VOX

Vamos a ver que tiene que ver el orden con lo hortera? puedes tener unos gustos pésimos para decorar y ser muy ordenado... y lo siguiente: es consciente el hortera de su vulgaridad y mal gusto? pues no! el hortera que tiene mucha pasta como Pabla e Ireno pues gastaran un infierno de euros en tinajas, botijos, caracolas, o expresionismo cutre , mezclan todo eso y de ahi sale el MUSEO VILLATINAJA... jajajajaja, un auténtico castigo para la vista y el minimalismo---
En fin, veo que has perdido el hilo porque te has metido en una conversación sin leerla desde el principio, así que te invito a que busques y leas de donde parte este tema para no desviarte de la conversación.
 
El ilustrísimo.


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Moderación y mesura
El juez prevaricador y su monotema, si da pena el pobrecillo...y no está nada resentido, qué va
 
Tu eres independiente Isabella, un encanto independiente. De "progre" nada. Ser de izquierdas es respetable, pero ser "progre" es lo peor.

Mira a ver si te identificas con la descripción de los progres que hace Gloria Alvarez, en su libro Cómo hablar con un progre:

"El progre, como todos hemos podido ver cuando nos tropezamos con ellos, es de clase media o alta, con ideas de izquierda, y cierta inquietud intelectual. Es un burgués que no reconoce serlo, que no renuncia a su vida cómoda, pese a que dichas comodidades materiales que tanto aprecia vienen de su principal enemigo: el capitalismo. Pero nadie dijo que el progre viva de forma coherente con sus ideas; de hecho, es uno de sus rasgos característicos allí donde lo encontramos.

(...)

Por supuesto, un buen progre que se precie nunca reconocería su incoherencia. Para ellos conducir un coche último modelo de gran cilindrada es compatible con hacer del ecologismo una causa, con defender las muy dudosas democracias rusas, venezolanas, ecuatorianas o iraníes, con defender derechos de las mujeres u homosexuales, con abogar por el laicismo mientras se defiende la religión islámica y al tiempo se ataca a judíos y a católicos. Por eso no les molesta la disonancia cognitiva que a los defensores del sentido común nos produce cuando nos enteramos de que Daniel Ortega es accionista de las principales industrias nicaragüenses, que Rafael Correa manda a censurar canciones en la radio, películas en la televisión o noticias en la prensa.

(...)

Mientras los progres o «radical chic» defienden la paz, el diálogo o el respeto a las minorías, son capaces de justificar (...) los ataques de Hamas a Israel, porque en este caso son autodefensa; o denominar al grupo terrorista ETA «movimiento de liberación», y a sus presos, «presos políticos» sin sonrojarse.

Y qué decir de los derechos humanos. Puede defenderse cualquier causa con base en la quiebra de un derecho humano (lo sea o no, ya que su confusión sobre la naturaleza de los derechos les impide diferenciarlos y califican cualquier necesidad material que consideren que ha de existir como derecho humano) pero al tiempo defender, apoyar y tomar como ejemplo a países que tienen en la violación de los mismos su seña de identidad internacional. Por eso para el progre es condenable que un Pinochet haya acabado con la vida de cerca de tres mil opositores, pero para nada es considerado un crimen a su juicio los miles que Ernesto, Che, Guevara fusiló confesando el placer que le daba hacerlo en sus cartas a su padre.

(…)

Se consideran en posesión de una superioridad ética y moral y nos perdonan por nuestros pecados, fruto sólo de nuestra ignorancia, pero no dudan en darnos motivos para alcanzar su fe, comunicarnos su catecismo y hacernos comulgar con sus ideas.

(…)

Un catecismo cuya primera lección es que tenemos que odiar al capitalismo y a Estados Unidos como máxima expresión del mismo.

(…)

Ignoran y desconocen por completo que de hecho Marx jamás dejó explicado cómo se daba la transición de la Fase I a la Fase II del comunismo. Y lo que hemos visto implementado en la URSS, en la China de Mao, en Vietnam, en Cuba, en Corea del Norte, en Venezuela, y en más de la mitad del territorio del mundo que ha implementado paso a paso la agenda comunista de Marx, es que al finalizar los pasos de la Fase I, en lugar de llegarse a la Fase II, el país primero llegó a niveles de genocidio nunca antes vistos, a niveles de escasez y miseria nunca antes experimentados y a un total subdesarrollo y violaciones de los derechos humanos.

Pero el progre sencillamente descarta todos esos experimentos atroces diciendo que sus resultados no tuvieron «nada que ver» con los verdaderos ideales colectivistas y que lo que hay que hacer es «intentarlo una vez más con el líder adecuado» para que ahora sí funcione.

Por eso, con la misma agenda fracasada pero con líderes nuevos, un Pablo Iglesias en España o un Manuel López Obrador en México aún se escuchan como esperanzas prometedoras.

