Irene Montero. Ex ministra de Igualdad, candidata de Podemos a las elecciones Europeas

yo es que me acabo de quedar muerta, justificar la prostit*ción diciendo que evita violaciones.............es un punto de vista tan machista dando absoluta preminencia a la opinión y deseos masculinos que en fin, da lástima y pavor a la vez
Si leyeras con calma y no te saliera la vena de sectarismo, tendrías mas comprensión con lo que he escrito, las mas furibundas y los mas hipócritas, hablo en términos generales, son los que luego por detrás se aprovechan de las debilidades de los que necesitan ganar el dinero y mas los explotan, me estoy acordando de la mujer de Pablo Iglesias, Irene Montero que se aprovechaba y humillaba a una trabajadora y para que no le salpicara el escándalo ha tenido que pagarle para que no llegara a juicio, de Pablo Iglesias que cobra dinero del estado de Irán, los que ahorcan a los gays y apedrean a las adúlteras, el que se regodeaba con dar latigazos a una presentadora porque le salía su vena masoquista antes que marxista, el que señala a periodistas y escritores para que los echen de sus trabajos, se ríe de la vestimenta de una periodista y luego es un pobre diablo que llora de emoción por un cargo y pone a su mujer que se le ve su inutilidad de lejos en un puesto, esto para mi si es machismo porque esta quitando ese puesto a otra trabajadora mas cualificada. Los que claman por los derechos de las mujeres, luego les hurtan a los padres su derecho a tenerlos y los secuestran sin escolarizar o las despiden de un trabajo como Leticia Dolera por estar embarazada.
 
Es que yo aquí lo tengo clarísimo, cada uno que piense lo que quiera, faltaría más. Una violación nunca puede ser consentida...
Pues deberías de ponerte en la piel de mujeres con hijos que no tenían ni para pan para ellos, tu que tendrás fortuna por tu familia o por haber tenido estudios no puedes juzgar tan alegremente, lo que hay que luchar es por ayudar a las que lo verdaderamente lo necesitan para que jamás tengan que recurrir a eso y no robarlo en sueldos estratosféricos para que unos cuantos políticos listillos que jamás han trabajado en la empresa privada y solo se lo han llevado del dinero público.
 
Mesa Redonda​
NOSOTRAS, LAS MALAS MUJERES

[Debates feministas sobre la prostit*ción]
Organiza: Colectivo Hetaira (colectivo en defensa de los derechos de las trabajadoras del s*x*)


[...]

Intervención de Montse Neira

Buenas tardes. En primer, lugar quiero dar las gracias a todas las personas que han hecho posible que esté hoy aquí, muy especialmente a Cristina y a Hetaira.

¿Quién soy?

Pues, nací en Barcelona, tengo 49 años y soy estudiante, ama de casa, madre, hija, trabajadora sexual, mujer y, ante todo, persona.

¿Qué hago aquí?

Pues, intentar aportar una visión amplia sobre la prostit*ción, más allá de los prejuicios cognitivos y de la información sesgada que suele llegar a la sociedad a través de los medios de comunicación o de las ideologías.

Intentaré aportar una visión subjetiva, no nos vamos a engañar, desde mi experiencia personal como prost*t*ta, put*, meretriz, lumi, trabajadora sexual o cualquier etiqueta que se quiera poner. Pero, también, una visión más objetiva, desde la perspectiva de investigadora en trabajo sexual, investigación académica avalada por los conocimientos adquiridos.

Soy licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración y, en la actualidad, estoy realizando el Máster Universitario en Problemas Sociales.

La prostit*ción es un ámbito muy complejo que no se puede simplificar para hacerlo entendible. Las teorías que se han elaborado hasta la fecha, sobre las que se apoyan las diferentes ideologías a la hora de abordar la prostit*ción, distan mucho de contemplar todas las realidades.

Asimismo, con demasiada frecuencia se trabaja con conceptos sin dar una definición clara. Se utilizan datos sin citar las fuentes concretas o, aún mencionándolas, éstas no siempre son fiables y contrastadas. Así por ejemplo, se dice “según un estudio…” pero no se especifica qué estudio, quién lo ha realizado y, sobretodo, quién lo ha subvencionado.

