ETA

De GAL debemos de añadir las torturas....
Se debería de crear una Comisión de la Verdad porque la verdad absoluta no la tiene una parte. ...
En la piel de Toro hay mucho odio hacia vascos y catalanes ... vamos por muy mal camino.

¿La piel de Toro?
¿Quieres decir España?

Eso si que parece odio, no poder ni escribir el nombre de nuestro país. O escribirlo con faltas de ortografía. Como los niños pequeños: si me tapo los ojos, lo que hay a mi alrededor desaparece.
 
Última edición:
En España hay un conflicto irresuelto entre "españoles" (nacionalistas españoles, mayormente de tradición franquista) y "anti-españoles" (nacionalistas vascos y catalanes, mayormente de tradición republicana y libertaria). Un conflicto de soberanía que ha estado muy presente a lo largo de 500 años de Historia al sur de los Pirineos en la forma de rebeldías, insurrecciones, revueltas, foralismos, carlismos, guerras, revoluciones, terrorismos, subversiones, "procesos" varios; que se manifiesta abiertamente con la caída del imperio en 1898, cuando se forman los partidos políticos nacionalistas e independentistas; y que estalla en el sXX en la forma de una guerra civil.

Y hasta aquí hemos llegado. Unos han matado / han muerto en nombre la sagrada unidad de España y otros han matado / han muerto en nombre de Euskal Herria y Catalunya Lliure. Y a cada cual le duelen sus muertos. Y desde ese dolor cada cual monta su relato o sus historias particulares y familiares que juntas conforman una Historia colectiva. Porque los pueblos tienen memoria.

Hoy por fin todos hemos entendido en España que matando no se arregla nada, que los diferendos en el s XXI se arreglan en una mesa de negociación y se refrendan en las urnas. Que los nacionalismos históricos y la Guerra Fria pertenece al s XX . Que con el cambio de siglo se disuelven ETA, GRAPO, Terra Lliure, GAL, como cuarenta años antes se disolvió el Movimiento Nacional y como mañana se disolverá la famiglia borbónica heredera de Franco. Celebremos los estertores de un pasado oscuro y la llegada de una nueva etapa, más civil, más política, más pacífica, más feliz.

España tiene una historia / configuración muy particular que requiere soluciones muy particulares. Y si no somos capaces de encontrarlas juntos en el marco de una Europa supranacional (UE), España tendrá que dejar de ser tal como la conocemos hoy (como un Estado único) y tampoco pasa nada. Irlanda ya no forma parte del RU (y puede que Escocia en un futuro tampoco) y no es el fin del mundo. No hay unión eterna si no es porque las partes así lo deseen. Parece evidente, pero hay quien se resiste a aceptar la realidad.

Ni un muerto más por España. A sentarse a hablar.
 
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¿La piel de Toro?
¿Quieres decir España?

Eso si que parece odio, no poder ni escribir el nombre de nuestro país. O escribirlo con faltas de ortografía. Como los niños pequeños: si me tapo los ojos, lo que hay a mi alrededor desaparece.
Yo no odio a nadie, pero me cuesta nombrarla cuando en su nombre nos están machando día si día no. Os parece normal los titulares de hoy de la prensa que equiparan al Independismo catalán con ETA.... País surrealista es lo que es.
 
algunos no pueden aceptar que se haya acabado ETA porque se quedan sin discurso. Sin discurso y sin argumentos para criminalizar a la izquierda abertzale (y la izquierda republicana en general), que es lo que verdaderamente les solivianta y les quita la paz, más allá de las víctimas. Son tan obvios! Cuanto odio reconcentrado llevan en el cuerpo contra quien disiente de su idea de España, una, grande y tralalá.

It's over, c'est fini, se acabó. ETA. Y cierta idea de España también. Bienvenido sea.
 
Última edición por un moderador:
Yo no odio a nadie, pero me cuesta nombrarla cuando en su nombre nos están machando día si día no. Os parece normal los titulares de hoy de la prensa que equiparan al Independismo catalán con ETA.... País surrealista es lo que es.

¿Machaque?
¿Llamas machaque a la muy legal y constitucional reacción de los partidos políticos que han apoyado al gobierno de España para impedir que una banda de desaprensivos golpistas se salte la legalidad del Estatuto y de la Constitución?

Machaque por las quejilas.

