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Los millennials prefieren viajar solos... y después de todo no es tan mala idea
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Se acerca el periodo vacacional de semana santa y pascua, así que lo más probable es que te hayan nacido las ganas de hacer una escapada (al menos a un destino cercano) para poder disfrutar de estos días de asueto, ¿no es así? Sin embargo como es costumbre, al organizar un plan con amigos pueden surgir ciertos inconvenientes como la incompatibilidad de tiempo y fechas de tus compañeros de viaje, por lo que quizá te haya asaltado la idea de emprender un viaje sólo, ¿y sabes qué? No es tan mala idea, ya que es así como la generación millennial decide viajar: sólos y a destinos por demás exóticos.

El simple hecho de ponerse de acuerdo con alguien más para vacacionar puede ser un verdadero dolor de cabeza, ya que quizá quieran explorar destinos completamente diferentes y no haya oportunidad de cubrirlos en un sólo viaje, por ello, los jóvenes de la generación del milenio deciden emprender aventuras en solitario, aumentando en un 800% el número de personas de entre 18 y 33 años que deciden viajar sin compañía.

A partir de éstos datos, las agencias de viajes se han dado cuenta de que no sólo bastaba con vender vuelos o hacer reservaciones para la generación que más sale a conocer el mundo; sino que también demandan viajes creados a la medida de sus intereses hacia destinos donde se puedan tener unos lazos muy estrechos con la comunidad y sus habitantes locales, donde los alojamientos tengan un estilo desenfadado e informal, dejando de lado las grandes cadenas de hotelería y donde la historia y la naturaleza sean un factor importante en los destinos turísticos que visitan.
Para los millennials viajar sólo no implica aventurarse sin compañía, sino de sumergirse en la aventura de viajar sin ser acompañados de alguien que ya conozcan de antemano, lo que ayuda a crear lazos sociales con personas con las que se comparten los mismos intereses; un factor importante para agencias de viajesespecializadas que ofrecen la inscripción a grupos de excursión y de aventuras de acuerdo a la edad y destinos elegidos por los viajeros.

Las ventajas de viajar sin compañía
Viajar sin conocer a tus compañeros de destino ofrece ciertas ventajas y libertades, sólo imagina que quieres descubrir todos los museos de la ciudad, pero los amigos con los que viajas prefieren visitar un pueblo cercano. Decisiones como ésta hacen que todo un itinerario y planes que tenías hechos se vengan abajo, por lo que viajar en solitario sin alguien que influya en las decisiones a los lugares a los que quieres ir, dónde comer y qué ver resulta ser una mejor experiencia para disfrutar del lugar al que viajas. Esa es una de las principales ventajas de viajar sólo: el decidir los destinos y los tiempos de tu viaje que no podrías acordar al viajar acompañado de tu familia o incluso de tu pareja.

Los destinos más buscados
En el caso de los lugares en donde la generación millennial busca nuevas aventuras están Myanmar (antigua Birmania), India y Vietnam en territorio asiático. Etiopía, Marruecos y Senegal, en África. Perú, Argentina y Guatemala en América para los amantes de la naturaleza y en Europa los diversos circuitos ofrecidos por países como Croacia, Eslovenia, Serbia y Bosnia son los preferidos para quienes deciden explorar la arquitectura.
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La ruta de la plata: la histórica vía que cruza España (desde Gijón hasta Sevilla)
Son 810 kilómetros de recorrido. Un camino ideal para explorar la Península de norte a sur o viceversa, pasando por Andalucía, Extremadura, Castilla y León, y Asturias

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Casas típicas de La Alberca, en la ruta de la plata (curtoicurto / Getty Images/iStockphoto)


El nombre de esta ruta tiene que ver con la Roma imperial de hace casi dos siglos. Fue entonces cuando decidieron construir una calzada que iba de norte a sur desde Mérida (Emerita Augusta) hasta Astorga (Asturica Augusta) y que continuó hacia el sur por la XXIII, Iter ab Ostio Fluminis Anae Emeritam Usque hasta Sevilla, y hasta Gijón por el norte a través de la vía carisa.

El objetivo era múltiple: transportar mercancías, movimiento de tropas militares y comerciantes y ejercer el pastoreo. Ojo, eso sí, esta ruta milenaria nada tiene que ver con la plata (me refiero al metal), sino más bien con la piedra, puesto que su nombre procede del árabe balat, “camino empedrado”.

Hoy aquella calzada romana se ha transformado en la autovía A-66, una magnífica oportunidad para hacer un recorrido, entre Gijón y Sevilla, por fastuosos paisajes, pueblecitos con encanto y, en el fondo, una travesía a lo largo de la rica historia y cultura de esas tierras tan diversas.

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Teatro romano en 'Emerita Augusta' (Mérida) (estivillml / Getty Images/iStockphoto)

Asturias – 76 kilómetros
La ruta de la plata la iniciamos en Gijón y, desde allí, rumbo al sur. Es evidente que hay que aprovechar que estamos en una de las ciudades más interesantes del Cantábrico. Aunque iniciamos el viaje allí, es imprescindible darse una vuelta por sus calles.

Un paseo desde la desembocadura del río Piles hasta la iglesia de San Pedro será la toma de contacto perfecta con su ambiente, para ascender más tarde al cerro de Santa Catalina y contemplar la escultura Elogio del Horizonte de Chillida o pasear por el barrio de Cimadevilla, antiguo y esencial barrio de pescadores.

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Escultura 'Elogio del Horizonte' de Chillida ubicado en el cerro de Santa Catalina (JLGutierrez / Getty Images)
Luego, dirección Mieres, antes de entrar en Castilla y León, vale la pena sumergirse en Morcín, una especie de pequeño territorio ubicado en el corazón de Asturias.

La naturaleza y el aire que allí se respira te da mucha vida. Es un paisaje rural trufado de montes, sendas y valles, por los que conviene entretenerse y dejarse llevar. Ideal para el senderismo o la mountain bike. Por cierto, cada año, a finales de enero, celebran el Festival del Quesu d’Afuega’l Pitu, donde se reúnen las mejores queserías de la región para degustar este delicioso manjar asturiano.


Pasada la frontera asturiana, penetramos en tierras leonesas. Aquí es impactante como el paisaje empieza a cambiar paulatinamente


Comer: lo dicho, en Asturias se come de fábula. De todo y bien. Aparte de la archiconocida fabada, la sardina o el pixin, es aconsejable hincarle el diente al cachopo: dos filetes de ternera rellenos de jamón y queso, empanados y fritos. Y claro, si es posible, hay que catar la sidra.

Dormir: si te quedas una noche en Gijón, está muy bien el hotel Miramar (Calle Santa Lucía). Es muy acogedor, ubicado entre dos playas y el precio rondas los 75€ la noche. Las valoraciones de los huéspedes son bastante buenas en general.


Castilla y León – 330 Kilómetros
Pasada la frontera asturiana, penetramos en tierras leonesas. Aquí es impactante como el paisaje empieza a cambiar paulatinamente. Las curvas se convierten en rectas, y el verde en dorado y amarillento. Hay que alcanzar Astorga, población donde originalmente partía la Vía de la Plata, y su famosa catedral diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí.

Los trigales y más trigales, campos de girasoles, alguna sombra boscosa, nos conducen a continuación por esta vía hacia Zamora, donde hay que parar sí o sí. Puede que sea una de las ciudades más subestimadas de España. A orillas del Duero, es una delicia visitar su majestuosa catedral románica con su característica cúpula.

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Catedral en Astorga diseñada por Antoni Gaudí (RPedrosa / Getty Images)

A unos 60 kilómetros al sur de Zamora, no te puedes perder uno de los pueblecitos más interesantes del camino: Granja de Moreruelas y su monasterio cisterciense del siglo XVII. Luego desembocamos en otra de las ciudades imprescindibles de Castilla, Salamanca. Este tramo es pura desolación, probablemente sea uno de los lugares más despoblados de la geografía española. Pero la ciudad de Salamanca conserva una enorme cultura e historia, con sus monumentos, universidades, la iglesia de la Clerecía, el convento de San Esteban y, por encima de todo, la plaza Mayor. No en vano ha sido declarada patrimonio de la humanidad.

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Plaza mayor de Salamanca (Gtres)

Y por supuesto, antes de adentrarse en Extremadura, si tenemos algo de tiempo, conviene explorar la localidad de Béjar y su privilegiado entorno, donde destacan pueblecitos como La Aberca, Candelario o Miranda del Castañar.

Comer: ya que estamos en Castilla y a mitad de camino de la ruta, hay que cargar energías con un plato contundente: nada mejor que un cocido maragato leonés con sus garbanzos de Pico Pardal, su morcilla y sus verduras.

Dormir: vale la pena darse un capricho, relajarse y catar buen vino en el Valbusenda Hotel Spa. Un 5 estrellas muy bien valorado en las afueras de la ciudad de Zamora, situado entre viñedos y encinas, en plena D.O de Toro. Eso sí, pica un poco: 200€ la noche más o menos.


Extremadura – 300 kilómetros

Justamente éste es uno de los puntos más bonitos de la ruta. Desde Béjar hasta Mérida el camino es precioso, vivo, estimulante. De entrada te encuentras con Plasencia, una ciudad ubicada en uno de los enclaves más bellos de la Península Ibérica, entre Monfragüe, el valle del Jerte (la llaman la Perla del Jerte), el Alagón y la Vera, cuenta con casas señoriales, palacios y palacetes que merecen una visita.


Es muy recomendable darse una vuelta por las poblaciones de Guadalupe y Trujillo, donde nació el conquistador Francisco Pizarro


Luego, ya fuera de Plasencia, está Galisteo y su impresionante muralla almohade de cantos rodados. Desde allí nos queda un camino diverso, algo árido, que transcurre por embalses, rectas inacabables, colinas, hasta llegar a Cáceres, Mérida y punto final en Zafra. No podemos olvidar que en esos escasos 70 kilómetros de carretera, la Unesco incluyo en su lista mundial de patrimonio de la humanidad al conjunto histórico de Cáceres en 1986 y a la ciudad romana de Mérida en 1993 (especial atención a su teatro del año 15 a.C).

