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¿QUIÉN ES?
Guadalupe (Madrid, 1916- Pamplona, 1975) fue una química madrileña y una de las primeras mujeres del Opus Dei. Estudió la carrera de Ciencias Químicas en la Universidad Complutense, impartió clases de esta asignatura en numerosos colegios e institutos y realizó una tesis doctoral sobre las propiedades de la cascarilla del arroz. A través de su labor profesional, ayudó a muchas personas a acercarse a Dios con alegría, servicio y disponibilidad.

Además, supo compatibilizar su carrera profesional con las distintas tareas que san Josemaría, fundador del Opus Dei, le fue encargando, tanto en España, como en México y Roma. Guadalupe desempeñó estas tareas con empeño y profesionalidad.

Será la tercera persona del Opus Dei en ser beatificada, después del fundador, san Josemaría, y de su sucesor, el beato Álvaro. Es la primera mujer y la primera persona laica de esta institución en llegar a los altares (más info).


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2019.05.15 Maria Guadalupe Ortiz
IGLESIA
Beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri. Ejemplo de humildad

Guadalupe Ortiz nació en Madrid, en el año 1916 y murió en Pamplona en 1975. Fue una de las primeras mujeres del Opus Dei. Este día será beatificada en una celebración presidida por el Cardenal Giovanni Angelo Becciu

Ciudad del Vaticano

Estudió la carrera de Ciencias Químicas en la Universidad Complutense, impartió clases de esta asignatura en numerosos colegios e institutos y realizó una tesis doctoral sobre las propiedades de la cascarilla del arroz. A través de su labor profesional, ayudó a muchas personas a acercarse a Dios con alegría, servicio y disponibilidad.

Este sábado18 de mayo Guadalupe Ortiz es beatificada en Madrid, en el Palacio de Vistalegre, a las 11:00 horas. El representante del Papa, Card. Giovanni Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos preside la celebración.

Responsabilidad por el don recibido
En la homilía, el Card. Becciu afirmó: “Tenemos una responsabilidad por el don recibido: responsabilidad por la luz que nos ha sido transmitida. No podemos sólo tomar posesión de ella y guardarla para nosotros mismos, sino que estamos llamados a comunicarla a los demás, a darla; debemos hacerla brillar "delante de los hombres" (v. 16). La Beata María Guadalupe era consciente de esta verdad”.

La fuente de su vida cristiana
Becciu subrayó que “La fuente de su fecunda vida cristiana fue su unión íntima y constante con Cristo. Su diálogo con Dios, desde joven, fue continuo y se desarrolló sobre todo a través de una intensa vida sacramental y prolongados momentos de recogimiento: la Santa Misa y la confesión fueron los pilares de su vida espiritual. El rezo del rosario, rezado con gran devoción, era un signo claro de su profundo vínculo con la Madre de Dios, a cuya intercesión se confiaba”.

La cruz en su vida
El Cardenal agregó que la cruz no tardó en aparecer en su vida. En el periodo de la guerra civil pierde a su padre, tiene que salir de Madrid e interrumpir sus estudios. En medio de estas vicisitudes conoce el Opus Dei y decide entrar en la Obra. Fruto de una vida intensa de cercanía con el Señor, ella afirma: "caminar con los pies en la tierra, pero con los ojos siempre fijos en el cielo, para ver mejor lo que pasa a nuestro alrededor". (Informatio, Sección II, Biografía documentada, p. 46).

Viaje a México
El fundador del Opus Dei le preguntó si estaría dispuesta a ir a México para implantar allí la Obra, ella aceptó con alegría. En México, afirma Becciu: “Se preocupaba sobre todo de formar bien a los nuevos reclutas; insistía en la necesidad de perseverar; edificaba con su espíritu de oración, sobriedad y penitencia; era evidente que trabajaba sólo para la gloria de Dios y para la extensión de su reino”.

Cuando vuelve a España, subraya Becciu: “retomó la enseñanza y la formación de los jóvenes de la Obra: era el momento de un compromiso firme, constante, generoso y gozoso para vivir el Evangelio con una radicalidad cada vez mayor; era una respuesta consciente al amor de Dios”.

Aporte al progreso de la humanidad

El Cardenal Becciu en la homilía insiste en el papel que juega María Guadalupe en la formación de los jóvenes y en la investigación científica para promover el progreso de la humanidad: “En todas las circunstancias demostró ser una mujer fuerte. Su fuerza se hizo particularmente evidente en las dificultades, en la realización de nuevas obras apostólicas, en la evangelización de frontera y, sobre todo, en la paciente aclimatación de los sufrimientos de naturaleza física, que condicionaron fuertemente su vida”.

Armonizar oración y acción
Para el representante del Papa Francisco, la nueva beata “nos comunica a los cristianos de hoy que es posible armonizar oración y acción, contemplación y trabajo, según un estilo de vida que nos lleva a confiar en Dios y a sentir la expresión de su voluntad en todo momento. Además, nos enseña lo hermoso y atractivo que es tener la capacidad de escuchar y una actitud que siempre es alegre, incluso en las situaciones más dolorosas”.

El Cardenal finalizó la homilía invitando a vivir como María Guadalupe: “Su riqueza de fe, esperanza y caridad es una maravillosa demostración de lo que el Concilio Vaticano II dijo sobre la llamada de todos los fieles a la santidad, precisando que cada uno persigue este objetivo "siguiendo su propio camino" (Lumen Gentium, 41). Esta indicación del Concilio se realiza ahora plenamente con la beatificación de esta mujer, en cuya oración e intercesión nos volvemos cada vez más testigos de la luz de Cristo y de las lámparas que iluminan las tinieblas de nuestro tiempo.
https://www.vaticannews.va/es/igles...icacion-guadalupe-ortiz-ejemplo-humildad.html
 
Al papa Francisco se le atraganta el papel de las mujeres en la Iglesia católica

Igualdad

Bergoglio enfría las expectativas para el sacerdocio de la mujer tres años después de haber abierto una comisión para abordar el diaconado femenino

Las mujeres, más de la mitad de los católicos del mundo exigen plena igualdad de trato y responsabilidades en las institución

EL teólogo Juan José Tamayo: "La Iglesia es uno de los últimos, si no el último, de los bastiones del patriarcado que quedan en el mundo"

Jesús Bastante - Religiondigital.com
18/05/2019 - 20:42h
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Reivindicación de mujeres católicas alemanas.

Este jueves, el Vaticano anunció la creación del primer equipo femenino de fútbol de la historia de la Santa Sede. El Papa ha nombrado a algunas mujeres para cargos en la Curia, y se espera que, en breve, designe a una de ellas para sustituir, nada más y nada menos, que al cardenal Pell, condenado por pederastia en Australia y todavía prefecto de Economía de la Santa Sede. Francisco ha denunciado la situación de las religiosas que viven como sirvientas de curas y obispos...

