Corta todas las verduras en trozos grandes.
  3. Derrite la mantequilla en una olla sin que llegue a quemarse y añade las verduras. Rehoga con un poquito de sal y la pimienta blanca (esto es opcional). También puedes saltarte este paso y poner todos los ingredientes a cocer en el agua directamente. Es una solución muy práctica cuando apenas tienes tiempo para cocinar.
  4. Añade agua hasta cubrir las verduras y una pastilla de caldo de verduras bien desmenuzada. Puedes sustituir el agua y la pastilla por caldo de verduras casero o incluso comprado.
  5. Deja que cueza unos 20 minutos o hasta que veas que las verduras estén tiernas.
  6. Apaga el fuego y deja enfriar. Es importante que no te saltes este detalle, ya que si pasas la batidora con el caldo muy caliente corres el riesgo de que esta se rompa.
  7. Tritura bien todos los ingredientes con la batidora hasta que te quede una crema.
  8. Añade un buen chorro de nata y remueve hasta que esté totalmente integrada con la crema. La cantidad es variable, ya que depende de si te gustan las cremas más o menos espesas.
  9. Una vez lista, puedes añadirle huevo cocido en trocitos, picatostes, espárragos cocidos en trocitos o taquitos de beicon fritos.
  10. Si quieres obtener una crema de espárragos light, lo único que tienes que hacer es sustituir la mantequilla por margarina vegetal o aceite y la nata por leche. En concreto, las leches ricas en ácidos grasos omega 3 son más espesas y se comportan como un estupendo sustituto de la crema. Además, debes ponerle una patata más pequeña o incluso prescindir de ella.

Foto: iStock.


Foto: iStock.


Truco final
¿Quieres una crema de espárragos de auténtico gourmet? Sirve cada cuenco con la punta de un espárrago y media loncha de jamón de pato pasados por la sartén. Para rematar, añade un chorrito de nata por encima.

 
Mazamorra: la antepasada blanca del salmorejo | EL COMIDISTA






Como tantos otros platos tradicionales, la mazamorra tiene un pequeño problema con el nombre: si no la conoces, al oírlo te imaginas un engrudo basto que va a golpear tu estómago como un garrote. Sin embargo, al probarla te das cuenta de que puede ser una finísima delicadeza. ¿Ligera? Honestamente, no, porque estamos hablando de un triturado de frutos secos y aceite de oliva. ¿Exquisita? Sí, si está bien hecha y no se abusa del ajo ni del pan.

Para entendernos, la mazamorra cordobesa viene a ser una especie de ajoblanco más denso, o un salmorejo sin tomate y con almendras. De hecho, se la considera un antepasado judío de este último plato, ya existente en los tiempos en los que el tomate no había llegado a España desde América. Aunque las mazamorras viejunas no se hacían con almendras, sino con productos más humildes como la harina de habas o de algarroba, nuestra versión -que es la del cocinero de La Salmoreteca Juanjo Ruiz- no prescinde de ese lujillo moderno, e incorpora además un poco de manzana para dar dulzor, textura y acidez.
 
SOPA DE PUERROS Y CHIRLAS

Para levantar a un muerto



Una sopa sabrosa y muy fácil de hacer en la que el caldo se viene arriba gracias a un sofrito de ajo y puerro. Las chirlas abiertas en el último momento le dan el toque definitivo de sabor.




Dificultad
Muy baja.