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Casco antiguo de Cáceres (THEPALMER / Getty Images/iStockphoto)
En el misma área, aunque algo más apartadas, es muy recomendable darse una vuelta por las poblaciones de Guadalupe y Trujillo, donde por cierto nació el conquistador Francisco Pizarro y cuya casa todavía se conserva en forma de museo. Y para acabar con la región extremeña, Zafra, con sus patios, conventos, coloridas fachadas y suelos empedrados son una guinda perfecta para un gran pastel.

Comer: en tierras extremeñas manda el embutido y la carne. El jamoncito, el secreto Ibérico o un buen cordero asado por ejemplo. Pero si hay un plato que no hay que dejar de probar por nada de la vida son las migas extremeñas, elaborado con pan, panceta, ajo, pimentón de la Vera, pimiento choricero y un huevo frito.

Dormir: una buena idea es parar y explorar el centro histórico de Cáceres. Allí hay un hotel muy recomendable y no es otro que el precioso parador, construido sobre el antiguo Palacio de Torreorgaz y con unas críticas muy positivas de sus visitantes. El precio ronda los 100€ la noche.


Andalucía – 115 Kilómetros

Nos quedan poco más de 100 kilómetros hasta Sevilla. La recta final. Lo bueno de esta ruta es poder acabar en Sevilla. No puede haber un mejor final del viaje. De hecho, la prestigiosa revista americana Travel and Leisure publicó su ranking del 2018 de las mejores ciudades turísticas del mundo donde la capital andaluza se ha colocado como la mejor de España, la cuarta de Europa y la séptima del mundo.

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Calles de Sevilla con la Giralda al fondo (Poike / Getty Images/iStockphoto)

Si únicamente dispones de un día, te aconsejo hacer el siguiente recorrido a pie por la mañana: se empieza en la plaza del Triunfo, la imprescindible Giralda (se puede subir), el Real Alcázar y, para acabar, la iglesia del Salvador. Luego, puedes empezar la tarde paseando por las callejuelas del barrio de Santa Cruz y el parque de María Luisa y contemplar la puesta de sol en la plaza de España. Y sinceramente, un viaje a Sevilla no es lo mismo si no te das un garbeo por Triana, su barrio más carismático y donde manda el arte del flamenco.

Comer: por cierto, en el barrio de Triana es un lugar ideal para sentarse en una terracita y pedir un cucurucho de pescaíto frito, unas croquetas de cocido y una copa de vino. Y a vivir.

Dormir: en el mismo Triana, el hotel Monte Triana es una excelente sugerencia. A poca distancia del centro histórico, según los huéspedes que han pasado por él es silencioso, amplio y el desayuno muy apetecible. Está en los 70€ la noche.

Este artículo es fruto de la colaboración entre La Vanguardia.com y Travelzoo, portal especializado en ofertas de viajes. Puedes acceder a Travelzoo aquí.


La calzada romana se ha transformado en la autovía A-66, una magnífica oportunidad para hacer un recorrido, entre Gijón y Sevilla


https://www.lavanguardia.com/ocio/v...8695/ruta-de-la-plata-parar-comer-dormir.html
 
La ruta de la plata: la histórica vía que cruza España (desde Gijón hasta Sevilla)
Son 810 kilómetros de recorrido. Un camino ideal para explorar la Península de norte a sur o viceversa, pasando por Andalucía, Extremadura, Castilla y León, y Asturias

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Casas típicas de La Alberca, en la ruta de la plata (curtoicurto / Getty Images/iStockphoto)


El nombre de esta ruta tiene que ver con la Roma imperial de hace casi dos siglos. Fue entonces cuando decidieron construir una calzada que iba de norte a sur desde Mérida (Emerita Augusta) hasta Astorga (Asturica Augusta) y que continuó hacia el sur por la XXIII, Iter ab Ostio Fluminis Anae Emeritam Usque hasta Sevilla, y hasta Gijón por el norte a través de la vía carisa.

El objetivo era múltiple: transportar mercancías, movimiento de tropas militares y comerciantes y ejercer el pastoreo. Ojo, eso sí, esta ruta milenaria nada tiene que ver con la plata (me refiero al metal), sino más bien con la piedra, puesto que su nombre procede del árabe balat, “camino empedrado”.

Hoy aquella calzada romana se ha transformado en la autovía A-66, una magnífica oportunidad para hacer un recorrido, entre Gijón y Sevilla, por fastuosos paisajes, pueblecitos con encanto y, en el fondo, una travesía a lo largo de la rica historia y cultura de esas tierras tan diversas.

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Teatro romano en 'Emerita Augusta' (Mérida) (estivillml / Getty Images/iStockphoto)

Asturias – 76 kilómetros
La ruta de la plata la iniciamos en Gijón y, desde allí, rumbo al sur. Es evidente que hay que aprovechar que estamos en una de las ciudades más interesantes del Cantábrico. Aunque iniciamos el viaje allí, es imprescindible darse una vuelta por sus calles.

Un paseo desde la desembocadura del río Piles hasta la iglesia de San Pedro será la toma de contacto perfecta con su ambiente, para ascender más tarde al cerro de Santa Catalina y contemplar la escultura Elogio del Horizonte de Chillida o pasear por el barrio de Cimadevilla, antiguo y esencial barrio de pescadores.

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Escultura 'Elogio del Horizonte' de Chillida ubicado en el cerro de Santa Catalina (JLGutierrez / Getty Images)
Luego, dirección Mieres, antes de entrar en Castilla y León, vale la pena sumergirse en Morcín, una especie de pequeño territorio ubicado en el corazón de Asturias.

La naturaleza y el aire que allí se respira te da mucha vida. Es un paisaje rural trufado de montes, sendas y valles, por los que conviene entretenerse y dejarse llevar. Ideal para el senderismo o la mountain bike. Por cierto, cada año, a finales de enero, celebran el Festival del Quesu d’Afuega’l Pitu, donde se reúnen las mejores queserías de la región para degustar este delicioso manjar asturiano.


Pasada la frontera asturiana, penetramos en tierras leonesas. Aquí es impactante como el paisaje empieza a cambiar paulatinamente


Comer: lo dicho, en Asturias se come de fábula. De todo y bien. Aparte de la archiconocida fabada, la sardina o el pixin, es aconsejable hincarle el diente al cachopo: dos filetes de ternera rellenos de jamón y queso, empanados y fritos. Y claro, si es posible, hay que catar la sidra.

Dormir: si te quedas una noche en Gijón, está muy bien el hotel Miramar (Calle Santa Lucía). Es muy acogedor, ubicado entre dos playas y el precio rondas los 75€ la noche. Las valoraciones de los huéspedes son bastante buenas en general.


Castilla y León – 330 Kilómetros
Pasada la frontera asturiana, penetramos en tierras leonesas. Aquí es impactante como el paisaje empieza a cambiar paulatinamente. Las curvas se convierten en rectas, y el verde en dorado y amarillento. Hay que alcanzar Astorga, población donde originalmente partía la Vía de la Plata, y su famosa catedral diseñada por el arquitecto Antoni Gaudí.

Los trigales y más trigales, campos de girasoles, alguna sombra boscosa, nos conducen a continuación por esta vía hacia Zamora, donde hay que parar sí o sí. Puede que sea una de las ciudades más subestimadas de España. A orillas del Duero, es una delicia visitar su majestuosa catedral románica con su característica cúpula.

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Catedral en Astorga diseñada por Antoni Gaudí (RPedrosa / Getty Images)

A unos 60 kilómetros al sur de Zamora, no te puedes perder uno de los pueblecitos más interesantes del camino: Granja de Moreruelas y su monasterio cisterciense del siglo XVII. Luego desembocamos en otra de las ciudades imprescindibles de Castilla, Salamanca. Este tramo es pura desolación, probablemente sea uno de los lugares más despoblados de la geografía española. Pero la ciudad de Salamanca conserva una enorme cultura e historia, con sus monumentos, universidades, la iglesia de la Clerecía, el convento de San Esteban y, por encima de todo, la plaza Mayor. No en vano ha sido declarada patrimonio de la humanidad.

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Plaza mayor de Salamanca (Gtres)

Y por supuesto, antes de adentrarse en Extremadura, si tenemos algo de tiempo, conviene explorar la localidad de Béjar y su privilegiado entorno, donde destacan pueblecitos como La Aberca, Candelario o Miranda del Castañar.

Comer: ya que estamos en Castilla y a mitad de camino de la ruta, hay que cargar energías con un plato contundente: nada mejor que un cocido maragato leonés con sus garbanzos de Pico Pardal, su morcilla y sus verduras.

Dormir: vale la pena darse un capricho, relajarse y catar buen vino en el Valbusenda Hotel Spa. Un 5 estrellas muy bien valorado en las afueras de la ciudad de Zamora, situado entre viñedos y encinas, en plena D.O de Toro. Eso sí, pica un poco: 200€ la noche más o menos.


Extremadura – 300 kilómetros

Justamente éste es uno de los puntos más bonitos de la ruta. Desde Béjar hasta Mérida el camino es precioso, vivo, estimulante. De entrada te encuentras con Plasencia, una ciudad ubicada en uno de los enclaves más bellos de la Península Ibérica, entre Monfragüe, el valle del Jerte (la llaman la Perla del Jerte), el Alagón y la Vera, cuenta con casas señoriales, palacios y palacetes que merecen una visita.


