Coronavirus

La juez ve atentado y desprecio a la vida ajena en los dos primeros presos por el estado de alarma
Mantiene la prisión provisional sin fianza a dos alemanes que embistieron y atropellaron a varios policías y guardias civiles

El Poder Judicial tendrá que dar muchas explicaciones ... la actitud que han tenido deja mucho que desear..... claro está que son herederos del antiguo regimen
 
«No somos héroes, somos enfermeras». Carta de una enfermera de la UCI en medio de la emergencia sanitaria
07/04/2020Jota
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Begoña Seguí, una enfermera y miembro del Consejo de MedicusMundi España ha publicado una carta redactada para narrar la situación y el trabajo diario de los profesionales de Enfermería para concienciar a la población

La carta completa:



«Soy Begoña Seguí, enfermera desde hace 23 años, 19 de los cuales he trabajado en diversas UCIs en hospitales valencianos. Paralelamente soy miembro del consejo medicus mundi con quien he desarrollado diversos voluntariados en Mozambique con pacientes de tuberculosis y VIH. Actualmente con pacientes de coronavirus».


Este 2020 ha sido declarado por la OMS el “Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería” como reconocimiento a ese enorme y silencioso colectivo que somos, que trabaja en la sombra como hormigas en un hormiguero con un objetivo común: cuidar de los nuestros cuando los nuestros no pueden cuidarse por sí mismos.

Estamos presentes las 24 horas del día, los 365 días del año. Como colectivo no generamos grandes titulares, no nos llevamos los aplausos cuando tiene éxito una innovadora intervención quirúrgica, o cuando un tratamiento experimental consigue los resultados obtenidos. Pero detrás del personal médico SIEMPRE hay un equipo de enfermería trabajando para lograr la mejora de la salud. Sin nosotras, las enfermeras, sería imposible conseguirlo.

Sin embargo, no parece que tener este personal suficientemente capacitado sea una prioridad dentro de las políticas de salud de los países. Dentro del problema de falta de recursos humanos en la profesión sanitaria que afecta al mundo entero, la falta de personal de enfermería es posiblemente la más importante. Y no hay unas expectativas de mejora. El informe del «Tercer Foro Mundial sobre Recursos Humanos para la Salud» estimaba que para 2035, el déficit de enfermería en el mundo alcanzará los 12,9 millones.

Este déficit de personal sanitario tiene muchas consecuencias. El personal de enfermería es el único contacto disponible siempre, luchando contra la escasez de recursos y de capacitación, para dar respuesta a las necesidades de la población en muchos lugares remotos del planeta. A veces incluso encuentran grandes dificultades para ser pagados regularmente, lo que provoca una migración masiva de la zona rural a la urbana, o de los países más pobres a los más ricos, teniendo que abandonar los lugares donde es más necesario su trabajo. Por ejemplo, en Uganda hay una ratio 40 veces menor de personal de enfermería que en Estados Unidos, país que recibe profesionales africanos para cubrir sus necesidades. Pero también en Europa vemos estas migraciones. España cuenta con 5,3 personas de enfermería sobre cada 1.000 habitantes (la media europea llega a 8,3). Es el sexto país con menos enfermeras de Europa, y, sin embargo, profesionales españoles y españolas tuvieron que migrar a otros países, en especial a Alemania, debido a la última crisis económica. Las necesidades de cuidados en los países más desarrollados van en aumento, por lo que la demanda trabajadores de enfermería va a seguir creciendo, y no se está formando al suficiente personal para cubrir esta demanda mundial, por lo que, como siempre, serán los países y las zonas más empobrecidas quienes más van a sufrir esta escasez de personal.

No me extenderé más en este asunto. Hubiese preferido hablar de cómo se nos valora en Europa por nuestra excelente formación y preparación, y nos contratan por delante de profesionales de otros países (valga como ejemplo la cantidad de enfermeras españolas trabajando en el NHS de UK), o de la media de 10 años que transcurren desde que te gradúas hasta que conseguimos un contrato que nos da estabilidad, o de cómo nos insultan cuando no damos la respuesta que el paciente quiere, o de los sueldos bajos comparados con otras profesiones con menor riesgo y mejores condiciones laborales en cuanto a conciliación social y familiar.

Pero hoy 7 de abril no voy a hablar de eso, y no porque no esté pasando, sino porque las enfermeras nos entregamos a nuestros pacientes, y cuando ellos nos necesitan dejamos en un segundo plano nuestras reivindicaciones y nos volcamos en lo que para nosotras es prioritario, la SALUD y el BIENESTAR del paciente.

Nadie podría imaginar hace unos meses que nos íbamos a encontrar en una situación de crisis sanitaria como la que estamos viviendo por el Covid-19 y la pandemia mundial provocada. Para unos profesionales de enfermería habituados a trabajar en muchas ocasiones bajo presión, ahora la presión es muy superior. No sólo el volumen de trabajo ha aumentado, sino también el elevado riesgo de contagio, que te obliga a aislarte en casa mínimo dos semanas, mermando todavía más los ya de por sí insuficientes equipos.