Sobre el papel, parece que algo está cambiando en la Iglesia católica en relación con la mujer. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Bergoglio es un Papa mucho más progresista que Juan Pablo II o Benedicto XVI. Nada que ver con la acción papal del polaco y el alemán, que impusieron una rígida moral que colocaba a la mujer en un tercer plano en la Iglesia, resignada a abrir y cerrar los templos, limpiar la mesa o servir la comida a los sacerdotes. Es cierto que este Papa se ha chocado con declaraciones propias como "todo feminismo acaba siendo un machismo con faldas".

Sin embargo, en lo tocante a la mujer, Francisco parece haber echado el freno. Y es que la cuestión de la plena igualdad de hombres y mujeres en la Iglesia es la gran asignatura pendiente de este pontificado. Hace tres años, durante un encuentro con religiosas de todo el mundo, el Papa pareció abrir una puerta al sacerdocio femenino –uno de los grandes tabúes de la Iglesia católica, junto al del celibato o la moral sexual–, ordenando la creación de una comisión para decidir si había cabida para diaconisas. Pero la marcha atrás ya está aquí.

La pasada semana, durante un nuevo encuentro con las superioras generales, Francisco enfrió las ilusiones de la apertura de la mujer al sacerdocio, cuyo primer paso sería ese diaconado. "Si el Señor no nos ha dado el ministerio sacramental para las mujeres, no va", respondió el Papa ante la pregunta de una religiosa.

Diaconisas: de entrada, no
Bergoglio explicó que la comisión establecida terminó su trabajo sin acuerdo, y con pocos progresos. "Por ahora no puedo decidir nada sin una base teológica e histórica adecuada", añadió, subrayando la importancia de "caminar en fidelidad a la Revelación. No podemos cambiar la Revelación".

"Había diaconisas al inicio, ¿pero era ordenación sacramental o no? Y eso se discute y no se ve claro", había dicho días antes, en el vuelo de regreso de Macedonia. Bergoglio parece haber agarrado a un vericueto teológico. Preguntado por los periodistas que cubrían el viaje, Francisco indicó que "las fórmulas de ordenación diaconal encontradas hasta ahora, según la comisión, no son las mismas para la ordenación del diácono masculino (…). No hay certeza de que fuese una ordenación con la misma forma y la misma finalidad de la ordenación masculina". Vía muerta de momento.

Veto de la cúpula eclesiástica
Una respuesta que, para la teóloga Isabel Gómez-Acebo, esconde la verdad: "El Pontífice sabe que tiene un problema y que con la curia como está, más vale no tocarlo". Y es que la Curia puede tolerar más sinodalidad, la participación de los laicos, una mayor transparencia en las cuentas e, incluso, dejar entrar a la mujer en puestos de responsabilidad. Pero tocar los sacramentos es terreno vedado, que podría llevar a un cisma. Lo que ocurre es que no hacer nada supondrá, a la larga, vaciar aún más las iglesias.

Porque las mujeres ya no se callan. Ellas, más de la mitad de los católicos de todo el mundo, exigen plena igualdad en la Iglesia para que deje de ser, en palabras del teólogo Juan José Tamayo, "uno de los últimos, si no el último, de los bastiones del patriarcado que quedan en el mundo".

Desde hace algo más de un año, el #meToo también ha llegado a la Iglesia católica. Religiosas denuncian abusos, teólogas defienden la igualdad de género y el fin del patriarcado en la institución, monjas se unen a la huelga por el 8-M. En todo el mundo, se están dando iniciativas que dejan bien a las claras que ya basta de una Iglesia machista.

Huelga de misas
La última iniciativa se ha dado este mes en Alemania, donde las mujeres católicas han lanzado un boicot de una semana, en la que han suspendido su trabajo voluntario en las iglesias para protestar por su situación en la Iglesia.

El colectivo, denominado 'Movimiento Maria 2.0', concluirá este sábado en medio centenar de ciudades del país, en cuyas parroquias las mujeres no han realizado las tareas domésticas, pero tampoco han participado en las lecturas u otros ritos de la misa. En algunos lugares, incluso, se planteó una 'huelga de puertas cerradas', y muchas mujeres dejaron de ir a misa en señal de protesta.

Por su parte, un grupo de fieles francesas han enviado una petición vía change.org al Papa Francisco para exigir el fin de la discriminación contra la mujer. "Los derechos de las mujeres no son negociables", clama el colectivo, organizado a través del

'Comité de Faldas'
Para la presidenta de la Asociación de Teólogas Españolas, Silvia Martínez Cano,"no se puede hacer reforma sin las mujeres, porque la cuestión de la mujer es estructural. Si abordamos el papel de las mujeres en la Iglesia, estamos abordando la estructura". La teóloga sostiene que la institución tiene la obligación de "empoderar" a la mujer, "para volver a ese momento en que todas las personas eran iguales".

"Nos queda muchísimo por hacer", subraya. "¿Qué hay que hacer? Todo. Hasta el Concilio no formamos realmente parte de una Iglesia que se ha puesto en camino. Tenemos un recorrido muy corto, queda mucho que hacer. Estamos abriendo una pequeña puerta a un diálogo que tiene que ser más profundo y más grande".

https://www.eldiario.es/sociedad/Papa-mujeres_0_900110865.html
 
Hablando de la beata Guadalupe... Pero el ambito en que se movio era el Opus, es que no habia oido nada de ella hasta ayer.
No era una persona muy popular, parece
 
Si, la beata era del opus y ellos buscan la santidad en medio del mundo, así que impulsan la beatificación de sus miembros.

Recuerdo que en una ocasión u a mujer, supernumeraria del opus en una reunión nos repartió estampitas de San José María, su fundador y comentó que el había hecho el m!agro de sanar de la piel a una persona que no sé qué tenía exactamente pero ya la habían tratado varios doctores y no sano hasta que se encomendó a José María. Tuve la prudencia de quedarme calladita pero me pareció un pobre milagro que además cómo se puede comprobar que fue por la intercesión del santito.

Por cierto si quieren conocer más de esta siniestra organización les recomiendo la lectura de www.opuslibros.org

Ahí participan puros ex y te quedas alucinando de lo que cuentan.
 
Vaticano: Están haciendo esto a propósito
Por
Hilary White
-
17/12/2018


El texto citado en la foto es de Der Speigel, revista semanal europea y la más importante de Alemania. Pero es su corresponsal en Alemania, Walter Mayr, quien caracteriza esa afirmación como autocrítica. Basado en toda la evidencia hasta la fecha y lo que pienso está por llegar, sospecho que hay un error en esa afirmación. El Papa no estaba siendo autocrítico, sino que él nos está contando su plan.