Es muy recomendable darse una vuelta por las poblaciones de Guadalupe y Trujillo, donde nació el conquistador Francisco Pizarro


Luego, ya fuera de Plasencia, está Galisteo y su impresionante muralla almohade de cantos rodados. Desde allí nos queda un camino diverso, algo árido, que transcurre por embalses, rectas inacabables, colinas, hasta llegar a Cáceres, Mérida y punto final en Zafra. No podemos olvidar que en esos escasos 70 kilómetros de carretera, la Unesco incluyo en su lista mundial de patrimonio de la humanidad al conjunto histórico de Cáceres en 1986 y a la ciudad romana de Mérida en 1993 (especial atención a su teatro del año 15 a.C).

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Casco antiguo de Cáceres (THEPALMER / Getty Images/iStockphoto)
En el misma área, aunque algo más apartadas, es muy recomendable darse una vuelta por las poblaciones de Guadalupe y Trujillo, donde por cierto nació el conquistador Francisco Pizarro y cuya casa todavía se conserva en forma de museo. Y para acabar con la región extremeña, Zafra, con sus patios, conventos, coloridas fachadas y suelos empedrados son una guinda perfecta para un gran pastel.

Comer: en tierras extremeñas manda el embutido y la carne. El jamoncito, el secreto Ibérico o un buen cordero asado por ejemplo. Pero si hay un plato que no hay que dejar de probar por nada de la vida son las migas extremeñas, elaborado con pan, panceta, ajo, pimentón de la Vera, pimiento choricero y un huevo frito.

Dormir: una buena idea es parar y explorar el centro histórico de Cáceres. Allí hay un hotel muy recomendable y no es otro que el precioso parador, construido sobre el antiguo Palacio de Torreorgaz y con unas críticas muy positivas de sus visitantes. El precio ronda los 100€ la noche.


Andalucía – 115 Kilómetros

Nos quedan poco más de 100 kilómetros hasta Sevilla. La recta final. Lo bueno de esta ruta es poder acabar en Sevilla. No puede haber un mejor final del viaje. De hecho, la prestigiosa revista americana Travel and Leisure publicó su ranking del 2018 de las mejores ciudades turísticas del mundo donde la capital andaluza se ha colocado como la mejor de España, la cuarta de Europa y la séptima del mundo.

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Calles de Sevilla con la Giralda al fondo (Poike / Getty Images/iStockphoto)

Si únicamente dispones de un día, te aconsejo hacer el siguiente recorrido a pie por la mañana: se empieza en la plaza del Triunfo, la imprescindible Giralda (se puede subir), el Real Alcázar y, para acabar, la iglesia del Salvador. Luego, puedes empezar la tarde paseando por las callejuelas del barrio de Santa Cruz y el parque de María Luisa y contemplar la puesta de sol en la plaza de España. Y sinceramente, un viaje a Sevilla no es lo mismo si no te das un garbeo por Triana, su barrio más carismático y donde manda el arte del flamenco.

Comer: por cierto, en el barrio de Triana es un lugar ideal para sentarse en una terracita y pedir un cucurucho de pescaíto frito, unas croquetas de cocido y una copa de vino. Y a vivir.

Dormir: en el mismo Triana, el hotel Monte Triana es una excelente sugerencia. A poca distancia del centro histórico, según los huéspedes que han pasado por él es silencioso, amplio y el desayuno muy apetecible. Está en los 70€ la noche.

Este artículo es fruto de la colaboración entre La Vanguardia.com y Travelzoo, portal especializado en ofertas de viajes. Puedes acceder a Travelzoo aquí.


La calzada romana se ha transformado en la autovía A-66, una magnífica oportunidad para hacer un recorrido, entre Gijón y Sevilla


https://www.lavanguardia.com/ocio/v...8695/ruta-de-la-plata-parar-comer-dormir.html
Muchas gracias por traer a este inmenso escaparate este pasaje de LA RUTA DE LA PLATA, Compañera @Coti7495 , es una Historia que llega al Alma de cualquier Españól.- Un abrazo y muchas gracias.-
 
La perla del Volga: hay Kremlin más allá de Moscú

La quinta ciudad de Rusia fue en algunas ocasiones de la historia tanto o más simbólica que Moscú o San Petersburgo.
Plantada sobre las colinas que dominan la confluencia del Volga con su afluente Oká, desde ella se pueden contemplar paisajes inolvidables

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Nizhni Nóvgorod en Rusia (Ershov_Maks / Getty Images/iStockphoto)


Aunque hace ya más de un cuarto de siglo que el comunismo quedó atrás, Rusia sigue siendo en muchos aspectos un país en transición. Los deseos de progreso la impulsan a modernizarse y copiar los modelos de los países más desarrollados. Pero la nostalgia, el patriotismo o el simple amor a las raíces propias frena esos impulsos. Eso hace del país más grande del mundo una mezcla iconoclasta y sorprendente de la utopía fracasada y de la realidad que no termina de triunfar.

Lo mejor para apreciar este collage es alejarse de Moscú, viajar por este inmenso país y elegir ciudades más manejables, pero con un poso histórico y un peso actual suficientes para no sucumbir a la nostalgia de la capital rusa.

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Vista de la ciudad Nizhni Nóvgorod en Rúsia (LeniKovaleva / Getty Images/iStockphoto)
Nizhni Nóvgorod es la quinta población de Rusia por población (1,2 millones). Pero en muchos momentos de la historia ha destacado como la que más.

Durante gran parte del siglo XIX y principios del XX la perla del Volga se convertía cada verano en la capital de Rusia, cuando se celebraba la Feria Comercial de Nizhni Nóvgorod, que atraía a comerciantes no sólo de Rusia, sino de buena parte de Europa y de Asia. Algunos años se llegó a vender aquí casi la mitad de los productos rusos destinados a la exportación.


La Feria Comercial convertía cada verano a Nizhni Nóvgorod en la capital de Rusia, al atraer a comerciantes de todo el país, de Europa y de Asia


Por esa importancia económica, el poeta Alexánder Pushkin y otros progresistas de su época afirmaban en 1836 que el primer ferrocarril de Rusia debía unir Moscú y la ciudad de Nizhni Nóvgorod. Pero el zar Nicolás I no les escuchó, y un año después se inauguró el tren de Tsarskoye Seló entre San Petersburgo y Pavlovsk, paso previo para empezar a construir la línea Moscú-San Petersbugo.

Dando la razón a los contemporáneos de Pushkin, en el siglo XXI la mejor forma de llegar hasta aquí es el ferrocarril. La línea Moscú-Nizhni Nóvgorod es la segunda más importante de Rusia, dotada de trenes de alta velocidad y que desde 2015 utiliza un convoy construido por Renfe. El tren de la compañía española, que recibe el nombre comercial “Strizh” (vencejo) alcanza en algunos puntos los 200 kilómetros por hora y permite hacer el viaje en menos de cuatro horas.

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Palacio de la Feria de Nizhni Nóvgorod, Rusia (Belikart / Getty Images/iStockphoto)
El ferrocarril forma parte de ese desarrollo al que Rusia intenta engancharse y es ideal para volver al siglo XIX y visitar el principal palacio de la Feria de Nizhni Nóvgorod, obra del ingeniero y arquitecto español Agustín de Betancourt. Originario de Puerto de la Cruz (Tenerife), Betancourt dirigió los trabajos de construcción del hermoso edificio estilo imperio a orillas del río Oká, que se prolongaron de 1817 a 1824.

Antes de la Feria, es sin duda obligatorio trasladarse más atrás en la historia. En concreto hasta los orígenes de esta ciudad y visitar su Kremlin, una fortaleza de ladrillo rojo que muy bien nos puede hacer olvidar cualquier paseo anterior por Moscú.

Según las crónicas rusas, en el origen de Nizhni Nóvgorod y de su Kremlin está la fortaleza defensiva que ordenó construir en la confluencia del río Volga y su afluente Oká el gran príncipe Yuri II Vsévolodovich, gobernador del Rus de Vladímir-Súzdal. La primera fortaleza era de madera y se construyó en los más alto de las montañas de Diátlov. Así comenzaba a nacer una gran ciudad.


En sus orígenes, el Kremlin era de madera y sirvió como puesto militar de defensa contra enemigos como los tártaros del Kanato de Kazán


El Kremlin, que se fortaleció con piedras y ladrillos con el tiempo, se convirtió en el siglo XV en puesto defensivo militar para defender Moscú contra las hordas tártaras del cercano Kanato de Kazán, y sólo en el siglo XVI adoptó su forma actual.

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Murallas del Kremlin, Nizhni Nóvgorod, Rusia (Preto_perola / Getty Images/iStockphoto)
Hay varias formas de entrar en el Kremlin para disfrutar de un histórico y agradable paseo por el perímetro de la muralla y sus pequeños museos. La primera, desde la calle peatonal Bolshaya Pokróvskaya, el centro neurálgico de la vida cultural y de esparcimiento de la ciudad, con bares, restaurantes, tiendas de suvenires, cines, un teatro y edificios sacados de cuentos, como la sede del Banco Estatal. Si se elige esta forma, hay que entrar por la imponente puerta principal, la torre Dimitriévskaya, una de las 13 que forman la fortaleza.

La segunda podría ser probar nuestra forma física y subir la colina desde la estación fluvial para entrar por una puerta entre las torres Ivánovskaya y Sévernaya.

Más agradable le parece a quien esto escribe disfrutar de la orilla del río Volga y recorrer el malecón hasta el monumento a la lancha “Guerói” (héroe, en ruso), que formaba parte de la flotilla militar del Volga y tomó parte en la batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial.

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Escaleras Chkalov, Nizhni Nóvgorod, Rusia (Sandrexim / Getty Images)
Desde ahí podemos subir por las impresionantes escaleras Chkálov, que con sus 560 escalones dibujan sobre la colina un gigantesco “8”. Durante la ascensión vendrá bien hacer una parada en el primer mirador o esperar hasta el final, desde donde contemplar unas vistas espectaculares de la ribera rusa. Salvo que Serguéi Eisenstein las inmortalizase en su clásico film El acorazado Potemkin, poco tienen que envidiar a las míticas escaleras de Odessa.


