Nuevo Gobierno en Andalucía del PP y C's con apoyo de Vox

Hablamos en dos años. Que no estoy hablando de los partidos, sino de los que han vivido del psoe y su capacidad de cambiar de chaqueta es infinita.

No lo dudo. La clave está en que nuestros gobernantes no se dejen corromper.
 
Pues yo soy de una de esas comunidades y voy a votarles. Siento decepcionarte :sneaky:

y yo, como respeto que la gente vote , incluso a la extrema derecha, me alegraré que ejerzas tu derecho democrático.

No me desilusionas, te desilusionaras tú cuando veas que no consiguen los suficientes votos para un escaño, :whistle::whistle::whistle:
 
Vox o la conjura de los chalecos amarillos

Isidoro Tapia
03/12/2018 19:37 - Actualizado: 04/12/2018 02:46

“España se acostó monárquica y se levantó republicana”, diría el almirante Aznar sobre la proclamación de la República. Andalucía se acostó socialista y se levantó siendo de extrema derecha. O seguramente no. Porque si en Andalucía hubiesen surgido de repente 400.000 votantes filofascistas, sería uno de los fenómenos más misteriosos de la historia política. Tan extraño como cuando en las elecciones europeas de 2014 aparecieron en España, de la noche a la mañana, más de un millón de votantes de extrema izquierda, que pedían auditorías de la deuda y el control ciudadano del BCE. Para entender el fenómeno Vox, hay que empezar por distinguir entre la formación política y sus votantes. Y analizar estas dos realidades por separado.

Uno de los comentarios políticos más sagaces que he escuchado nunca se lo oí a un analista norteamericano tras unas primarias en 2008 (disculpen la fricada): "La política es más de círculos que de líneas rectas". Entonces me pareció una frase vacía. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que encerraba más inteligencia de la que creía: también Vox se explica mejor con círculos que con líneas rectas.

Empecemos por los 'votantes Vox'. Si hay una variable que sistemáticamente han infravalorado los análisis políticos y las encuestas durante los últimos años, son las demandas de cambio de los ciudadanos. Las demandas de cambio político, de regeneración, de que algo cambie de verdad en nuestra vida política. Fue la espuela que hizo crecer a Podemos, la que llevó a Ciudadanos a ganar las elecciones catalanas y seguramente la que está detrás del crecimiento de Vox. Cada vez que los votantes han tenido ocasión de pronunciarse en los últimos años, han dicho clara y rotundamente 'cambio'. En la última década, hemos vivido una crisis económica sin precedentes, el rescate de nuestro sistema financiero, recortes en los servicios públicos, la abdicación de un Rey y un desafío independentista que estuvo a punto de hacer saltar nuestro país por los aires. Hubo quienes pensaron (entre ellos, el actual presidente del Gobierno) que toda esta corriente de fondo se resolvía mágicamente con la salida de Rajoy del Gobierno, con un 'quítate tú, que me pongo yo'. Quien no quiera entender que en nuestro país existe una demanda de reformas políticas insatisfechas, de regeneración institucional en el más amplio sentido de la palabra, seguirá sorprendiéndose cada vez que acudamos a las urnas.

Porque los 'votantes Vox' son transversales a todas las fuerzas políticas. A la luz de los resultados, Vox ha conseguido un apoyo más amplio entre los votantes urbanos, de mediana edad, con estudios superiores y rentas medio altas. Pero también ha pegado un zarpazo en la Andalucía rural, tradicional feudo de los socialistas, demostrando que el voto del PSOE en estas zonas no era un voto estrictamente ideológico. Es probable que incluso haya habido transferencias de voto directamente desde Podemos a Vox. Los que habíamos anunciado (entre quienes me incluyo) la muerte de la transversalidad política, nos hemos llevado un chapuzón muy refrescante.

Los 'votantes Vox' se parecen a los 'chalecos amarillos' que estos días protestan en Francia en contra de la subida del diésel. Una protesta que une a los hogares de rentas bajas, castigados por una medida que afecta directamente a sus bolsillos (suelen ser los propietarios de vehículos diésel), con los hogares de rentas altas, que también han abandonado, por otros motivos, el orden político. En el fondo, una coalición no muy distinta de la que llevó a Trump a la presidencia. Siempre se dice que Trump ganó entre los votantes industriales del Medio Oeste (los famosos 'perdedores de la globalización'). Lo que a veces se ignora es que también lo hizo entre los 'ganadores', los votantes con más renta. De nuevo, un circulo mejor que una recta para describir un fenómeno político. Por cierto, en nuestro país, los chalecos amarillos tienen una segunda lectura: la revolución en la derecha española ha sido la de los chalecos sin manga, teñidos de amarillo porque, como bien apunta Ignacio Varela, la cuestión catalana lo ha cambiado todo.

