JAIME PEÑAFIEL
12/10/2019
CHSSS...
¡CUANDO UN AMIGO SE VA!
COMO SU PADRE HACE... 38 AÑOS
SE MERECE SER PRÍNCIPE
Descubra Orbyt
Oneto no solo era un gran compañero con el que he coincidido a lo largo de cincuenta años sino un gran amigo. Como Paloma, su adorable y enamorada esposa que lo ha sido a lo largo de 47 años. Solo faltaban tres años, el 29 de septiembre, para las bodas de oro pero, desgraciadamente, ocho días después de ese aniversario fallecía en la habitación de la clínica Quirón de San Sebastián en la que había ingresado el 15 de agosto. Y, como en los matrimonios bien avenidos, fueron felices hasta que la muerte nos ha separado, dejándola a ella viuda y a mi huérfano de su amistad. Cierto es que la diferencia de años que nos separaban no hacia presagiar que se fuera antes que yo. Hasta ahora pensaba eso de que solos se quedan los muertos. Más bien va a ser lo contrario. Cuando un amigo se va, como a mí se me han ido dos en tan corto espacio de tiempo, ¡qué solos nos quedamos los vivos, Dios mío!
El próximo viernes 18 de este mes de octubre tendrá lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo la solemne entrega de los Premios Princesa de Asturias. En esta ocasión, lo hará la propia Leonor 38 años después de que lo hiciera su padre, el 3 de octubre de 1981, a su misma edad, 13 años ( la nena cumple 14 el 31 del presente mes).
En aquella ocasión, el entonces Príncipe Felipe leyó, con buena voz aunque con algún gallito que otro, un discurso bien aprendido. Fueron 21 líneas y 255 palabras manuscritas en un folio con una adolescente caligrafía: “He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan, precisamente, como marco este Principado de Asturias cuyo título con tanto honor ostento...” Así fueron las primeras palabras que la Fundación Príncipe de Asturias daba a conocer en un facsímil, el 23 de octubre de 2014, el primer año que Felipe hablaba como jefe del Estado, en la 34 edición de los Premios que, al año siguiente, pasaron a llamarse Princesa de Asturias.
Leonor ya leyó, el 31 de octubre de 2018, coincidiendo con el día que cumplía 13 años, con la voz impostada, tal parecía la de la niña del exorcista, no un manuscrito como su padre sino el articulo 1 de la Constitución: ¡56 palabras! La lectura la hizo bajo la mirada vigilante aunque nerviosamente sonriente de mamá a la nena. Me imagino las veces que habría ensayado tan importante lectura, obligándola a hacer las correspondientes pausas mirando a la cámara, tras cada uno de los tres apartado del articulo 1 del Titulo Preliminar. Que en esto de leer, Letizia es una experta. No olvidemos que, desde que se casó, Felipe aprendió a leer en público. La lectura no ha sido jamás el fuerte de los Borbones. Don Juan Carlos llegaba incluso a perderse como sucedió en aquella Pascua Militar de triste memoria.
A propósito de estos Premios, pienso que este año debería concederse, uno muy especial a Marc Márquez, el jovencísimo piloto español de la localidad catalana de Cervera quien, con sólo 26 años, ha logrado su octavo Mundial en Tailandia, sexto en MotoGP. Cierto es que la Casa Real no parece sentir simpatía por este deporte. Posiblemente lo consideran poco glamouroso. En la memoria de todo el mundo está la injusticia de no haber concedido un Príncipe de Asturias a Ángel Nieto, 12+1 campeonatos del mundo, como decía él, y que fallecería en 2017 sin recibir ese honor. Pero los del Patronato prefieren a un extranjero (por aquello de internacionalizar el Premio). Por el contrario, la Fórmula 1 y si quien gana aunque solo sea una vez, como Fernando Alonso, se le hace Príncipe el 6 de septiembre de 2005. ¿Por ser asturiano? ¿Por ser paisano de Letizia? Cierto es que el principesco galardón no le dio mucha suerte. Desde ese día no volvió a ganar ni un campeonato.
Sorprendentemente, Sebastian Coe, el primero que se otorgaba al Deporte en 1987, ni se molestó en acudir a Oviedo al recoger el premio. También se negaron Carl Lewis en 1995 y Lance Armstrong en 2000. ¡En el pecado, la penitencia por esta descortesía total!
La glamurosa ministra de Economía (en funciones) es una cínica que no se cree lo que dice y, lo que es peor, que el español es tonto. (...) El ministro astronauta que todavía sigue en la luna en lo referente al tema de los plagios para tesis en algunas universidades, ¿a qué espera para intervenir? (...) ¿Tanto se odian la ex vice y la ex ministra como para no saludarse en la reciente recepción de EL MUNDO? (...) Peor, mucho peor lo de la princesa soberana Charlenne de Mónaco negándose a comparecer en todos aquellos actos a los que asiste y preside como la primera dama que no es su cuñada Carolina. (...) Las demandas de Harry y Meghan contra la Prensa (¡qué coxx se cree esta impresentable pareja!) me ha recordado la de Telma, la hermanisima contra ¡57 ! medios españoles, entre ellos cadenas de televisión, periódicos, revistas, agencias, páginas web... 300 folios. No solo acabó perdiendo sino que fue condenada a pagar 50.000 euros de costas. (...) No será mas lógico que Meghan se querellara contra su padre y no contra la prensa (¡muerte al mensajero!) por haber filtrado la carta que su hija le escribió en la que, entre otras “ lindezas”, le decía “ deja de mentir, deja de causar tanto daño...”. (...) Se declara feminista aunque no icono del feminismo y presume de no afeitarse ni los sobacos (sic) ni el pubis. ¡ Pues qué bien!