O se utilizan a la ligera conceptos como “dignidad humana” sin concretar qué debe entenderse por tal cosa. Como suele ocurrir con conceptos que admiten diversas interpretaciones, quien los pronuncia impone una de ellas. Bien claro lo deja Humpty Dumpty cuando dice “Cuando digo una palabra, ésta quiere decir lo que quiero que diga” replicándole Alicia “La pregunta es si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes” a lo que Humpty Dumpty responde “La pregunta es saber quién es el que manda, eso es todo…”

Es muy difícil, para poder abarcar todas las características y fenómenos que se dan en el ámbito de la prostit*ción, abordarla desde una sola perspectiva, ya sea sociológica, antropológica, económica, histórica o psicológica, o desde diferentes ideologías (opciones políticas, religión, movimientos feministas, etc.).

Intentaré dar referencias y aportar conceptos para que se reflexione y se medite sobre ellos. Para ello, en primer lugar explicaré cuál es mi trayectoria de vida y finalizaré haciendo un resumen de mis reflexiones y de mi punto de vista en torno a la prostit*ción.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Nací en Barcelona, en un piso patera del Casco Antiguo de Barcelona, mis padres eran inmigrantes de los 60s, vinieron de Galicia con el fin de mejorar sus condiciones de vida, aunque no tuvieron suerte y pese a lo que trabajaban a duras penas sobrevivíamos en el día a día, así que con 13 años ya entré en el mundo laboral, levantándome a las 5 de la mañana y trabajando hasta 14 horas diarias. Desde entonces desempeñé diferentes oficios, (era otro modelo laboral) y se podía acceder sin tener títulos académicos.

Fui dependienta de comercio de diferentes sectores, camarera, canguro, limpiadora, auxiliar administrativa, serigrafista contable y así hasta el año 89 . Año en que perdí mi último empleo aceptado socialmente… Divorciada desde hacía ya varios años y con un marido que había desaparecido eludiendo sus obligaciones como padre, me encontré que estaba sola, sin trabajo y con responsabilidades familiares.

Con el paro agotado y sin perspectivas de encontrar nada mínimamente estable porque continuamente era discriminada a pesar de la experiencia por no tener títulos académicos, idiomas o por tener cargas familiares, tuve que replantearme mi vida.

Y sí, en aquel momento que estaba de deudas hasta el cuello y prácticamente en la calle me hacían sentirme escoria, tanto trabajar, ¿para qué? ¿para no salir de la miseria? Sí que tenía la autoestima por los suelos, porque me habían hecho creer que si trabajaba duro sería alguien en la vida y que con el trabajo te realizas.

Así que no me lo pensé mucho más. Sabía que las putas ganaban mucho dinero, eso lo sabemos todas ¿no? y aunque mi concepción de la sexualidad era la de una mujer que había sido reprimida, no me preocupaba pecar. Hacía tiempo que había dejado de creer en Dios así que ya no me daban miedo sus castigos.

Miré los anuncios de la prensa, al lado de las demandas de empleo había las demandas de relax. Diferentes pisos y locales prometían hasta un millón al mes si se era una mujer liberal. Un escalofrío me recorrió el cuerpo ese dinero era lo que ganaba trabajando todo un año haciendo horas extras. Empecé a tener esperanza. Mi primer cliente fue, un señor de mediana edad, un servicio rápido apenas diez minutos y me llevé 3.000 ptas. Ni me dio asco ni nada. Porque la concepción que tenia de la sexualidad es que era pecado si no se hacía por amor y con tu marido, pero no que fuera algo sucio o asqueroso.

Empecé a hacer planes de futuro trabajaba unos días, juntaba dinero y podía dedicarme a mi familia sin preocupaciones, pude comprarme un pisito. Al mismo tiempo que empecé a cuestionarme todo lo aprendido hasta entonces, el matrimonio, la sexualidad, el príncipe azul, el amor romántico, el trabajo dignifica…

Porque yo disfrutaba y estaba bien, siempre pude negarme a no estar con alguien si no me caía bien o iba borracho y me iba de los sitios si me querían obligar a hacer cosas que yo no quería o me imponían condiciones que para mi no eran aceptables.

Sólo tenía un problema, no me atrevía a decir a nadie lo que hacía. Tenía un miedo atroz a los juicios de valores, a ser rechazada…

Con todas mis compañeras pasaban lo mismo, ejercían a escondidas de los padres, hermanos, amigos, parejas. Mientras estábamos esperando a ocuparnos, hablábamos de nuestras cosas, de nuestras ilusiones, nuestros proyectos, nos reíamos de nuestras cosas y de lo tontos que eran algunos hombres, pero a la hora de abordar la familia, una profunda tristeza nos embriagaba. También había mujeres que se sentían muy mal pensando que si algún día tenían pareja tendrían que ocultar esta etapa de su vida.