Nuestro compañero Pat Archbold ha escrito una serie de artículos explicando en detalle cómo se está llevando a cabo esta purga así como lo porvenir. Él me ha dado una clara comprensión del porqué vamos a tener que alejarnos. Regresar a la oración ; de hecho, aprender una más profunda forma de oraciónde la que hemos conocido hasta ahora.

Ciertamente no es el momento de acudir a las estructuras e instituciones de la Iglesia para encontrar protección y ayuda.

Normalmente no acostumbro a decir esto de algunos escritos, pero los siguientes son de obligada lectura (están en inglés). Pueden leerlos aquí, aquí, aquí y aquí.

“… Incluso yo no esperaba la manera absolutamente descarada con la que han actuado en el sistema del Sínodo. En este último Sínodo, no sólo eliminaron todas las reglas de antemano y llenaron el Sínodo de gente maleable, sino que en realidad publicaron un documento sinodal que trataba sustancialmente de un tema del que ni siquiera se trató en el Sínodo, la sinodalidad en sí misma. Debemos concedérselo: son los herejes pasotas. Simplemente no les importa´´.

En la segunda parte, Pat explica lo que quiere decir cuando utiliza la frase “no se les dará cuartel”:

“Lo que expuse es que están dando una serie de pasos destinados a colocar a los católicos fieles, especialmente a los católicos tradicionalistas, en el rincón donde ellos quieren exactamente que estemos. En resumen, están ejecutando una serie de jugadas de su libro de estrategias para poner a los católicos tradicionalistas en una posición en la que deban capitular o ser desobedientes en algún grado. Buscan la desobediencia.´´

“Si ellos quieren que te marches, pueden hacerlo. Ni siquiera se molestan en guardar las formas y han prescindido del más mínimo sentido de proceso legal así como de derechos bajo la ley canónica”.

La tercera parte, sobre el ataque a las religiosas contemplativas tradicionales o meramente “conservadoras”:

´´Poco a poco, han estado destruyendo las vías para que los religiosos practiquen el catolicismo tradicional. Simplemente no les están dejando a los católicos tradicionales con vocación ningún lugar al que ir, excepto a donde ellos quieren que vayas. Están cortando diligente y sistemáticamente todas las vías de escape. Esto es fundamental para entender mi tesis sobre cómo pueden en un futuro causar la división en la Iglesia, por la que el Papa Francisco ha languidecido abiertamente´´.

El día de hoy sostuve una conversación con una señora que está involucrada en la fundación de una especie de comunidad de oración para señoras y otros miembros. Me preguntó si conozco en algún lugar del mundo a un obispo que fuera accesible, alguien que esté del lado de los Ángeles y que comprenda qué es lo que está en juego, para pedirle su apoyo y protección. Incluso, piensa en iniciar una Asociación Privada de Fieles, hablando en términos canónicos.

Me fue difícil no contestarle que si “no sabe que estamos en guerra; los Obispos son los que están del lado contrario´´.

Sin embargo lo que le respondí fue lo siguiente:

“No es imposible. Pero es esencial entender que los hombres malos están a cargo y que se está planeado un baño de sangre para TODOS los fieles católicos. Si encuentra a un obispo que esté dispuesto a apoyarle, él será purgado meramente por el hecho de haberle apoyado.

Señora agradable: Por favor elabore en lo del baño de sangre y la purga. ¿Qué está planificado para los laicos?

Yo: Bloquearnos. Cualquier personaje asociado formalmente con las instituciones de la Iglesia – sean obispos, sacerdotes, diáconos, monjes, religiosos, incluso aquellos pertenecientes a “asociaciones privadas de fieles”… todos – serán obligados a seguir el guion o serán purgados. Cualquiera que esté libre de una asociación formal, será bloqueado.

Señora agradable: ¿Cuán pronto?

Yo: Ahora mismo. El mensaje del Vaticano a la USCCB (Conferencia Episcopal de Obispos de los Estados Unidos) en Baltimore fue esencialmente eso: “O lo hacen a nuestra manera, según nuestro guion, o los destruiremos.”

Obispos y sacerdotes están siendo destituidos y obviamente ellos no van a irse solos… y esto está pasando no sólo en los Estados Unidos.

El objetivo es asegurarse de que el Catolicismo tal como lo reconoció San Felipe Neri, sea una práctica privada. La Iglesia ya no será doctrinalmente Católica, como no es en general Católica, litúrgicamente hablando. Usted puede vivir el Catolicismo del color de su preferencia, siempre y cuando sea Bergoliano.

Están llevando hacia el precipicio a cualquiera que esté encerrado en una institución. Y el precipicio es el nuevo paradigma, en donde el requisito será la renuncia efectiva de Cristo y Su Santa Iglesia. El seguir este nuevo paradigma requiere el abandono de la Fe Católica, el concepto en sí de que existen realidades morales absolutas que nos han sido dadas por Dios. Esto es lo que era en realidad Amoris Laetitia. Y es esto precisamente lo que se presenta como alternativa a los seminaristas y sacerdotes en varios lugares donde se iniciará la purga: Malta, Buenos Aires, México… etc. El mensaje ha sido el de síguenos o quédate fuera, mensaje aprobado de varias maneras por Roma, desde los obispos hasta cualquiera que objete.

Esto es lo que están haciendo con ese documento – el primero, pero no el último – presentándonos con la opción de “irán hacia el precipicio o serán purgados fuera de sus instituciones.”

No lo olviden, Mons. Cupich ha dejado asentado ya el modelo. Desde el año 2002, como Obispo de Rapid City (Dakota del Sur), dejó fuera de su iglesia a los feligreses el Viernes Santo. Fueron invitados a atender el Tridium en NINGUNA parroquia, o quedarse en casa. Ellos escogían.

Se están sirviendo de nuestro deseo de seguir las reglas, de ser buenos y leales para así llevar a cabo la purga.

Aquellas monjas en Francia pensaron que aún existían reglas, que la Iglesia estaba gobernada por el Estado de derecho. Pensaron que existían procedimientos apropiados, que estaban protegidas por el Derecho Canónico. Y efectivamente, siguieron las reglas. Siguieron el juego. Aceptaron el exilio de sus superiores, respondieron las preguntas de los visitantes e iniciaron recursos legales. Así lo hicieron también los Frailes Franciscanos de la Inmaculada (FFI). Lo mismo hicieron aquellos que intentaron crear los Trapenses Tradicionales en Alemania. Todos fueron abatidos.