12/10/2019
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Oneto no solo era un gran compañero con el que he coincidido a lo largo de cincuenta años sino un gran amigo. Como Paloma, su adorable y enamorada esposa que lo ha sido a lo largo de 47 años. Solo faltaban tres años, el 29 de septiembre, para las bodas de oro pero, desgraciadamente, ocho días después de ese aniversario fallecía en la habitación de la clínica Quirón de San Sebastián en la que había ingresado el 15 de agosto. Y, como en los matrimonios bien avenidos, fueron felices hasta que la muerte nos ha separado, dejándola a ella viuda y a mi huérfano de su amistad. Cierto es que la diferencia de años que nos separaban no hacia presagiar que se fuera antes que yo. Hasta ahora pensaba eso de que solos se quedan los muertos. Más bien va a ser lo contrario. Cuando un amigo se va, como a mí se me han ido dos en tan corto espacio de tiempo, ¡qué solos nos quedamos los vivos, Dios mío!
El próximo viernes 18 de este mes de octubre tendrá lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo la solemne entrega de los Premios Princesa de Asturias. En esta ocasión, lo hará la propia Leonor 38 años después de que lo hiciera su padre, el 3 de octubre de 1981, a su misma edad, 13 años ( la nena cumple 14 el 31 del presente mes).
En aquella ocasión, el entonces Príncipe Felipe leyó, con buena voz aunque con algún gallito que otro, un discurso bien aprendido. Fueron 21 líneas y 255 palabras manuscritas en un folio con una adolescente caligrafía: “He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan, precisamente, como marco este Principado de Asturias cuyo título con tanto honor ostento...” Así fueron las primeras palabras que la Fundación Príncipe de Asturias daba a conocer en un facsímil, el 23 de octubre de 2014, el primer año que Felipe hablaba como jefe del Estado, en la 34 edición de los Premios que, al año siguiente, pasaron a llamarse Princesa de Asturias.
Leonor ya leyó, el 31 de octubre de 2018, coincidiendo con el día que cumplía 13 años, con la voz impostada, tal parecía la de la niña del exorcista, no un manuscrito como su padre sino el articulo 1 de la Constitución: ¡56 palabras! La lectura la hizo bajo la mirada vigilante aunque nerviosamente sonriente de mamá a la nena. Me imagino las veces que habría ensayado tan importante lectura, obligándola a hacer las correspondientes pausas mirando a la cámara, tras cada uno de los tres apartado del articulo 1 del Titulo Preliminar. Que en esto de leer, Letizia es una experta. No olvidemos que, desde que se casó, Felipe aprendió a leer en público. La lectura no ha sido jamás el fuerte de los Borbones. Don Juan Carlos llegaba incluso a perderse como sucedió en aquella Pascua Militar de triste memoria.
A propósito de estos Premios, pienso que este año debería concederse, uno muy especial a Marc Márquez, el jovencísimo piloto español de la localidad catalana de Cervera quien, con sólo 26 años, ha logrado su octavo Mundial en Tailandia, sexto en MotoGP. Cierto es que la Casa Real no parece sentir simpatía por este deporte. Posiblemente lo consideran poco glamouroso. En la memoria de todo el mundo está la injusticia de no haber concedido un Príncipe de Asturias a Ángel Nieto, 12+1 campeonatos del mundo, como decía él, y que fallecería en 2017 sin recibir ese honor. Pero los del Patronato prefieren a un extranjero (por aquello de internacionalizar el Premio). Por el contrario, la Fórmula 1 y si quien gana aunque solo sea una vez, como Fernando Alonso, se le hace Príncipe el 6 de septiembre de 2005. ¿Por ser asturiano? ¿Por ser paisano de Letizia? Cierto es que el principesco galardón no le dio mucha suerte. Desde ese día no volvió a ganar ni un campeonato.
Sorprendentemente, Sebastian Coe, el primero que se otorgaba al Deporte en 1987, ni se molestó en acudir a Oviedo al recoger el premio. También se negaron Carl Lewis en 1995 y Lance Armstrong en 2000. ¡En el pecado, la penitencia por esta descortesía total!
La glamurosa ministra de Economía (en funciones) es una cínica que no se cree lo que dice y, lo que es peor, que el español es tonto. (...) El ministro astronauta que todavía sigue en la luna en lo referente al tema de los plagios para tesis en algunas universidades, ¿a qué espera para intervenir? (...) ¿Tanto se odian la ex vice y la ex ministra como para no saludarse en la reciente recepción de EL MUNDO? (...) Peor, mucho peor lo de la princesa soberana Charlenne de Mónaco negándose a comparecer en todos aquellos actos a los que asiste y preside como la primera dama que no es su cuñada Carolina. (...) Las demandas de Harry y Meghan contra la Prensa (¡qué coxx se cree esta impresentable pareja!) me ha recordado la de Telma, la hermanisima contra ¡57 ! medios españoles, entre ellos cadenas de televisión, periódicos, revistas, agencias, páginas web... 300 folios. No solo acabó perdiendo sino que fue condenada a pagar 50.000 euros de costas. (...) No será mas lógico que Meghan se querellara contra su padre y no contra la prensa (¡muerte al mensajero!) por haber filtrado la carta que su hija le escribió en la que, entre otras “ lindezas”, le decía “ deja de mentir, deja de causar tanto daño...”. (...) Se declara feminista aunque no icono del feminismo y presume de no afeitarse ni los sobacos (sic) ni el pubis. ¡ Pues qué bien!