Aproximadamente a los 6 años de ir pululando de un sitio a otro, y ya con una gran estabilidad económica y emocional, (salvo algunas veces que me carcomía porque estaba harta de mentir por la doble vida que tenía que llevar). Pensé que ya había llegado el momento de tomar decisiones pensando en cómo me gustaría que fuera mi vida y no dejándome llevar por la inercia.

Decidí independizarme y profesionalizarme como prost*t*ta ya que me di cuenta que al carecer de formación académica siempre estaría abocada a trabajos sin cualificar y mal pagados, eso sí muy dignos…

Cogí un pequeño apartamento y empecé a recibir a mis clientes. Ya sólo trabajaba con clientes fijos y con unas pocas horas al mes podía vivir muy bien, cubría los gastos, en casa no había problemas ni conflictos…

Decidí invertir el tiempo que tenía libre estudiando, empecé a pensar que me gustaría y cómo desconocía los pasos a seguir fui a Servicios Sociales de mi zona. Expuse mi caso y la asistenta me comentó que “ a dónde iba a mi edad queriendo estudiar, que había un montón de trabajos que podía hacer”… Una vez más me sentí rastrera y no era por mis clientes ni por la prostit*ción.

Así que empecé a mirar la prensa en enseñanza y descubrí que había escuelas que preparaban a los mayores de 25 años y sin ayuda de nadie de fuera del entorno de la prostit*ción conseguí tener estudios superiores.

Desde entonces hasta ahora, se me abrió mucho el horizonte. Por la carrera que escogí empecé a entender todo lo que me cuestionaba, empecé a documentarme, a leer, a observar a la gente mucho más allá de las apariencias, a contrastarlo con todas las teorías e ideologías. En definitiva, con todas las referencias que nos socializan social y culturalmente pero que son tremendamente injustas con muchas personas.

Y decidí salir del armario cuando leí “El miedo a la libertad” de Fromm, decidí, que prefería estar sola, pero siendo yo misma que tener que inventarme un personaje para ser aceptada socialmente y así hasta hoy. En que puedo decir orgullosa que no estoy sola ya que estoy rodeada de gente, que me quiere y respeta no por cómo me gano las lentejas, sino por ser la clase de persona que soy.

Pero el camino está lleno de obstáculos

Con la repercusión que tiene la prostit*ción en medios de comunicación, con discursos como el abolicionista que lo único que hacen es que se afiance más el estigma de la prostit*ción… sólo se hace pública la parte más sórdida y degradante, desinformando, con prejuicios cognitivos…

Así es cómo tengo que aguantar que se cuestione mi capacidad de decisión, que se me infantilice, que se me diga que estoy alienada que me autoengaño. Así me han dicho:

“Eres tu quien tiene visiones parciales y te niegas a llamar a las cosas por su nombre. No las ves, ese es el problema, porque reconocer que no quieres hacer lo que haces y que para poder hacerlo tienes que escindirte y además recurrir a la negación, supone además negarte a ti como persona con capacidad de decisión sobre ti misma, no la tienes, y la prueba es que aún después de tener estudios universitarios sigues prisionera de un submundo donde es muy fácil entrar, pero extraordinariamente difícil salir".

“Montse, no dejará su oficio. Se autoengañó durante años justificándose en que lo haría hasta que acabase la carrera, pero la carrera ya se acabó y ahora necesita otra justificación. Le pasa lo mismo que a cualquier otra mujer víctima de la violencia de género. Necesita que otros decidan por ella para poder salir”

Me parece que esto es maltrato ¿psicológico?

… y supongo que a estas alturas de mi vida no necesito ninguna justificación para permanecer en la prostit*ción.

Lo único que hago (al igual que muchísimas mujeres con las que he compartido tantas y tantas horas) es vivir mi vida en función de mis criterios, valores (entre los que está mi concepción y mi valoración de la sexualidad), circunstancias y necesidades. En función de todo ello, puedo llevar una vida que puede no ser la que querría llevar, y no es desde luego la que me da la gana, sino que es la vida más coherente con mi visión del mundo, mis valores, mis circunstancias… No es “hago lo que me da la gana”, sino hago lo que, en función de todo eso (criterios, valores, circunstancias…), mi responsabilidad me lleva a hacer.

Responsabilidad que por cierto no es menor que la de cualquiera de otras personas y desde luego tampoco me hace menos digna.

Y para que no haya confusiones no me refiero a la dignidad social-pública que se tiene que garantizar a través de las Declaraciones de Derechos Públicos como la del 1948.

