Ciclismo, los esforzados de la ruta.

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Ocupa muy poco espacio y cuenta con más de 900 valoraciones de usuarios que ya la han probado




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Permite ejercitar piernas y brazos sin salir de casa y tampoco se necesita mucho espacio para instalarla



EL PAÍS ESCAPARATE

25 MAR 2020 -



Las bicicletas estáticas llevan años siendo una alternativa práctica y eficaz para que, aquellas personas que no pueden salir a menudo a hacer deporte al aire libre, lo practiquen en casa. Montarnos nuestra clase de spinningparticular puede ser, sin duda, una buena opción ahora que hemos de estar en casa para frenar el avance del Coronavirus.

Sin embargo, puede que no todos los hogares dispongan de espacio suficiente para albergar una bicicleta estática al uso. En su lugar, existen soluciones más compactas que se adaptan mejor a las casas con poco espacio o que prefieren una herramienta más discreta que no desentone tanto con el resto de la habitación.

Es el caso de esta mini bicicleta de la firma Himalay que ocupa muy poco espacio y que se puede utilizar mientras se está sentado. Una opción compatible, por ejemplo, con ver la televisión o escuchar música mientras se pedalea. Según indica el fabricante, este producto permite ejercitar los mismos grupos musculares que una bicicleta normal y es apta para personas de distintas edades y condición física, ya que su intensidad se puede adaptar progresivamente desde un nivel principiante a otro más avanzado.

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¿Qué tiene de especial?
Sus dimensiones la hacen idónea para utilizarla en el hogar, ya que no es necesario disponer de grandes espacios o una sala específica para ella. Es una bicicleta que se puede colocar en cualquier estancia, incluso mientras se está sentado en el sofá. Además, permite trabajar de igual forma la musculatura de los brazos y la de las piernas. En el caso de querer trabajar la parte superior del cuerpo, se puede posar la bicicleta sobre una mesa.

Esta bicicleta compacta cuenta también con una pantalla LCD en la que se puede ir visualizando distintos datos como el tiempo empleado, la distancia recorrida, las calorías consumidas o el número de revoluciones. Para subir o bajar el nivel de intensidad del pedaleo también cuenta con una rueda en la que regular la resistencia manualmente.

La mini bicicleta estática soporta hasta 100 kilos de peso y sus dimensiones totales son 43 x 32 x 20 centímetros. La estructura está elaborada en plástico y cuenta con unas tiras en los pedales para fijar los pies o manos y que no se deslicen al ejercitarse. También está equipada con una alfombrilla antideslizante en la parte baja del soporte para que se fije correctamente al suelo mientras se usa. Resulta muy fácil de montar, plegar y transportar.



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Más de 900 valoraciones en Amazon
Los usuarios de Amazon que ya la han probado en sus hogares le han otorgado una nota media de 4,1 estrellas sobre un total de 5. Además, es un producto que registra más de 900 comentarios. Muchos de ellos indican que lo adquirieron para personas mayores o con movilidad reducida que no pueden ejercitarse fuera de casa o para complementar sus entrenos los días que no pueden salir.

Jesús señala: "Desde hace un tiempo mi madre no se levanta mucho y necesitaba hacer algo de ejercicio para las rodillas. Le he comprado esto sin mucha seguridad que le gustara y sí, le ha gustado y le va de lujo para mover sus rodillas ya que a ella le costaba mucho subir a la bici que tengo... Además, le vale tambien para los brazos".

"¡Muy contentos con la compra!", indica Sayda. "Fácil de guardar y no pesa, por lo que es apta para cualquier edad y es fácil de ubicar en cualquier estancia de la casa. Ha sido fácil y rápida de montar ya que trae la herramienta necesaria.Y un detalle es que viene con las pilas... La verdad que muy contentos porque mientras ves la tele puedes estar haciendo deporte e ir regulando la intensidad con la ruleta".

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CORRIÓ PARA LOS EQUIPOS PEPSI E IGNIS
Fallece Daniel Yuste, exciclista olímpico español, víctima del coronavirus
Daniel Yuste tenía 75 años y fue uno de los ciclistas más destacados durante su corta etapa profesional en la modalidad de pista, siendo campeón nacional en persecución y madison



Foto: Daniel Yuste, en 1969 con el equipo Pepsi. (Federación Madrileña de Ciclismo)


Daniel Yuste, en 1969 con el equipo Pepsi. (Federación Madrileña de Ciclismo)


AUTOR
EL CONFIDENCIAL
31/03/2020



Daniel Yuste, exciclista profesional, ha fallecido a los 75 años de edad víctima del coronavirus, según ha informado la Federación Madrileña de Ciclismo a través de su página web. Yuste, natal de Leganés, fue profesional durante dos temporadas (1969 y 1970) en los equipos GD Pepsi e Ignis y representó a España en los Juegos Olímpicos de México (1968).

Destacado ciclista de pista en la época, obtuvo los Campeonatos de Españade persecución y de madison junto al también madrileño José Gómez. En los Juegos terminó en el puesto decimotercero en persecución. Así mismo, batió el récord de España de los 5 kilómetros en 1965.

 
Un pelotón en el salón de casa
Equipos ciclistas organizan carreras en el ordenador para que sus corredores entrenen con los aficionados


DANIEL GÓMEZ
Madrid -
24 MAR 2020


La campeona del mundo, Van Vleuten, en su casa con el sistema de entrenamientos informatizado.


La campeona del mundo, Van Vleuten, en su casa con el sistema de entrenamientos informatizado.



Un rodillo, una bici y un ordenador con conexión a Internet. Son las tres únicas herramientas necesarias para entrenar desde el salón de casa con un pelotón en el que ruedan ciclistas de élite durante el parón por la pandemia del Covid-19. En estos días de obligada suspensión de las competiciones deportivas, las plataformas de simulación ciclista han conseguido unir más que nunca a los seguidores con sus ídolos.

El pasado domingo, estrellas como Vincenzo Nibali, vencedor de las tres grandes vueltas, o Alberto Bettiol, ganador del Tour de Flandes, se reunieron con más de 4.000 aficionados tras las pantallas de sus ordenadores para recorrer de forma virtual los últimos 57 kilómetros de la Milán-San Remo, el primer monumento suspendido de la temporada. “¡Llega el Poggio, último esfuerzo!”, avisaba el simulador a los corredores mientras sus rodillos adaptaban la resistencia a las pendientes de hasta el 4,5% de desnivel del último repecho de la prueba antes de enfilar la Vía Roma. “Ha sido especial poder pedalear desde casa con nuestros seguidores”, reflexionaba tras acabar Nibali, ganador de la clásica en 2018, sobre la idea desarrollada por RCS Sport, empresa que organiza el Giro de Italia, y Garmin.