Algo que tal vez valga la pena preguntar a aquellas monjas que ahora están escabullándose con regocijo juvenil y que corren para ser las primeras en abrazar la nueva ideología, sería: “Si están bien, si se sienten seguras, acogidas y esperan con anticipación, con los ojos lacrimosos, la próxima misiva de Rodríguez Carvallo y de los otros criminales en Roma… Si el Vaticano no viene hacia ustedes con sus visitantes armados…

…. ¿Qué están haciendo mal?”

Esa es la cuestión que Pat señala en su serie de escritos: ahora no hay reglas.Los procedimientos no importan. La Ley Canónica no importa. Ciertamente la ley moral ya no importa desde hace mucho. Tal como el Padre Rossica declaró tan memorablemente, nosotros estamos en las manos de un hombre, que no le importa nada, sino solo su propia voluntad y el poder de obedecerlo.

“En efecto, nuestra Iglesia ha entrado en una nueva fase” escribe Rossica. “Con el advenimiento del primer Papa jesuita, es gobernada abiertamente por un individuo y no por la autoridad de la Escritura o por los dictámenes propios de la Tradición más las escrituras´´.

Henry Sire, autor de El Papa dictador, que acaba rápidamente de ser expulsado de la Orden de Malta por haber contado la historia del golpe Bergoliano, lo describe muy bien a nuestro amigo John Zmirak:

JZ: He leído en las noticias que, debido a este libro, ha sido expulsado de la Orden de Malta. Podría por favor compartir con nosotros, ¿cómo fue usted informado de esto? ¿Qué justificación le dieron?

HS: Fui suspendido primeramente en marzo de 2018, a la espera de un procedimiento penal para decidir sobre mi expulsión. Hace dos semanas recibí una carta del Gran Canciller con un decreto del Gran Maestre en el que se me comunicaba que la Orden había decidido el abreviar el procedimiento, saltándose la audiencia ante el tribunal, el que se suponía debería liderar, y que me expulsaban con un simple acto. El Decreto también establecía falsamente que mi expulsión había sido votada por unanimidad por el Consejo Soberano. De hecho, no se sometió en absoluto a la decisión del Consejo. Por supuesto, que la justificación dada era que mi critica al Papa Francisco era incompatible con mi pertenencia a la Orden.

El cambio impuesto por el Papa Francisco consiste en haber obligado a renunciar al Gran Maestre anterior, Fray Matthew Festing, en enero de 2017. Eso fue después de que él tratase de destituir al Gran Canciller, el Barón Boeselager. ¿Por qué? Por su responsabilidad en la distribución de condones en el Lejano Oriente como parte de la actividad caritativa de la Orden. Boeselager fue reincorporado por insistencia del Vaticano. Él tiene ahora control absoluto de la Orden. Así, el superior que trató de mantener las enseñanzas morales católicas fue castigado por el Papa Francisco. El hombre que transgredió fue recompensado.

Por supuesto que voy a apelar la decisión. Antes de que el decreto llegase, estaba preparando una defensa efectiva con la ayuda de mis abogados. Estaba basada en las flagrantes irregularidades cometidas por la Orden al iniciar mi proceso. El decreto de expulsión es totalmente de una sola pieza, con esa irregularidad. Así son las mentiras que se han utilizado para justificarlo. Es importante el exponer la dominación carente de ley que el Gran Canciller, Boeselager, está ejerciendo sobre la Orden.

Así es como trabajan los herejes pasotas: sin ley. Y he aquí el porqué alejarse de la institución por el momento es importante. Como me dijo recientemente un sacerdote: “debemos concentrarnos en crear centros de oración intensa en completa ortodoxia litúrgica, espiritual y doctrinal”, para “ni siquiera intentar” involucrar a las estructuras de la Iglesia, y “evitar la interferencia de la Jerarquía” a cualquier precio.

Pat Archbold me dijo hoy: “El mensaje es claro en todos los ámbitos. La ley canónica no puede protegerte, las constituciones no pueden protegerte, un proceso legal no puede protegerte. Yo soy la ley. Yo soy el proceso. Los obispos comprenden esto perfectamente”.

Un Papa dictador, sin duda.

Publicado en Fetzen Fiegen

(Traducido por Carlos Reyes. Artículo original)



Hilary White

http://remnantnewspaper.com/
Nuestra corresponsal en Italia es reconocida en todo el mundo angloparlante como una campeona en los temas familia y cultura. En un principio fue presentada por nuestros aliados y amigos de la incomparable LifeSiteNews.com, la señora Hillary White vive en Norcia, Italia.
 
¡Gracias a Dios por Francisco! (Pontificando las limitaciones de la Infabilidad Papal)
Por
Christopher A. Ferrara
-
08/04/2019



El que la Iglesia católica sea la única Iglesia verdadera de Cristo depende completamente de su infalibilidad como un órgano de verdad, porque si no fuera así, no sería indefectible; la promesa de indefectibilidad de Cristo (cf. Mat. XXVIII:20) estaría anulada y Él mismo no podría, como consecuencia, ser quien dice que es: El Dios que no puede ni engañar ni ser engañado.

La Infabilidad en la enseñanza sobre la fe y la moral es intrínseca a la comisión divina, ya que sin ella la Iglesia no podría hacer de todas las naciones discípulos de Cristo, sino sólo discípulos de una enseñanza humana que puede o no corresponder a la verdad revelada del Evangelio. Esta fue la suerte de las naciones que se convirtieron en discípulos de Lutero y su progenie antes de que cualquier forma de la religión cristiana fuera finalmente desterrada de todas las naciones por el secularismo terminal de la modernidad política.

En breve, el Papa no tiene en absoluto poder para definir una novedosa doctrina que nunca fue parte del Magisterio de la Iglesia, ya sea ordinario o extraordinario.

Como manifestó el cardenal Newman: “Si el cristianismo es social y dogmático, y destinado a todas las edades, humanamente debe tener un expositor infalible”. [Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, II.13] Pero quién o qué en ¿La Iglesia es el expositor infalible?

Solo puede ser la Iglesia en su conjunto, cuyo líder supremo en la tierra es ciertamente el Papa, pero cuya cabeza es Cristo y solo Él.

El expositor infalible no puede ser sólo el Papa, incluso si su autoridad es suprema, universal y directa con respecto a todos los miembros de la Iglesia, ya que no es solo el Papa quien recibió la comisión divina. Y mientras el Señor le decía a Pedro: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (San Mateo XVI:18), ” también le dijo casi inmediatamente después, cuando Pedro se opuso a la Pasión:” ¡Vete! ¡Detrás de mí, Satanás! Me sirves de tropiezo, porque no tienes en cuenta las cosas de Dios, sino las de los hombres (San Mateo 16:23) “.