Me refiero a la dignidad privada-íntima que está en los derechos humanos básicos en los que no debe intervenir ningún estamento público. Según estos derechos humanos básicos tengo derecho a hacer cualquier cosa en el ámbito de mi intimidad, y la sexualidad está en el ámbito de la más radical intimidad, mientras no viole o me aproveche de los derechos humanos básicos de los demás. Dicho de otra manera, mientras no haga daño a los demás Por eso pienso que basar la abolición o la prohibición en la dignidad del ser humano social-pública o la degradación de la mujer es tratar a las mujeres como un colectivo uniforme, o quedarse en una idea abstracta disociada de la realidad. Cada mujer es UN ser humano diferente, con sus preferencias subjetivas y sus capacidades concretas. Lo que para una persona es denigrante para otra puede ser algo placentero, o algo molesto pero que merece la pena por lo que se obtiene a cambio. Por todo esto nadie debe tratar de imponer su moral o su concepción de forma coactiva.

La delincuencia que hay como la Trata y la esclavitud relacionada con la prostit*ción, no es exclusiva de ésta y para eso ya están las leyes que ya contemplan estos delitos, sólo hace falta más voluntad política y poner los recursos suficientes para aplicarlas con total eficacia y eficiencia.

También hace falta que haya proyectos en los que se den oportunidades reales de inserción laboral y social a las mujeres que no quieren ejercer la prostit*ción y no ofrecer sólo trabajos como los de servicio doméstico, dependienta, cuidado de personas dependientes etc. que son las únicas salidas que se están dando a día de hoy, que pueden ser muy dignos pero sus retribuciones son a todas luces escasas cuando se trata de sacar de la clase social baja a las personas. Esto no es igualdad de oportunidades, ni siquiera entre las propias mujeres.

He conocido a mujeres muy brillantes que si no hubieran nacido donde han nacido podrían ser maestras, abogadas, juezas, ejecutivas…

Me pregunto porqué todos los recursos que se utilizan en campañas absurdas e inútiles no se invierten en facilitar que las mujeres que quieran dejar la prostit*ción puedan acceder a formación Media o Superior para poder elegir trabajos que no sean los de más baja cualificación. O en crear una línea de préstamos para que puedan montar pequeños negocios.

El único error que cometieron es haber nacido y evolucionando en entornos que las fueron discriminando al mismo tiempo que el artículo 35 de la Constitución las ignora totalmente.

Asimismo, habría que analizar la Ley de Extranjería y cómo se ha desarrollado ya que tiene efectos perversos que no facilitan la integración social-laboral de las personas migrantes y tienen como consecuencia directa que las condiciones en las que muchas mujeres están ejerciendo sean realmente muy duras.

Ya para finalizar cito a Cioran que dejó escrito que la mujer pública es la criatura menos dogmática: “Vivir sin convicciones respecto a los hombres y a ella misma, esa es la gran enseñanza de la prostit*ción, academia ambulante de la lucidez”


 
Pero es q eso se desmonta con la prostit*ción
Voluntaria, q la hay. Tb les vais a decir como vivir su vida y como ganársela? El problema está en las q no deciden hacerlo o lo hacen a la fuerza...

Y a ver si dejamos d poner en boca d otros cosas q no han dicho.

Tenemos derecho a decir que lo que hacen es profundamente machista y es plegarse a los deseos masculinos perjudicando a otras mujeres que se ven traficadas. Que son como los esclavos que adoran a sus amos.
A ver si hay algo más de conciencia social... porque el lobby putero y proxeneta está incrustado por todas partes. Y la abolición no es prohibición, eh.
 
Pues deberías de ponerte en la piel de mujeres con hijos que no tenían ni para pan para ellos, tu que tendrás fortuna por tu familia o por haber tenido estudios no puedes juzgar tan alegremente, lo que hay que luchar es por ayudar a las que lo verdaderamente lo necesitan para que jamás tengan que recurrir a eso y no robarlo en sueldos estratosféricos para que unos cuantos políticos listillos que jamás han trabajado en la empresa privada y solo se lo han llevado del dinero público.
Precisamente por eso. Porque no le deseo esa vida a nadie, que parece que hay que conformarse.
 
Mesa Redonda​
NOSOTRAS, LAS MALAS MUJERES

[Debates feministas sobre la prostit*ción]
Organiza: Colectivo Hetaira (colectivo en defensa de los derechos de las trabajadoras del s*x*)


[...]

Intervención de Montse Neira

Buenas tardes. En primer, lugar quiero dar las gracias a todas las personas que han hecho posible que esté hoy aquí, muy especialmente a Cristina y a Hetaira.