Pero el personal de enfermería lo aguanta. En esta crisis no oirás a las enfermeras quejarse de la cantidad de trabajo, de turnos dobles o de reducción de los periodos de descanso. Sí nos oirás reclamar que no podemos hacer bien nuestro trabajo por falta de medios, y eso lo demuestra el hecho de que somos el colectivo más contagiado frente al coronavirus, reduciendo todavía más nuestro ya pequeño ejército.
Somos una profesión autónoma e independiente que ante todo busca asegurar la salud de la comunidad a través de los diferentes niveles de intervención. Desde la Atención Primaria, base y pilar de nuestro sistema sanitario, realizando tareas tan necesarias como el seguimiento de patologías crónicas, educación para la salud o promoción de la salud. En atención especializada -lo que se conoce como la atención en hospitales- no sólo estamos presentes en las unidades de hospitalización, realizando una labor asistencial, sino que se nos puede encontrar en áreas de gestión como asignación de camas, o formando en educación sanitaria y control de infecciones nosocomiales. Como veréis, queda muy lejos ese concepto obsoleto de la enfermera como ayudante del médico.


Hace unos años escuché por primera vez la palabra RESILIENCIA. Esas somos nosotras. Los que formamos parte del mundo de la cooperación internacional nos es muy familiar la expresión sociedad resiliente, o la capacidad que tiene una determinada comunidad a superar situaciones traumáticas (desastres naturales, crisis económicas o sanitarias) muy comunes en los países en los que las ONG trabajamos. Pues sí, las enfermeras y enfermeros somos resilientes porque cuanto más difícil lo tenemos, más nos crecemos. Pero esta resiliencia nos termina pasando factura a lo largo de nuestra vida, y nos hace perder fuerza para defender nuestros derechos profesionales y visibilizar nuestra profesión.

En estos días nos aplauden en los balcones y nos llaman HÉROES. Pero no somos héroes, sino profesionales de una profesión maravillosa que ha sabido adaptarse a los tiempos y que solo quiere seguir haciendo su trabajo de manera excelente, como nos gusta hacerlo.
Y también queremos que nos cuiden, no sólo la sociedad con ese reconocimiento, sino las administraciones públicas. Que no caiga en saco roto las carencias pasada esta crisis. No queremos seguir siendo una profesión resiliente.

Y bueno, pues sí, éste es nuestro año, y parece ser una broma de la OMS, pero puede que “gracias” a un bichito llamado COVID-19, nuestra profesión se vea por fin reconocida, como ya pasó hace 200 años, cuando Florence Nightingale aplicó las bases de lo que más tarde se conocería como la enfermería moderna durante la Guerra de Crimea.

 
Las limpiadoras de los hospitales, trabajadoras de "bajo riesgo" sin acceso a pruebas diagnósticas
El Gobierno no incluye a estas trabajadoras en los grupos de especial prevención aunque trabajan en primera línea de la emergencia sanitaria
 
Daniel, con cáncer avanzado y obligado a caminar por prescripción médica, increpado por sus vecinos: ¡Muérete!


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La historia de Dani va desde lo más miserable del ser humano hasta la esperanza de que queda una brizna de bondad y reparación.

Daniel Martínez, o Daniel Sam como le gusta que le llamen, tiene 45 años y padre de dos niñas de 10 y 6 años. Tiene cáncer avanzado con una perspectiva de vida, según los médicos, de un año.

Desde la aplicación del estado de alarma para evitar el contagio del coronavirus no se puede salir a la calle, pero en Barcelona Dani sale cada día a andar sin bolsas de la compra ni tampoco ningún perro para pasear. “Tengo coágulos en las piernas y me han mando que camine”, explica en un vídeo que se ha hecho viral.

Anda, e incluso se sienta alguna vez en algún banco a descansar, cuando su cuerpo maltratado por la enfermedad no le deja seguir. En una de esas veces que se sentó, relata que “todo mi puto barrio ha salido a insultarme. Gente en los balcones gritando: ‘¡Muérete! Insolidario. Pones en peligro la vida de los demás’”.

Dani hizo este vídeo para explicar que tiene que andar mucho porque tiene tendencia a desarrollar coágulos y, si no mueve las piernas, puede tener una embolia. “He querido hacer un llamamiento a la reflexión de la gente, que se pregunten que esa persona tiene una razón de peso para estar ahí en pleno estado de alarma. Quería que comprendieran que la situación es complicada, que debo salir a caminar. De todo esto quiero sacar lo bueno y que mis hijas estén orgullosas de su padre”, explica.

“¿La vida vuestra pongo en peligro? ¿Creéis que con el frío a las 9 de la noche me apetece salir con dolor a ningún sitio, no ver a nadie o no tomarme nada tengo que aguantar que la masa me diga “muérete”? Si solo tengo que esperar”, lamenta en el vídeo.