(…)

El progre sufre más de infantilismo, y de ahí su acérrima defensa del Estado como padre protector al que hay que dar todos los poderes ya que es el mejor para encargarse de proteger nuestros intereses.

No olvidemos que estos progres son pobres niños de clase media alta que han crecido con todas las comodidades, a las que no renuncian. Desde el mismo Marx, que a partir de los treinta y un años pasó a ser un mantenido económicamente por su esposa y su fiel amigo Engels, pasando por el modus vivendi de Ernesto Guevara, por los colegios privados de Fidel Castro o los líderes guerrilleros marxistas en Centroamérica, ningún progre ha salido del pueblo llano. Todos los progres son hijos de la burguesía acaudalada. Pero están convencidos de su mejor derecho para decirles al resto cómo han de vivir, a quién han de ayudar, qué causas han de apoyar y qué han de pensar porque, gracias a que ellos están luchando, todos vamos a poder elegir entre la colectivización de la pobreza o la pobreza colectiva, entre el pensamiento único o la uniformidad del pensamiento, entre la asfixia del igualitarismo o el igualitarismo asfixiante.

(…)

Esta idea de que ellos saben mejor que tú lo que te conviene se traslada a todos los ámbitos y les hace considerarse en virtud de una moral superior que les lleva a considerar que todo lo que ellos no son, piensan o hacen es siempre un enemigo a destruir.

Su aversión y rechazo a las diferencias naturales entre individuos —de ahí su pasión por el igualitarismo, pese a que lo vistan de igualdad— y a la libertad en toda su extensión lleva a categorizar, criticar e intentar combatir todo lo que se aleje de su ortodoxia «buenista» sobre cómo ha de ser el mundo: esa utopía progresista de consenso (entiéndase, «siempre y cuando coincida con lo que yo pienso»), tolerancia (entiéndase, «siempre y cuando no piense lo contrario que yo») y diálogo (entiéndase, «sólo si eres progre»)".


Continuará....;)
Pero esto yo no lo llamo progre, sino gilipollas. Conozco a varios. De hecho trabajo con uno y hemos decidido no sacar el tema politico porque nos enzarzamos en unas discusiones muy fuertes y nos despistan de lo que realmente tenemos que hacer, que es trabajar.
Vive en una chachi-burbuja..es que no le soporto. Mucho bla-bla pero jamás mira por los que trabajan con nosotros que están "por debajo" (odio esto de "por debajo", porque creo que todos somos un equipo y cada función es vital para que todo salga adelante, pero para que se me entienda). Me pongo a contar sus gilipolleces y no paro,pero esto no va de esa persona en concreto y de los que son como él, sino de la demonización de la gente de izquierdas. No somos así la gran mayoria. Solo 4 imbéciles. Es como si digo que todos los que votan a la derecha son tal y pascual. Pues claro que los hay, pero hay muchos otros que no. Lo que viene llamándose la mayoria silenciosa es la que hace que un pais sea de una manera u otra, no los 4 exaltados de turno, que abren la boca y sube el pan.
 
Tu eres independiente Isabella, un encanto independiente. De "progre" nada. Ser de izquierdas es respetable, pero ser "progre" es lo peor.

Mira a ver si te identificas con la descripción de los progres que hace Gloria Alvarez, en su libro Cómo hablar con un progre:

"El progre, como todos hemos podido ver cuando nos tropezamos con ellos, es de clase media o alta, con ideas de izquierda, y cierta inquietud intelectual. Es un burgués que no reconoce serlo, que no renuncia a su vida cómoda, pese a que dichas comodidades materiales que tanto aprecia vienen de su principal enemigo: el capitalismo. Pero nadie dijo que el progre viva de forma coherente con sus ideas; de hecho, es uno de sus rasgos característicos allí donde lo encontramos.

(...)

Por supuesto, un buen progre que se precie nunca reconocería su incoherencia. Para ellos conducir un coche último modelo de gran cilindrada es compatible con hacer del ecologismo una causa, con defender las muy dudosas democracias rusas, venezolanas, ecuatorianas o iraníes, con defender derechos de las mujeres u homosexuales, con abogar por el laicismo mientras se defiende la religión islámica y al tiempo se ataca a judíos y a católicos. Por eso no les molesta la disonancia cognitiva que a los defensores del sentido común nos produce cuando nos enteramos de que Daniel Ortega es accionista de las principales industrias nicaragüenses, que Rafael Correa manda a censurar canciones en la radio, películas en la televisión o noticias en la prensa.

(...)

Mientras los progres o «radical chic» defienden la paz, el diálogo o el respeto a las minorías, son capaces de justificar (...) los ataques de Hamas a Israel, porque en este caso son autodefensa; o denominar al grupo terrorista ETA «movimiento de liberación», y a sus presos, «presos políticos» sin sonrojarse.