Pero la celebración de La Classicissima no fue la primera gran reunión en las carreteras virtuales entre profesionales y aficionados. Tras conocerse la suspensión del Giro, el equipo Mitchelton-Scott empezó a desarrollar un calendario alternativo de recorridos y sesiones virtuales en las que ruedan conjuntamente sus ciclistas, tanto del equipo masculino como femenino, y todos aquellos aficionados que quieran unirse a través de la plataforma Zwift.

Desde entonces, los corredores del equipo australiano han participado en 16 desafíos a los que se han unido millares de aficionados. Estrellas como Simon Yates, ganador de la vuelta a España 2018, y Annemiek van Vleuten, actual campeona del mundo, se han batido el cobre con sus seguidores. “Yo estoy en Andorra, y otros compañeros están en Australia, Gran Bretaña o Girona, y gracias a esto podemos pasar un buen rato juntos a pesar de la distancia”, explicaba Yates tras uno de los desafíos, que consistía en iniciar la subida a un puerto a cola del multitudinario pelotón e intentar remontar hasta alcanzar la cabeza antes de llegar a la meta.

A la estela del Mitchelton, el Kern Pharma, un equipo navarro que recientemente ha dado el salto a la categoría UCI Continental, ha emprendido una iniciativa similar organizando cada dos días recorridos abiertos al público que oscilan entre 25 y 40 kilómetros, en este caso con la plataforma de simulación Bkool.

“Ves todo en la pantalla. Tu personaje, los de los demás, la potencia que desarrollas, los porcentajes de las pendientes a los que se adapta el rodillo... Es como un videojuego, pero el esfuerzo es real”, explica Enrique Sanz, ciclista del Kern Pharma. “Nos ayuda mucho a nivel psicológico, encaras el día de otra forma. Y te lo pasas bien, porque la gente que entra se pica y ves cómo se ponen a tu rueda y te adelantan”.

En los primeros días han recibido la visita de más medio centenar de ciclistas aficionados que han rodado junto a ellos en los recorridos virtuales por las carreteras de municipios como Orkoien, Puente La Reina e Irurtzun. “El último día estábamos cerca de 100 personas conectadas. Entra más gente de fuera que del propio equipo”, asegura Sanz.

“Se unen también antiguos compañeros de equipo, como Jorge Arcas, que ahora está en Movistar. Incluso hay ciclistas de otros continentes que se ponen en contacto con nosotros para decirnos que van a entrar y les veamos rodar”, añade Juanjo Oroz, director deportivo. “No podemos estar al margen de lo que pasa y, ya que no podemos ayudar desde la carretera, tenemos que intentar hacerlo con estas iniciativas para que la gente pueda desconectar y pasar un buen rato. Ese es el deber de un buen equipo deportivo”, concluye.


VIDEO: https://elpais.com/deportes/2020-03-24/un-peloton-en-el-salon-de-casa.html
 
Última edición por un moderador:
Probamos los mejores cascos inteligentes para ir en bicicleta
Analizamos cuatro modelos que, además de ser cómodos y ofrecer una buena ventilación, incorporan sistemas de iluminación que refuerzan tu seguridad




Cascos inteligentes bicicleta


Los cuatro modelos que hemos probado refuerzan la seguridad y ofrecen, además, otras prestaciones extra. GETTY IMAGES



REGINA DE MIGUEL
Madrid 6 MAR 2020

Nuestra experta ha elegido el Livall BH62 como el mejor casco inteligente de los cuatro analizados. Su sistema de iluminación, lo cómodo que resulta y otras funciones extras que incorpora lo hacen superior al resto.
El último Barómetro de la Bicicleta en España recoge que casi nueve millones de usuarios utilizan este medio de transporte semanalmente, y que más de cuatro millones y medio lo usan en alguna ocasión en sus desplazamientos por motivos laborales o de estudios.
Dentro de este contexto, el casco se ha convertido en uno de los complementos imprescindibles para cualquier persona que monte en bici. También para quienes buscan otras alternativas al transporte en la ciudad como los patinetes eléctricos. Y es que toda seguridad es poca.


¿Qué modelos hemos elegido?
La siguiente selección incluye cuatro cascos inteligentes que, gracias a las características de sus sistemas de iluminación, proporcionan una seguridad extra. Los modelos elegidos son los siguientes: Livall BH62 (9), Lumos Kickstart (8,75), Rockbros, casco con luz (8,25) y Slivean Mountain Scooter(7,75).
A la hora de analizarlos, se han tenido en cuenta distintos criterios de evaluación como los siguientes:
- Ergonomía: ¿Cómo de cómodo se siente uno con el caso? ¿Su sistema de ventilación cumple con lo esperado?
- Materiales: Como sucede con cualquier producto a adquirir, la calidad de los materiales es clave: no sólo por su durabilidad, sino por la sensación de seguridad que -en este caso- transmite el casco ante cualquier incidente.

- Iluminación: Si el sistema es eficaz y establece nuestra posición en la carretera. Algunos modelos cuentan con luces LED que hacen la función de intermitentes, por lo que el usuario puede indicar si va a girar a la derecha o la izquierda.
- Autonomía: Algunos de estos cascos funcionan con una batería, por lo que a mayor capacidad mayor autonomía.
- Funcionalidades extra: Existen propuestas que vienen con su propia aplicación para vincularla al teléfono móvil a través de Bluetooth que añaden características adicionales a la seguridad.


¿Cómo los hemos probado?
Además de comprobar la comodidad de uso y el sistema de ventilación que ofrecen estos cascos, hemos analizado sus sistemas de iluminación. Por este motivo, los pusimos a prueba sobre todo cuando la luz de la tarde empezaba a decaer. A cada modelo le dedicamos un par de tardes en las salidas que previamente se programaron, tanto en carretera (escapadas de una media hora) como en un carril bici.
El casco que ha obtenido la mejor calificación es el Livall BH62. Las características de su sistema de iluminación creemos que son las mejores, al igual que sus resultados. Es cómodo de llevar y cuenta, por otro lado, con otras funciones de interés que refuerzan la seguridad como la función ‘Alarma SOS’.