Esto sería continuado, en la noche de la Última Cena, por la profecía de que Pedro lo negaría tres veces y por la advertencia que se aplica no sólo a Pedro sino a todos sus sucesores: “¡Simón, Simón! mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como se hace con el trigo. Pero Yo he rogado por ti, a fin de que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos. (Lc XXII, 31-32) “.

La promesa de nuestro Señor de asistencia divina al papado no es una garantía divina de Papas infalibles. El Papa es, después de todo, un hombre, y un hombre siempre está sujeto a la fragilidad humana y la posibilidad de error que viene con cada ejercicio del libre albedrío, que no se pierde con la elección al papado. De ahí el famoso reproche de San Pablo al primer Papa en Antioquía por su cobarde y fingida adhesión a las leyes dietéticas judías, que amenazaba toda la misión de la Iglesia a los gentiles al sugerir que debían seguir la ley mosaica:

“Mas cuando Cefas vino a Antioquía le resistí cara a cara, por ser digno, de reprensión. Pues él, antes que viniesen ciertos hombres de parte de Santiago, comía con los gentiles; mas cuando llegaron aquéllos se retraía y se apartaba, por temor a los que eran de la circuncisión. Y los otros judíos incurrieron con él en la misma hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó arrastrar por la simulación de ellos. Mas cuando yo vi que no andaban rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: “Si tu, siendo judío, vives como los gentiles, y no como los judíos, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar? [Gálatas II 11-14]

Negar que un Papa determinado nunca pueda apartarse de la ortodoxia al proclamar sus propias ideas es argumentar implícitamente de que cada declaración de un verdadero Papa que concierne a la fe y la moral debe aceptarse sin cuestionamientos.

La Iglesia, sin embargo, no es un hombre o incluso un mero colectivo de hombres, sino el Cuerpo Místico de Cristo cuya subsistencia no puede ser destruida por ningún error humano. Perdida en la actual manía del hiper-papalismo está la infalibilidad de la Iglesia como un todo corporativo, que se extiende incluso a los fieles como un cuerpo, que obedece a lo que la Iglesia siempre ha enseñado y rechaza lo que es ajeno a esa enseñanza. Como explica Ludwig Ott:

“Se puede distinguir una infalibilidad activa y una pasiva. El primero pertenece a los pastores de la Iglesia en el ejercicio de su oficio de enseñanza (infallibilitas en docendo), el segundo a los fieles en su totalidad en su asentimiento al mensaje de fe (infallibilitas en credendo). Activo y pasivo se relacionan como causa y efecto”.

Durante la crisis arriana, esta infalibilidad “pasiva” de los fieles fue crucial para la supervivencia de la Iglesia, es decir, para el mantenimiento de Su indefectibilidad. Como explica el cardenal Newman, los laicos eran más fieles que sus maestros a lo que sus maestros siempre les habían enseñado a la luz de la Revelación:

“En ese momento de inmensa confusión … el cuerpo del episcopado fue infiel a su comisión, mientras que el cuerpo de los laicos fue fiel a su bautismo; … una vez el Papa, otras veces el patriarca, el metropolitano y otras grandes sedes; en otras ocasiones los concilios generales, dijeron lo que no deberían haber dicho, o hicieron lo que ocultó y comprometió la verdad revelada; mientras que, por otro lado, fueron los cristianos quienes, bajo la Providencia, fueron la fuerza eclesiástica de Atanasio, Hilario, Eusebio de Vercelli y otros grandes confesores solitarios, que habrían fracasado sin ellos. [Sobre la consulta a los fieles en asuntos de doctrina (1859)]”

Por lo tanto, la infalibilidad de la Iglesia se refiere a la totalidad de su constitución divina: tanto la jerarquía como los laicos que juntos forman el Cuerpo Místico. Y hay momentos — nuestro tiempo es uno de ellos—, cuando al menos un remanente de laicos conserva la fe que se les enseñó a pesar de que la jerarquía generalmente ha fallado en su comisión para defenderla y protegerla. Esto no niega que todavía haya muchos jerarcas que creen lo que se les enseñó. Para citar nuevamente a Newman a propósito de la crisis Arriana:

“… No estoy negando que el gran cuerpo de los obispos eran en su creencia interna ortodoxos; ni que hubieran numerosos clérigos que apoyaron a los laicos y actuaron como sus centros y guías; ni que los laicos realmente recibieron su fe, en primera instancia, de los obispos y el clero; ni que algunas partes de los laicos fueran ignorantes, y otras partes finalmente corrompidas por los maestros Arrianos… pero aún quiero decir que en ese tiempo de inmensa confusión, el divino dogma de la divinidad de nuestro Señor fue proclamado, aplicado, mantenido y (humanamente hablando) preservado, mucho más por la “Ecclesia docta” que por la “Ecclesia docens” …

¿Cuál es “la fe” que los fieles remanentes conservan mucho más que la mayoría de la jerarquía en nuestro “tiempo de inmensa confusión” actual? No es nada más que el conjunto total de doctrinas que la Iglesia en su conjunto ha enseñado y creído desde los tiempos apostólicos, también conocido como el depósito de la fe, desarrollado y aplicado a circunstancias particulares según sea necesario, pero nunca contradicho.

Ningún Católico está obligado a creer en el ecumenismo, el diálogo, el diálogo interreligioso o la colegialidad, lo que puedan significar esas nociones, por la sencilla razón de que la Iglesia nunca había oído hablar de ellas antes de 1962.

Se ha prestado muy poca atención en nuestros días al criterio por el cual se juzga la validez de todas las enseñanzas de la Iglesia: la constancia de lo que ella ha transmitido en su función corporativa como maestra frente a la novedad de algún pronunciamiento particular extrínseco al depositum fidei. El beato Pío IX, el mismo Papa que definió de forma muy precisa la infalibilidad papal al aprobar el decreto del Vaticano I, se esforzó por aclarar en respuesta a Johannes Dollinger, antes de su apostasía y excomunión definitiva, que la Iglesia que enseña en su conjunto es infalible, no solo en cuanto a “dogmas expresamente definidos por la Iglesia”, sino también cuando se trata de “asuntos transmitidos como divinamente revelados por el Magisterio ordinario de toda la Iglesia dispersa en todo el mundo y, por esa razón, sostenida por el consenso universal de los teólogos católicos como pertenecientes a la fe “. [DZ 2879]

Es de importancia decisiva en nuestras circunstancias actuales recordar cómo la definición de infalibilidad papal del Vaticano I (frente a la corporación eclesial) la Infabilidad se limitó estrictamente a la infrecuencia de los pronunciamientos papales singulares y solemnes que ordenan el consentimiento universal en un asunto de fe y moral. Las condiciones del Concilio para la infalibilidad papal son que el Papa: (1) “cuando habla ex cátedra —esto es, cuando cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los Cristianos”, (2) “define, por su suprema autoridad apostólica, “(3)” que una doctrina sobre la fe y moral debe ser sostenida por la Iglesia universal—… “[DZ 3074]