Ingredientes
Para 4 personas
  • 4 puerros
  • 500 g de chirlas frescas
  • 1,2 l de caldo de pescado (o agua)
  • 100 ml de vino blanco
  • 2 dientes de ajo
  • 4 cucharadas de perejil fresco picado
  • 1 cucharadita de azafrán
  • 1 cayena (opcional)
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra
Preparación
  1. Quitar las hojas verdes -reservar para caldo u otras preparaciones- y las raices a los puerros, hacerles un corte en forma de cruz en la parte superior y lavarlos bajo el grifo para quitarles la tierra. Después, picarlos.
  2. Pelar y picar los ajos, y sofreírlos en una olla alta con un chorro de aceite de oliva y la cayena (retirarla después de unos tres o cuatro minutos en el aceite). Antes de que el ajo empiece a tomar color, añadir el puerro, salpimentar y dejar que se rehogue a fuego medio-bajo durante una media hora. Si empieza a pegarse, añadir un poco de agua en el fondo de la olla para que no se queme.
  3. Añadir el vino blanco, esperar a que el alcohol se evapore e incorporar el caldo de pescado. Dejar cocer 20 minutos.
  4. Añadir el azafrán y, pasados cinco minutos, agregar también las chirlas y el perejil. Esperar a que las chirlas se abran, sacarlas de las conchas, devolver su carne a la sopa y servir inmediatamente.

 
Esta sopa de verduras no lleva absolutamente NADA de grasa

Esta sopa de verduras está totalmente libre de grasa. No tiene nada de nada. No obstante, a pesar de su sencillez y de parecer una receta básica, queda muy, pero que muy decente. Puedes emplear las verduras que quieres. Tan sólo, eso sí, respeta sus tiempos de cocción.



 
DOS CREMAS DE CALABAZA DE AIRES ASIÁTICOS


Viaja a Tailandia y a Japón sin pasar por el aeropuerto.




Le damos un par de vueltas a la crema de calabaza definitiva para llevarla a Japón, gracias al sabor del miso y el sésamo, y a Tailandia, con los aromas característicos de la lima y el curry.




MIREIA FONT
23/09/2020

Hoy en El Comidista os damos calabazas, pero no de desamor porque os amamos hasta el infinito, el más allá y vuelta. Os damos calabazas asiáticas: para ser más concretos, japonesas y tailandesas. Ya en su momento, nuestro emperador y Rey Rama I, Mikel López Iturriaga, nos mostró en un vídeo muy apañado cómo elaborar la crema de calabaza perfecta. El truco para sublimar esta cucurbitácea pasa por caramelizar sus azúcares, dorándola en aceite o mantequilla a fuego alegre, cortada en dados pequeños para aumentar la superficie de exposición.

Cambiando solo el ingrediente lácteo, las especias y la guarnición, podemos darle a esta divina crema de calabaza un giro totalmente japonés o tailandés. Si tanta variedad con una sola vuelta os parece poco, además ambas cremas se elaboran siguiendo los mismos pasos. Si no tenéis calabaza a mano, probad a seguir la misma fórmula usando zanahoria o calabacín; también podéis añadir algunos invitados especiales: la chirivía aportará un interesante dulzor, las setas su característico sabor a bosque y un puñado de hojas tiernas de espinaca -justo al sacar la verdura del fuego-, un interesante toque fresco.

Si por vuestra zona todavía aprieta el calor y apetece cuchareo en versión fresca, añadid 500 ml más de caldo: conseguiréis una versión más ligera, perfecta para tomarla de la nevera. ¿Queréis convertirla en una cena ligera? Añadid un huevo cocido al punto que os guste más, unos restos de pollo troceado, unos daditos de jamón asado, tofu o queso y un par de trozos de pan tostado (o picatostes). ¿Te ha entrado hambre? Pues manos a la obra.



CREMA DE CALABAZA CON MISO


Ingredientes


Para 4 personas
  • 800 g de calabaza
  • 150 g de cebolla
  • 150 g de puerro
  • 1 rodaja pequeña y fina de jengibre
  • 1 manzana (preferiblemente pastosa, tipo reina)
  • 1 litro de caldo de pollo o de verdura de sabor neutro
  • 3 cucharadas de miso (preferiblemente blanco)
  • 2-3 cucharadas de aceite de girasol o de oliva
  • Sal
  • Semillas de sésamo tostado
  • Cebollino o cebolleta
  • Unas gotitas de aceite de sésamo