Livall BH62: nuestra elección
Probamos los mejores cascos inteligentes para ir en bicicleta
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En una sola talla y con un diámetro adaptable (550-610 mm), su diseño se caracteriza por tres puntos clave: resistencia al agua (certificación IPX4),
ligereza (pesa 290 gr) y buena ventilación gracias a la distribución de sus 25 ranuras.

FICHA TÉCNICA
-Luces: intermitentes. 15 luces LED RGB
-Diámetro: 550-610 mm
-Ranuras de ventilación: 25
-Altavoces: 2 x 0,5 vatios
-Puerto de carga: microUSB.
-Dimensiones: 270 x 225 x 165 mm
-Peso: 290 gramos

-Capacidad y autonomía de la batería: 400 mAh.10 horas para las luces y de 3 a 6 horas para las luces y la música. En espera o reposo, 180 días.
-Otros: Manos libres, alerta SOS, micrófono, resistencia al agua (IPX4), app Livall Riding. Función walkie-talkie.
Se comercializa con un pequeño mando a distancia inalámbrico que se coloca en el manillar de la bicicleta para que ambos se comuniquen a través de Bluetooth. Aunque este mando integra varios botones, han llamado nuestra atención los que activan las luces intermitentes de la parte trasera. Aportan una seguridad extra, sobre todo porque al caer la noche ayudan a señalizar los giros a derecha e izquierda. Junto a este sistema de luces LED, el casco posee en la parte central otras siete luces en forma de V que se activan automáticamente cuando la luz del día empieza a decaer.

Cuenta, por otro lado, con un micrófono y un par de altavoces en la parte interior: su colocación se ha resuelto bien porque los oídos quedan libres para así escuchar lo que sucede a nuestro alrededor. En este caso, el usuario puede, por ejemplo, seguir las indicaciones del navegador GPS de su smartphone o detener la bicicleta para contestar una llamada sin cogerlo físicamente gracias a la aplicación Livall Riding. No obstante, la utilidad más atractiva de esta app es la función ‘Alerta SOS’. Cuando la estás configurando, le puedes decir al casco que envíe un mensaje SMS a la persona de contacto que elijamos si se produce un accidente. Para ello, el casco detecta que algo ha sucedido e inicia una cuenta atrás que si no se detiene permite enviar este mensaje.
Lo mejor: Es cómodo de llevar, buena transpiración y el sistema de luces LED ofrece un buen rendimiento. La función de alerta SOS es de gran ayuda.
Lo peor: La calidad del sistema del altavoz es mejorable.

Conclusiones: Aunque es la segunda opción menos económica del artículo, es un casco versátil que se comunica con el teléfono móvil. La posibilidad de indicar los giros a derecha e izquierda y la función de alerta SOS son sus principales atractivos. Asimismo, destaca la función walkie-talkie: es de ayuda para los usuarios que salen a montar en grupo porque se pueden comunicar con ellos siempre y cuando tengan este modelo de casco.
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Lumos Kickstart: la alternativa
Probamos los mejores cascos inteligentes para ir en bicicleta


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Es aconsejable descargarse en el móvil la aplicación gratuita para dispositivos Android e iOS Lumos Helmet. Si lo hacemos, la app rastreará las salidas que realicemos en bicicleta cada vez que nos pongamos el casco. También verificará la duración de la batería y el control remoto que se coloca en el manillar. De manera complementaria, es posible sincronizarse con las aplicaciones Strava y Apple Heath, y personalizar los patrones de luz intermitente que tiene el producto.

Ofrece al usuario un alto grado de seguridad gracias a un conjunto de luces LED que se distribuyen tanto por la parte delantera como trasera. Se reparten de la siguiente manera: 10 blancas en la zona frontal, 16 rojas en la posterior y 22 naranjas que hacen la función de intermitente y que se reparten 11 a cada lado. Estas últimas se activan con la ayuda de un pequeño mando a distancia con dos botones y dependiendo de los giros a realizar hay que pulsar uno u otro. La experiencia de uso es muy satisfactoria y la iluminación que proyecta el sistema deja buenos resultados.
Desde el punto de vista del diseño, la transpiración es buena y el interior es acolchado para una mayor comodidad. Está disponible en un único tamaño y el diámetro que ofrece, entre 540 y 610 mm, se ajusta sin problemas.

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Rockbros, casco con luz: mejor relación calidad-precio
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Tiene un diseño impermeable y un sistema de ventilación eficaz que cumple con lo esperado. Así es este modelo de la firma Rockbros: uno de los materiales elegidos para su fabricación es el poliestireno y cuenta, además, con un botón giratorio que ayuda a ajustar el diámetro (entre 570 y 620 mm) de la cabeza. Cuando te lo pones lo sientes cómodo y seguro, no solo porque la cabeza queda perfectamente protegida, sino porque la zona de la barbilla ha sido revestida con una almohadilla.

A diferencia de otros cascos inteligentes que incluyen un pequeño mando a distancia, la regulación de su sistema de luces es completamente manual. En el caso de la luz delantera, es posible elegir entre varios modos en función el entorno en el que se use: medio, fuerte o brillo intermitente. Asimismo, el ángulo de la luz se puede ajustar. Al principio, este ajuste puede costarnos un poco hasta hacernos con su manejo (sobre todo si es la primera vez que tienes un casco de este tipo) pero tras un par de sesiones rápidamente te haces con él.

La luz trasera y lateral también son personalizables. Es posible elegir entre una luminosidad constante o intermitente, así como una velocidad lenta o rápida. En cualquier caso, los botones de acceso que se emplean proporcionan un acceso seguro y rápido. Se recarga a través de una conexión microUSB y se sabe que la batería está completamente cargada porque el indicador del casco cambia de rojo a verde.
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Slivean Mountain Scooter
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A diferencia del resto de propuestas elegidas para este artículo, enfocadas al mundo del ciclismo, este casco se dirige más bien a los usuarios que cogen la bicicleta en la ciudad o se desplazan en ciclomotor o monopatín. Con certificación IPX4, para utilizarlo bajo la lluvia, ha sido sometido a un proceso de moldeo que refuerza su resistencia a los impactos. Algunos de los materiales elegidos para su fabricación son el policarbonato y la espuma de poliestireno. Aunque su sistema de ventilación no puede compararse al de los otros cascos, cumple con unos mínimos. Es cómodo de llevar y admite diámetros de entre 570 y 610 mm.