Salvo que Serguéi Eisenstein las inmortalizase en su clásico film ‘El acorazado Potemkin’, poco tienen que envidiar las escaleras Chkálov a las míticas escaleras de Odessa


Tras la ascensión, no se olvide de saludar al piloto Valeri Chkálov, cuya estatua encontrará en lo más alto de la escalera, antes de torcer a la derecha y dirigirse a la puerta Dimitriévskaya para entrar en el Kremlin.

Además de las inolvidables murallas, Nizhni Nóvgorod nos muestra otros monumentos históricos. Entre los religiosos, merecen una visita el monasterio de la Ascensión Pecherski (De las Cuevas), que fundó en el siglo XIV San Dionisio y está a tres kilómetros de la ciudad; las cúpulas de colores de la iglesia de la Natividad o Stróganov, que se construyó a principios del siglo XVIII con las aportaciones del destacado comerciante Grigori Stróganov; la catedral del Arcángel Miguel, del siglo XVII, la única iglesia del interior del Kremlin que aún se mantiene en pie; la catedral de Alexánder Nevski o la catedral de la Transfiguración, que planeó junto a la Feria Agustín de Betancourt.

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La catedral del Arcángel Miguel, Nizhni Nóvgorod, Rusia (saiko3p / Getty Images/iStockphoto)
Las esencias soviéticas no hay que buscarlas en Nizhni Nóvgorod. De hecho, nos vamos chocando con ellas. Herencia de ese pasado es el culto de la ciudad por sus héroes. Al ya mencionado Chkálov, que participó en el primer vuelo directo entre Rusia y América atravesando el polo Norte (Moscú-Vancouver), hay que añadir sin duda al también piloto Piotr Nésterov o el nombre de Maxim Gorki, pseudónimo de Alexéi Maxímovich Peshkov.

El escritor favorito de Stalin nació en la ciudad a la que dio su nombre entre 1932 y 1990. De él encontramos aquí estatuas, monumentos y un museo en la casa en que vivió. Desde 1965 dentro del Kremlin arde el fuego eterno en honor a los caídos en la Segunda Guerra Mundial.

Pero no hay héroes más importantes en este curso medio del Volga que dos personajes del siglo XVII. Se trata del comerciante Kuzmá Minin y del príncipe Dimitri Pozharski, creadores de las milicias populares que en 1612 expulsaron de Moscú a los ocupantes polaco-lituanos. Su memoria sigue siendo hoy recordada por toda la ciudad con plazas, monumentos y estatuas.

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Monumento a Minin y Pozharsky en Nizhni Nóvgorod, Rusia (Belikart / Getty Images)
Que su importancia patriótica trasciende esta región es más que patente: durante las guerras napoleónicas se levantó una escultura en su honor en el jardín de la catedral de San Basilio de la plaza Roja de Moscú, y desde 2005, cada 4 de noviembre (día de la Unidad Popular), toda Rusia conmemora el levantamiento que lideraron.


Cómo ir
Nizhni Nóvgorod tiene aeropuerto. Pero es más romántico y relajado tomar el “Strizh” (vencejo), tren construido por Renfe que, desde 2015, hace la ruta Moscú (Estación de Kúrskaya) - Nizhni Nóvgorod en menos de cuatro horas.


Dónde dormir
El hotel Azimut es un cuatro estrellas ideal para disfrutar de unas vistas fantásticas, ya que domina todo el paisaje en el que se funden los ríos Volga y Oká.

No está en las recomendaciones de las guías, porque necesita más de una capa de pintura, pero el hotel Oktyábrskaya es una buena opción para sentir el aroma de Unión Soviética que a duras penas va perdiendo Rusia. Además, está excelentemente ubicado, junto a la estatua de Chkálov y las escaleras del mismo nombre. Andando se puede llegar al Kremlin y a la calle Bolshaya Pokróvskaya.


Dónde comer
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Comida georgiana: khachapuri, khinkali, pkhali, dolma, satsivi (?????? ???????? / Getty Images/iStockphoto)
La calle Bolshaya Pokróvskaya es la opción más socorrida para buscar las aburridas experiencias pseudoculinarias de siempre que ofrecen las cadenas internacionales, pero también para sentir un gusto más internacional. Jachapuria es un georgiano más que decente. Barone o Vitálich ofrecen una cocina mixta, occidental y rusa, aunque no pequen de querer ser auténticos.

En esta zona merece más la pena pasarse por el Noot. Kafé Falafélnay , una mezcla de ruso y oriental.

Más auténtico será bajar al malecón y buscar en la calle Rozhdestvénskaya la cocina de calidad. No hay que irse de Nizhni Nóvgorod sin cenar en los restaurante Pyatkin y Bezújov , o sin tomar unas cervezas en la Górkovskaya Pivovarnya.

https://www.lavanguardia.com/ocio/v...ovgorod-perla-volga-mas-alla-moscu-rusia.html
 
Cuba atrae turistas especiales: millonarios, príncipes y personalidades

Hoteles de lujo de 5.000 dólares la noche y marcas famosas con sus productos, abren un un nuevo camino para hacer ingresar divisas en la isla.
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Hoteles de lujo de 5.000 dólares la noche y marcas famosas con sus productos, abren un un nuevo camino para hacer ingresar divisas en la isla (AFP).


Una cámara que vale más de 25.000 dólares es exhibida en la vitrina de una tienda en La Habana. Esto es 850 veces más que el salario promedio en Cuba, una isla que recibe con los brazos abiertos al turismo de lujo.

"Elija: ¿se compra una cámara de fotos o un departamento?", se burló el músico cubano Ariel Díaz al publicar una imagen del objeto en cuestión en Facebook con la etiqueta de precio, lo que desató airadas reacciones en las redes sociales.

La tienda está en un centro comercial a los pies del primer hotel cinco estrellas de la capital, el Gran Manzana del grupo suizo Kempinski, que abrió sus puertas en junio de 2017 en un suntuoso edificio histórico que fue, a principios del siglo XX, el primer centro comercial de la ciudad.

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Las tarifas en el hotel van desde los 370 dólares por una habitación individual en temporada baja hasta 5.000 dólares por la suite presidencial (AFP).



Versace, Lacoste, Armani, Montblanc: las marcas de la galería parecen desentonar con un país bajo un gobierno comunista desde 1959 y donde los cubanos ganan solo 30 dólares por mes en promedio.

El Gran Manzana "es el primer hotel verdaderamente lujoso en La Habana", dice su director gerente, Xavier Destribats.

"Este es el primer hotel donde hay un spa de 1.000 metros cuadrados, todas las habitaciones tienen un mínimo de 40 metros cuadrados", explica. Las tarifas van desde los 370 dólares por una habitación individual en temporada baja hasta 5.000 dólares por la suite presidencial.

"Había una clientela que no viajaba a La Habana o a Cuba porque no tenía el estándar de un hotel de lujo de cinco estrellas, como en ciudades como París o Londres", agrega Destribats, parado al borde de la piscina del hotel.

La gran terraza del "Manzana" ofrece una vista 360 grados de la colorida e histórica Habana Vieja, donde muchos cubanos viven en edificios en ruinas, desmoronados e invadidos por la vegetación.

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Suki Lu, una presentadora de la televisión china de 28 años, acaba de llegar a La Habana y ya está maravillada: "¡Es hermoso, mira la puesta de sol! Realmente adictivo" (AFP).

"No me siento como si estuviera en Cuba. Me siento más como si estuviera en los Estados Unidos, Miami o Puerto Rico", dice Celia Liégeois, de 26, quien llegó desde París.

Después de pasar tres semanas en la isla, ella y una amiga disfrutan sus últimos días en la piscina de Kempinski, ataviada con un traje de baño y un pareo en los colores de la bandera cubana.

No muy lejos, Suki Lu, una presentadora de la televisión china de 28 años, acaba de llegar a La Habana y ya está maravillada: "¡Es hermoso, mira la puesta de sol! Realmente adictivo", comenta.

"Vivo en Dubái, así que cuando hablamos de hoteles de lujo el nivel es muy alto, pero creo que disfrutaré de este hotel", dice, mientras su amiga toma al lado una vista aérea de la terraza con un drone.

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El hotel parece desentonar en un país donde los cubanos ganan solo 30 dólares por mes en promedio (AFP).

El hotel atrae a "una clientela de aviones privados, príncipes, personalidades", dice Xavier Destribats. Los turistas estadounidenses son los más numerosos (20% del total), los otros proceden de Europa, Medio Oriente y Asia.

Kempinski, que planea lanzar "otros dos o tres" hoteles en Cuba, no es el único en interesarse por la isla: el Iberostar español abrió en septiembre pasado un Grand Packard cinco estrellas.

En tanto, el gigante francés Accor planea inaugurar el suyo en septiembre, en un lugar excepcional: el emblemático Malecón, con vista al mar. Este hotel Sofitel ofrecerá chocolatería en la planta baja, restaurante y espacio para conciertos en el techo.

Los uniformes de los empleados serán confeccionados por la diseñadora española Agatha Ruiz de la Prada. Finalmente, el grupo francés Lucien Barrière busca instalarse frente al Capitolio, según una fuente del sector.

En cualquier caso, el propietario del hotel es obligatoriamente Gaviota, rama del ejército cubano dedicada al turismo.

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El hotel atrae a "una clientela de aviones privados, príncipes, personalidades" (AFP).

Los extranjeros solo son responsables de la gestión de estos establecimientos construidos por el grupo francés Bouygues, bien establecido a nivel local.

