Ataque terrorista en el puente de Londres. Fallecidos y heridos, personas atropelladas

El padre de ignacio ha escrito una carta para ensalzar a los dos amigos de su hijo que esa noche le acompañaban, dice que están sufriendo un rechazo injusto y describe todo lo que hicieron esa noche y después para intentar ayudar al muchacho, buscando a la hermana, etc. Dice que ellos también merecen reconocimiento y que les está muy agradecido.
Es muy fácil decir a los demás lo que deben de hacer pero hay que estar en la tesitura, yo no se lo que habría hecho pero salir por patas es una probabilidad bastante alta
 
Viendo los vídeos de los ataques y cómo "funciona" esta gente, lo primero que hay q resaltar es q van de drogas hasta arriba. A Ignacio lo rematarían en el suelo como hicieron con los otros y los amigos ya no estaban para verlo. Estos seres del averno no vienen a herir, vienen a matar y drogados y se ensañan especialmente: fanatismo, odio, drogas y alcohol, es muy mala combinación.

Por otro lado, al igual q los hermanos de Ignacio, me gustaría quedarme con lo positivo de esto. Me gustaría que los miles de Ignacios que hay ahí afuera, fuesen noticia a diario por sus vidas, que no se les conozca sólo cuando fallecen. He dejado de ver los telediarios y demás informativos porque estoy harta, harta al cuadrado, al cubo y a la enésima potencia de las desgracias una tras otra q nos meten. Ya sabemos q el morbo vende, pero ya está bien!.

Por cada asesinato q se comete, hay millones de personas q hacen sus vidas con naturalidad, por cada violación, etc, etc, etc.

Uno entra en el palacio de Versalles y se encuentra un papel arrugado en el suelo y claro q llama la atención, pero la noticia es la belleza del palacio, no la mierdita q había en un cm del pasillo.

Hay un orden establecido no sé por quién de aterrorizar al personal. Con miedo no se puede vivir. Los terroristas son unos cuantos, los medios y sus noticieros les sirven de voz. Cuando no son atentados, son asesinatos, fuegos, el cancer a todas horas. Basta ya! Ya todos sabemos que vamos a morir en algún momento, de una manera u otra....en ese momento valdrá la pena preguntarse si realmente hemos "vivido".
 
Ignacio es nuestro nombre

"Afirmar que Echeverría es un héroe lo aleja demasiado"
JORGE BUSTOS
  • 9 JUN. 2017 08:27

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El peligro de afirmar que Ignacio Echeverría es un héroe consiste en que lo aleja demasiado de nosotros, los comunes. Héroe lo llama la izquierda y héroe la derecha, y esa rara unanimidad española quizá no responda sin más a la admiración que cosechan los seres extraordinarios, sino también al deseo inconfesable de exculpar la cobardía de los demás. Ante el hombre que lleva a cabo una acción heroica decimos: "Es que es un héroe". Y nos quedamos más tranquilos: nosotros ya no tenemos por qué serlo porque no estamos hechos de la misma pasta.

Pero Ignacio no es un héroe porque estuviera labrado en madera noble, porque naciera bueno o recibiera una educación esmerada. Todo eso facilita la excelencia moral, pero no es suficiente para enfrentarse a tres yihadistas armado de un monopatín y unos coj*nes como los de un victorino, si se me tolera el despatarre. El heroísmo indefectible, ese que se supone que resulta necesariamente de la suma de genética, virtud y valor, ya no sería heroísmo. La ecuación áurea requiere todavía de otras dos variables más: la libertad y la razón. Un héroe es alguien que, aun en décimas de segundo, toma libre y conscientemente la decisión de contradecir el primer instinto del animal humano, que como en cualquier otro animal es sobrevivir, por preferir la supervivencia de otro.


Lo cierto es que el sábado Ignacio Echeverría no tenía pensado morir en absoluto. Tenía pensado ir a patinar con sus amigos y volver a su casa, y seguir patinando en los fines de semana venideros, y en verano hacer surf en la playa de Gerra con su amigo Guille. No son los planes propios de un héroe, del arquetipo mental con capa al que atribuimos esa condición. Pero volviendo de patinar se encontró a un terrorista islámico acuchillando a una mujer. La gente corría para huir de esa escena, pero él corrió en la dirección contraria. El héroe ha de ser racional: afirma su descabellada postura porque atiende al argumento que le dice que esa mujer, a la que no conoce, merece sin embargo su ayuda. A la fuente interior de tales sugerencias hubo un tiempo en que se le llamó conciencia. Es una voz insidiosa que a menudo nos aguijonea en las horas finales del día, cuando la cabeza ya descansa sobre la almohada. Casi todos la tienen; la mayoría negocia con ella; muy pocos, poquísimos, la sirven.