¿Quién soy?

Pues, nací en Barcelona, tengo 49 años y soy estudiante, ama de casa, madre, hija, trabajadora sexual, mujer y, ante todo, persona.

¿Qué hago aquí?

Pues, intentar aportar una visión amplia sobre la prostit*ción, más allá de los prejuicios cognitivos y de la información sesgada que suele llegar a la sociedad a través de los medios de comunicación o de las ideologías.

Intentaré aportar una visión subjetiva, no nos vamos a engañar, desde mi experiencia personal como prost*t*ta, p*ta, meretriz, lumi, trabajadora sexual o cualquier etiqueta que se quiera poner. Pero, también, una visión más objetiva, desde la perspectiva de investigadora en trabajo sexual, investigación académica avalada por los conocimientos adquiridos.

Soy licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración y, en la actualidad, estoy realizando el Máster Universitario en Problemas Sociales.

La prostit*ción es un ámbito muy complejo que no se puede simplificar para hacerlo entendible. Las teorías que se han elaborado hasta la fecha, sobre las que se apoyan las diferentes ideologías a la hora de abordar la prostit*ción, distan mucho de contemplar todas las realidades.

Asimismo, con demasiada frecuencia se trabaja con conceptos sin dar una definición clara. Se utilizan datos sin citar las fuentes concretas o, aún mencionándolas, éstas no siempre son fiables y contrastadas. Así por ejemplo, se dice “según un estudio…” pero no se especifica qué estudio, quién lo ha realizado y, sobretodo, quién lo ha subvencionado.

O se utilizan a la ligera conceptos como “dignidad humana” sin concretar qué debe entenderse por tal cosa. Como suele ocurrir con conceptos que admiten diversas interpretaciones, quien los pronuncia impone una de ellas. Bien claro lo deja Humpty Dumpty cuando dice “Cuando digo una palabra, ésta quiere decir lo que quiero que diga” replicándole Alicia “La pregunta es si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes” a lo que Humpty Dumpty responde “La pregunta es saber quién es el que manda, eso es todo…”

Es muy difícil, para poder abarcar todas las características y fenómenos que se dan en el ámbito de la prostit*ción, abordarla desde una sola perspectiva, ya sea sociológica, antropológica, económica, histórica o psicológica, o desde diferentes ideologías (opciones políticas, religión, movimientos feministas, etc.).

Intentaré dar referencias y aportar conceptos para que se reflexione y se medite sobre ellos. Para ello, en primer lugar explicaré cuál es mi trayectoria de vida y finalizaré haciendo un resumen de mis reflexiones y de mi punto de vista en torno a la prostit*ción.

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Nací en Barcelona, en un piso patera del Casco Antiguo de Barcelona, mis padres eran inmigrantes de los 60s, vinieron de Galicia con el fin de mejorar sus condiciones de vida, aunque no tuvieron suerte y pese a lo que trabajaban a duras penas sobrevivíamos en el día a día, así que con 13 años ya entré en el mundo laboral, levantándome a las 5 de la mañana y trabajando hasta 14 horas diarias. Desde entonces desempeñé diferentes oficios, (era otro modelo laboral) y se podía acceder sin tener títulos académicos.

Fui dependienta de comercio de diferentes sectores, camarera, canguro, limpiadora, auxiliar administrativa, serigrafista contable y así hasta el año 89 . Año en que perdí mi último empleo aceptado socialmente… Divorciada desde hacía ya varios años y con un marido que había desaparecido eludiendo sus obligaciones como padre, me encontré que estaba sola, sin trabajo y con responsabilidades familiares.

Con el paro agotado y sin perspectivas de encontrar nada mínimamente estable porque continuamente era discriminada a pesar de la experiencia por no tener títulos académicos, idiomas o por tener cargas familiares, tuve que replantearme mi vida.

Y sí, en aquel momento que estaba de deudas hasta el cuello y prácticamente en la calle me hacían sentirme escoria, tanto trabajar, ¿para qué? ¿para no salir de la miseria? Sí que tenía la autoestima por los suelos, porque me habían hecho creer que si trabajaba duro sería alguien en la vida y que con el trabajo te realizas.

Así que no me lo pensé mucho más. Sabía que las putas ganaban mucho dinero, eso lo sabemos todas ¿no? y aunque mi concepción de la sexualidad era la de una mujer que había sido reprimida, no me preocupaba pecar. Hacía tiempo que había dejado de creer en Dios así que ya no me daban miedo sus castigos.