En definitiva, los 'votantes Vox' proceden de tres sitios: del PP, del 'voto protesta' (que en comicios anteriores eligió a Podemos y en menor medida a Ciudadanos) y del voto rural conservador, que en Andalucía, por motivos históricos, era socialista y comunista.

Vayamos ahora al 'partido Vox'. Como apuntaba, no es que su apoyo se explique por su programa electoral, ni siquiera seguramente por quiénes son sus candidatos. Algo parecido ocurría con Podemos. Pero aun así es interesante diseccionar sus entrañas para entender hacia dónde puede evolucionar en los próximos meses. De nuevo, algunos rasgos de Vox deberían resultarnos más que familiares.

- Autenticidad. "Hay mucha gente en las ciudades —decía Santiago Abascal hace unos días en un mitin— que no sabe distinguir una paloma de una tórtola". Vox, en cambio, llama a las cosas por su nombre (como Pablo Iglesias se jactaba de hacerlo cuando recorría las tertulias de televisión hablándole 'a la gente'). Vox habla sin las ataduras de la corrección política. Llama al pan, pan y al inmigrante, extranjero.

- Identificación de un enemigo común. La casta y los enemigos de España. La irrupción de Podemos se construyó a partir de la identificación de un enemigo común: la casta, presunta responsable de todos los males de nuestro país: la crisis financiera, las políticas de austeridad, la corrupción o las puertas giratorias. Vox utiliza una estrategia parecida, aunque ha cambiado el término 'casta' por el de 'enemigos de España'.

- Un liderazgo hipercalórico. Como bien apuntaba Jorge Bustos hace unos días, las dos formaciones también tienen liderazgos parecidos: dos dirigentes personalistas, machos alfa de la política, que han construido a su alrededor proyectos de masas. Las dos figuras, además, tienen otras semejanzas circunstanciales: aunque se presentan como 'outsiders' de la política, proceden en realidad de lo más profundo del 'statu quo': Iglesias, de la universidad (seguramente una de las instituciones más conservadoras de nuestro país); Santiago Abascal, de la cantera del PP vasco, donde hizo carrera, antes de buscar el cobijo de Esperanza Aguirre en Madrid durante varios años.

- Tácticas de guerrilla en las redes digitales. Las campañas en las redes sociales de Podemos y Vox guardan muchas semejanzas. Son masivas, organizadas y bien ejecutadas. Hasta comparten un punto en común de 'matonismo', siendo habitual que señalen directamente a periodistas poco afines.

- Intervencionismo económico y antieuropeísmo. Vox y Podemos comparten no solo las formas y la estrategia. También el fondo. Hace unos meses, el exlíder de IU Julio Anguita y el diputado de Podemos Manolo Monereo publicaron un artículo en el que defendían al nuevo Gobierno italiano, poniéndolo como ejemplo de "rebelión popular contra la UE" y sus políticas neoliberales. Son muchas las coincidencias de ese artículo (o de las propuestas originales del programa con el que Podemos concurrió a las elecciones europeas) con las propuestas de Vox en relación con la UE (propuestas 96 a 100 de su programa político), incluido un nuevo tratado europeo en la línea del llamado Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, la República Checa y Eslovaquia).

Habitualmente, se representa la escala ideológica como una línea recta que va del 1 (extrema izquierda) al 10 (extrema derecha). Pero el espectro de ideologías estaría en cambio mejor representado con un círculo: no solo es que los extremos se toquen, es que en ocasiones representan exactamente lo mismo. No es la primera vez que una formación nueva introduce sus cantos de sirena por las grietas de una demanda insatisfecha de cambio político. ¿Ultraderecha? Sí, también. Pero más que un fenómeno ideológico, la irrupción de Vox es una muestra más de una picadura que lleva más tiempo entre nosotros y se llama populismo.


https://blogs.elconfidencial.com/es...lucia-vox-escanos-chalecos-amarillos_1683114/
 
El PP andaluz lanza su órdago a Ciudadanos: "O Moreno es presidente o repetición de elecciones"