Las autoridades no publican cifras sobre los ingresos devueltos al ejército, aunque esta alianza con las Fuerzas Armadas ha logrado que Washington coloque estos hoteles de lujo en la "lista negra" que prohíbe a los turistas estadounidenses quedarse allí, por políticas del embargo.

La restricción desalienta a muchos turistas estadounidenses, pero no evita que otros la evadan, pagando en efectivo o reservando a través de una agencia de viajes.

Para completar la oferta, "hay un plan de construcción de campos de golf asociados a inmobiliarias", dijo José Luis Perello, doctor en economía y especialista en la industria.

Según este experto, la apertura al lujo representa un gran giro para la isla: "Cuba, desde que comenzó hace mas de 20 años con el turismo internacional, enfocó todos sus planes y estrategias al turismo de sol y playa".

Actualmente, "de las 70.000 habitaciones totales que tiene Cuba, el 73%" está en ese segmento.

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El hotel atrae a "una clientela de aviones privados, príncipes, personalidades" (AFP).

Pero esos turistas gastan poco, así como los pasajeros de cruceros, cuyo número ha aumentado en los últimos años. Según una fuente de la industria, gastan un promedio de 15 dólares por día y no se quedan en un hotel.

Pero la isla, que recibió 4,7 millones de turistas en 2018, está en busca de divisas, mientras sufre las consecuencias del embargo estadounidense, vigente desde 1962, y la crisis en Venezuela, su aliado y proveedor de petróleo.

El crecimiento del PIB se estanca en torno al 1%, insuficiente para satisfacer las necesidades de la población, sujeta a escasez de alimentos.

La apertura de hoteles de lujo es "una nueva etapa", subrayó recientemente el ministro de Turismo, Manuel Marrero Cruz, y también es "una necesidad".

Agencia AFP.

GML

https://www.clarin.com/mundo/cuba-a...ios-principes-personalidades_0_KFaa-4fpP.html


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Fiesta centroeuropea entre las sierras de Olavarria

La novena edición de Krappelfest se llevará a cabo en Colonia Hinojo el sábado 9 y el domingo 10 de marzo. Habrá degustaciones, desfiles, artesanos, conjuntos de danzas típicas alemanas, músicos en vivo y baile popular.

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Kreppelfest en Colonia Hinojo

La gran fiesta de los inmigrantes alemanes del Volga asentados en la zona de Olavarría desde fines del siglo XIX tendrá lugar el sábado 9 y el domingo 10 de marzo en la avenida De los Fundadores de Colonia Hinojo, a 15 kilómetros de la cabecera del partido. Durante la novena edición de Kreppelfest, el público podrá disfrutar de distintas opciones de gastronomía centroeuropea, desfiles, creaciones de artesanos locales, conjuntos de danzas y de música alemana y puestos de comida.

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Kreppelfest en Colonia Hinojo (foto de Paula González).



En cuanto a los sabores típicos no faltarán el kreppel -la tradicional torta frita de origen germano introducida en el continente americano por españoles y árabes, que la rebautizaron “sopaipilla”-, strudel, salchicha alemana con chucrut, budines, kuchen ni cervezas artesanales.

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Colonia Hinojo, a 15 km de Olavarría.

El comienzo de la fiesta está anunciado para el sábado 9 a las 18, antes de la presentación de los artistas locales Simón Raper, Juan Carlos Banegas y Astral, que animarán a los vecinos y los turistas hasta que llegue el momento más esperado: un gran baile popular.

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Una de las variedades de kreppel.

El domingo a partir de las 11 habrá una misa, apertura de puestos de comida anunciada con el toque de campanas “Angelus”, elaboración a la vista del público de una de las variedades de kreppel, visita guiada al colegio Santa Teresa, reparto de kreppels a los espectadores, bienvenida en alemán a cargo de niños del pueblo, recitales del conjunto folclórico Herederos y del grupo Astral con baile.

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Colonia Hinojo, a 15 km de Olavarría.

También saldrán a escena parejas de tango y los elencos del Taller Municipal de Danzas Alemanas Wir Bringen Freude, de las agrupaciones Vesna (de Azul) y Raíces Alemanas Baila (de Tandil) y el grupo infanto-juvenil Abracadabra. El tradicional ritual de la cerveza spicher será encabezado por la delegación de ZweiColoni, de Coronel Suárez. El cierre de la fiesta será el domingo a las 20, con un recital de Amar Azul.

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Colonia Hinojo, a 15 km de Olavarría.

También conocido como Kaminka, Colonia Santa María de Hinojo es el primer asentamiento de alemanes emigrados de Rusia que echaron raíces en la Argentina. El poblado fue fundado en 1878 y se transformó en la colonia agrícola más grande del partido de Olavarría. La epopeya de esos pioneros revive entre los objetos y la documentación exhibidos en el Museo Municipal Ariel Chierico, aunque para conocer el pasado local también se puede recurrir a Norma Schwindt, integrante de un conjunto de danzas típicas, miembro de la Sociedad Germana de Fomento y de la Comisión Parroquial. La mujer de memoria prodigiosa es, además, tartaranieta de Jacobo Schwindt, parte del contingente de nueve familias y tres solteros llegados desde la aldea Kamenka, a orillas del río Volga, en Rusia.

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Colonia Hinojo, a 15 km de Olavarría.

A Norma y su amiga Teresa Beratz se las suele encontrar en la iglesia de la Santísima Trinidad (construida en 1886), donde resaltan los brillos y colores de ocho vitrales con inscripciones en alemán gótico, donados por familias del pueblo.

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Kreppelfest en Colonia Hinojo (foto de Paula González).

Otro referente ineludible de Colonia Hinojo es la chef Graciela Heim, famosa por sus especialidades alemanas - como kreppel, salchicha con chucrut, budines y pan alemán-, que prepara y vende en su casa, Lo de Graciela.

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Iglesia de la Santísima Trinidad, en Colonia Hinojo, a 15 km de Olavarría.


Miniguía

Cómo llegar. Desde Buenos Aires hasta Colonia Hinojo son 338 kilómetros por Riccheri, Autopista a Cañuelas, ruta 3 hasta Azul y ruta 226.

Bus semicama Cóndor Estrella, Plusmar o Pullman General Belgrano desde Retiro hasta Olavarría (5 hs. 30’ a 6 hs.), $ 830 ida; coche cama ejecutivo, $ 940.

Tren de Constitución a Olavarría (lunes, miércoles y viernes a las 19.52; tarda siete horas y regresa los mismos días a las 3.14), $ 405 Primera, $ 485 Pullman y $ 1.415 el camarote para dos pasajeros.

Remís Mega para cuatro personas desde la Terminal de micros o la estación de tren de Olavarría hasta Colonia Hinojo, $ 315 (02284- 445-600).

Colectivo Ola Bus (línea 514) desde la Terminal de Olavarría hasta Colonia Hinojo, $ 27,58.

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Plaza Sarmiento, en Colonia Hinojo, a 15 km de Olavarría.

Dónde alojarse. En Olavarría (a 15 km de Colonia Hinojo), hotel Centenario: habitación doble con desayuno, TV cable, wi-fi y cochera, $ 1.680; habitación triple, $ 2.010; cuádruple, $ 2.250 (www.centenariohotelolavarria.com).

Gran Hotel Olavarría: habitación doble con desayuno, cochera, TV cable y wi-fi, $ 1.300; triple, $ 1.750; cuádruple, $ 2.600 (www.granhotelolavarria.blogspot.com).

Apart hotel Demetrio: suite para dos personas con desayuno, TV cable, cochera cubierta, TV cable, wi-fi, caja de seguridad y cocina con heladera, freezer, microondas y vajilla, $ 3.120; suite para 3, $ 3.845; departamento para 2, $ 3.545; para 3, $ 4.3230; para 4, $ 4.790 (www.hoteldemetrio.com.ar).

Dónde informarse. (02284) 420-330/480-023 / turismo@olavarria.gov.ar / www.olavarria.gov.ar / www.olavarria.com

https://www.clarin.com/viajes/fiesta-centroeuropea-sierras-olavarria_0_WDoYj4tnq.html



 
Da trabajo a 319 millones de personas

El turismo genera 1 de cada 5 empleos en el mundo
En 2018 el sector creció a nivel global 3,8%, por encima del promedio de la economía mundial, que se expandió 3%.
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En Argentina el turismo ya representa el 9,4% del empleo.

10/03/2019 - 1:00
En una economía global en reconversión, el turismo se está convirtiendo en el sector más vigoroso. A tal punto que en los últimos cinco años, 1 de cada 5 nuevos empleos que se generaron en el mundo estuvo vinculado a este sector.

En 2018 y por octavo año consecutivo, la industria de los viajes y turismo creció por encima del promedio de la economía mundial. Los datos que aportó el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), en conjunto con Oxford Economics, muestran que el turismo se expandió 3,9%, mientras la economía global creció 3%.

Con cada vez más gente con ganas y recursos para viajar, los planetas se están alineando para que este año el turismo dé el salto y se convierta en el sector de mayor crecimiento, desplazando a la industria manufacturera que, con un incremento del 4% en 2018, hasta ahora es el sector más pujante. Los rubros que les siguen son el Cuidado de la Salud, con una expansión del 3,1%, y Tecnologías de la Información y Servicios Financieros, los dos con un alza del 1,7%.

La industria de los viajes de negocios y de placer logró una facturación global de US$8,8 billones y generó 319 millones de trabajos. Ya representa el 10,4% de todas las actividades del planeta.

Gloria Guevara, presidenta y CEO del WTTC, indicó que estos números “demuestran el poder de la industria como una herramienta para que los gobiernos generen prosperidad, al mismo tiempo que crean plazas que apoyan especialmente a las mujeres, los jóvenes y otros grupos de la sociedad, a menudo marginados. De hecho, éste representa ahora uno de cada cinco de los nuevos puestos creados en todo el mundo y se prevé que contribuya con 100 millones de nuevas plazas a escala mundial en los próximos diez años, lo que comprende 421 millones de fuentes de trabajo para 2021”.