La parte trasera integra un conjunto de siete luces LED que, en función de la intensidad de la luz que haya en la calle, se apagan o se encienden de manera automática. El brillo que proyectan es adecuado y como característica adicional incorpora una tecla que permite elegir entre varios modos de iluminación. En la parte trasera se encuentra la conexión microUSB que alimenta la batería del caso. Para cargarla al cien por cien hay que invertir unas tres horas aproximadamente. Aunque este dato no lo hemos comprobar directamente, se estima que la duración de la batería es de unas 36 horas.

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*Todos los precios de compra incluidos en este artículo están actualizados a 6 de marzo de 2020.


¿POR QUÉ DEBES CONFIAR EN MÍ?
Llevo en el periodismo tecnológico casi dos décadas. En todo este tiempo, he tenido el privilegio de comprobar cómo avanza la tecnología para hacer que el día a día sea más fácil y contarlo en diferentes medios. Aunque ya he perdido la cuenta de cuántos productos han pasado por mis manos, confieso que las ganas y las sensaciones siguen siendo las mismas. Portátiles, tabletas, teléfonos, cámaras de fotos, pulseras de actividad, relojes inteligentes... No me pongo límites a la hora de elegir un dispositivo y exprimir al máximo sus posibilidades como buena consumidora de tecnología.

 
Yo tengo los pedales mencionados arriba desde hace 3 años. Los he usado bastante y como nuevos, para cuando no es posible salir en bici vienen de maravilla, y en este encierro claro... Eso sí para ejercitar los brazos no lo usé nunca, la verdad.
 
Fallece Gianni Mura, un grande del periodismo deportivo
El responsable de fútbol y Tour de Francia del diario ‘La Repubblica’ tenía 74 años


CARLOS ARRIBAS
Madrid -
21 MAR 2020


Gianni Mura, en la sala de prensa del Tour de 2016, cuando estrenó el ordenador.


Gianni Mura, en la sala de prensa del Tour de 2016, cuando estrenó el ordenador.SERGI LÓPEZ EGEA (NOMBRE DEL DUEÑO)



Cuando los tiempos felices Senigallia era Senegal, era Miguel Indurain en rueda de prensa calurosa, y el sol brillaba, que decía, ah, sí, es muy importante la contrarreloj de Senegal… Era el Giro del 93 y junto a la playa del Adriático apacible Indurain ganó la contrarreloj y se vistió de rosa, y nadie pensaba que nada malo podía ocurrirle a nadie. Y en Senigallia, junto a la playa de arena infinita, tiene una casa Manu Audisio, compañera periodista en La Repubblica,la reina de los Juegos Olímpicos y de los Mundiales de atletismo, y en esa casa estaba pasando unos días con su colega y su mujer, Paola, Gianni Mura, que estaba delicado y necesitaba tranquilidad y aire de mar. “En diciembre pasó una pulmonía y cuando salió del hospital nos vinimos a Senigallia… El lunes sufrió un colapso en la calle y lograron reanimarle, pero estando en el hospital le ha dado un infarto que no ha superado…”, cuenta su amiga Audisio, a su lado hasta el final, hasta que Mura, uno de los grandes, murió este sábado, una mañana gris junto al mar de Senigallia, y los días tristes son más tristes aún para los que nos quedamos, y lloramos. Tenía 74 años.

“Me gustaría ser Mura en julio”, le respondió una vez a Mura el entrenador del Udinese, Francesco Guidolin, a quien entrevistaba para su periódico.


Mura escribía de gastronomía (a medias con su mujer), de fútbol y de ciclismo en La Repubblica.
Odiaba más que nada los restaurantes en los que sobre un entrecot bien calentito servían sin apenas cuidado una ensalada fresquita, y la lechuga se recalentaba y se quedaba lacia y triste, y lo escribió en su divertidísimo librito Non c’è gusto, una guía de dónde no comer. Él, en el Tour, sí que sabía dónde comer. Por las mañanas, llegaba temprano a la sala de prensa (no veía sentido a perder el tiempo en la salida de las etapas, donde nadie ve ya a los ciclistas, encerrados en sus autobuses, y donde ya no hay viejos directores que cuenten historias) y sacaba de su bolsa la fruta que había comprado por el camino, todos los periódicos en papel que había comprado en un quiosco y un mapa de Francia y la Guía Michelin. Se pasaba la mañana haciendo llamadas hasta que lograba reservar habitación en un buen hotel cercano y cena en uno de los buenos restaurantes. Examinaba la zona vinícola y antes de llegar ya sabía qué vino iba a pedir. Pero eso era por la noche, y siempre con compañeros periodistas a los que invitaba siempre.

De fútbol, de la liga italiana, de la Nazionale, lo hacía, aparte de sus crónicas y sus entrevistas, todos los lunes bajo la rúbrica Siete días de malos pensamientos, los que le despertaba un deporte con demasiadas aristas, y defendía el 0-0 como el summun de la obra maestra.
De ciclismo lo hacía en el Tour, en julio, donde quería ser un niño ingenuo, lo que no podía ser, porque era un niño con memoria, que había mamado el ciclismo del gran Gianni Brera, su maestro, en los tiempos de Coppi, y que cuando escribía de Pantani en maillot amarillo recordaba haber escrito de Gimondi 30 años antes y 20 años después seguiría escribiendo de ciclistas dándole a los pedales por las carreteras de Francia, aunque cada vez con menos entusiasmo, menos deseo, menos amor por un deporte que sentía que, rindiéndose a la tecnología y a los técnicos de laboratorio prefabricados, había traicionado a todos, como le había traicionado a él, que sintió también cómo le traicionaba su cuerpo, y tuvo que dejar de fumar, y de comer tanto como le gustaba, y debía cuidarse, y le decíamos, te estás quedando en los huesos, Gianni, qué bien, y él respondía con una mirada de desconsuelo. Y no quería sentirse un dinosaurio de otra época como a veces le hacían sentir los demás periodistas que le hacían fotos, y jóvenes reporteros delgadísimos, con piernas depiladas y bicis plegadas bajo el pupitre, le hacían reportajes al gordo Mura, sus barbas, su calma, el último gigante de otra época, y así, mientras aporreaba las teclas de su vieja Olivetti Lettera 32, la máquina de escribir que siguió usando hasta que en la redacción central jubilaron a las teclistas que o le tomaban la crónica al dictado, tan lleno de virgole, a voz alta, o le transcribían el fax que su compañero Carletto enviaba desde los centros de transmisiones del Tour. Sucumbió, como todos, al portátil.