Preparación
  1. Pelar, despepitar y quitar los hilos interiores de la calabaza. Cortarla en trozos relativamente pequeños.
  2. Calentar el aceite en una olla. Añadir la calabaza y dorarla por tandas a fuego medio-fuerte hasta que sus lados estén dorados y se hayan caramelizado ligeramente. Reservar en un bol y salar un poco.
  3. Pelar y cortar la cebolla y el puerro. Pelar la rodaja de jengibre.
  4. Pelar, descorazonar y cortar en dados la manzana.
  5. Poner la cebolla, el puerro, el jengibre y la manzana en la olla. Salar un poco y rehogar durante 10 minutos a fuego medio-suave. Añadir más de aceite si es necesario.
  6. Agregar la calabaza y el caldo a la olla. Cocer durante 15-20 minutos.
  7. Coger un poco de líquido caliente de la cocción con una taza con asa. Añadir el miso dentro de la taza y remover con un tenedor hasta diluirlo.
  8. Retirar la olla del fuego y echar el miso disuelto. Triturar hasta conseguir una crema homogénea.
  9. Picar el cebollino. Emplatar. Poner el cebollino, las semillas de sésamo y unas gotitas de aceite de sésamo por encima; servir inmediatamente.

CREMA DE CALABAZA CON CURRY ROJO


Ingredientes


Para 4 personas
  • 800 g de calabaza
  • 150 g de cebolla
  • 150 g de puerro
  • 1 rodaja de jengibre pequeña y fina
  • 1 manzana (preferentemente pastosa, tipo reina)
  • 1 litro de caldo de pollo o de verdura de sabor neutro
  • 100 ml de leche de coco
  • 2 cucharaditas rasas de pasta de curry rojo
  • 2-3 cucharadas de aceite de girasol o de oliva suave
  • Sal
  • Cilantro o perejil
  • Un chorrito de zumo de lima o limón

Preparación
  1. Pelar, despepitar y quitar los hilos interiores de la calabaza. Cortarla en trozos relativamente pequeños.
  2. Calentar el aceite en una olla. Añadir la calabaza y dorarla por tandas a fuego medio-fuerte hasta que sus lados estén dorados y se hayan caramelizado ligeramente. Reservar en un bol y salar un poco.
  3. Pelar y cortar la cebolla y el puerro. Pelar la rodaja de jengibre.
  4. Pelar, descorazonar y cortar en dados la manzana.
  5. Poner la cebolla, el puerro, el jengibre y la manzana en la olla. Salar un poco y rehogar durante 10 minutos a fuego medio-suave. Añadir más de aceite si es necesario.
  6. Agregar la calabaza y el caldo a la olla. Cocer durante 15-20 minutos.
  7. Coger un poco de líquido caliente de la cocción con una taza con asa. Añadir la pasta de curry rojo dentro de la taza y remover con un tenedor hasta diluirla.
  8. Retirar la olla del fuego, añadir el curry rojo disuelto y la leche de coco. Triturar hasta conseguir una crema homogénea.
  9. Picar el cilantro. Emplatar: poner el cilantro y un chorrito de zumo de lima por encima; servir inmediatamente.

 
CREMA DE CALABAZA, BONIATO Y ZANAHORIA | Crema de verduras de otoño

Con la llegada del otoño llegan productos que enriquecen nuestra cocina: calabaza, boniato, castañas, setas, granada y otros muchos. Hoy la protagonista será la calabaza, acompañada del boniato (moniato, batata, papa dulce...) y la zanahoria. Vamos a hacer una crema fácil, rápida de hacer, reconfortante y saludable.







Para 2-4 personas:

1/2 kg de calabaza
300 g de boniato
200 g de zanahoria
1/2 cebolla
2 castañas
Comino
Jengibre rallado
Zumo de 1 naranja
Agua (hasta cubrir 1 dedo por encima)
Aceite de oliva virgen extra
Nuez moscada
Pimienta
Sal


Para la presentación:
Yogur natural (o leche de coco)
Pipas de calabaza (o granos de granada)
Vinagre de Módena
 
Back