Nuestra civilización ofrece varios paradigmas de heroísmo. Los griegos crearon la figura del héroe trágico, pelele de un destino adverso contra el que lucha inútilmente. En mitad de la agonía yergue su lucidez terminal y gana la reverencia de los mortales. Los románticos, por su parte, cantaron al rebelde solitario que desafía las convenciones y paga por ello, pero salva la memoria de su yo irreductible. Más tarde llegaron los existencialistas, para quienes el hombre está condenado a la libertad de elegir en qué infierno quiere arder, y en él arde con un coraje absurdo. Y por último está el héroe cristiano, el que a imitación de su Maestro da la vida por los demás porque está convencido de que todo prójimo es su hermano y todo acto de amor es visto por su Padre. Ignacio Echeverría era de estos últimos. Pero no murió como el cruzado que ven los fanáticos mahometanos. Ellos querrían establecer una simetría religiosa que perpetuase la guerra santa, pero los lobos nunca podrán compararse con los perros pastores.Ignacio es un héroe no solo porque salvó vidas, sino porque con su acto salvó nuestra civilización.

http://www.elmundo.es/opinion/2017/06/09/59399a0b46163f125c8b464e.html
 
ISABEL SAN SEBASTIÁN
Gracias, Ignacio, por tu lección de vida
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Su ejemplo, los valores que encarnó no pueden morir. Si hubiese más como él tendríamos la guerra ganada

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08/06/2017 07:51h - Actualizado: 08/06/2017 15:04h. Guardado en: Opinión


Ignacio Echeverría podría haber pasado de largo. El terrorista no le atacaba a él; estaba acuchillando a una mujer indefensa con la que se había cruzado al azar de su carnicería. Él, además, iba desarmado y disponía de un vehículo con el cual agilizar la huída. Es lo que habría hecho cualquier persona "sensata", siguendo el criterio dominante en estos tiempos de hedonismo. ¿Por qué no salió corriendo? ¿Por qué bajó de la bicicleta sin más escudo que su monopatín y se lanzó en auxilio de esa desconocida? Porque algunas personas, muy pocas, están imbuidas de un sentido del honor más hondo incluso que el instinto de supervivencia. Un impulso generoso, bondadoso, valeroso, que guía sus actos de forma natural hacia la rectitud con una fuerza muy superior a la del cálculo interesado. Son seres hechos de luz.

No conozco a Ignacio ni tampoco a su familia, pero escribo estas líneas profundamente conmovida por su gesto. Por lo extraordinario de ese heroismo tan impropio de nuestra época. ¿Cuántos de nosotros habríamos obrado de igual modo puestos en las misma situación? Tal vez ninguno. Porque la vida propia, la de uno, es el bien supremo en la escala de valores vigente hoy en día, seguida muy de cerca por la riqueza y la comodidad. Porque la cobardía ha dejado de llamarse por su nombre para denominarse "inteligencia" o "prudencia" y ser no solo aceptada, sino aplaudida socialmente. Porque la valentía es denostada como actitud trasnochada e inútil. Porque el relativismo se ha adueñado del pensamiento dominante de tal modo que tanto da ser un héroe como un villano ya que todo es igualmente lícito si conviene. Todo equivale. No hay bien o mal que valgan. Hasta ese punto hemos perdido el norte en esta sociedad satisfecha, cada vez más parecida a la decadente Roma imperial previa a las invasiones bárbaras. Y por eso es tan encomiable, tan digno de admiración y de gratitud Ignacio.

Habría podido mirar hacia otro lado; nadie se lo habría reprochado. La masacre no iba con él, pese a lo cual optó por implicarse en el empeño de salvar una vida a costa de perder la suya. Probablemente no lo pensase sino que actuase instintivamente, lo que otorga aún más valor a su conducta y también a la educación recibida de sus padres. Si algún día yo me topara con un asesino empeñado en degollarme, me gustaría ver pasar a mi lado a un hombre valeroso y noble como Ignacio Echeverría. Y si fuese yo quien presenciara una escena semejante, querría encontrar el coraje de lanzarme al cuello del agresor en lugar de pasar de largo. Si en el mundo hubiese más valientes cortados por ese patrón, los yihadistas que ansían destruir nuestra civilización no conseguirían sembrar el pánico tan fácilmente entre "gente" aterrorizada sino que se enfrentarían a personas dispuestas a defenderse unas a otras plantándoles cara a ellos. Tendríamos la guerra ganada. Lo cual no resta un ápice de responsabilidad a los gobiernos, las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia y el legislador, cuyo trabajo en el Reino Unido está demostrando ser un verdadero desastre.