Un día le preguntaron si no le preocupaba molestar a los demás periodistas con el ruido de sus teclazos cuando, inspirado, aceleraba su escritura, como si disfrutara de un privilegio, y él, invariablemente, respondía: “yo no me quejo del silencio de sus ordenadores portátiles”.
Con Carletto viaja despacio, sin buscar récords de velocidad, en un Fiat Multiplà, una medio furgoneta anchísima, tan ancha que entre conductor y copiloto cabía de todo, sobre todo lo fundamental, un cenicero gigantesco que rápidamente desborda de colillas aplastadas de Gauloises sin filtro y decenas de carcasas de CDs que no paran de sonar, algo de Adriano Celentano, que fue amigo de Carletto, y todo Paolo Conte. Un año, hace media docena, llegó sin Carletto, que había muerto de cáncer, y Gianni empezó a sentir que el futuro se aceleraba.

Por las tardes veía la etapa, y cuando terminaba esta convocaba a todos los viejos periodistas alrededor de su mesa: cada uno contaba los detalles que se le podían haber pasado a los otros, y todos tomaban nota. Y cada uno le interpretaba la etapa. Y nadie se iba hasta que Gianni, con toda la información que se le había proporcionado, explicaba que lectura de lo sucedido. Que por supuesto era la única posible, y la escribía con menos artificio que nadie. Terminado el Tour, él se iba de vacaciones a su casita en Ischia, la isla junto a Nápoles, a esperar que comenzara la Liga.
Eran los tiempos felices, y Senigallia era Senegal

 
“La sociedad necesita el Tour de Francia”
Los organizadores se han comprometido por el bien del ciclismo a salvar este año las tres grandes de tres semanas, aunque haya que alargar la temporada hasta noviembre


CARLOS ARRIBAS
Madrid - 05 ABR 2020



El último ganador del Tour, Egan Bernal, durante la última etapa del año pasado.


El último ganador del Tour, Egan Bernal, durante la última etapa del año pasado.GUILLAUME HORCAJUELO / EFE



Al Tour, tan francés, le gusta la imagen esa de los cuentos de Astérix, todo el mundo ha sucumbido a la conquista romana, pero, no, una pequeña aldea gala resiste. La aldea, claro, es el propio Tour, que mira a su alrededor y solo ve desolación y ruina, ni Juegos, ni Eurocopa, ni Roland Garros, ni Wimbledon, ni Open ni Masters… Pero de París, de la sede de ASO, la empresa organizadora del Tour, ni un suspiro, ni una sola señal de que piensen que la carrera que simboliza como ninguna todo el ciclismo no comenzará el sábado 27 de junio en Niza, como estaba previsto.

“El Tour resiste, en efecto”, dice Javier Guillén, el director de la Vuelta, otra carrera ciclista organizada por ASO que tampoco ha renunciado a comenzar en la fecha prevista, el viernes 14 de agosto en Holanda. “Pero no lo hace por egoísmo, sino por salvar el ciclismo. Trabajamos para salvar a los equipos y a los ciclistas, sobre todo. Los organizadores podemos suspender una carrera y asumir las pérdidas mejor o peor, pero si a los equipos les suspenden todas las carreras, en qué escaparate van a enseñar la marca de su patrocinador. Y si los patrocinadores no reciben impactos, dejarán de pagar el patrocino, ¿y de dónde iban a recibir el sueldo los ciclistas?”

“No es eso, no es eso lo que nos preocupa”, dicen los sponsors por boca de uno de ellos y repite Eusebio Unzue, el mánager del Movistar, cuya empresa, Abarca, vive de los ingresos que le proporcionan Telefónica y varios patrocinadores técnicos. “El impacto de que no haya Tour no nos preocupa a los anunciantes sino a la sociedad. Sería dramático porque significaría que llegado julio no se ha salido del túnel de la pandemia. Y al lado de eso, el ciclismo y cualquier otro deporte, son asuntos menores”.

Pero, más allá, de catastrofismos genéricos y grandes tragedias de la humanidad, es la concreta y pequeña economía del ciclismo, un deporte que siempre ha vivido en el alambre, lo que está en peligro, tan distinta de la de otros deportes que cuentan con taquillas o con derechos televisivos repartidos o cuyos protagonistas reciben generosos premios y primas de participación. Una economía que no se puede redimensionar, como ocurre con la burbuja del fútbol. “Como no controlamos la situación, como no depende de nosotros lo que se pueda o no hacer, vivimos día a día”, dice Guillén. “La vocación de las tres grandes, que son las que más exposición generan para el ciclismo, es hacerlas de 21 días, cada una, incluido el Giro, que ya fue aplazado. Podríamos alargar la temporada hasta todo el mes de noviembre y aunque con retraso todas se podrían correr y gran parte del calendario más importante. Cualquier escenario es posible pero no se puede aventurar nada si no hay certidumbres”.

Un patrocinador tipo calcula que el 40%-45% de los impactos de marca que le benefician los recibe del Tour, y otro tanto de la carrera de tres semanas de su país. “Siempre sería un palo muy gordo”, dice otra fuente, conocedora del mercado, “pero sería más gordo para las marcas que se estén construyendo ahora en el ciclismo, como Ineos, NTT o CCC, que para otras, como Movistar, por ejemplo, que llevan muchos años en el ciclismo y tienen muy alta la asociación de su marca con una serie de figuras. Y si no hay más deporte que haga la competencia, como las motos, que beneficien a otros anunciantes, menos drama”

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“El 60% de la temporada”
“La Vuelta necesita que se haga el Tour y lo necesita todo nuestro deporte y toda la sociedad. Si se salva el Tour, se salva un 60% de nuestra temporada”, dice Unzue, que reconoce que mientras algunos de sus sponsors técnicos, como los fabricantes de ropa, bicicletas o materiales diversos, le han hecho llegar su preocupación o las dificultades que están pasando, Telefónica solo le ha enviado el mensaje de que no es el momento de hablar y de que todo sigue como estaba. “Nos han dicho que no es el momento de poner nerviosa a la gente innecesariamente”, dice Unzue, que asume que alguna reducción salarial será necesaria.

