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La visita del Presidente de Méjico y su esposa a los Reyes de España nos ha dejado momentos inolvidables y de gran ridículo. Antes de la llegada de estos, la bajada por la escalinata de Palacio cogidos de la mano y ella mostrando esa cara de pernodavidas es de melodrama. Quieren mostrar al vulgo que se llevan muy bien y que su amor no se marchita. Diría que los asesores de Casa Real piensan que ese vulgo es tonto e ignorante como en la Edad Media; pero no cuela porque eso no se lo cree nadie. Su insistencia por reclamar la atención de su regio marido es de pura cateta y de una adolescente. Si a esto unimos el atuendo de la levita, de confección horrorosa ya que parecía una bata de los años 60, paga y vámonos. La llegada del Presidente de Méjico y su esposa nos muestra un pto de inflexión: en el saludo al Rey se mostraron muy efusivos: pero, en el saludo a la Reina, me parece observar que el Sr Peña Nieto no ha sido muy efusivo mostrando un cierto grado de distancia con ell. Y para terminar el circo, la incapacidad de este par en el momento de la subida de las escalinatas . Ella, haciéndose notar como siempre, le toca al marido su trasero para que le deje pasar y lo adelanta colocándose la primera demostrando quién lleva la batuta en dicho matrimonio. De verdad, creí que las películas de Martínez Soria habían quedado en los anales de la historia; pero, viendo la actitud de descoordinación e inseguridad que se traen entre ambos, igual nos dejan contemplar tardes de gloria. Que par...