Sólo entonces, el Concilio declaró que se puede decir que el Papa en sus definiciones singulares “posee, por la ayuda divina que le prometió en San Pedro, la infalibilidad que el divino Redentor quiso que Su Iglesia disfrutara al definir la doctrina concerniente a la fe o la moral.” Pero incluso en el ejercicio de este Magisterio extraordinario, el Papa no puede hacer nada más que definir solemnemente como dogma asuntos que ya han sido “transmitidos como divinamente revelados por el Magisterio ordinario de toda la Iglesia dispersa en todo el mundo”, incluyendo, por supuesto, Papas y Concilios presididos por Papas y el cuerpo de los obispos como una totalidad moral diacrónica. (El cuerpo de obispos no significa conferencias episcopales en países particulares, que no son parte de la constitución divina de la Iglesia y que ni siquiera recibieron un estatus jurídico formal hasta el decreto Christus Dominus del Concilio Vaticano II, que Pablo VI implementó en 1966 con su motu proprio Ecclesiae sanctae (uno de sus muchos errores prudenciales).

En resumen, el Papa no tiene absolutamente ningún poder para definir una doctrina novedosa que nunca formó parte del Magisterio de la Iglesia, ni ordinaria ni extraordinaria.

Como lo declaró el Vaticano I en el proceso mismo de definir y delimitar la infalibilidad papal: “pues no fue prometido a los sucesores de Pedro el Espíritu Santo para que por revelación suya manifestaran una nueva doctrina, sino para que, con su asistencia, santamente custodiaran y fielmente expusieran la revelación trasmitida por los Apóstoles”. [DZ 3070]

Ahora, ninguna de las nociones novedosas con las cuales Bergolio ha afligido a la Iglesia se pueden encontrar en parte alguna del depósito de la fe establecidos por la Iglesia en su conjunto desde tiempos apostólicos.

Su autorización de la Sagrada Comunión para ciertos adúlteros públicos, su noción de “pecados ambientales contra la Tierra”, su intento absurdo de derogar la enseñanza bimilenial de la Iglesia en defensa de la pena capital al llamar a la supuesta revocación un “desarrollo”, sus innumerables distorsiones y tergiversaciones del Evangelio para adaptarse a su interminable amonestación contra los católicos observantes, y demás, no son más que sus propias ideas. Como tales, por definición, no pueden pertenecer al Magisterio. Tampoco, en este caso, pueden considerarse doctrinas católicas en absoluto, a diferencia de la doctrina expuesta por Jorge Mario Bergolio, pero nunca impuesta a la conciencia católica por una solemne definición dogmática, lo cual es imposible dada la novedad de lo que predica Bergolio.

Las ideas novedosas no son doctrinas católicas, sino algo más que literalmente no tienen cabida para un católico creyente. Y así ocurre con todas las nociones y prácticas novedosas que han proliferado en la Iglesia desde el Concilio Vaticano II. Por ejemplo, ningún católico está obligado a creer en el ecumenismo, el diálogo, el diálogo interreligioso o la colegialidad, independientemente de lo que puedan significar estas nociones, por la sencilla razón de que la Iglesia nunca había oído hablar de ellas antes de 1962 —dejando de lado el problema adicional de su falta de sentido literal como meros contenedores conceptuales para diversas actividades eclesiales imprudentemente irreflexivas.

La pregunta que enfrentamos con Bergolio, por lo tanto, es simplemente esta: ¿Es posible que la enseñanza personal de un Papa se aparte de lo que la Iglesia en general siempre ha enseñado y creído a favor de sus propias ideas novedosas? Debe ser posible, ya que de no ser así, no habría distinción entre el Magisterio extraordinario y el Magisterio ordinario, y el Papa tendría que ser visto simplemente como simplemente infalible. El Papa Benedicto XVI ciertamente reconoció el peligro de un Papa que promueve sus propias ideas cuando dijo lo siguiente al comienzo de su propio pontificado, desde el cual fue impulsado a allanar el camino para Bergolio en una intriga romana digna de la época medieval:

“El poder de enseñar en la Iglesia implica un compromiso con el servicio de obediencia a la fe”. El Papa no es un monarca absoluto cuyas ideas y deseos sean ley. Al contrario: el ministerio del Papa consiste en una garantía de obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino más bien vincularse a sí mismo y a la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, frente a cualquier intento de adaptarla o adulterarla y frente a cualquier forma de oportunismo”. (Papa Benedicto XVI durante la misa en ocasión de su toma de posesión de la Cátedra de Obispo de Roma el 7 de mayo de 2005)

Negar que un Papa determinado nunca pueda apartarse de la ortodoxia al proclamar sus propias ideas es argumentar implícitamente de que cada declaración de un verdadero Papa que concierne a la fe y la moral debe aceptarse sin cuestionamientos. Y es precisamente esta caricatura protestante del papado a la que los sedevacantistas recurren en oposición a la posición Tradicionalista que Bergolio puede ser resistido en sus errores mientras es reconocido como Papa. Para citar el principal sitio web sedevacantista en este sentido:

“Al decir que Francisco es Papa, pero luego rechazar su magisterio, los supuestos tradicionalistas en la Iglesia del Vaticano II están causando un daño incalculable a la Doctrina Católica Tradicional del Papado ya que la oficina papal fue instituida como norma segura de la ortodoxia en todo momento en la historia de la Iglesia, garantizada por Cristo mismo. Esto no significa que cada acto magistral papal sea infalible, pero sí significa que todo acto magisterial papal es autoritario, por lo tanto, vinculante para las conciencias y, por la providencia de Dios Todopoderoso, siempre seguro de seguir. Esto significa que las almas no pueden ser desviadas por ningún error pernicioso si siguen las enseñanzas del Papa. Esa seguridad está garantizada y causada por el mismo Cristo.” [énfasis añadido]

De esta manera, de acuerdo con los sedevacantistas, si bien no todos los actos magisteriales de un verdadero Papa son infalibles, todos sus actos magistrales son autoritarios, vinculados a la conciencia, seguros de seguir y libres de errores perniciosos. Esta mofa de autocontradicción está en el corazón de la polémica sedevacantista. Y así debe ser. Porque si los sedevacantistas admitieran que un Papa es capaz de equivocarse en su enseñanza cotidiana incluso una vez, su posición colapsaría en una vana discusión sobre una cuestión puntual: ¿cuánto error debe manifestar un Papa antes de poder concluir que él ha dejado de ser Papa o que nunca lo fue en primer lugar? ¿Bastaría un solo error? Si no es uno, ¿entonces cuántos?