Según José Luis de Santos, presidente del sindicato de ciclistas, en España solo el equipo Burgos ha presentado un ERTE del 70% del salario de sus ciclistas mientras sigan sin poder competir. “Sé que en el extranjero, algunos equipos WorldTour, como el Bahréin, el Astana o el CCC, también han anunciado impagos o reducciones, pero los corredores españoles que estén en ellos no están dados de alta en la seguridad social y no se pueden acoger a las ayudas”, dice De Santos. “Será la UCI la que gestione sus problemas con los avales que depositan los equipos”.

“Todos los sectores, patrocinadores, equipos, corredores, organizadores, tenemos que ser generosos”, afirma Guillén, quien, como todos, espera en un refugio el final del bombardeo para, una vez fuera, y comprobados los daños, empezar a actuar para seguir adelante. “Los ciclistas”, dice De Santos, “están así al menos. No piensan en sí mismos, en sus entrenamientos. No reclaman poder salir a entrenarse a las carreteras. Lo único que les preocupa es el gran problema sanitario y solo esperan que se solucione cuanto antes”.

 
El afilador pasa por casa
Una colección de libros recoge artículos de escritores y periodistas amantes del ciclismo, textos escritos desde el conocimiento, la pasión y el respeto por este deporte


PEDRO ZUAZUA
05 ABR 2020


Portada de uno de los libros de la colección 'El afilador'.


Portada de uno de los libros de la colección 'El afilador'.


La primavera es una estación complicada para los practicantes del ciclismo. La inestabilidad climatológica hace que tan pronto haya que llevar guantes como que, en plena ascensión, sobren prácticamente todas las capas de ropa. Este año, en pleno confinamiento, se le añade la melancolía: estamos en el momento del año en el que suelen comenzar a celebrarse las principales pruebas ciclistas.

No es lo mismo, sin duda, pero la tecnología permite hoy rodar en una bicicleta real dentro de casa. Con la ayuda de un rodillo -los más asequibles en relación a calidad y precio están prácticamente agotados estos días- se simula el desplazamiento en el exterior. Las personas más ambiciosas podrán, incluso, coordinar una pantalla con su pedaleo y ascender el Tourmalet, el Angliru o el Mortirolo disfrutando del paisaje sin necesidad de salir del hogar. Otra cosa es que haya que parar de vez en cuando a descansar un rato en el sofá.

Una buena alternativa para todos los que no tengan la posibilidad de adaptar la infraestructura casera o, sencillamente, sean más dados a disfrutar del ciclismo desde un asiento normal, es la literatura. La colección de libros El afilador (Libros de ruta), recoge artículos de escritores y periodistas amantes del ciclismo. Textos escritos desde el conocimiento, la pasión y el respeto por este deporte. Ander Izaguirre, Pedro Horrillo, Marcos Pereda o Carlos Arribasson algunas de las firmas de la colección. El afilador, además de un profesional que grita su nombre por la calle preferiblemente a la hora de la siesta, es en ciclismo el momento en el que contactan las ruedas delanteras y traseras de dos bicicletas, pudiendo provocar una caída.

 
La suspensión del Giro agudiza el estado de excepción del ciclismo
Hungría prohíbe la salida de Budapest de la corsa rosa el 9 de mayo, que queda aplazada sin fecha prevista de celebración, mientras la París-Niza se acorta un día


Una etapa del Giro en Roma en 2018.


Una etapa del Giro en Roma en 2018.ALESSANDRO GAROFALO / REUTERS



CARLOS ARRIBAS
Madrid -
13 MAR 2020

Hungría ha suspendido la salida del Giro, prevista para el 9 de mayo con tres etapas en Budapest y alrededores, y los organizadores de la corsa rosa, han anunciado inmediatamente la suspensión de la primera gran ronda por etapas del calendario mundial. “A raíz de la suspensión decretada por el Gobierno húngaro, hemos decidido posponer las fechas del Giro”, dice RCS, el grupo organizador, en un comunicado. “Las nuevas fechas se anunciarán no antes del próximo 4 de abril, que es cuando se cumple el plazo fijado por el decreto de medidas de emergencia por el coronavirus de la presidencia de la República del 4 de marzo”.

La primera edición del Giro se celebró en 1909 y hasta este año solo se ha suspendido por razón de las guerras mundiales (de 1915 a 1918 y de 1941 a 1945). El Giro del 40 lo ganó el jovencísimo Coppi; el del 46, el veterano Bartali. La disputa de la carrera en la posguerra, con el duelo entre los dos más grandes campeones del país, simbolizó la reconstrucción de Italia tras la destrucción de la guerra. Su anulación en 2020 refleja la gravedad de la pandemia que asola el mundo y que deja en segundo plano todo lo que se consideraba primordial.






RCS Sport 2020 #Giro d’Italia date postponed >>> http://bit.ly/giroditalia2020_EN … | @rcssport posticipa la data del #Giro d’Italia 2020 >>> http://bit.ly/giroditalia2020_IT …

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Más que la serpiente multicolor el pelotón de la París-Niza es un dinosaurio, un bicho de otra época que se desliza hacia el sur de Francia en medio de paisajes desnudos de personas, una incongruencia y un contrasentido en movimiento en una semana en la que todo el deporte europeo se ha parado de golpe. También el resto del ciclismo de competición, que entraba en marzo en su temporada de clásicas y grandes carreras en Francia, España e Italia, los tres países europeos más tocados por la pandemia del coronavirus, y en Bélgica, el país europeo en el que el ciclismo es el deporte más importante y cuyo Gobierno ya dispuso el jueves la suspensión de todas las competiciones ciclistas hasta, como mínimo, el 4 de abril.

Y yo no creo que siquiera en abril se reanude la competición, tal como están las cosas”, dice Eusebio Unzue, mánager del Movistar, el principal equipo español, quien, antes de que Gobiernos, organizadores y federaciones decidieran en cascada anular competiciones había parado a su equipo a raíz de la suspensión y la cuarentena del pelotón en el Tour de los Emiratos para evitar esparcir el virus. En la carrera del golfo pérsico, disputada hasta el pasado 27 de febrero, media docena de ciclistas, entre ellos los sprinters Fernando Gaviria y Max Richeze, se contagiaron del coronavirus. Aún siguen en Abu Dhabi, hospitalizados. Otros seis equipos, como el Movistar, pararon sus actividades entonces, pero los organizadores se empeñaron en hacer sobrevivir sus carreras. Solo la París-Niza lo logró, aunque ya ha confirmado que no terminará el domingo, en Niza, como estaba previsto, sino el sábado al final de la última etapa, en el alto de La Colmiane.