Y otra cosa: El término "piel de toro" para no tener que mencionar a a España (cosa cutre donde las haya y que sí implica odio, en mi opinión) es muy rancio, como algo propio de procurador en Cortes por el tercio de cabezas de familia. Rancio e inexacto: Lo acuñó Estrabón para describir la forma de la Península Ibérica. El mapa de España se parece a una piel de toro como Viledo a un ser pensante
 
algunos no pueden aceptar que se haya acabado ETA porque se quedan sin discurso. Sin discurso y sin argumentos para criminalizar a la izquierda abertzale (y la izquierda republicana en general), que es lo que verdaderamente les solivianta y les quita la paz, más allá de las víctimas. Son tan obvios! Cuanto odio reconcentrado llevan en el cuerpo contra quien disiente de su idea de España, una, grande y tralalá.

It's over, c'est fini, se acabó. ETA. Y cierta idea de España también. Bienvenido sea.

Que putada les han hecho a un año las elecciones y ETA desaparece y ¿ahora? se han quedado sin discurso ¿Cuál va a ser su relato? conque van azuzar a unos ciudadanos contra otros, el gobierno de la nación ha perdido el respeto internacional el no querer visibilizar el fin ETA y seguir acosando a ciudadanos catalanes sin demostrar a las autoridades de Alemania, Bélgica y UK las pruebas que demuestren que el gobierno de Puigdemont ha cometido los delitos de los que se les acusa.
Váyase Sr. M.Rajoy ya han dejado el país en bancarrota y no creo que le puedan hacer mas daño
 
Dolor múltiple, derechos vulnerados y represión ilegal: la otra historia de ETA
Los sesenta años de terrorismo estuvieron acompañados por la respuesta violenta del Estado, ya fuese mediante la guerra sucia o la práctica de torturas. También se oficializó el “Todo es ETA” para cerrar diarios o criminalizar a distintas asociaciones. Las distintas víctimas tampoco recibieron el mismo tratamiento.

BILBAO
02/05/2018 21:53 Actualizado: 03/05/2018 06:30
DANILO ALBIN

@danialri
No tuvieron ninguna base de submarinos. Tampoco dirigieron diarios ni daban clases en ikastolas. Nada de eso es cierto. Da igual. O mejor dicho, dio igual. Durante largos años, la existencia de ETA sirvió para justificar (o directamente inventarse) todo tipo de redadas policiales, censuras o y hasta cierres de medios de comunicación. Todo ello formó parte de la época violenta que esta semana se cerrará definitivamente en Euskadi con la desaparición de la organización ya desarmada.

Las cuentas claras. En sesenta años de existencia, ETA asesinó a 829 personas. Entre sus víctimas hubo políticos, policías (nacionales y autonómicos), guardias civiles, periodistas… La mayor parte de los crímenes fueron aclarados y sus responsables (jurídicamente hablando) condenados. En momentos álgidos, las cárceles españolas y francesas (más las primeras que las segundas) llegaron a encerrar a casi 800 presos acusados de tener algún tipo de vinculación con el terrorismo. Las víctimas, por su parte, han sido reconocidas e indemnizadas por el Estado en prácticamente todos los casos.

Hoy ya nadie pone en duda el sufrimiento causado por el terrorismo. No lo niega ni la propia ETA, que en un comunicado hecho público hace un par de semanas reconoció el daño que sus acciones provocaron y pidió perdón a las víctimas. Un perdón que despertó críticas, ya que en esa declaración (posiblemente la penúltima) enfocaba las disculpas en las “ciudadanas y ciudadanos sin responsabilidad en el conflicto”. En términos generales, mostró su “respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto”. “Lo sentimos de veras”, expresó.

¿Cómo empezó todo esto? Según los datos puramente historiográficos, Euskadi Ta Askatasuna (Patria Vasca y Libertad, según su significado en euskera) nació en 1959. O lo que es lo mismo, en plena dictadura franquista. Durante sus primeras décadas sufrió varias escisiones, hasta configurarse en ETA-Militar o, lisa y llanamente, ETA. En España se le llamó siempre banda terrorista, aunque numerosos medios de prensa internacionales la han catalogado, y siguen catalogándola, como “organización separatista” o “independentista”.

¿Qué significó ETA para la sociedad vasca? Para el sociólogo Imanol Zubero, quien además formó parte de la creación de Gesto por la Paz y fue senador por el PSE, resulta difícil encontrar el término exacto. “Ha habido varios momentos y etapas en las que la sociedad vasca ha reaccionado de forma distinta ante el fenómeno de ETA”, explicó a Público.