No hay escapatoria a este defecto fatal en la posición sedevacantista: deben sostener que cualquier Papa que se equivoque en cualquier asunto de fe y moral al proclamar alguna novedad, como la opinión de Bergolio (contraria a la revelación divina) de que la pena capital es un ataque a la dignidad humana, no puede ser un verdadero Papa. Esa lógica determinista significa que también deben sostener que no hemos tenido Papas desde Pío XII, dada la profusión de novedades doctrinales —o lo que llamarían novedades doctrinales— y prácticas novedosas que ensucian cada pontificado que sigue a este en este momento de inmensa confusión. Bergolio simplemente ha hecho que parezca más fácil sostener el ridículo argumento sedevacantista de que no hemos tenido Papa desde 1958.

Y hay momentos —nuestro tiempo es uno de ellos— cuando al menos un resto de laicos conserva la fe que se les fue enseñada a pesar de que la jerarquía generalmente ha fallado en su comisión para defenderla y protegerla.

Desde nuestra perspectiva, sin embargo, la debacle Bergoliana es un mal del que Dios ya ha sacado un gran bien. Porque Bergolio ha demostrado dramáticamente, de una vez por todas, que las limitaciones del papado son superadas cada vez que un Papa, en el ejercicio de su libre albedrío, falla en corresponder con la gracia de su estado, se aparta del camino de la Tradición y elige “proclamar sus propias ideas” en lugar de “obligar[se] constantemente a sí mismo y a la Iglesia a obedecer la Palabra de Dios, ante cada intento de adaptarla o diluirla, y ante toda forma de oportunismo”. Bergolio ha disipado la piadosa ficción, promovida durante mucho tiempo por teólogos ultramontanos, de que los fieles están obligados a creer incondicionalmente que el Espíritu Santo garantiza infaliblemente la “seguridad” de cada enseñanza papal y que no debemos preocuparnos por una aparente desviación de lo que la Iglesia siempre ha enseñado.

Philip Lawler ha observado con razón de Bergolio que “el liderazgo del actual Papa se ha convertido en un peligro para la fe”. Que los católicos conservadores ahora reconozcan lo que los Tradicionalistas siempre han entendido —que el liderazgo de un Papa puede ser un peligro para la fe— es un paso importante hacia el mayor reconocimiento de que toda la crisis eclesial del último medio siglo ha emanado en primera instancia de la fallas de épocas en la gobernanza papal y que terminarán solo cuando un futuro Papa encuentre el valor para corregir las injusticias que sus antecesores cometieron, tal como Benedicto XVI, al menos en cierta medida, intentó hacerlo antes de renunciar al trono papal.

Como Bergolio ha manifestado (http://w2.vatican.va/content/france...a-francesco_20160529_scholas-occurrentes.html) acerca de su propia conducta del papado: “Por otro lado, por naturaleza soy inconsciente, así que sigo adelante. “. [“D’altra parte, per natura io sono incosciente, y cosi vado avanti”. ]. Quizás “descuidado” es una traducción demasiado amable del italiano “inconsciente”, cuyos significados alternativos son imprudente, irreflexivo, irresponsable e imprudente. Pero entonces todo el aggiornamento post-conciliar ha sido imprudente, irreflexivo, irresponsable e imprudente. El pontificado Bergoliano no es más que una continuación lógica de la misma ruinosa búsqueda de la novedad vana. Seguramente esto debe ser obvio ahora para cualquiera que todavía se preocupe por la fe de nuestros padres. Esto es lo que Jorge Mario Bergolio ha mostrado a quienes aún no lo sabían.

Traducido por Gabriel Sales

Enlace original: https://remnantnewspaper.com/web/in...he-extreme-limitations-of-papal-infallibility


Christopher A. Ferrara

http://remnantnewspaper.com/
Presidente y consejero principal de American Catholic Lawyers Inc. El señor Ferrara ha estado al frente de la defensa legal de personas pro-vida durante casi un cuarto de siglo. Colaboró con el equipo legal en defensa de víctimas famosas de la cultura de la muerte tales como Terri Schiavo, y se ha distinguido como abogado de derechos civiles católicos. El señor Ferrara ha sido un columnista principal en The Remnant desde el año 2000 y ha escrito varios libros publicados por The Remnant Press, que incluyen el bestseller The Great Façade. Junto con su mujer Wendy, vive en Richmond, Virginia.


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FSSPX sobre la “carta abierta” acusando de herejía al papa: “Un enfoque radical condenado al fracaso”
Por
RORATE CÆLI
-
20/05/2019



La Casa General de la Fraternidad San Pío X ha publicado un amplio análisis de la carta abierta, publicada hace unas semanas, que acusa al papa de herejía.

La reproducimos aquí como documentación de los eventos acaecidos en este tumultuoso pontificado.

***

A propósito de la Carta Abierta a los Obispos de la Iglesia Católica
19/5/2017

El martes 30 de abril de 2019, una veintena de teólogos católicos y profesores universitarios publicaron una Carta Abierta a los Obispos de la Iglesia Católica, invitándolos a intervenir ante el Papa Francisco, para pedirle que renuncie a las herejías de las que se le acusa. En caso de que el Papa persista en ellas, se establecería el crimen canónico de herejía, y entonces quedaría “sujeto a las consecuencias canónicas”. El resumen publicado por los autores explica este último punto: “si Francisco se negase con pertinacia, se le pedirá declarar que él mismo, libremente, se ha privado del papado”.

Este resumen explica también que la mencionada Carta es el tercer paso de un proceso que comenzó en el verano de 2016. El primer paso consistió en una carta privada firmada por 45 signatarios, dirigida a todos los cardenales y patriarcas orientales, en la que se denunciaban las herejías o errores graves cometidos o apoyados por la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. El segundo paso presentó un texto titulado Correctio filialis (corrección filial), firmado por 250 participantes, publicado en septiembre de 2017, y respaldado por una petición firmada por 14,000 personas. En este texto se pedía al Papa que tomara una posición respecto a las graves desviaciones producidas por sus escritos y declaraciones. Finalmente, la actual Carta Abierta, afirma que el Papa Francisco es culpable del crimen de herejía, y se esfuerza por demostrarlo, porque las palabras y acciones del Papa Francisco constituyen un profundo rechazo a la enseñanza católica sobre el matrimonio, la ley moral, la gracia y el perdón de los pecados. Más de 5,000 personas ya han firmado la petición puesta en línea por los autores.