ANNONCE OFFICIELLE : En concertation avec les autorités, l’Union Cycliste Internationale et la Ville de Nice, les organisateurs de Paris-Nice ont décidé de juger l’arrivée finale de l’épreuve demain samedi à l’issue de la 7ème étape à Valdeblore la Colmiane.


Esta decisión, sin embargo, puede quedarse corta ya que el Gobierno francés ha anunciado que se prohíben las concentraciones de más de 100 personas. El último pelotón de la carrera francesa, compatibilizado después de la retirada en pleno del equipo Bahréin del español Iván García Cortina, lo componían 120 corredores. Ni el ayuntamiento de Niza quería la entrada del pelotón hasta su Paseo de los Ingleses ni los equipos tenían más interés en terminar la carrera que el que tienen en acelerar el regreso de los corredores a sus países de origen ante el miedo de que comiencen a cerrarse fronteras.
Suspendida la Volta a Catalunya (23 a 29 de marzo), la ronda por etapas más antigua de España, el mismo sino le espera a la Vuelta al País Vasco (6 a a11 de abril) y a los monumentos del pavés (Flandes, 5 de abril, y Roubaix, 12 de abril) y de las Ardenas (Lieja, 26 de abril). El Tour de Romandía (28 de abril a 3 de mayo), en Suiza, debería caer también.

El ciclismo se para, los ciclistas no saben qué hacer y los aficionados deberán esperar varios meses para volver a reavivar los debates que han llenado los primeros meses del año, los de las expectativas generadas por los jovencísimos Evenepoel, Pogacar e Higuita, favorito para ganar la París-Niza después de deslumbrar en febrero en su Colombia.

“Acabamos de reunirnos por vía telemática con médicos, entrenadores, técnicos y corredores del equipo”, explica Unzue de las decisiones que han tomado con Valverde, Mas, Soler y demás corredores. “Y, aunque les cueste, porque ya están en plena forma, les hemos dicho a los ciclistas que tienen que levantar el pie y no entrenarse como tenían previsto porque no sabemos cuándo volverán a competir. Entrarán en la fase de lo que antes se llamaba descanso activo, entrenar lo justo para mantenerse activos, como en sus vacaciones invernales”.

Higuita tenía previsto volar rápido a su Medellín (Colombia), donde también están suspendidas las competiciones ciclistas, para entrenarse en Santa Elena con la mente puesta en el Tour (27 de junio a 19 de julio), la carrera que, todos esperan, signifique el fin de la excepción.


 
Misión: salvar el Tour
Todas las familias del ciclismo se unen en un solo grito para lograr que se celebre este año, entre el 29 de agosto y el 20 de septiembre, la única carrera que les evitaría la quiebra


Los ciclistas, en los Campos Elíseos en 2019.


Los ciclistas, en los Campos Elíseos en 2019.MARCO BERTORELLO / AFP




CARLOS ARRIBAS
Madrid -
14 ABR 2020

Federico Martín Bahamontes tiene 91 años y un pie enyesado, lo que no le impide moverse sin parar durante el confinamiento, que pasa en un pueblo tierracampino, Villanueva de San Mancio, menos de 100 habitantes, a tiro de piedra de Medina de Rioseco, donde la persona que le cuida desde que enviudó, que es de la zona, hace la compra.

Perico Delgado, que ya no es un niño, cumple este miércoles 60 años, y lo hará encerrado, sin derecho a sorpresa (es él quien hace la compra en un centro comercial cercano), junto a su mujer y sus tres hijos en su casa de Madrid. Siempre que se habla de Tour en España se habla con ellos, los pioneros. Bahamontes, el primer español que lo ganó, hace 61 años casi; Perico, el tercero, hace 32. El segundo, Luis Ocaña (1973), murió en 1994, muchísimo antes de que por el cerebelo de nadie en su sano juicio, ni por el de Perico o el de Federico tampoco, pasara la sombra de la posibilidad de que algún año el Tour, la misa mayor de la gran fiesta del ciclismo, pudiera no celebrarse.

Pero, vistos cómo transcurren los días de lenta lucha contra el coronavirus en todo el mundo, y tras el anuncio nocturno del lunes del presidente francés, Emmanuel Macron, de que como muy pronto hasta mediados de julio no se permitirán en Francia eventos deportivos que congreguen multitudes, la posibilidad de que el Tour no se celebre en 2020 (ni ninguna otra competición ciclista) se ha convertido en probabilidad.

Y ya es seguro que el Tour, que ya es un símbolo de todo el deporte mundial, el único gran evento que no se ha rendido, no se podrá celebrar en las fechas que tenía previsto, del 27 de junio al 19 de julio. Las nuevas fechas que ha propuesto la carrera le retrasarían justo dos meses. ASO, el organizador, quiere celebrarlo entre el 29 de agosto y el 20 de septiembre próximos, según fuentes cercanas a la compañía, lo que desplazaría a la Vuelta, también organizada por la empresa francesa, y que tenía previsto celebrarse del 14 de agosto al 9 de septiembre.

Dentro del nuevo espíritu de unidad alrededor del Tour, tanto el Giro, que ya había anunciado que no se disputaría entre el 9 y el 31 de mayo, como estaba previsto, como la Vuelta, que sabía que sus fechas (14 de agosto a 9 de septiembre) estaban en el aire, le habían hecho llegar al Tour que estaban a su disposición, y también la Unión Ciclista Internacional (UCI), que tiene programados los Mundiales, su gran fuente de financiación, en Suiza para la semana del 20 al 27 de septiembre.

“Sobre la fecha que decida el Tour adaptaremos las de la Vuelta, que sabemos que siempre serán provisionales porque dependen de las decisiones de los Gobiernos y de la lucha contra el coronavirus”, señalan en la Vuelta, carrera organizada también por ASO, el dueño del Tour. “Pero siempre será la UCI la que fije el calendario”.

