Desde un puesto de observación adelantado sobre una colina, al sudeste de Puerto Argentino, había descubierto buques ingleses de desembarco que se acercaban a las costas. El informe viajó en segundos a Puerto Argentino, de allí al comando de la FAA en Comodoro Rivadavia y a las bases de los escuadrones de combate. La misión consistía en atacar 2 buques de desembarco en Bahía Fitz roy y probablemente algunas fragatas. En la primera oleada, debían participar 2 escuadrillas de A-4B Skyhawk. En otras misiones, escalonando los horarios sobre el blanco y saliendo de sus respectivas bases, atacarían también los A-4C y los MIRAGE Dagger. Llévelos a la gloria", le dijo el capitán Pablo Carballo con ese sonido latoso de los transmisores de los aviones de combate. El teniente primero Carlos Cachón volaba su cazabombardero A4B SkyHawk por sobre las heladas aguas del Atlántico Sur cuando recibió la inesperada orden de tomar el mando de la escuadrilla que debía impedir el desembarco británico en Bahía Agradable. Un hecho fortuito dejó a Cachón como responsable de la misión. Los aviones de los jefes, el capitán Carballo y el primer teniente Filippini, habían sufrido el congelamiento de sus estructuras de reabastecimiento y no podían desplegarlas para recibir el combustible del avión carguero que debía hacer la maniobra en pleno vuelo. Cachón respiró profundo y se dispuso a concretar la misión más importante de su vida y para la que se había preparado rigurosamente en los últimos doce años. No muy lejos de ahí, en la entrada de la Bahía Agradable, al sur de Puerto Argentino, dos cargueros de 3.250 toneladas, el Sir Tristan y el Sir Galahad, repletos de soldados británicos se disponían a comenzar el desembarco más importante de la guerra. Entre los cuerpos de marines estaba la Guardia Galesa de la Reina, los soldados de elite que desde siempre son usados para ser los primeros en tomar el objetivo como símbolo del poderío británico. Era ya la media mañana y los Aviones Cazas llevaban volando desde hacía casi dos horas. Había avanzado durante varias millas al ras del agua y la sal se le pegaba a la escotilla. Ahora estaba a gran altura para caer sorpresivamente sobre el blanco, pero no podía ver los barcos por la sal y la bruma espesa que cubría la bahía. De otro de los aviones viene el aviso esperado: ¡Están ahí, a la derecha, uno a cada lado de la península!". Los dos barcos aparecieron entre las nubes grises. Cachón dio la orden: tres de los cinco aviones irían sobre la izquierda y atacarían al Sir Tristan. El suyo y otro de los Skyhawks lanzarían sus bombas contra el el Sir Galahad. Asi fué que resultaron hundidos el sir Galahad y la Sir Tristan, dejando fuera de combate la fragata HMS Plymouth