Camilo Sesto: su vida, canciones, muerte y herencia

El hijo me cae muy bien y me da mucha pena. Está muy delgado, espero que no sea por nada.
Ojalá sepa administrar la herencia.
salta a la vista que el hijo tiene problemas con las drogas, por eso su delgadez y ese aspecto demacrado, como rociito y Fidel, por cierto, no se quedo al entierro, se fue de Alcoy antes de las ocho de la tarde, a Camilo lo enterraron otros familiares
 
"FB_IMG_1572187901998.jpg ENTREVISTA A CAMILO SESTO. Se estrenaban los años ochenta, acababa de producirse el intento de golpe de estado del 23-F y Camilo Sesto era famosísimo. Así, es comprensible que me temblaran las piernas cuando me llamó a la redacción y me dijo, “Pilar, quiero que me conozcas”. Me citó en un bar solitario de un barrio moderno y feo de Madrid, estaba sentado solo, arrebujado en un chaquetón azul marino con las solapas levantadas, joven y pálido. Me indicó una silla a su lado para que me sentara, me cogió la mano y se la llevó a la cara: “Toca”. Después me susurró al oído: “No voy maquillado”. Yo tartamudeé: “No entiendo”, y él me espetó con brusquedad: “Ya sé que decís que soy mari**n, pero ni es verdad ni me importa”. Y con cierta socarronería añadió: “Si algún día me da por ahí, serás la primera en saberlo”., QUISO SER PINTOR Estuvimos seis horas juntos, quizás las mas intensas de mi vida profesional. Bebimos primero vino: “El golpe de Tejero me ha parecido un horror porque siempre hay lugar para las palabras antes de que empiecen a hablar las pistolas, yo no soy de derechas, aunque creo que Fraga es el mejor político que tenemos”. Después empezamos con el whisky: “Soy feminista, ves, no me importa que esta entrevista me la haga una mujer y no un hombre, o sea que carca, carca, no soy”. Picamos unas aceitunas y unas patatas bravas para poder seguir bebiendo. La noche fue cayendo a nuestro alrededor, salían los niños del colegio, pero nosotros estábamos en nuestro rincón, sin que nadie nos molestase, ¡me contó tantos secretos! “En los escolapios de Alcoy era una “voz blanca” ¡y cabreada!, porque por cantar “Me gustan las mujeres mayores que yo, son las que me han enseñado todo lo que sé, ¡y sé mucho!”
bien me perdí muchísimos recreos, domingos y fiestas de guardar”. Llegó hasta a fingir gallos para que le dejaren escaquearse del duro trabajo de ser niño prodigio. “Quise dedicarme a la pintura, de hecho, cuando me vine a Madrid, a la pensión de la señora María en la calle de la Ventilla, para no morirme de hambre le vendía mis cuadros a un trapero de La Elipa”. Cuando hablaba de aquellos tiempos, a Camilo se le encendían los ojos. Se quitó la chaqueta porque, a pesar del frio, tenía calor, “me fui a la mili, allí aprendí inglés y eduqué mi voz, hasta el punto de que podía cantar ópera o moderno, y me decanté por lo moderno”. Le dijeron que fuera a ver a Junior, recién separado de Juan Pardo, que le produciría un disco. Se reía tanto contándomelo, que el camarero nos miraba con suspicacia desde la barra, “Junior me hacía ir todos los días a su casa para ver mis cosas y escucharme, pero entonces llegaban su primo y Rocío Dúrcal y se ponían a bailar rock and roll y ensayar pasos, y no me hacían ni puñetero caso. ¡Como un infeliz, estaba allí horas con mis carpetas bajo del brazo! Harto, me fui a su rival, Juan Pardo. ¡Y él me produjo un disco que se llamaba ‘El verano llegó’, el único fallo fue que lo sacamos en octubre y se convirtió en el mayor fracaso del año!, ¡no se vendió ni uno!”. Se limpiaba las lágrimas de risa y después despachaba con gesto aburrido, “y luego llegó el Algo de mí y todo eso…”.
“ME GUSTAN LAS MUJERES”