Esta iniciativa revela el creciente enojo y exasperación de muchos católicos ante los escritos y acciones del actual Soberano Pontífice. Y ciertamente, existen buenas razones para preocuparse por las enseñanzas del Papa Francisco en asuntos morales. Asimismo, actualmente existe una mayor consternación en la opinión católica por un error en esta materia, que por duplicidad en contra de la fe. Aunque las enseñanzas del Papa Francisco también están desviadas, incluso más, en cuestiones de fe.

Frente a una situación aparentemente sin precedentes, aunque la historia de la Iglesia, desafortunadamente, ofrece varios ejemplos de épocas que fueron particularmente problemáticas y lo suficientemente similares a la nuestra, la tentación de recurrir a medidas extremas se puede entender fácilmente. La situación del catolicismo es hoy tan trágica, que difícilmente se podría condenar a los católicos que intentan lograr lo imposible mediante sus reacciones y llamamientos a los pastores a quienes se les ha confiado el rebaño.

Los frutos del Concilio

Sin embargo, primero hay que señalar que este problema no comenzó hace unos días. Empezó con la “tercera guerra mundial” que fue, según Monseñor Lefebvre, el Concilio Vaticano II. Ese Concilio, a través de sus reformas, provocó “la autodestrucción de la Iglesia” (Pablo VI), al sembrar la ruina y la desolación en materia de fe, moral, disciplina, vida sacerdotal y religiosa, liturgia, catecismo y la vida católica en su totalidad. Pero muy pocos observadores comprenden esto realmente. Más raros aún son aquellos que enfrentan esta destrucción universal de una manera determinada y efectiva.

De hecho, lo que estamos presenciando con el Papa Francisco es solo la maduración del fruto. El fruto envenenado de una planta cuya semilla se desarrolló en los laboratorios teológicos progresistas y modernistas de la década de 1950, como un OGM (organismo modificado genéticamente), una especie de cruce imposible entre la doctrina católica y el espíritu liberal. Lo que vemos hoy no es peor que las novedades de Vaticano II, solo que ahora es una manifestación más visible y más completa. Así como la reunión de Asís, bajo el pontificado de Juan Pablo II en 1986, fue solo el fruto de las semillas del diálogo ecuménico e interreligioso plantadas en el Concilio, el presente pontificado ilustra los inevitables resultados del Concilio Vaticano II.

Un enfoque radical condenado al fracaso

La segunda observación se centra en el modus operandi. Dada la manera radical en que se exhorta a los sucesores de los apóstoles, tenemos que preguntar: ¿cuáles son los resultados que se esperan de tal acción? ¿Es esta una forma prudente de actuar? ¿Tiene posibilidades de éxito?

Hablemos un poco sobre los destinatarios. ¿Quiénes son? ¿Qué tipo de formación han recibido? ¿Qué teología les han enseñado? ¿Cómo fueron elegidos? Dada la forma en que los diversos episcopados en el mundo han recibido los textos incriminatorios, es muy probable, incluso seguro, que la gran mayoría de obispos no reaccionarán. Con algunas pocas excepciones, todos ellos parecen ser prisioneros de su propia formación corrupta y de una colegialidad paralizante si, por alguna casualidad, alguno quisiera ser diferente al resto.

¿Y si los obispos no responden? ¿Qué pasará entonces? ¿Qué se hará? Además de demostrar el fracaso de tal iniciativa que podría ridiculizar a los autores y su causa. Esta Carta Abierta es una pérdida de tiempo: una acción que produce poco efecto, el fruto de una indignación legítima pero que cae en el exceso, corriendo el riesgo de disminuir su buena influencia.

Además, el peligro de este enfoque podría radicar en inducir a sus autores a desviarse de la lucha en curso. Nos arriesgamos a ser cautivados por el mal presente, olvidándonos que tiene raíces, que es el resultado lógico de un proceso contaminado desde su origen. Al igual que un péndulo, hay quienes creen que pueden magnificar el pasado reciente para denunciar mejor el presente, incluido el hecho de recurrir al magisterio de los papas del Concilio, desde Pablo VI hasta Benedicto XVI, para oponerse a Francisco. Esta es la posición de muchos conservadores, que olvidan que el Papa Francisco solo está sacando a la luz las consecuencias de las enseñanzas del Concilio y sus predecesores. No podemos arrancar un árbol malo cortando solo la última rama…

El ejemplo de Monseñor Lefebvre

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“¿Qué hacer entonces?”, preguntan algunos. Sin hacer alarde de parroquialismo u orgullo malentendido, podemos decir que hay un ejemplo a seguir, el del Atanasio de los tiempos modernos: Monseñor Marcel Lefebvre. Él siempre habló firmemente contra la dirección tomada por los papas modernos. Pero en su lucha por la fe, evitó caer en los excesos y nunca afirmó querer resolver todos los problemas infligidos a la conciencia católica por la crisis de la Iglesia que ocurre desde hace más de medio siglo. Nunca perdió el respeto debido a la autoridad legítima, pero sabía cómo corregir con firmeza, sin permitirse juzgar como si él fuera superior, al mismo tiempo que dejaba en manos de la Iglesia del futuro la tarea de resolver una cuestión actualmente irresoluble.

Monseñor Lefebvre luchó en el frente doctrinal, primero durante el Concilio, y luego con sus múltiples escritos y conferencias para combatir a la hidra liberal y modernista.

Luchó en el frente de la Tradición, tanto litúrgica como disciplinaria, para preservar el antiguo y augusto Sacrificio de la Iglesia, asegurando la formación de sacerdotes elegidos para perpetuar esta acción esencial para la continuidad de la Iglesia.

Luchó en el frente romano, haciendo un llamamiento a las autoridades eclesiásticas respecto a los excesos cometidos por la barca de Pedro, sin cansarse ni endurecerse jamás, siempre a la luz de una maravillosa prudencia extraída de la oración y fortalecida por los ejemplos y las enseñanzas de 20 siglos de papado.

Los resultados han demostrado que esta era la manera correcta de actuar, como dijo San Pablo: “Predica la Palabra, insta a tiempo y a destiempo, reprende, censura, exhorta con toda longanimidad y doctrina” (II Tim. 4,2). Que la Santísima Virgen, nuestra Reina, terrible como un ejército en batalla, nos ayude a “trabajar hasta nuestro último aliento para la restauración de todas las cosas en Cristo, para la expansión de su Reino y para la preparación del glorioso triunfo del Corazón Doloroso e Inmaculado de María” (Consagración de la Fraternidad San Pío X).

Fuente FSSPX

Artículo original


RORATE CÆLI

http://rorate-caeli.blogspot.com/
Edición en español del prestigioso blog tradicionalista internacional RORATE CÆLI especializado en noticias y opinión católica. Por política editorial no se permiten comentarios en los artículos

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