Zubero diferencia ese “primer momento” en el que la existencia de una organización armada era vista como una reacción a la dictadura franquista con el que llegó “a partir de la transición y la amnistía”. Entonces ETA decidió continuar. “Ahí empezaron los cuestionamientos por una parte muy importante de la sociedad, que se pregunta por el sentido de la acción de ETA. Aun así, seguíamos viviendo en un contexto de acción-reacción: por ejemplo, en 1981 ETA asesina a José María Ryan (ingeniero de la central nuclear de Lemoiz), y a los pocos días aparece asesinado Joxe Arregi (militante de ETA). Era difícil ir más allá”, sostiene este sociólogo.

“La valoración sobre su actividad habría que hacerla dependiendo de la época y de cada momento”, dice por su parte el ex consejero de Justicia del Gobierno Vasco Joseba Azkarraga, quien pone sobre la mesa una cuestión compleja: “cuando se plantea que ETA no tiene que marcar diferencias entre unas víctimas y otras y decir que se equivocó con todas ellas, igual la pregunta que habría que hacer es si vale ese mismo criterio para los casos de Melitón Manzanas y Carrero Blanco”, afirmó. Ambos murieron en acciones cometidas por la organización vasca en agosto de 1968 y diciembre de 1973 respectivamente.

Terror contra el terror
El espiral de violencia que marcó las décadas posteriores de sobra conocido, fundamentalmente cuando se trata de las víctimas provocadas por ETA. Sin embargo, ahí entra en escena otro protagonista de esta historia que no siempre tuvo el lugar merecido: el terrorismo de Estado. El señor X dando órdenes. El ojo por ojo. El terror, nunca mejor dicho, que usted también pagó con su dinero.

“Sin dejar de señalar que ETA fue una organización criminal, no podemos olvidar que también se han producido otras graves violaciones a los derechos humanos en España durante todo este periodo”, señala a este periódico Andrés Krakenberger, ex presidente de la sección española de Amnistía Internacional y actual responsable de la Asociación Pro Derechos Humanos Argituz.

De acuerdo a un informe publicado por el Gobierno Vasco en 2014, existen 67 víctimas mortales del denominado “contraterrorismo”. Cuarenta fueron producidas por el Batallón Vasco Español y las restantes 27 por el GAL. Según ese mismo informe, el 62% de esos crímenes siguen sin ser esclarecidos.



Felipe González acompaña al exministro de Interior Jose Barrionuevo y al ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, en su ingreso en la prisión de Guadalajara, tras ser condenado a diez años de cárcel en el juicio por los GAL, en junio de 1998. AFP/Dominique Faget

En el caso de las víctimas provocadas por ETA, el Gobierno Vasco estableció en ese informe que existen 197 casos sin resolver (archivados o sobreseídos), lo que supone, según ese documento, el 23,20%. No obstante, organizaciones de víctimas como COVITE o AVT aseguran que esa cifra asciende a más de 300.

“Conflicto moral”
Más allá de las cifras, Zubero destaca que esos contextos de “violencia terrorista, abusos policiales o terrorismo de estado” colocaron a la sociedad vasca “ante un conflicto moral”. “En algunos momentos nos sensibilizamos más por unas cosas que por otras, incurriendo en contradicciones éticas muy fuertes de las que seguramente ninguna ni ninguno hemos salido limpios”, reflexiona.

“Desde Gesto por la Paz denunciábamos que no podía ser que en función de quién cometiese un acto, lo justificaras o no. De hecho, nos costaba mucho explicar, y explicarnos incluso a nosotros mismos, que no teníamos que tener simpatía por el diablo, que si había una tortura, había que condenarla. Incluso la muerte de un militante de ETA cuando le explotaba una bomba tenía un elemento de reflexión que debíamos hacer”, continúa el sociólogo.

Las diferencias de las que habla Zubero no sólo fueron realizadas por la sociedad, sino también por el Estado. No en vano, muchas víctimas de la guerra sucia siguen sin ser reconocidas como tales. Precisamente por eso, Krakenberger cree que tras la desaparición de ETA deberán realizarse “grandes esfuerzos para aplicar un principio básico: a igual conculcación, mismos derechos”. “En otras palabras, la misma conculcación debe generar los mismos derechos, sea quien sea el autor de esa conculcación. Aquí, desgraciadamente, no se han producido los mismos derechos en la gran mayoría de casos”, afirmó.

“Lo que no se puede entender es que la responsabilidad del dolor sufrido en este país sea solamente de ETA. No se debe cerrar esta historia cargando todas las responsabilidades y culpas sobre una de las partes, porque sería absolutamente injusto, y además significaría cerrar este capítulo en falso”, valora por su parte el ex consejero Azkarraga.