Ignacio Echeverría ha pagado con su vida el precio de una dignidad que lo sitúa en el puesto de mayor honor en el podio de la condición humana. Su ejemplo, su virtud, los valores que encarnó no mueren. No pueden morir. Descansa en paz, caballero, surcando el cielo de los justos sobre tu montura de ruedas. Ojalá que tu lección de vida logre arraigar entre nosotros.
 
Reino Unido
En Newcastle, al noreste de Inglaterra
Un hombre con un cuchillo retiene a rehenes en una oficina de empleo en Reino Unido

Un hombre con un cuchillo retiene a rehenes en Newcastle, al noreste de Inglaterra, según fuentes policiales, justo después de la celebración de elecciones en Reino Unido, en las que May ha perdido la mayoría absoluta.

La toma de rehenes, al parecer numerosos, tiene lugar en una Oficina de Empleo de Clifford Street, en Byker (Newcastle).

"Los negociadores están ahí", ha informado la policía de Northumbria, en un comunicado en el que precisa que, por el momento, no hay que lamentar heridos y que varios de los empleados de la oficina han podido escapar.

Los negociadores de la policía están en el lugar de los hechos mientras que las carreteras de acceso han sido cerradas al tráfico.

La policía de Newcastle ha informado de que el secuestrador es conocido del centro de empleo y el episodio está siendo tratado como un incidente aislado.


 
Hay un orden establecido no sé por quién de aterrorizar al personal. Con miedo no se puede vivir. Los terroristas son unos cuantos, los medios y sus noticieros les sirven de voz. Cuando no son atentados, son asesinatos, fuegos, el cancer a todas horas. Basta ya! Ya todos sabemos que vamos a morir en algún momento, de una manera u otra....en ese momento valdrá la pena preguntarse si realmente hemos "vivido".
allí le has dado al clavo, @Leles:

mira lo que escribía Aldous Huxley, en 1958, en su "Un Mundo Feliz - Revisited", capítulo "Lavado de Cerebro"...o como lo llamo yo, "ingeniería social":

"Pavlov's findings were confirmed in the most distressing manner, and on a very large scale, during the two World Wars. As the result of a single catastrophic experience, or of a succession of terrors less appalling but frequently repeated, soldiers develop a number of disabling psychophysical symptoms. Temporary unconsciousness, extreme agitation, lethargy, functional blindness or paralysis, completely unrealistic responses to the challenge of events, strange reversals of lifelong patterns of behavior -- all the symptoms, which Pavlov observed in his dogs, reappeared among the victims of what in the First World War was called "shell shock," in the Second, "battle fatigue."

Every man, like every dog, has his own individual limit of endurance. Most men reach their limit after about thirty days of more or less continuous stress under the conditions of modern combat. The more than averagely susceptible succumb in only fifteen days. The more than averagely tough can resist for forty-five or even fifty days. Strong or weak, in the long run all of them break down. All, that is to say, of those who are initially sane. For, ironically enough, the only people who can hold up indefinitely under the stress of modern war are psychotics. Individual insanity is immune to the consequences of collective insanity.

The fact that every individual has his breaking point has been known and, in a crude unscientific way, exploited from time immemorial. In some cases man's dreadful inhumanity to man has been inspired by the love of cruelty for its own horrible and fascinating sake. More often, however, pure sadism was tempered by utilitarianism, theology or reasons of state. Physical torture and other forms of stress were inflicted by lawyers in order to loosen the tongues of reluctant witnesses; by clergymen in order to punish the unorthodox and induce them to change their opinions; by the secret police to extract confessions from persons suspected of being hostile to the government.

Stresses amply sufficient to cause a complete cerebral breakdown can be induced by methods which, though hatefully inhuman, fall short of physical torture."

https://www.huxley.net/bnw-revisited/#brainwashing

---

...llevarnos al punto de derrumbe psicológico, este es el objetivo...después de lo cual todo nos dará igual, hasta el punto pediremos a gritos que el Papá Estado nos proteja...y por supuesto, nadie tendrá ni fuerza ni la posibilidad de pedir responsabilidades a los que han aplicado esta técnica de asalto colectivo.
 
allí le has dado al clavo, @Leles:

mira lo que escribía Aldous Huxley, en 1958, en su "Un Mundo Feliz - Revisited", capítulo "Lavado de Cerebro"...o como lo llamo yo, "ingeniería social":

"Pavlov's findings were confirmed in the most distressing manner, and on a very large scale, during the two World Wars. As the result of a single catastrophic experience, or of a succession of terrors less appalling but frequently repeated, soldiers develop a number of disabling psychophysical symptoms. Temporary unconsciousness, extreme agitation, lethargy, functional blindness or paralysis, completely unrealistic responses to the challenge of events, strange reversals of lifelong patterns of behavior -- all the symptoms, which Pavlov observed in his dogs, reappeared among the victims of what in the First World War was called "shell shock," in the Second, "battle fatigue."