Miré los anuncios de la prensa, al lado de las demandas de empleo había las demandas de relax. Diferentes pisos y locales prometían hasta un millón al mes si se era una mujer liberal. Un escalofrío me recorrió el cuerpo ese dinero era lo que ganaba trabajando todo un año haciendo horas extras. Empecé a tener esperanza. Mi primer cliente fue, un señor de mediana edad, un servicio rápido apenas diez minutos y me llevé 3.000 ptas. Ni me dio asco ni nada. Porque la concepción que tenia de la sexualidad es que era pecado si no se hacía por amor y con tu marido, pero no que fuera algo sucio o asqueroso.

Empecé a hacer planes de futuro trabajaba unos días, juntaba dinero y podía dedicarme a mi familia sin preocupaciones, pude comprarme un pisito. Al mismo tiempo que empecé a cuestionarme todo lo aprendido hasta entonces, el matrimonio, la sexualidad, el príncipe azul, el amor romántico, el trabajo dignifica…

Porque yo disfrutaba y estaba bien, siempre pude negarme a no estar con alguien si no me caía bien o iba borracho y me iba de los sitios si me querían obligar a hacer cosas que yo no quería o me imponían condiciones que para mi no eran aceptables.

Sólo tenía un problema, no me atrevía a decir a nadie lo que hacía. Tenía un miedo atroz a los juicios de valores, a ser rechazada…

Con todas mis compañeras pasaban lo mismo, ejercían a escondidas de los padres, hermanos, amigos, parejas. Mientras estábamos esperando a ocuparnos, hablábamos de nuestras cosas, de nuestras ilusiones, nuestros proyectos, nos reíamos de nuestras cosas y de lo tontos que eran algunos hombres, pero a la hora de abordar la familia, una profunda tristeza nos embriagaba. También había mujeres que se sentían muy mal pensando que si algún día tenían pareja tendrían que ocultar esta etapa de su vida.

Aproximadamente a los 6 años de ir pululando de un sitio a otro, y ya con una gran estabilidad económica y emocional, (salvo algunas veces que me carcomía porque estaba harta de mentir por la doble vida que tenía que llevar). Pensé que ya había llegado el momento de tomar decisiones pensando en cómo me gustaría que fuera mi vida y no dejándome llevar por la inercia.

Decidí independizarme y profesionalizarme como prost*t*ta ya que me di cuenta que al carecer de formación académica siempre estaría abocada a trabajos sin cualificar y mal pagados, eso sí muy dignos…

Cogí un pequeño apartamento y empecé a recibir a mis clientes. Ya sólo trabajaba con clientes fijos y con unas pocas horas al mes podía vivir muy bien, cubría los gastos, en casa no había problemas ni conflictos…

Decidí invertir el tiempo que tenía libre estudiando, empecé a pensar que me gustaría y cómo desconocía los pasos a seguir fui a Servicios Sociales de mi zona. Expuse mi caso y la asistenta me comentó que “ a dónde iba a mi edad queriendo estudiar, que había un montón de trabajos que podía hacer”… Una vez más me sentí rastrera y no era por mis clientes ni por la prostit*ción.

Así que empecé a mirar la prensa en enseñanza y descubrí que había escuelas que preparaban a los mayores de 25 años y sin ayuda de nadie de fuera del entorno de la prostit*ción conseguí tener estudios superiores.

Desde entonces hasta ahora, se me abrió mucho el horizonte. Por la carrera que escogí empecé a entender todo lo que me cuestionaba, empecé a documentarme, a leer, a observar a la gente mucho más allá de las apariencias, a contrastarlo con todas las teorías e ideologías. En definitiva, con todas las referencias que nos socializan social y culturalmente pero que son tremendamente injustas con muchas personas.

Y decidí salir del armario cuando leí “El miedo a la libertad” de Fromm, decidí, que prefería estar sola, pero siendo yo misma que tener que inventarme un personaje para ser aceptada socialmente y así hasta hoy. En que puedo decir orgullosa que no estoy sola ya que estoy rodeada de gente, que me quiere y respeta no por cómo me gano las lentejas, sino por ser la clase de persona que soy.