En Argentina, los números de la WTTC indican que, devaluación mediante, el sector fue uno de los pocos que creció el año pasado, con una expansión del 1,6%, contra una caída del 2,6% de la economía en general.

Según el informe, “este incremento se debe al gasto de los visitantes internacionales gracias a una mayor conectividad aérea y a la implementación de una estrategia de promoción digital y el reembolso del IVA a los turistas extranjeros, entre otras cosas”. A nivel local, el sector ya representa el 10% del PBI y un 9,4% de los empleos.

En 2018, el gasto de los visitantes internacionales llegó a US$4.800 millones, un monto equivalente al 6,4% de las exportaciones, lo que implica un crecimiento del 26,6%. “Estamos liderando el movimiento turístico en la región y nuestra misión es continuar posicionando a la Argentina a nivel internacional para potenciar el turismo receptivo”, afirmó el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías.

Mientras la devaluación hizo que los viajes de los argentinos al exterior cayeran y a la vez potenció la llegada de extranjeros. “En diciembre el número de turistas extranjeros que llegaron al país por vía aérea creció 13,4% interanual. Fue la tasa de crecimiento más alta en 14 meses, por eso debemos redoblar los esfuerzos en el trabajo de promoción. Es fundamental mantener a la Argentina como uno de los países más buscados por los viajeros de todo el mundo”, sostuvo Elías.

Según el secretario de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, el turismo receptivo generará este año unos US$ 6.000 millones de dólares y el turismo interno, otros US$10.000 millones. Y apuntó que “en total, esos US$16.000 millones equivalen a toda la producción de soja o una vez y media todo el complejo cárnico”.

Con los brotes verdes lejos de aparecer y con pronósticos de caída del PBI en torno al 1,2% a lo largo de 2019, solo hay dos sectores que prometen remontar en el corto plazo: el turismo y las exportaciones. “El actual tipo de cambio revirtió la balanza de turismo a favor del receptivo y en detrimento del emisivo. Ya en noviembre y diciembre de 2018, el saldo pasó a ser positivo, mientras que hasta entonces venía siendo crónicamente negativo. Por lo tanto, a las mayores exportaciones agropecuarias se sumará un saldo positivo en la balanza de turismo. Ello impactará positivamente sobre las actividades ligadas, como la hotelería y la gastronomía”, sostuvo el Centro de Estudios de la Nueva Economía.

La expansión del turismo en Argentina tiene dos caras: por un lado el de las aerolíneas, que el año pasado batieron récords en transporte de pasajeros, mientras que hoteles y restaurantes vieron mermar las ventas.

En 2018 viajaron en avión por Argentina 29 millones de pasajeros, 6,5% más que en 2019. Se sumaron 106 nuevas conexiones de cabotaje e internacionales. Aerolíneas Argentina marcó un récord con 13 millones de pasajeros. La torta del transporte aéreo creció y las low cost, como Flybondi y Norwegian, ya representan el 17% del mercado. Este año se sumaráJetSMART, que entre abril y junio empezará a operar doce rutas de cabotaje con vuelos que saldrán desde ElPalomar, Mendoza y Córdoba.

Según la Encuesta de Ocupación Hotelera del Indec, en 2018 la ocupación total de plazas en todo el país fue de sólo 34,77%. Para la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA) “en los últimos años el sector sobrelleva la disminución de la rentabilidad y la competitividad, con la imposibilidad de pasar los costos fijos y reales a las tarifas”. El sector ajustó sus números por debajo de la inflación:de enero a enero, los precios de la hotelería aumentaron 40%, 9 puntos porcentuales por debajo del índice de precios.

https://www.clarin.com/economia/economia/turismo-genera-empleos-mundo_0_-60ovmOip.html
 

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Camino del Cid, una ruta por la Edad Media

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Si pensamos en rutas y caminos que recorran España, siempre nos viene a la mente el Camino de Santiago, pero existen otras muchas rutas interesantes. Hoy quiero hablaros del Camino del Cid, una ruta por la Edad Media que atraviesa nuestro país siguiendo los pasos del Cid Campeador.

Andando, en bici o en vehículo motorizado, son varias las rutas que recorren el Camino del Cid, por las sendas que D. Rodrigo Díaz de Vivar recorriera España en sus días, entre las provincias castellanas, aragonesas y las levantinas.

El camino del Cid

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La web del Camino del Cid, incluye unas cuantas rutas que parten de Burgos y recorren las distintas hazañas y recorridos que hiciera el héroe castellano en su lucha contra los invasores.

En la ruta que abarca más de 2000 km, el viajero se encontrará con ocho Patrimonios de la Humanidad de origen medieval, como la Catedral y el Camino de Santiago, en Burgos, el arte Mudéjar Aragonés, en las provincias de Teruel y Zaragoza, el Tribunal de las Aguas y la Lonja de la Seda en Valencia, la Fiesta de la Mare de Déu de la Salut, en Algemesí, Valencia y, finalmente el Palmeral y el Misteri, ambos en Elche, Alicante.

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Además, en algunas poblaciones de Castellón, Teruel y Valencia podrá descubrir y contemplar ejemplos de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998.

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Contando con un guía de excepción como es el propio Cid Campeador, animado por las hazañas que se relatan en el Cantar del Mío Cid, el recorrido por el Camino del Cid es una excelente forma de descubrir unas zonas de España con una mirada cultural que nos permite visitar hasta 39 poblaciones declaradas Conjunto Histórico y/o Artístico que están en la ruta.


Paisajes en el Camino del Cid

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Además de la parte histórica y monumental, los paisajes que se recorren dejarán sin habla a los viajeros, en especial a los que hagan estas rutas caminando o en bicicleta, ya que el Camino del Cid atraviesa más de setenta espacios naturales protegidos por la Red Natura 2000.

Destacan entre ellos los sabinares del Arlanza en Burgos, el río Duero en Soria, el Parque Natural del Alto Tajo en Guadalajara, las lagunas de Gallocanta en Zaragoza, la Sierra del Maestrazgo entre Teruel y Castellón, la Albufera de Valencia o el Palmeral de Elche en Alicante, que configuran un conjunto paisajístico formado por valles, llanuras, ríos y montañas que finalizan en las playas del Mediterráneo.


El Camino del Cid como plan turístico

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El Camino del Cid es una excelente oportunidad de descubrir o redescubrir tierras de nuestra geografía, con la excusa de recorrer lo que hiciera el Campeador, repasando nuestra historia y visitando monumentos, ciudades y paisajes que sin duda nos sobrecogerán.

Más info | Camino del Cid

https://www.diariodelviajero.com/recomendaciones-de-la-casa/camino-cid-ruta-edad-media
 
La Ruta 66 ibérica, el «road trip» por la Vía de la Plata
Desde Gijón hasta Sevilla, un itinerario para descubrir la esencia de un país a la vez que se corren aventuras y se disfrutas de paisajes impresionantes
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La Ruta 66 ibérica une las ciudades de Gijón y Sevilla

Corría el año 1957 cuando se publicó el libro On the Road (En la Carretera), obra del estadounidense Jack Kerouac. En él, Kerouac relataba las experiencias, a nivel físico y emocional, que vivió mientras recorría la América profunda de los años 50. Dicen que leer este libro potencia el inconformismo ante la sociedad establecida, además de crear en el lector unas profundas ganas de tomar la mochila y lanzarse a la carretera para vivir aventuras.

Más allá de la subjetividad implícita en estos pensamientos, lo que sí es objetivamente cierto es que aquel libro sirvió para mitificar una de las carreteras estadounidenses de largo recorrido: la Ruta 66. Una serpiente de asfalto de casi 4.000 kilómetros de longitud que une Chicago y Los Ángeles, pasando por granjas, cañones, moteles, ríos, desierto, ciudades, pueblos destartalados… Es el icono mundial de los «road trips».

Si trasladas a España ese concepto de viaje por carretera en el que descubres la esencia fundamental de un país a la vez que corres aventuras y disfrutas de paisajes impresionantes, el resultado es la Vía de la Plata. El «road trip» de la Vía de la Plata es nuestra «Ruta 66 Ibérica». Skyscanner te cuenta todo lo que necesitas saber para disfrutar de ella al máximo.

Trazado de la Vía de la Plata
Esta «Ruta 66 Ibérica» une las ciudades de Gijón y Sevilla, aunque muchos peregrinos añaden un desvío adicional hacia Santiago de Compostela. En total, algo más de 800 kilómetros que discurren por la carretera nacional N-630 (salvo algunos inevitables, y cortos, tramos por la autovía A-66) y te adentran en el oeste de España.

El trazado recorre siete provincias (Sevilla, Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora, León y Asturias) repartidas por cuatro comunidades autónomas (Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Asturias). Ciudades monumentales, vastas llanuras, campos de cultivo, pueblos adormecidos, pantanos, ríos, bosques, puertos de montaña… Pero, ¿fue siempre así? No, los orígenes de la Vía de la Plata fueron algo distintos...

Historia de la Vía de la Plata
La Vía de la Plata halla su origen en las rutas comerciales utilizadas por los tartesios. Sin embargo, en el año 218 a. C. las legiones romanas se internan en Hispania con el fin de expandir su imperio político, económico y militar. Para poder comunicar adecuadamente los distintos territorios conquistados, los romanos – durante los mandatos de los emperadores Trajano y Adriano - deciden crear una extensa red de calzadas que contaba con 29.000 kilómetros de vías principales y ramificaciones menores. Una de las más importantes es la Vía de la Plata, resultado de asfaltar parte del trabajo inicial de los tartesios y expandirlo.

