- Registrado
- 22 Nov 2011
- Mensajes
- 16.824
- Calificaciones
- 107.370
Jajaja!!!! Lástima no haberlo sabido antes!
Anécdotas de colegio/instituto
- AutorMunchi
- Fecha de inicio
Yo, que tengo ya una edad, fui al colegio en el Sáhara cuando era español. Convivíamos con los saharauis, pero cada uno mantenía su cultura y sus costumbres, muy distintas. Ellos eran pastores de cabras y camellos, fundamentalmente.
A lo que voy. Había dos niñas saharauis en mi clase: Fátima y Osuna. Osuna un amor de niña, Fátima un dolor de muelas. Si se sentaba contigo sabías que te mangaría algo fijo: una regla, lo que fuera. Debía de tener montada una papelería en su casa con lo que nos quitaba. Para integrarlas las sentaban cada día con una distinta. ¿Por qué las rotaban continuamente? Porque desconocían el concepto de higiene y si una se sentaba contigo volvías a casa a mediodía rascándote la cabeza. Por la tarde tu madre iba a quejarse de los piojos a la profesora y vuelta a cambiar de sitio.
Ni sé la de frascos de loción ZZ que gastó mi madre mientras estuvieron en clase. Loción que olía a rayos pero que de tanto usarla al final me gustaba más que la colonia. Un año más viviendo allí y habría acabado esnifándola.
A lo que voy. Había dos niñas saharauis en mi clase: Fátima y Osuna. Osuna un amor de niña, Fátima un dolor de muelas. Si se sentaba contigo sabías que te mangaría algo fijo: una regla, lo que fuera. Debía de tener montada una papelería en su casa con lo que nos quitaba. Para integrarlas las sentaban cada día con una distinta. ¿Por qué las rotaban continuamente? Porque desconocían el concepto de higiene y si una se sentaba contigo volvías a casa a mediodía rascándote la cabeza. Por la tarde tu madre iba a quejarse de los piojos a la profesora y vuelta a cambiar de sitio.
Ni sé la de frascos de loción ZZ que gastó mi madre mientras estuvieron en clase. Loción que olía a rayos pero que de tanto usarla al final me gustaba más que la colonia. Un año más viviendo allí y habría acabado esnifándola.
Pues ya te digo que, el truco le funcionaba a las mil maravillas...
Yo tenia un profesor que no le hacía falta ni eso. Se quedaba muy quieto mirando fijamente hasta que nos callábamos
Me están recorriendo escalofríos por todo mi cuerpo
Eso y rechinar de dientes era lo mínimo que pasábamos nosotros cuando sacaba sus uñasMe están recorriendo escalofríos por todo mi cuerpo
- Registrado
- 28 Ene 2018
- Mensajes
- 13.585
- Calificaciones
- 83.763
Hoy me estaba acordando de una compañera de clase que tuve muchos años en el colegio, llamémosle Celia. Recuerdo que en el primer día de clase, a pesar de que no nos conocíamos de nada, esta chica no paraba de mirarme de reojo y lanzarme miradas de odio y yo pensaba "¿Por qué me mira mal esta chica, yo qué le he hecho?".
Con el tiempo hicimos un grupito de amigas en el cual ella también estaba, y me consta que al principio no quería que las otras chicas hablaran conmigo y les decía cosas para ponerlas en mi contra, como que yo era tonta o que era mala, etc. Afortunadamente, las demás chicas no le hicieron demasiado caso y al final a Celia no le quedó más remedio que tolerarme porque terminamos formando parte del mismo grupo. Nunca supe por qué me había cogido esa manía sin conocerme de nada.
Con el tiempo parecía que se le hubiera pasado esa inquina que me tenía, porque recuerdo conversaciones que llegamos a tener ella y yo, bromeando y ríendonos. Después de 6°, el grupo se disolvió por varios motivos: unas pasábamos al instituto e íbamos a clases distintas, otras repetían y se quedaban un año más en el colegio, otras se mudaban a otra ciudad, etc. Celia fue una de las que repitieron y se quedaron atrás, pero al año siguiente, yendo yo a 2° y ella a 1° sí que coincidíamos en el instituto.
Con las otras chicas del grupo del cole, a pesar de que ya no andábamos juntas, cuando nos cruzábamos en el instituto aún nos hablábamos: nos saludábamos, o nos felicitábamos el cumpleaños, etc. Con todas menos con Celia, que dejó de dirigirme la palabra de nuevo en el instituto. Le saludé una vez y se hizo la loca en mi cara, así que ya no volví a saludarla nunca más. No le di ninguna importancia porque ella tampoco es que me importara demasiado.
Años después, cuando se hizo popular Facebook y ya teníamos todas veintitantos años, nos agregamos todas las de clase menos Celia, que fue la única que rechazó mi solicitud de amistad. Que pensé "pues sí que le dura a esta la manía que me tenía"
. Otra vez tampoco le di importancia.
Pues bien, hace un par de días íbamos mi Cabrito yo por la calle haciendo recados, y me dice "No sé que le habrás hecho a esa o si te conoce de algo, pero si las miradas mataran habrías caído fulminada hace un buen rato". Levanto la mirada y ¿quién me estaba mirando mal desde la otra acera? Celia, por supuesto.