El líder popular, Juanma Moreno, presentará su candidatura a la Presidencia de la Junta en el primer debate de investidura y hablará con Cs y Vox para que le apoyen

Moreno felicita al partido naranja y a la fuerza de ultraderecha, "corresponsables de una nueva etapa política en Andalucía", y anuncia que "también habrá cambio en España"

El histórico Javier Arenas, el único líder del PP que ha ganado unas elecciones al PSOE con 50 diputados, admite que "la campaña electoral de Moreno ha sido más dura que la mía"

Daniel Cela
47 comentarios

04/12/2018 - 13:11h
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Moreno promete liderar el cambio en Andalucía "sin revanchismo y agresividad y con sentido patriota"

Casado abre la puerta a dar consejerías a Vox en Andalucía: "Se tiene que hablar si es un acuerdo de investidura o Gobierno"
Dos días después de las elecciones andaluzas, Juanma Moreno ha pronunciado un discurso pseudo institucional, más propio de un presidente de la Junta que de oposición. La hoja de ruta del Partido Popular andaluz es muy sucinta: “o Moreno es investido presidente del Gobierno andaluz o repetición de elecciones”, confirman fuentes del partido. El líder popular se ve ya pilotando la Junta y apela a Ciudadanos para que “no frustre la ilusión de un cambio histórico”.

Los populares andaluces van a abrir una vía de negociación con sus homólogos del partido naranja, pero no descartan que, en paralelo, se abra un diálogo entre la dirección de Pablo Casado y Albert Rivera. Moreno ha intervenido este martes ante el comité ejecutivo autonómico del PP -diez hombres y seis mujeres- para confirmar que presentará su candidatura para ser presidente en el primer debate de investidura. “Con serenidad, sin agresividad, sin traumas, sin revanchismo y con sentido patriótico”, ha advertido.

Moreno le ha explicado a los suyos que “va a hablar con Ciudadanos y con Vox”, partido de extrema derecha que irrumpe en el Parlamento andaluz con 12 diputados. “Les felicito a ambos, porque Andalucía abre una nueva etapa política y muestra el camino para algo que están esperando los andaluces, el cambio también en España”, ha dicho. El líder del PP andaluz ha puesto mucho empeño en aclarar que las undécimas elecciones andaluzas “han superado los prejuicios ideológicos y las diferencias entre lo viejo y lo nuevo”.

El discurso de Moreno ante los suyos ha estado trufado de palabras clave -como “experiencia”, que ha repetido varias veces- y llamadas a la tranquilidad. A muchos les preocupa que la aritmética parlamentaria les obligue a integrar a miembros de la extrema derecha en su hipotético Gobierno. El esquema con el que trabajan pasa por formar un gabinete con Ciudadanos y apoyarse puntualmente en los votos de Vox. “Somos un partido integrador y equilibrado. Somos un partido capaz de integrar, somos el gran partido de las clases medias trabajadoras. Somos el partido que genera más confianza y serenidad para afrontar un cambio histórico en Andalucía”, sostiene el dirigente popular.

Después de 36 años en la oposición, el PP andaluz se presenta como la única alternativa de Gobierno al PSOE de Susana Díaz. Moreno presentó las credenciales de su partido para liderar ese cambio: “Tenemos experiencia, cuadros, recursos, miembros, capacidad y coraje”. Lo que le falta al PP andaluz, sin embargo, son diputados en el Parlamento. Los populares han caído siete puntos en las elecciones y se han desplomado hasta su suelo histórico: 26 escaños. Sin embargo, la aritmética parlamentaria le permite aspirar, por primera vez, al Gobierno andaluz. Para ello, Moreno necesita que Ciudadanos le facilite la Presidencia con sus votos, y que la formación de extrema derecha Vox le apoye o se abstenga.

El PSOE tantea a Ciudadanos
El PP andaluz reivindica que tiene más votos "que el resto de las fuerzas políticas del cambio, más porcentaje electoral y más escaños que los demás". "Sin menospreciar las subidas y los éxitos (de Ciudadanos), lo que no es discutible es que el PP tiene 26 y Cs 21. Y con esa aritmética es indiscutible que quien debe organizar el tránsito del cambio en Andalucía somos nosotros", ha subrayado. Los populares no tienen amarrado aún el acuerdo de Gobierno con los naranjas, que pasa más por una negociación en Madrid y en Catalunya que en Andalucía. Cualquier acuerdo que toque de cerca a la ultraderecha de Vox puede desestabilizar políticamente a Inés Arrimadas, líder de la oposición frente al independentismo catalán.