“Todo esto” era el triunfo inmenso, los discos de oro, las largas giras por América… Aunque hablar de sus éxitos le hastiaba, quiso puntualizar que “todos mis impuestos los pago en España, soy el artista que más tributa a hacienda”. Pasa un ángel, apuramos el tercer whisky, o el cuarto o el quinto, yo que sé, y me miró pensativamente, “mira, Pilar, si fuera homosexual lo diría, porque para mí los maricones no son ni degenerados ni hijos de put*, son gente normal, que enfoca la sexualidad de otra manera… pero a mí me gustan mucho las mujeres ¡mucho… demasiado!”. Le pregunté cómo le gustaban exactamente (yo a esas alturas ya estaba totalmente enamorada): “Mayores que yo”. Se inclinó hacia mí para evitar los oídos curiosos del camarero,
Camilo Sesto tuvo su primera experiencia sexual a los 16 años con una prost*t*ta valenciana
“Se quedó tan entusiasmada conmigo que me pegó un mordisco en el hombro... mira, todavía tengo la cicatriz”
“mi primera experiencia sexual fue con una put* valenciana a los dieciséis años… Se entusiasmó tanto conmigo y con mi…, que me pegó un mordisco en el hombro, me cautivó ¡dicen que entre el placer y el dolor está el gusto! Mira, todavía tengo la cicatriz”, se abrió la camisa y pude ver sobre su piel blanquísima una fina línea nacarada.
“FUI CON prost*tutas”
Fue tan perturbador que a duras penas pude seguir apuntando (en esa época no llevaba magnetofón). “Me aficioné a ir con prost*tutas hasta que conocí a Laura Casale, una cantante italiana mayor que yo, que me enseñó todo lo que hay que saber sobre el s*x*, era sensual, impetuosa, apasionada ¡estuvimos cuatro años juntos y fue mi maestra!, ¡las mujeres mayores son las que me han enseñado todo lo que sé!, ¡y sé mucho!”. Le pregunté por Lucía Bosé y me soltó un ambiguo: “La he querido mucho” y por Andrea Bronston: “Mi noviecita”. Roseta Arbex: “Mi mejor amiga”. Me miró con picardía: “Ahora puedo enseñar a las más jóvenes… Por cierto, que nunca he estado con una periodista… Aunque a mí el s*x* por el s*x* ya no me interesa, necesito un combinado tipo El Corte Inglés: s*x*, amor, cariño y ternura”. El camarero vino a decir que tenían que cerrar y nos levantamos, entumecidos y deslumbrados por las farolas de la calle. Nos quedamos vacilando, sin saber cómo despedirnos después de haber compartido tanta intimidad y pasó un perrillo abandonado chicoleando entre nuestras piernas. Camilo se inclinó para acariciarlo y después me confesó, mientras me anudaba la bufanda alrededor del cuello: “Mira, Pilar, esto que hacemos tú y yo no tiene importancia”. Le miré interrogativamente, y me dijo aquel hombre premonitorio, ¡hace cuarenta años!: “Los héroes son los que salvan el planeta cada día, nos estamos cargando la naturaleza, ¡ayer lloré viendo cómo se mueren los animales de sed en Doñana!”. Dio un golpe con el pie en el suelo y dijo: “¿Te das cuenta de que aquí debajo hace pocos años había prados, bestias, bestias, ríos…? ¿Y qué hay ahora? ¡Cemento, cemento y cemento! ¡Contra esto tenemos que luchar!”. Y se fue calle abajo, pateando papeles y hojas secas, alto, delgado, solitario, ya convertido en leyenda."
 
salta a la vista que el hijo tiene problemas con las drogas, por eso su delgadez y ese aspecto demacrado, como rociito y Fidel, por cierto, no se quedo al entierro, se fue de Alcoy antes de las ocho de la tarde, a Camilo lo enterraron otros familiares
. Tal vez, despues de todo los administradores de su papa no eran malos como querian pintarlos. Puede que no sea tan mala idea que siguiese trabajando con ellos para cuidar su patrimonio, disciplinarse e impulsar una carrera artistica.
 

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