Y puede que la solución hallada entre los negociadores en las últimas horas salve a Giro y Vuelta, pero a costa de obligar a ambas a correrse simultáneamente entre el 3 y el 25 de octubre.
El Tour había pensado primero que sería más factible que la grande boucle se disputara entre el 5 y el 27 de septiembre, lo que habría obligado a retrasar una semana los Mundiales, Vuelta y Giro. El cálculo del Tour pasaba por la idea de que los ciclistas necesitarán al menos dos meses de entrenamiento en carretera antes de poder pensar en competir. Además, será necesaria una carrera de aperitivo, probablemente la Dauphiné Libéré, la semana anterior al Tour.

“Nosotros estamos dispuestos a lo que sea con tal de que haya Tour”, dice Eusebio Unzue, responsable del equipo Movistar. “Tenemos un equipo, nosotros y todos los del WorldTour, con una plantilla de más de 25 corredores y somos capaces de competir plenamente en dos carreras a la vez. Incluso yo propondría que la temporada de 2020 se alargara hasta el 30 de noviembre, y que la de 2021 comenzara un mes más tarde”. "

Yo siempre había oído hablar de que solo una tercera guerra mundial podría parar el Tour, y era optimista pensando que con el coronavirus también podría”, confiesa Delgado. “¿Pero quién podría imaginar cómo se han puesto las cosas? Pero la fecha no importa. Lo importante es que se haga”.
Producto de su peculiar y voluble sistema económico, el ciclismo ha sido de siempre un deporte dividido. Cada estamento ha culpado al vecino de su falta de progreso.

Los organizadores, que capitalizan para ellos todos los derechos televisivos de sus pruebas (no hay reparto como en los demás deportes), acusan a equipos y corredores de plantear exigencias cada vez más grandes, tan altas que pondrían en peligro, se quejan, el equilibrio inestable de su deporte, y también acusan a la Unión Ciclista Internacional (UCI) de quererles hacer la competencia con sus regulaciones de las competiciones. Los equipos, que dependen únicamente de los ingresos que les proporcionan sus patrocinadores, argumentan que la competición pertenece tanto al que la organiza como al que la protagoniza, y saben que su existencia es una pelea continua por las migajas.

El Tour esconde celosamente sus cifras, pero diferentes estudios económicos estiman que un 60% de sus ingresos llegan vía televisión (y el Tour es la única gran vuelta de tres semanas que se transmite en directo a todo el mundo: su audiencia se calcula en más de 1.000 millones de espectadores totales), un 30% vía sus propios patrocinadores (liderados por Crédit Lyonnais), y el 10% restante por las aportaciones de ayuntamientos y regiones por llevar las etapas a sus pueblos. Las dos etapas de salida del Tour de 2020 le habrían costado a Niza unos 10 millones de euros de canon.

A los organizadores les encantaba el sistema antiguo, hasta los años 60, de que en el Tour se corriera por selecciones nacionales, porque así los propios <CF1001>sponsors</CF> de la carrera no tenían competencia (y los Juegos Olímpicos mantienen el modelo: solo son visibles las marcas del COI), y los equipos tuvieron que aguantar hasta finales del siglo pasado que sus corredores no pudieran beber agua de bidones decorados con los colores de su equipo, sino que llevaban obligatoriamente los colores de la Coca-Cola, y no podían llevar sus propios coches al Tour: les daban Fiat.

Los corredores no tenían ni voz ni voto, y así siguen, desconfiando de todos los que les explotan convirtiéndolos en soporte publicitario con patas.
Los patrocinadores de los equipos se han sometido siempre a la voluntad del Tour porque, sencillamente, cuando deciden financiar con cantidades de 20 ó 30 millones de euros a un equipo del WorldTour lo hacen con la condición de que su marca salga bien visible en el Tour, la única competición ciclista que no solo se ve en todo el mundo, sino casi la única competición deportiva de la que se habla en todo el mundo durante todo el mes de julio. Para algunos patrocinadores como Telefónica, el Tour solo supone un 40-45% de los impactos que contabiliza en una temporada (la otra mitad le llegan vía la Vuelta). Para la mayoría, como Ineos, Arkea, EF o NTT, el Tour supone casi el total de su exposición publicitaria. Sin él, no tienen vida.

Toda la desunión ha desaparecido como por encanto con el coronavirus. Más que rehenes del Tour, las asociaciones de equipos, de organizadores y de corredores se han puesto a disposición de la carrera francesa con un solo mensaje: “Cederemos lo que haga falta con tal de que haya Tour. Lo necesitamos para sobrevivir”.

 
El Tour en septiembre, el Giro en octubre, y la Vuelta en noviembre
La Unión Ciclista Internacional confirma el nuevo calendario, que se llevará a cabo siempre que las medidas de desescalada del coronavirus permitan que haya competición tres meses en otoño



El pelotón, durante la 14ª etapa del Tour de 2019.


El pelotón, durante la 14ª etapa del Tour de 2019.CHRISTOPHE ENA / AP


CARLOS ARRIBAS
Madrid -
15 ABR 2020

La Unión Ciclista Internacional (UCI) reunió el miércoles por videoconferencia a toda la familia del ciclismo (organizadores, equipos, corredores), que acordaron fijar el Tour en las fechas demandadas por el organizador (ASO), del 29 de agosto al 20 de septiembre, dos meses después de sus tradicionales tres semanas de julio. Detrás de la carrera faro, guía y salvavidas del ciclismo, las otras dos grandes de tres semanas, Giro y Vuelta, se disputarán una detrás de otra.

“El Giro, después del Mundial (20 a 27 de septiembre), y la Vuelta a continuación”, señala la UCI en un comunicado, en el que no precisa los días exactos, que, dejando una semana entre eventos, podrían ser, Giro, del 2 al 25 de octubre, y Vuelta, de 30 de octubre a 22 de noviembre, ya avanzado el otoño hacia el invierno. Entre medias, la UCI anuncia que se intentará encontrar hueco, por orden de preferencia, para los cinco monumentos, las cinco grandes clásicas: Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y Lombardía. Los campeonatos nacionales se celebrarían el domingo 23 de agosto, en vísperas del Tour.

Los próximos días, precisa la UCI, se buscará también fechas para las pruebas de una semana aplazadas (Volta, País Vasco, Tirreno, Dauphiné...). Todo el calendario es posibilista, de todas maneras: la disputa del ciclismo de competición y de todos los demás grandes eventos deportivos dependerá de que sean compatibles con las medidas de desescalada y distanciamiento social que fijen los diferentes gobiernos en su lucha contra el coronavirus.

 
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