De la guerra sucia al “Todo es ETA”
Al terror de estado contra el terror de ETA se sumó posteriormente otro elemento: la utilización de la excusa de la violencia en Euskadi para criminalizar a partidos políticos, entidades sociales, ikastolas (escuelas privadas de enseñanza en euskera), euskaltegis (centros de alfabetización para adultos), diarios, revistas, radios… El “Todo es ETA” sea amplió hasta niveles insospechables y provocó distintos procedimientos policiales y judiciales que acabaron con numerosas personas en prisión.




Un empleado municipal tapa una pintada que pone 'ETA, el pueblo está contigo', en Gernica, en octubre de 2011, al día siguiente del anunio de la organización terrorista del cese de su actividad armada. REUTERS/Vincent West

“Creo que al final también ETA ha sido un lastre en la democratización del Estado español. En algunos casos por temas puramente de seguridad y en otros porque determinadas opciones políticas utilizaban a ETA como excusa para tirar hacia atrás en lugar de hacerlo para adelante”, comenta Krakenberger.

Ha habido casos emblemáticos, como el cierre del periódico Egunkaria y las torturas sufridas por sus responsables. Ahí entra, precisamente, otro capítulo de la historia negra de este país: los malos tratos y vejámenes perpetrados por funcionarios del Estado a personas detenidas por causas vinculadas (en el más amplio sentido del concepto) a ETA. Según un informe elaborado recientemente por el Instituto Vasco de Criminología para el Gobierno Vasco, entre 1960 y 2014 se produjeron 4.113 casos de torturas.

¿Hubo condenas? Pocas. Muy pocas. De acuerdo a ese mismo estudio, “desde 1978 hasta la actualidad sólo se constatan 20 sentencias condenatorias sobre denuncias de casos sucedidos entre los años 1979 a 1992 a personas detenidas e incomunicadas por su presunta relación con el terrorismo. Con posterioridad a ese año, pese al número de denuncias judiciales interpuestas, no se han producido condenas”, señala. La impunidad salió ganando.
 
El final de ETA Personalidades internacionales certifican el final de ETA y llaman a Rajoy a aprovechar este momento histórico
El palacete del País Vasco francés donde vivió el poeta Edmond Rostand, autor de Cyrano de Bergerac, acoge un histórico encuentro que sirve como aval de la disolución de ETA en Euskadi. El ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, expresó su adhesión mediante una carta.



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El británico Jonathan Powell (c), durante la lectura del comunicado que certifica el fin de ETA, acompañado de un grupo de personalidades políticas internacionales en una conferencia en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains. EFE/ Juan Herrero

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04/05/2018 12:28 Actualizado: 04/05/2018 15:23
DANILO ALBIN

@danialri
Tono solemne, miradas cómplices y suspiros varios. Así, entre inocultables gestos de satisfacción, una amplia representación de políticos, sindicalistas y personalidades internacionales de distintos ámbitos han aterrizado este viernes en Kanbo, una pequeña localidad del País Vasco francés, para certificar que ETA ya es parte de la historia. El objetivo era hablar de lo que pasó esta semana, pero también de lo que deberá pasar a partir de la siguiente. La idea es clara: si no hay terrorismo, ya no debe existir una política de excepcionalidad.

“Recurrir únicamente a la seguridad y a la cárcel es raramente eficaz. Esta frase, extraída de la declaración final dada a conocer en torno a las 13.30 en Villa Arnaga, el caserón neoclásico donde vivió el célebre escritor Edmond Rostand, autor de Cyrano de Bergerac.

El Foro Social Permanente, la organización Bake Bidea (Camino a la Paz) y los mediadores del Grupo Internacional de Contacto (GIC) eligieron este palacete al otro lado de la frontera para celebrar lo que bautizaron como “Encuentro Internacional para avanzar en la resolución del conflicto en el País Vasco”, título que se dio a conocer hace ya varios días, cuando aún había innumerables dudas sobre cómo y cuándo se produciría la declaración de disolución de ETA.

El misterio se desveló el jueves, cuando un comunicado escrito y un mensaje de audio grabado por Marixol Iparragirre y Josu Urrutikoetxea confirmaba la desaparición. Esa declaración final era clave de cara al acto de este viernes en Kanbo, que ha contado con la participación de varias personalidades internacionales. Prácticamente todas pidieron que sus datos se mantuvieron en absoluto hermetismo hasta que llegaran al encuentro, básicamente por temor a las “presiones” que pudiese ejercer el gobierno español para evitar su presencia.