El propio Rivera trata de marcar distancias con la extrema derecha, aunque en campaña ha evitado calificar a Vox como tal. La presidenta en funciones y candidata socialista, Susana Díaz, está aumentando la presión sobre Ciudadanos precisamente en esta línea. Díaz le recuerda a Rivera que sus referentes políticos europeos son Angela Merkel y Emmanuel Macron, y ambos han aislado a la extrema derecha en los parlamentos alemán y francés.

El PSOE quiere un Gobierno "de concentración" con Ciudadanos, facilitado por la abstención de Adelante Andalucía (Podemos-IU) y que deje fuera al PP y a Vox. Aunque es un escenario difícil de imaginar, porque en las formaciones conservadoras pesa más el ánimo de cambio. "Nos corresponde ese liderar ese cambio por historia, por compromiso y por servicio público", ha dicho Moreno, tras recordar que ellos "han gobernado en las ocho capitales y en cinco diputaciones provinciales".


Juanma Moreno ha agradecido el trabajo a los tres presidentes del PP andaluz que le han precedido, y que estaban presentes en el salón del hotel NH Collection: Teófila Martínez, Juan Ignacio Zoido y a Javier Arenas, el único de los cuatro líderes del PP andaluz que ganó unas elecciones andaluzas al PSOE, en 2012. Arenas llevó a los populares hasta su techo electoral, logrando más del 40% de votos y 50 de los 109 diputados, pero la coalición de PSOE e IU les impidió gobernar. “Los perdedores hicieron un pacto y nos robaron la posibilidad de gobernar en Andalucía”, ha dicho Moreno.


Arenas ha tomado la palabra luego y ha reconocido que el candidato popular en estos comicios “era el mejor de todos”, y que él se ha enfrentado “a una campaña electoral más dura” que la que vivió él mismo en 2012. Zoido, que durante la noche electoral no estuvo en la sede del PP andaluz, sino en Génova, ha abandonado la reunión apresuradamente antes de que terminasen las intervenciones.

https://www.eldiario.es/andalucia/PP-Ciudadanos-Moreno-presidente-repeticion_0_842716137.html


Palomitas y sillón. Ésto se pone interesante.
 
Manuel Valls teme quedar alineado con Le Pen si Ciudadanos pacta con "la extrema derecha" de Vox en Andalucía


El candidato a la alcaldía de Barcelona confía en que los de Rivera pongan por delante sus valores "liberales" y "europeístas" en las negociaciones andaluzas

Valls se ha presentado como abanderado de la lucha contra los populismos de extrema derecha que Marine Le Pen encarna en Francia

Un acuerdo con Vox comprometería el discurso catalanista del exprimer ministro francés, alejado de la línea más dura de Ciudadanos contra el 'procés'

Pau Rodríguez
04/12/2018 - 21:19h
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Decenas de personas intentaron boicotear a Valls en el Raval EFE

'Escrache' de prost*tutas e independentistas a Manuel Valls en un acto en el Raval
No han pasado ni 48 horas de las elecciones en Andalucía y Manuel Valls, candidato a la alcaldía de Barcelona, ya ha negado tres veces a Vox. Lo hizo en un acto en Madrid, en su cuenta de Twitter y lo ha vuelto a repetir este martes en el Raval. Mientras el único partido que le apoya, Ciudadanos, no descarta una alianza con la formación de Santiago Abascal, el exprimer ministro francés teme que ese desenlace le deje alineado con los aliados en España de Marine Le Pen.




Valls se ha convertido de hecho en la única voz vinculada al partido naranja que ha pedido la unidad de las formaciones constitucionalistas frente a Vox, a los que no duda en calificar de "extrema derecha", a diferencia de lo que hacen los líderes de PP y Ciudadanos. Desde su equipo de campaña recuerdan que no es la primera vez que el candidato apuesta por un cordón sanitario contra las fuerzas ultras.

Preguntado durante un acto en el barrio del Raval sobre si un pacto de las derechas en Andalucía le haría replantearse sus alianzas en Barcelona, ha asegurado que no quería "especular", pero acto seguido ha manifestado que confía en que esta no sea la opción de un partido, Ciudadanos, del que dice estar orgulloso por compartir valores "liberales", "progresistas" y "profundamente europeístas".

