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pero no quiere decir que haya más dolor. Ahora mismo mi padre le operaron de cáncer, un jarro de agua fria. Aunque no parece mal pronóstico del todo el se siente ya vendido. Mis padres jamás han vuelto a ir a una cena familiar, ni en navidades, todo se paro hace 15 años.Me acaba de impresionar mucho esto, prima...
Ya lo conté unas páginas atrás, pero mi abuela perdió a mi madre cuando tenía 42 años. Ella, por el contrario, vive por y para recordar a mi madre. Hay fotos suyas por toda la casa, su cuarto hasta hace poco era intocable, es hablar de ella y se pone a llorar (han pasado 20 años). Todo lo que habla de ella son maravillas, jamás la he oído contar una anécdota negativa. Va al cementerio cada poco a cambiarle las flores y se pasa horas allí. Incluso hace no mucho le dió una crisis de ansiedad, se tiró en la cama, se puso a llorar y gritar "mi niña, mi niña, pobrecita!". Es desgarrador ver a una señora de 80 y tantos en ese plan. Y mi abuela no se quedó sola. Tenía un marido con el que pasar el duelo, otro hijo y tres nietos.
Por eso se me rompe el corazón cuando pienso en Ana Obregón, y veo fotos de ella con su niño, se veía un amor y una conexión tan especial, que pocas veces la he visto. Yo crecí viendo a Alex en la tele mordiendo las alcachofas de los reporteros. Mi madre y yo comentábamos entre risas "qué maleducado es este niño!". Y para mi, que ahora los dos estén en el cielo, me resulta una pena. Alex tenía dos años menos que yo. Era el único hijo de Ana, y encima se llevaban maravillosamente bien (no siempre es así). No puedo imaginarme el dolor de esa mujer...
Solo salen a comprar o al médico.
No se ven fotos, ni recordatorios. Al principio el nicho se pinta de blanco, el letras doradas el pintor pone la inscripción y en el saliente se pone como una puntilla blanca, que aguanta un cristal y ahi a modo de estanteria se pone la foto, la Cruz, y flores.
El dia que mi madre decidió poner una lápida, discuti con ella, no quería quitar por nada del mundo aquello tan blanco, tan dorado, con su puntilla, tan bonito por una tétrica lápida negra. Mi madre me dijo que aquello se ensuciaba mucho, que todos ponían lapida etc y que porque no quería y le contesté, la lápida es de muertos!!! Y me dijo y tu hermana, que está?
Nunca he vuelto alli. No quiero verlo así. Al principio estuve anestesiada, cuando me di cuenta me quedé con 38 kilos. No lloraba, nunca conté de mi dolor, pero lo sufri. Supongo también mis hermanos, mis padres no quiero ni imaginar... Pero nunca hemos hablado de las consecuencias.