El vídeo ha cumplido su función y ha llegado a donde tenía que llegar. Ya no lo regañan desde los balcones y ahora sus vecinos lo aplauden cada vez que sale a estirar las piernas. «La historia ha cambiado totalmente y es muy bonita Ahora «la masa» nos trae el desayuno a casa, nos apoya en todo,etc..», nos cuenta.

Esta es una historia de sufrimiento durante el confinamiento, pero también es una llamada a la atención para que seamos más comprensivos, que preguntemos antes de gritar, que cada persona tiene un mundo dentro y cada relato es único. Dani nos ha enseñado también que queda una brizna de esperanza y empatía entre la población y que los errores pueden corregirse. Te deseamos lo mejor, compañero. Gracias por todo.



Lo que yo no entiendo es porque la gente no llama a la policía y deja de dar voces por los balcones

Ya se encargaran ellos de solucionar el tema
 
Quería hacer una pregunta que aún a estas alturas de la película no me queda clara. Si yo salgo a la calle, como se podría infectar mi ropa??:
1. Si un contagiado estornuda directamente sobre mis pantalones.
2. Si un infectado estornuda al aire, el coronavirus se queda en suspensión y yo paso con mis pantalones por ese trozo de aire contaminado.
Gracias de antemano!
 
Los datos de los registros civiles afloran miles de muertes por Covid-19 que no aparecen en las estadísticas oficiales
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) fue el primero en advertirlo: las cifras de fallecidos por coronavirus que se están facilitando como oficiales distan mucho del número de certificados de defunción que están dictando los registros civiles. En esta comunidad, el Ministerio de Sanidad contabilizó 965 muertos por Covid-19 el pasado marzo, mientras que las licencias de enterramiento concedidas en el mismo periodo ascienden a 3.319.
 
En tiempos como los que estamos viviendo, este señor, "adicto a la Tele",
con ese tono agobiante es lo menos indicado para estar ahí. ¿Tan seguro
de no contagiarse que
pasa todo el día "esperando" las últimas muertes
y noticias no siempre buenas.? ¡¡¡¡¡¡ Por Dios!!!!!!. Tu sensacionalismo,
protagonismo, ...y muchos ismos más ya cansa. Por favor, vete unos dias
y déjanos descansar.
Tienes un ego que te lo pisas, o mejor dicho "morro".
Saluditos Cotis... yo me borro de al Rojo VIVO.


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Pues me parece que como están desbordados sin poder/ saber cómo hacer tests a todos , pues todos a trabajar y a empezar a recuperar normalidad y que sea lo que Dios quiera.

Pues mira, una forma muy sencilla sería que (como con los termómetros) se permitiera un kit de autodiagnóstico en casa comprado en la farmacia, y la obligatoriedad de comunicar ( por el medio que fuera) a los servicios sanitarios el resultado si es positivo-sintomático, positivo-asintomático ( y demás opciones posibles). Vamos... algo parecido a cuando te haces en casa la prueba del embarazo..., no creo que sea muy complicado.
 
Lo que yo no entiendo es porque la gente no llama a la policía y deja de dar voces por los balcones

Ya se encargaran ellos de solucionar el tema


La ignorancia es la madre del atrevimiento. Es una de mis frases favoritas pero le va bien a esa situación.

La gente es ignorante y/o cruel. La primera reacción de esos ignorantes e incomprensivos es insultar y vejar.
 
Quería hacer una pregunta que aún a estas alturas de la película no me queda clara. Si yo salgo a la calle, como se podría infectar mi ropa??:
1. Si un contagiado estornuda directamente sobre mis pantalones.
2. Si un infectado estornuda al aire, el coronavirus se queda en suspensión y yo paso con mis pantalones por ese trozo de aire contaminado.
Gracias de antemano!

Mira, a mi me gustaria también saberlo

A estas alturas hay ya tanta información contradictoria que estoy hecha un lio
 
Pues mira, una forma muy sencilla sería que (como con los termómetros) se permitiera un kit de autodiagnóstico en casa comprado en la farmacia, y la obligatoriedad de comunicar ( por el medio que fuera) a los servicios sanitarios el resultado si es positivo-sintomático, positivo-asintomático ( y demás opciones posibles). Vamos... algo parecido a cuando te haces en casa la prueba del embarazo..., no creo que sea muy complicado.

El tema es que a nadie se le puede obligar y los hay que no lo harían.
 
En tiempos como los que estamos viviendo, este señor, "adicto a la Tele",
con ese tono agobiante es lo menos indicado para estar ahí. ¿Tan seguro
de no contagiarse que
pasa todo el día "esperando" las últimas muertes
y noticias no siempre buenas.? ¡¡¡¡¡¡ Por Dios!!!!!!. Tu sensacionalismo,
protagonismo, ...y muchos ismos más ya cansa. Por favor, vete unos dias
y déjanos descansar.
Tienes un ego que te lo pisas, o mejor dicho "morro".
Saluditos Cotis... yo me borro de al Rojo VIVO.


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Comprado por subvencion que pagamos todos pero no está al servicio de todos si no de quien administra nuestros dineros
 
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