A la espera de ir desgranando sus propuestas para la ciudad, Valls ha levantado su discurso político en Barcelona sobre pilares como la seguridad o su oposición al auge de los populismos en Europa, entre los que encuadra a Podemos y el independentismo, pero también a la extrema derecha que representa Marine Le Pen con el partido Agrupación Nacional en Francia. No en vano Valls es consciente de que los principales líderes europeos rechazan alianzas como las que PP y Ciudadanos están valorando ahora mismo en Andalucía.

La tradición política francesa, de la que él proviene y no reniega, ha llevado hasta ahora a las principales formaciones, sean de izquierdas o de derechas, a hacer frente común para evitar que Le Pen alcanzara la presidencia de la República. En los últimos comicios, Valls votó a Emmanuel Macron y no a su partido, los socialistas, alegando que lo hacía para combatir la candidatura de la Agrupación Nacional, aunque sus compañeros del Partido Socialista le acusaron de "falta de lealtad" tras haber perdido las primarias frente a Benoît Hamon.

Ya en Barcelona, Valls ha tratado incluso de distanciarse de aquellas políticas llevadas a cabo en Francia que le podrían asociar a corrientes ultras. Al tiempo que luce pedigrí en la gestión de la seguridad prometiendo mano dura contra el incivismo y la delincuencia, niega que en su etapa como ministro del Interior francés ordenara la deportación de miles de gitanos a Rumanía.

No solo la sombra de Vox sobre Ciudadanos preocupa a Valls por si pone en cuestión su discurso antipopulista sino también por la apuesta de su plataforma Barcelona Capital Europea de atraer a los sectores catalanistas hacia su candidatura. Desde su aterrizaje a la capital catalana, el expolítico francés se ha definido como catalanista, reivindicando figuras como la del exalcalde socialista Pasqual Maragall.

Hasta la fecha Valls no ha mostrado fisuras respecto al proyecto de Ciudadanos, pero ha sido cauto a la hora de respaldar las tesis más duras del partido acerca de cuestiones espinosas, negando por ejemplo que el castellano esté perseguido. Su acercamiento a los socialistas para recabar apoyos de cara a las elecciones de mayo ha provocado de hecho tensiones entre la militancia de ciudadanos, cuyos cuadros en Barcelona le afean que vaya por libre y no les quiera tener en cuenta en la lista.

El perfil independiente por parte de Valls se había puesto de manifiesto también con la ausencia de líderes de Ciudadanos en sus intervenciones públicas. No será hasta este miércoles, en un acto en el Conservatori del Liceu sobre los 40 años de la Constitución, que el alcaldable coincidirá por primera vez encima de un escenario con los dos principales líderes del partido, Albert Rivera e Inés Arrimadas.

Mensajes de apoyo por el 'escrache' recibido
Medio centenar de personas, convocadas por el colectivo Putas Libertarias del Raval, ha tratado de impedir el acto de Manuel Valls este martes en el Raval, abucheándolo antes, durante y después de su intervención. Tras la protesta, el candidato a la alcaldía ha recibido el apoyo con mensajes en Twitter de varios líderes de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, Inés Arrimadas o Albert Rivera.

Pero no solo desde el partido naranja han mostrado su rechazo al escrache. También lo ha hecho desde el PSC el primer secretario Miquel Iceta. "Condenamos como siempre todo acto de coacción, violencia o intimidación. La convivencia exige respeto", ha expresado el dirigente socialista.

https://www.eldiario.es/catalunya/Manuel-Valls-Pen-Vox-Andalucia_0_842716282.html
 
No es adoctrina, sino informar a sus alumnos que es la ultraderecha y lo que significó para la Europa de entreguerras que desemboscó en ls Guerra Civil Española y en la Ii Guerra Mundial.
Uy me olvidaba que esta gente niega el Holocausto y lo que hizo Franco

Les podrá enseñar historia, pero la labor de un profesor no es orientar políticamente a sus alumnos

y no es un caso aislado

pero repito y leete el hilo de este señor, no habla de que no hayan entendido la historia, sino de que no les ha podido adoctrinar políticamente para que voten lo que él quiere, es gravísimo!
 
Se ha puesto la piel de corderito manso para intentar ocultar al lobo, pero a pesar de su tono de voz susurrante se le notaba muy tenso, la mandíbula se le desencajaba cada vez que sacaba una sonrisa.

No lo vi anoche, lo he visto hace un rato, y fuera de bromas, parece que ha envejecido de un dia para otro.
 
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