Every man, like every dog, has his own individual limit of endurance. Most men reach their limit after about thirty days of more or less continuous stress under the conditions of modern combat. The more than averagely susceptible succumb in only fifteen days. The more than averagely tough can resist for forty-five or even fifty days. Strong or weak, in the long run all of them break down. All, that is to say, of those who are initially sane. For, ironically enough, the only people who can hold up indefinitely under the stress of modern war are psychotics. Individual insanity is immune to the consequences of collective insanity.

The fact that every individual has his breaking point has been known and, in a crude unscientific way, exploited from time immemorial. In some cases man's dreadful inhumanity to man has been inspired by the love of cruelty for its own horrible and fascinating sake. More often, however, pure sadism was tempered by utilitarianism, theology or reasons of state. Physical torture and other forms of stress were inflicted by lawyers in order to loosen the tongues of reluctant witnesses; by clergymen in order to punish the unorthodox and induce them to change their opinions; by the secret police to extract confessions from persons suspected of being hostile to the government.

Stresses amply sufficient to cause a complete cerebral breakdown can be induced by methods which, though hatefully inhuman, fall short of physical torture."

https://www.huxley.net/bnw-revisited/#brainwashing

---

...llevarnos al punto de derrumbe psicológico, este es el objetivo...después de lo cual todo nos dará igual, hasta el punto pediremos a gritos que el Papá Estado nos proteja...y por supuesto, nadie tendrá ni fuerza ni la posibilidad de pedir responsabilidades a los que han aplicado esta técnica de asalto colectivo.
Gracias elporquedelascosas, yo lo q veo claro, meridiano, es el terror psicológico que pende sobre nuestras cabezas. Antes la gente tenía hijos, se compraba una casa, hacía locuras, conquistaba el espacio, inventaba artefactos para volar, conquistar el mundo y era más humano, vivía sin miedos. Hoy tienes un hijo y hay que comprar mil aparatos para protegerle en el coche, en la bicicleta, cascos, rodilleras, coderas, jarabe para todo, mil seguros de vida, hogar, salud por si te enfermas de esto, de lo otro. Aghhhhhh, antes la gente no se protegía tanto, no existían los seguros, ni tantas protecciones y vivían con mayúsculas. Te intentan proteger....o te intentan asustar a todas horas y de paso esquilmarte el bolsillo??? No se puede vivir con miedo, vivir asustado es igual a estar muerto.
 
Habría que hacer otro homenaje a este pontevedrés que ayudó a unos cuantos a salvarse y forcejeo con uno de los terroristas antes de que lo abatiera la policía.

Heroica actuación de un pontevedrés durante el ataque terrorista en Londres
Sergio Fariña, que dirige un restaurante en el mercado de Borough, evitó que uno de los terroristas accediese al local bloqueando la puerta tras dar resguardo en su interior a varios ciudadanos ►Se mantuvo firme en su forcejeo con el atacante en el acceso al local
Domingo 4 de Junio de 2017 | Redacción

Fariña se mantuvo firme, forcejeó con él a través de la puerta y consiguió que el terrorista desistiera en su intento de acceder al local

sergio_farinas.jpg
El pontevedrés Sergio Fariñaha protagonizado una heroica actuación durante el ataque terrorista de este sábado en Londres. Tal y como pueden ver en este vídeo, Fariña, que dirige un restaurante situado en el Borough Market, dio refugio en el local a varios ciudadanos cuando los terroristas irrumpieron en el mercado -tras atropellar a decenas de personas en el puente de Londres- con la intención de causar el mayor número de bajas posibles por apuntalamiento.



Sin embargo, lo más destacable de su valiente proceder fue, sin duda, el momento en el que uno de los atacantes intentó acceder al local. Fariña se mantuvo firme, forcejeó con él a través de la puerta y consiguió que desistiera en su intento. Poco después, el terrorista yacía abatido a unos metros del restaurante.

http://diariodepontevedra.galiciae....e-un-pontevedres-durante-el-ataque-en-londres
 
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