30 años después de nuestro primer encuentro en aquella clase de 3° de EGB, 20 años después de la última vez que nos vimos en el instituto, 15 años después de que le mandara una solicitud de amistad en Facebook y la rechazara. Y me sigue lanzando miradas llenas de odio por alguna cosa imaginaria que debí de hacerle aquella mañana de septiembre de principios de los 90... Yo ya me lo tomo a risa, pero estoy intrigadísima de saber qué le he hecho a esta persona
Con el tiempo hicimos un grupito de amigas en el cual ella también estaba, y me consta que al principio no quería que las otras chicas hablaran conmigo y les decía cosas para ponerlas en mi contra, como que yo era tonta o que era mala, etc. Afortunadamente, las demás chicas no le hicieron demasiado caso y al final a Celia no le quedó más remedio que tolerarme porque terminamos formando parte del mismo grupo. Nunca supe por qué me había cogido esa manía sin conocerme de nada.
Con el tiempo parecía que se le hubiera pasado esa inquina que me tenía, porque recuerdo conversaciones que llegamos a tener ella y yo, bromeando y ríendonos. Después de 6°, el grupo se disolvió por varios motivos: unas pasábamos al instituto e íbamos a clases distintas, otras repetían y se quedaban un año más en el colegio, otras se mudaban a otra ciudad, etc. Celia fue una de las que repitieron y se quedaron atrás, pero al año siguiente, yendo yo a 2° y ella a 1° sí que coincidíamos en el instituto.
Con las otras chicas del grupo del cole, a pesar de que ya no andábamos juntas, cuando nos cruzábamos en el instituto aún nos hablábamos: nos saludábamos, o nos felicitábamos el cumpleaños, etc. Con todas menos con Celia, que dejó de dirigirme la palabra de nuevo en el instituto. Le saludé una vez y se hizo la loca en mi cara, así que ya no volví a saludarla nunca más. No le di ninguna importancia porque ella tampoco es que me importara demasiado.
Años después, cuando se hizo popular Facebook y ya teníamos todas veintitantos años, nos agregamos todas las de clase menos Celia, que fue la única que rechazó mi solicitud de amistad. Que pensé "pues sí que le dura a esta la manía que me tenía"
. Otra vez tampoco le di importancia.Pues bien, hace un par de días íbamos mi Cabrito yo por la calle haciendo recados, y me dice "No sé que le habrás hecho a esa o si te conoce de algo, pero si las miradas mataran habrías caído fulminada hace un buen rato". Levanto la mirada y ¿quién me estaba mirando mal desde la otra acera? Celia, por supuesto.
30 años después de nuestro primer encuentro en aquella clase de 3° de EGB, 20 años después de la última vez que nos vimos en el instituto, 15 años después de que le mandara una solicitud de amistad en Facebook y la rechazara. Y me sigue lanzando miradas llenas de odio por alguna cosa imaginaria que debí de hacerle aquella mañana de septiembre de principios de los 90... Yo ya me lo tomo a risa, pero estoy intrigadísima de saber qué le he hecho a esta persona
Última edición:
Esta claro que fue algo muy gordo y feo!!!.Hoy me estaba acordando de una compañera de clase que tuve muchos años en el colegio, llamémosle Celia. Recuerdo que en el primer día de clase, a pesar de que no nos conocíamos de nada, esta chica no paraba de mirarme de reojo y lanzarme miradas de odio y yo pensaba "¿Por qué me mira mal esta chica, yo qué le he hecho?".
Con el tiempo hicimos un grupito de amigas en el cual ella también estaba, y me consta que al principio no quería que las otras chicas hablaran conmigo y les decía cosas para ponerlas en mi contra, como que yo era tonta o que era mala, etc. Afortunadamente, las demás chicas no le hicieron demasiado caso y al final a Celia no le quedó más remedio que tolerarme porque terminamos formando parte del mismo grupo. Nunca supe por qué me había cogido esa manía sin conocerme de nada.
Con el tiempo parecía que se le hubiera pasado esa inquina que me tenía, porque recuerdo conversaciones que llegamos a tener ella y yo, bromeando y ríendonos. Después de 6°, el grupo se disolvió por varios motivos: unas pasábamos al instituto e íbamos a clases distintas, otras repetían y se quedaban un año más en el colegio, otras se mudaban a otra ciudad, etc. Celia fue una de las que repitieron y se quedaron atrás, pero al año siguiente, yendo yo a 2° y ella a 1° sí que coincidíamos en el instituto.
Con las otras chicas del grupo del cole, a pesar de que ya no andábamos juntas, cuando nos cruzábamos en el instituto aún nos hablábamos: nos saludábamos, o nos felicitábamos el cumpleaños, etc. Con todas menos con Celia, que dejó de dirigirme la palabra de nuevo en el instituto. Le saludé una vez y se hizo la loca en mi cara, así que ya no volví a saludarla nunca más. No le di ninguna importancia porque ella tampoco es que me importara demasiado.
Años después, cuando se hizo popular Facebook y ya teníamos todas veintitantos años, nos agregamos todas las de clase menos Celia, que fue la única que rechazó mi solicitud de amistad. Que pensé "pues sí que le dura a esta la manía que me tenía"
Pues bien, hace un par de días íbamos mi Cabrito yo por la calle haciendo recados, y me dice "No sé que le habrás hecho a esa o si te conoce de algo, pero si las miradas mataran habrías caído fulminada hace un buen rato". Levanto la mirada y ¿quién me estaba mirando mal desde la otra acera? Celia, por supuesto.
30 años después de nuestro primer encuentro en aquella clase de 3° de EGB, 20 años después de la última vez que nos vimos en el instituto, 15 años después de que le mandara una solicitud de amistad en Facebook y la rechazara. Y me sigue lanzando miradas llenas de odio por alguna cosa imaginaria que debí de hacerle aquella mañana de septiembre de principios de los 90... Yo ya me lo tomo a risa, pero estoy intrigadísima de saber qué le he hecho a esta persona