Pero el camino está lleno de obstáculos

Con la repercusión que tiene la prostit*ción en medios de comunicación, con discursos como el abolicionista que lo único que hacen es que se afiance más el estigma de la prostit*ción… sólo se hace pública la parte más sórdida y degradante, desinformando, con prejuicios cognitivos…

Así es cómo tengo que aguantar que se cuestione mi capacidad de decisión, que se me infantilice, que se me diga que estoy alienada que me autoengaño. Así me han dicho:

“Eres tu quien tiene visiones parciales y te niegas a llamar a las cosas por su nombre. No las ves, ese es el problema, porque reconocer que no quieres hacer lo que haces y que para poder hacerlo tienes que escindirte y además recurrir a la negación, supone además negarte a ti como persona con capacidad de decisión sobre ti misma, no la tienes, y la prueba es que aún después de tener estudios universitarios sigues prisionera de un submundo donde es muy fácil entrar, pero extraordinariamente difícil salir".

“Montse, no dejará su oficio. Se autoengañó durante años justificándose en que lo haría hasta que acabase la carrera, pero la carrera ya se acabó y ahora necesita otra justificación. Le pasa lo mismo que a cualquier otra mujer víctima de la violencia de género. Necesita que otros decidan por ella para poder salir”

Me parece que esto es maltrato ¿psicológico?

… y supongo que a estas alturas de mi vida no necesito ninguna justificación para permanecer en la prostit*ción.

Lo único que hago (al igual que muchísimas mujeres con las que he compartido tantas y tantas horas) es vivir mi vida en función de mis criterios, valores (entre los que está mi concepción y mi valoración de la sexualidad), circunstancias y necesidades. En función de todo ello, puedo llevar una vida que puede no ser la que querría llevar, y no es desde luego la que me da la gana, sino que es la vida más coherente con mi visión del mundo, mis valores, mis circunstancias… No es “hago lo que me da la gana”, sino hago lo que, en función de todo eso (criterios, valores, circunstancias…), mi responsabilidad me lleva a hacer.

Responsabilidad que por cierto no es menor que la de cualquiera de otras personas y desde luego tampoco me hace menos digna.

Y para que no haya confusiones no me refiero a la dignidad social-pública que se tiene que garantizar a través de las Declaraciones de Derechos Públicos como la del 1948.

Me refiero a la dignidad privada-íntima que está en los derechos humanos básicos en los que no debe intervenir ningún estamento público. Según estos derechos humanos básicos tengo derecho a hacer cualquier cosa en el ámbito de mi intimidad, y la sexualidad está en el ámbito de la más radical intimidad, mientras no viole o me aproveche de los derechos humanos básicos de los demás. Dicho de otra manera, mientras no haga daño a los demás Por eso pienso que basar la abolición o la prohibición en la dignidad del ser humano social-pública o la degradación de la mujer es tratar a las mujeres como un colectivo uniforme, o quedarse en una idea abstracta disociada de la realidad. Cada mujer es UN ser humano diferente, con sus preferencias subjetivas y sus capacidades concretas. Lo que para una persona es denigrante para otra puede ser algo placentero, o algo molesto pero que merece la pena por lo que se obtiene a cambio. Por todo esto nadie debe tratar de imponer su moral o su concepción de forma coactiva.

La delincuencia que hay como la Trata y la esclavitud relacionada con la prostit*ción, no es exclusiva de ésta y para eso ya están las leyes que ya contemplan estos delitos, sólo hace falta más voluntad política y poner los recursos suficientes para aplicarlas con total eficacia y eficiencia.

También hace falta que haya proyectos en los que se den oportunidades reales de inserción laboral y social a las mujeres que no quieren ejercer la prostit*ción y no ofrecer sólo trabajos como los de servicio doméstico, dependienta, cuidado de personas dependientes etc. que son las únicas salidas que se están dando a día de hoy, que pueden ser muy dignos pero sus retribuciones son a todas luces escasas cuando se trata de sacar de la clase social baja a las personas. Esto no es igualdad de oportunidades, ni siquiera entre las propias mujeres.

He conocido a mujeres muy brillantes que si no hubieran nacido donde han nacido podrían ser maestras, abogadas, juezas, ejecutivas…

Me pregunto porqué todos los recursos que se utilizan en campañas absurdas e inútiles no se invierten en facilitar que las mujeres que quieran dejar la prostit*ción puedan acceder a formación Media o Superior para poder elegir trabajos que no sean los de más baja cualificación. O en crear una línea de préstamos para que puedan montar pequeños negocios.

El único error que cometieron es haber nacido y evolucionando en entornos que las fueron discriminando al mismo tiempo que el artículo 35 de la Constitución las ignora totalmente.

Asimismo, habría que analizar la Ley de Extranjería y cómo se ha desarrollado ya que tiene efectos perversos que no facilitan la integración social-laboral de las personas migrantes y tienen como consecuencia directa que las condiciones en las que muchas mujeres están ejerciendo sean realmente muy duras.