Y qué decir de los derechos humanos. Puede defenderse cualquier causa con base en la quiebra de un derecho humano (lo sea o no, ya que su confusión sobre la naturaleza de los derechos les impide diferenciarlos y califican cualquier necesidad material que consideren que ha de existir como derecho humano) pero al tiempo defender, apoyar y tomar como ejemplo a países que tienen en la violación de los mismos su seña de identidad internacional. Por eso para el progre es condenable que un Pinochet haya acabado con la vida de cerca de tres mil opositores, pero para nada es considerado un crimen a su juicio los miles que Ernesto, Che, Guevara fusiló confesando el placer que le daba hacerlo en sus cartas a su padre.

(…)

Se consideran en posesión de una superioridad ética y moral y nos perdonan por nuestros pecados, fruto sólo de nuestra ignorancia, pero no dudan en darnos motivos para alcanzar su fe, comunicarnos su catecismo y hacernos comulgar con sus ideas.

(…)

Un catecismo cuya primera lección es que tenemos que odiar al capitalismo y a Estados Unidos como máxima expresión del mismo.

(…)

Ignoran y desconocen por completo que de hecho Marx jamás dejó explicado cómo se daba la transición de la Fase I a la Fase II del comunismo. Y lo que hemos visto implementado en la URSS, en la China de Mao, en Vietnam, en Cuba, en Corea del Norte, en Venezuela, y en más de la mitad del territorio del mundo que ha implementado paso a paso la agenda comunista de Marx, es que al finalizar los pasos de la Fase I, en lugar de llegarse a la Fase II, el país primero llegó a niveles de genocidio nunca antes vistos, a niveles de escasez y miseria nunca antes experimentados y a un total subdesarrollo y violaciones de los derechos humanos.

Pero el progre sencillamente descarta todos esos experimentos atroces diciendo que sus resultados no tuvieron «nada que ver» con los verdaderos ideales colectivistas y que lo que hay que hacer es «intentarlo una vez más con el líder adecuado» para que ahora sí funcione.

Por eso, con la misma agenda fracasada pero con líderes nuevos, un Pablo Iglesias en España o un Manuel López Obrador en México aún se escuchan como esperanzas prometedoras.

(…)

El progre sufre más de infantilismo, y de ahí su acérrima defensa del Estado como padre protector al que hay que dar todos los poderes ya que es el mejor para encargarse de proteger nuestros intereses.

No olvidemos que estos progres son pobres niños de clase media alta que han crecido con todas las comodidades, a las que no renuncian. Desde el mismo Marx, que a partir de los treinta y un años pasó a ser un mantenido económicamente por su esposa y su fiel amigo Engels, pasando por el modus vivendi de Ernesto Guevara, por los colegios privados de Fidel Castro o los líderes guerrilleros marxistas en Centroamérica, ningún progre ha salido del pueblo llano. Todos los progres son hijos de la burguesía acaudalada. Pero están convencidos de su mejor derecho para decirles al resto cómo han de vivir, a quién han de ayudar, qué causas han de apoyar y qué han de pensar porque, gracias a que ellos están luchando, todos vamos a poder elegir entre la colectivización de la pobreza o la pobreza colectiva, entre el pensamiento único o la uniformidad del pensamiento, entre la asfixia del igualitarismo o el igualitarismo asfixiante.

(…)

Esta idea de que ellos saben mejor que tú lo que te conviene se traslada a todos los ámbitos y les hace considerarse en virtud de una moral superior que les lleva a considerar que todo lo que ellos no son, piensan o hacen es siempre un enemigo a destruir.

Su aversión y rechazo a las diferencias naturales entre individuos —de ahí su pasión por el igualitarismo, pese a que lo vistan de igualdad— y a la libertad en toda su extensión lleva a categorizar, criticar e intentar combatir todo lo que se aleje de su ortodoxia «buenista» sobre cómo ha de ser el mundo: esa utopía progresista de consenso (entiéndase, «siempre y cuando coincida con lo que yo pienso»), tolerancia (entiéndase, «siempre y cuando no piense lo contrario que yo») y diálogo (entiéndase, «sólo si eres progre»)".


Continuará....;)
Muy buen aporte @Candy
Conocí la existencia de este libro por una entrevista de radio a la autora.
Es muy ameno y te echas unas buenas risas porque de pronto te imaginas según lo vas leyendo tanto a los titiriteros de los Goyas como a tu vecino del cuarto.
 
Pues yo necesito que me expliquen cuáles son esas diferencias NATURALES entre individuos que es tan malo rechazar. Porque entiendo que hay diferencias biológicas como ser alto y bajo, hombre o mujer, caucásico o asiático. Eso es obvio. A qué diferencias os referís entonces?
 
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