Mérida
Cuando se construyó, unía las urbes de Mérida (Augusta Emerita) y Astorga (Asturica Augusta) y tenía 470 kilómetros de longitud. A pesar de su nombre, por ella no circulaban cargamentos de plata ni unía lugares donde existían minas dedicadas a la extracción de este valioso metal. Simplemente, se cree que el nombre se otorgó por una derivación fonética del vocablo al-Balat (el «camino empedrado»).

Por otro lado, su conexión con el Camino de Santiago, a la altura de Astorga, surge en la Baja Edad Media, cuando la Vía de la Plata se convierte en una ruta de peregrinación conocida como el «Camino Mozárabe», al ser usado por los mozárabes de Al-Andalus para llegar a la famosa catedral del apóstol.

Gijón
A principios del siglo XVI ya se le conocía con el nombre de «La Plata», pero su trazado original no se alteraría hasta bien entrado el siglo XX, cuando se construyen las carreteras N-630 y A- 66 y se alarga artificialmente su longitud, llegando a Gijón por el norte y al puerto de Sevilla por el sur.

Hay tramos de la nacional N-630 que discurren en paralelo a la antigua calzada romana, cuyos restos son aún visibles en varios lugares. Huellas imborrables de la Historia, como también lo son todos los monumentos que encontrarás a lo largo de estos 800 kilómetros, al pasar por ciudades que son Patrimonio de la Humanidad - como Salamanca, Mérida y Cáceres – y yacimientos arqueológicos rodeados de naturaleza.

La «Ruta 66 Ibérica» te ofrece una cercana visión del inmenso legado histórico-artístico dejado en la zona por los romanos, y culturas posteriores, a lo largo de los siglos. La Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata, con sede en Gijón, se encarga de resaltar los atractivos turísticos de la ruta. Así, te encontrarás con ciudades, circos, anfiteatros, termas, puentes, fortalezas, teatros, templos, arcos y acueductos, todo ello enmarcado en variados paisajes de gran belleza.

Cómo recorrer la «Ruta 66 Ibérica»
Hay cuatro formas principales de recorrer el trazado de la Vía de la Plata: a pie, en bicicleta, en moto o en coche. Sin embargo, las dos primeras opciones no contemplan el hecho de poder utilizar las carreteras actuales, pasando, en su lugar, por campos y senderos.

Los motoristas que emprenden la «Ruta 66 Ibérica» saben que, en cuanto a la conducción, afrontarán largas y aburridas rectas, esperando con ganas los tramos de curvas, propios de los puertos de montaña (como el de Pajares). Sin embargo, si vas a realizar este «road trip» hispano acompañado, lo mejor será que lo hagas en coche. No son pocos los viajeros cuyo primer paso en esta aventura es alquilar un coche. Con ello evitan hacerle un buen número de kilómetros a sus vehículos particulares y, quizás, también escogen un modelo más acorde a las exigencias de la ruta.

Una vez el tema del coche está solucionado, ya solo consiste en diseñar una ruta que te permita parar en los lugares que te interesen. En este sentido, cada viajero tendrá unas preferencias distintas, pero seguro que todas ellas se podrán satisfacer de algún modo, ya que la Vía de la Plata tiene un buen número de atractivos muy diversos entre sí.

El tiempo mínimo adecuado para recorrer esta «Ruta 66 Ibérica» es de 72 horas, pero si quieres disfrutarla a fondo, no deberías emplear menos de una semana.

Recorriendo poco más de 100 kilómetros diarios, tienes la posibilidad de detenerte con tranquilidad en ciudades, parajes naturales, yacimientos arqueológicos, restaurantes y paradores en los que merece la pena no estar pendiente del reloj.

Quién puede disfrutar de la ruta por la Vía de la Plata
El road trip por la «Ruta 66 Ibérica» es un viaje apto para todo tipo de viajeros (siempre que puedan conducir, obviamente). Lo disfrutarás mucho si lo ves como un viaje introspectivo, en el que enfrentarte en solitario a la carretera, esperando conocerte un poco mejor a ti mismo mientras recorres una ruta histórica incomparable.

Si eres un amante de la Historia, no conseguirás recorrer más de 50 kilómetros sin abrir la boca para elogiar una maravilla del camino. Lo mismo ocurrirá si valoras más la naturaleza que la obra del hombre. Tampoco faltará la buena mesa, pudiendo disfrutar de los distintos sabores de platos típicos de Andalucía, Castilla y León, Extremadura y Asturias.

Toda ruta por carretera que se precie debe contar con buenos lugares donde parar a dormir y comer. En nuestra «Ruta 66 Ibérica», podrás dormir en algunos bellos paradores, como el de Salamanca o el de Mérida, siendo la opción mejor de alojamiento para conseguir una profunda inmersión en el componente histórico de la Vía de la Plata.

En cuanto a buenos restaurantes en la ruta, no dejes de probar la mejor comida asturiana en el restaurante La Pondala, de Gijón; los embutidos leoneses del restaurante Sorrento, en León; las migas extremeñas y la caldereta de cabrito del restaurante La Extremeña, en Mérida; y el gazpacho y cocido andaluz de la taberna más antigua de Sevilla, El Rinconcillo, que abrió sus puertas en 1670.

Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Morcín de origen prerrománico

Lugares que debes visitar

Gijón: Punto de comienzo o final de la ruta – según el sentido escogido para hacerla -, Gijón es una ciudad que vive enamorada del mar. Pasea por la céntrica playa de San Lorenzo y el puerto deportivo antes de acceder a su casco histórico en busca de uno de los muchos restaurantes donde tomarte una buena sidra que acompañe un plato de fabada asturiana. Si tienes algo de tiempo extra y te gusta la naturaleza, no dejes de escaparte a los bosques y montañas de los Picos de Europa.

Morcín: Este pequeño pueblo del corazón de Asturias está enclavado en un valle rodeado de boscosas laderas. Lugar tranquilo que cuenta con poco más de 3.000 habitantes y uno de los mejores quesos de España: el queso Afuega’l Pitu.

Salamanca: Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Salamanca es una de las ciudades más hermosas de España. En su centro histórico encontrarás, entre otros atractivos, la Universidad más antigua de nuestro país. Es un buen lugar para pasar la noche, pues el ambiente estudiantil de Salamanca la convierte en una ciudad vibrante.

Astorga: A pesar de ser uno de los extremos de la original Vía de la Plata, el trazado de la carretera nacional N-630 ya no pasa por aquí. La vieja Asturica Augusta te espera ahora tras tomar un desvío, desde León, por la N-120 y recorrer unos 57 kilómetros. Merece la pena recorrer esa distancia extra. Nacida como campamento militar romano, Astorga te ofrecerá edificios religiosos y civiles que se encuentran entre las joyas romanas, góticas, renacentistas, románicas, barrocas y modernistas de la península ibérica.

Granja de Moreruelas: Este pequeño pueblo de la provincia de Zamora es una de las mayores notas medievales de la Vía de la Plata. Aquí encontrarás el Monasterio de Santa María de Moreruela, construido por la Orden del Císter a mediados del siglo XII. Aunque solo quedan en pie sus muros exteriores, es un lugar mágico.

Jerez de los Caballeros: En esta localidad pacense, el botín arqueológico hace que puedas intuir la presencia romana y de la de la Orden del Temple. Además, el barroco extremeño dejó aquí una huella indeleble durante los siglos XVII y XVIII. Sin duda, se trata de uno de los pueblos de la Vía de la Plata con mayor encanto.

Cáceres: Una de las ciudades más pintorescas de la Vía de la Plata es Cáceres. Monumentos como la Concatedral de Santa María, el Palacio de las Veletas, la Casa del Sol o el Arco de la Estrella son solo algunos de los atractivos que hicieron que su ciudad vieja fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pasear por Cáceres es como haber entrado en una máquina del tiempo.

Los Barruecos: Este monumento natural se halla a tan solo unos 14 kilómetros de Cáceres, en la localidad de Malpartida de Cáceres. Aquí encontrarás originales estructuras naturales de granito, -moldeadas, durante años, por viento y agua -, charcas alimentadas por las aguas del río Salor, restos del Neolítico y la Edad del Bronce, y una de las colonias más importantes de Europa de cigüeñas blancas. Como colofón, si eres seguidor de la famosa serie de HBO, «Juego de Tronos» debes saber que aquí se grabaron escenas de la gran batalla de la séptima temporada.

Sevilla: Imposible no enamorarse de Sevilla. La Torre del Oro, el Guadalquivir, la Giralda, la Plaza de España… Todo en Sevilla tiene un aire monumental e hipnótico. Pasea por sus barrios y contágiate de la buena vibración de una de las ciudades más bellas de España.

https://www.abc.es/viajar/destinos/...ica-road-trip-plata-201903120157_noticia.html
 

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Cielos abiertos: las nuevas rutas aéreas para atraer a los ‘superpoderes asiáticos’

En una década, China será la mayor economía del mundo. Y en materia de turismo, solo el año pasado emitió 125 millones de viajeros. Argentina irá en busca de ese mercado a través de Estados Unidos, Europa y Oceanía. El plan en materia de conectividad

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Argentina busca seguir ampliando sus rutas aéreas

No es un misterio. En el año 2030 -es decir, dentro de una década- China tendrá la mayor economía del mundo -un 50% más grande que la de Estados Unidos-. Así se pronosticó al menos en el Foro Económico Mundial de Davos. Los ‘superpoderes asiáticos’ también incluyen a India, Japón, Corea e Indonesia.

Es justamente el mercado que el turismo del mundo planea buscar, sobre todo teniendo en cuenta que durante el 2018, solo China emitió 125 millones de turistas.

Entonces, es momento de acuerdos: reforzar y mejorar las vías con Estados Unidos es parte de este plan. Para ello, el secretario de Turismo Gustavo Santos viajó a Nueva York para reunirse con las principales aerolíneas: United Airlines, American Airlines, Delta, Copa Airlines y Aerolíneas Argentinas, entre otras. “Todas asumieron un compromiso creciente porque entendieron el modelo y vieron el enorme potencial que tiene la Argentina”, dijo Santos.