Ya para finalizar cito a Cioran que dejó escrito que la mujer pública es la criatura menos dogmática: “Vivir sin convicciones respecto a los hombres y a ella misma, esa es la gran enseñanza de la prostit*ción, academia ambulante de la lucidez”



Y claro, los hombres que malviven no se plantean prostituirse... por qué será?
Piruleta pura.
Si hubiera igualdad de oportunidades y no las diferencias sociales que ha traído el neoliberalismo otra cosa sería, pero atacar a esas diferencias tampoco parece interesar, no?
 
Si leyeras con calma y no te saliera la vena de sectarismo, tendrías mas comprensión con lo que he escrito,
Pero hace unos años gracias a esos puteros, se mantenían madres con hijos que no tenían ninguna ayuda y gracias a esas mujeres que ejercen libremente esa elección seguro que han evitado violaciones, otra cosa es que yo piense que ninguna mujer debería de acudir a esos extremos tan humillantes para una mujer, pero peor son las que trabajan duramente y por poco sueldo y encima eran violentadas aunque solo fuera verbalmente por sus jefes y en muchos casos despedidas. Esperemos que en el presente no exista ese oficio, pero muchos antes de juzgar deberían examinar aquellos casos. Lo verdaderamente sangrante es las violaciones de niños y niñas que aun no han empezado a vivir y ya tienen en su cabeza para el resto ese handicap.
Pero es q eso se desmonta con la prostit*ción
Voluntaria, q la hay. Tb les vais a decir como vivir su vida y como ganársela? El problema está en las q no deciden hacerlo o lo hacen a la fuerza...

Y a ver si dejamos d poner en boca d otros cosas q no han dicho.
fin de la cita
 
Y claro, los hombres que malviven no se plantean prostituirse... por qué será?
Piruleta pura.
Si hubiera igualdad de oportunidades y no las diferencias sociales que ha traído el neoliberalismo otra cosa sería, pero atacar a esas diferencias tampoco parece interesar, no?
Las mujeres que malviven tampoco se plantean irse a descargar a un muelle. Cada persona toma sus propias decisiones en base a sus propias circunstancias. Son argumentos muy peregrinos y demagógicos para defender algo tan peligroso como fusilar la libertad individual en pro de una presunta evolución colectiva. No cuela. El abolicionismo es tan fascista como cualquier otro totalitarismo.
 
Las mujeres que malviven tampoco se plantean irse a descargar a un muelle. Cada persona toma sus propias decisiones en base a sus propias circunstancias. Son argumentos muy peregrinos y demagógicos para defender algo tan peligroso como fusilar la libertad individual en pro de una presunta evolución colectiva. No cuela. El abolicionismo es tan fascista como cualquier otro totalitarismo.

Es que no terminan de entender que algunas personas adultas son capaces de tomar decisiones, aunque sean dañinas para ellas, pero es SU VOLUNTAD, que no puede ser sustituida por la voluntad del estado, ni por la de NADIE. Como que si a ellas les intentaran imponer un modo de vida o prohibirles algo que el Estado o cualquier otra persona considera que es perjudicial para ellas, se iban a dejar. Me da que no, por las trazas.

El libre albedrío es algo sagrado, para mi, y para mucha gente, y costó mucho conseguir esa esfera de libertad absoluta del individuo y que solo puede sustituirse si uno tiene una falta grave de capacidad o si es un menor. Fuera de esos casos, y fuera de las leyes generales básicas para la convivencia, el Estado y el prójimo, pintan cero.
 
Las declaraciones de la Boti García esta sobre la menor..., porque parece que había dudas. Así queda claro que no hay manipulación. Aunque Pablemos lo intenta arreglar diciendo que se enamoraron, cuando hay una prevalencia, por más que se quiera disimular, es lo que es.

 
Las mujeres que malviven tampoco se plantean irse a descargar a un muelle. Cada persona toma sus propias decisiones en base a sus propias circunstancias. Son argumentos muy peregrinos y demagógicos para defender algo tan peligroso como fusilar la libertad individual en pro de una presunta evolución colectiva. No cuela. El abolicionismo es tan fascista como cualquier otro totalitarismo.
La libertad individual de chupar p... por 5 euros, esa libertad. Por cierto, sabes que los trabajos de descargas en muelles están bien pagados y muy solicitados? te repito, por qué los hombres no se plantean vender su trasero por unos pocos euros?
Se nos va a romper el fascismo de tanto usarlo
Ahora derechos humanos=fascismo
 

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