“Imaginate que un turista chino pueda ir por la misma tarifa con un stop over en Nueva York y con destino final a Buenos Aires. Sería imparable”, agregó Santos.


Por su parte, American Airlines incrementó la frecuencia con Argentina con nuevos vuelos: el 1 de junio se inaugura la ruta Miami - Córdoba, una fecha histórica teniendo en cuenta que ese mismo día parte el primer vuelo de Madrid hacia Iguazú de Air Europa.

El objetivo es que un turista chino pueda llegar al país con un stop over en Nueva York por la misma tarifa
Allí aparece Europa, otro jugador importante que funciona como puente para atraer al turismo asiático, con Portugal en la mira, pensando en una ruta directa con Buenos Aires. Y no hay que olvidar Oceanía, ya que desde Nueva Zelanda y Australia podrían llegar muchísimos más gracias a la alianza con China Eastern.

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Argentina cerró el 2018 con más de 7 millones de turistas (Shutterstock)
O nos preparamos para lo que se viene o nos vamos a quedar afuera del mercado. Hay que flexibilizar las políticas. Tanto a China como a India, por ejemplo, se las hacemos muy difícil para viajar. A India la tenemos como riesgo terrorista en la AFI (Agencia Federal de Inteligencia), al igual que Indonesia, que tiene 40 millones de ricos. Todo lo que se pueda avanzar será clave”, remarcó el secretario de Turismo.

O nos preparamos para lo que se viene o nos quedamos afuera del mercado
El plan final es “abrir los cielos” y lograr una América del Sur unida, imparable. “Tenemos una enorme oportunidad. Somos naturaleza como ningún otro continente pero con coeficientes de seguridad altos: no tenemos terrorismo, ni enfrentamientos raciales o religiosos. Tenemos una enorme oportunidad si tomamos decisiones correctas.

Tengamos una América grande, integrada, con cielos abiertos. Más turismo y más bienestar para nuestro pueblo”, concluyó Santos. Definitivamente el turismo es el “as bajo la manga”.

https://www.infobae.com/turismo/201...eas-para-atraer-a-los-superpoderes-asiaticos/
 
Alemania: todo para ver y ¡comer!
Lo mejor de Aquisgrán (Aachen), Colonia y Frankfurt en un recorrido con un fuerte impulso gastronómico.

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Alemania es mucho más que Berlín, chucrut, salchichas y cerveza. Un desvío del destino germano más frecuente ofrece la oportunidad de conocer los cruces singulares entre lo viejo y lo nuevo, la tradición y la innovación, en la cultura gastronómica de este país reunificado hace apenas treinta años.

El recorrido de tres ciudades del Centro-Oeste de Alemania, Aquisgrán, Colonia y Frankfurt del Meno (muy distintas entre sí en lo que hace a historia, dimensiones y atractivos turísticos), es una excelente manera de conocer, en un viaje breve, costumbres regionales muy variadas, espacios urbanos con una alta carga histórica –desde construcciones medievales hasta reformas urbanísticas recientes– y sabores típicos que, sin dejar de ser motivo de orgullo para los alemanes, intentan aggiornarse e incluso se vuelven hacia el pasado para reincorporar tradiciones hasta el momento olvidadas.

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Aachen o Aquisgran, Alemania (Getty Images para Viajes)

Aquisgrán, un cuento de hadas
Aquisgrán (Aachen, en alemán) es una ciudad pequeña con un casco histórico de cuento de hadas; sus calles de piedra, los callejones y pasadizos entre perfectos edificios medievales y las decenas de creativas fuentes de agua que aparecen a cada vuelta de la esquina disponen un programa agradable y tranquilo para pasar una o dos tardes.


En el centro del casco histórico, la catedral ordena el paisaje y constituye uno de los sitios turísticos más atractivos. En ella se conservan los restos de Carlomagno junto a cuatro reliquias cristianas; construida en el siglo VIII, se trata del primer hito europeo en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, con un rápido paneo de la fachada, se pueden identificar varios estilos arquitectónicos (clásico, gótico y barroco) que se han ido complementando como un collage a lo largo de los siglos.

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Wehinachtsmarkt, Aquisgrán, Alemania (Andreas Steindl)

Además, los fanáticos de la “relajación mineral”, pueden seguir los pasos de los antiguos romanos y del propio Carlomagno (quien tenía a Aquisgrán como lugar de descanso) y acudir a las aguas termales a un par de kilómetros del centro (Carolus Thermen Bad, Passstraße 79).

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Aachen, Aquisgran, Alemania (Getty Images para Viajes)

Pero el protagonista indiscutible de esta antigua ciudad fronteriza es el Printen. Esta masa dulce y especiada, que puede incluir jengibre, clavo de olor, canela y coriandro (entre otras variaciones personales de cada productor), y cuya dureza característica es provista por la melaza y el azúcar cristal, adorna todas y cada una de las pastelerías de Aquisgrán en grandes planchas con forma de letras, números y personajes medievales.

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Canasta con Aachener Printen, Aquisgrán, Alemania, Jurado Naón

El Printen recibe su nombre de la “impresión” que se ejercía, sobre la masa, con moldes tallados en madera. Aún se pueden ver, decorando las paredes de panaderías y cafés, estas piezas de colección que trazan las figuras de monjes, reinas y caballeros en gruesas maderas que parecen haber sido arrancadas directamente de los restos de un puente levadizo.

El Printen puede comprarse por peso, en diversos tamaños y con variados tratamientos: quien no tenga reparos con su dentadura, puede animarse a morder el Printen “al natural”, puro y duro, sin coberturas, tal vez con apenas una lluvia de almendras encima; al contrario, los Printen bañados en chocolate, con maní o nueces, conservan mejor la humedad y por lo tanto se mantien blandos (el llamado Weichprinten). Estas galletas son buenas tanto para acompañar el café posterior a la cena como para una merienda.

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Vidriera con Printen, Aquisgrán, Alemania (Emilio Jurado Naón)

En la panadería Bäckerei Klein (Franzstraße 91), la única que todavía realiza parte de su producción dentro de la ciudad, parece haber hecho honor al apellido que le da nombre (klein significa “pequeño”) y ha venido desarrollando, a lo largo de tres generaciones, variaciones de Printen en diferentes formas y tamaños, cada vez más mínimos y manejables. Allí se pueden conseguir desde los Printen medianos (simple: € 13,69 /kg; bañados en chocolate: € 20,47 /kg) hasta los deliciosos Printillo-mini, que se comen como bombones (€ 39,50 /kg).

El Printen es tan importante en Aquisgrán que hasta puede llegar a aparecer de improviso en la cena. El budín con masa de Printen blando y paté de ganso es una delicia apreciable del Ratskeller (Markt 40), un cálido restaurante bajo la casa de gobierno, donde el chef Maurice de Boer ofrece platos refinados que elabora con materia prima regional de primera calidad. Entre los destacados de la carta, están la corvina asada acompañada de alga salicornia y crema de mostaza, y la carne de ciervo (menú de 3 pasos, 47,50 € / persona; menú de 4 pasos 57,50 €).

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Detalle Fuente del Dinero, Aquisgrán, Alemania (Emilio Jurado Naón)

Si tocara un día de sol, el restaurante Elisenbrunnen (Friedrich-Wilhelm-Platz 14), es el sitio ideal para deleitarse con la vista del centro de Aquisgrán por los ventanales, al resguardo de la buena calefacción y los platos más típicos de la zona occidental de Alemania.

El viajero argentino sentirá una familiaridad extraña ante el plato abundante de Himmel un Ääd (“Cielo y tierra”), que consiste en una mezcla de puré de papa y mousse de manzana acompañada por tres o cuatro nutridos medallones de morcilla. O bien puede aventurarse a las notas más fuertes del Sauerbraten, carne vacuna marinada que se sirve con la compañía de un agridulce repollo morado al vinagre y la suavidad provista por los Spätzle, aquella suerte de ñoqui con el que se prepara el goulash.

Colonia, dulces y cerveza

Llegar a Colonia en tren es un espectáculo de espejos. La terminal parece un templo y la catedral, a pocos metros de distancia, alberga bajo su bóveda un tráfico de gente tal que hace pensar en una estación de trenes.


Ya con un pie fuera de la formación, y a través de los ventanales, se pueden ver las vertiginosas líneas horizontales del símbolo de la ciudad. La catedral de Colonia, que empezó a construirse en el siglo XIII para ser terminada recién en el XIX y que está, año tras año, en constante reparación, es impactantemente vertical desde la fachada hasta sus naves interiores; la impresión que causa su vista vuelve a aparecer una y otra vez en el recorrido de la ciudad: en cada mantel, folleto, servilleta o cartel publicitario, el par de triángulos que representa sus dos torres es una marca inconfundible.

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Colonia, río Rin, catedral, Alemania Getty Images para Viajes

Una de las ciudades con más universidades de Alemania (su población estudiantil alcanza el 10% de los habitantes), Colonia es principalmente un destino con mucha vida nocturna. La enorme variedad de bares, restaurantes, discotecas y toda clase de divertimento para adultos se puede consultar en la guía INSOMNIA.

Pero tal vez la característica más destacable de Colonia sea la cerveza local, Kölsch, y los hábitos en torno a ella. Para empezar, cada cervecería (Brauhaus) tiene su propia marca y solo su propia marca; es decir que si visitan, por ejemplo, la muy recomendable Brauerei Päffgen (Friesenstraße 64-66) la carta abunda en tragos y platos, pero está encabezada sólo por un tipo de cerveza, la Päffgen Kölsch, fabricada y servida ahí mismo.

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Kolsch Bier, Colonia, Alemania (Dieter Jacobi / Koln Tourism)
 
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