El abogado Brian Currin, el político irlandés Gerry Adams y el alcalde de Bayona Jean Rene Etchegary se hacen una foto ante de la reunión de un grupo de personalidades políticas internacionales en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains para avalar el final de ETA. REUTERS / Vincent West

Entre esos invitados internacionales estaban el ex director del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus; el ex primer ministro de Irlanda, Berti Ahern; el político mexicano Cuathémoc Cárdenas –fundador del Partido de la Revolución Democrática, ex candidato a la presidencia del país y actual coordinador de asuntos internacionales del Gobierno de la Ciudad de México-; el histórico líder del Sinn Fein, Gerry Adams; y Jonathan Powell, diplomático británico y asesor del ex primer ministro Tony Blair en el proceso de paz que se desarrolló en Irlanda del Norte.

Todos ellos se han dejado fotografiar en los jardines de Villa Arnaga junto al abogado sudafricano Brian Currin, jefe del GIC –un grupo que ha trabajado intensamente para lograr el final de ETA-, y Jean-René Etchegaray, alcalde de Baiona y presidente de la Mancomunidad Única del País Vasco francés, un cargo que le eleva al nivel de “lehendakari” a este otro lado de la frontera. Currin y Etchegaray hicieron de anfitriones, al igual que Agus Hernán y Anais Funosas, caras visibles del Foro Social Permanente y Bake Bidea respectivamente.

La lista de asistentes se completaba con una amplia representación de cargos electos del País Vasco francés –han acudido integrantes de todos los partidos a excepción del ultraderechista Frente Nacional-. Desde este lado de la frontera han acudido dirigentes del PNV –con su presidente Andoni Ortuzar a la cabeza-, EH Bildu y Podemos Euskadi, mientras que PSE y PP optaron por no participar.




El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y el dirigente de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, saludan a Brian Currin antes del inicio de la reunión en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains para avalar el fin de ETA. EFE/Juan Herrero

Tampoco ha habido representación oficial de los gobiernos de Euskadi y Navarra, cuyos máximos responsables, Iñigo Urkullu y Uxue Barkos, protagonizarán este viernes a la tarde una comparecencia conjunta, en la que darán a conocer una declaración propia. Quienes sí han aceptado la invitación han sido los representantes de los sindicatos ELA, LAB y UGT.

“Las heridas perduran”
Más allá de la expectativa creada entre las ausencias y presencia, el momento clave de la jornada llegó a última hora de la mañana, cuando los participantes volvieron a salir al jardín para dar a conocer la declaración oficial. La lectura de la versión en euskera estuvo a cargo de Irati Cuevas, una joven de 21 años oriunda de Gernika, la villa salvajemente bombardeada hace 81 años por la Legión Cóndor siguiendo órdenes del franquismo. Junto a ella estuvieron Camdesus, Powell y Cárdenas, quienes se encargaron de leer el texto en francés, inglés y castellano respectivamente.

En ese manifiesto final, los expertos internacionales destacaron los pasos dados desde la Conferencia Internacional de Aiete en octubre de 2011, un evento que sirvió de antesala al cese de la violencia definitiva anunciado por ETA pocos días después. “Creíamos que había una verdadera oportunidad de superar el último enfrentamiento armado en Europa”, destacaron. Sobre ese punto, lamentaron la falta de involucramiento del gobierno español en un proceso de paz.

“Ayer ETA anunció su decisión de dejar de existir. Es un momento histórico para toda Europa, ya que marca el fin del último grupo armado en todo el continente”. No obstante, reconocieron que faltan esfuerzos duraderos para la normalización de la vida cotidiana en la región” y destacaron que las “heridas profundas perduran” y que “familias y comunidades permanecen divididas”. Al respecto, saludaron la declaración dada a conocer por ETA el pasado 20 de abril, en la que reconoció el daño causado, aunque indicaron también que “debe haber más esfuerzos para reconocer a las víctimas” y que “todas las partes deben ser honestas” en torno al pasado.




Los periodistas siguen la intervención de Gerry Adams, en una conferencia en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains para certificar el final de ETA. EFE/ Juan Herrero

En ese capítulo de las apelaciones, hubo otra claramente dirigida al gobierno de Rajoy, que durante todo este tiempo ha estado instalado en el inmovilismo: “La paz no es un juego de suma cero, sino un asunto de voluntad política”.

El aplauso de Kofi Annan
Antes de que se diera a conocer esta declaración, los principales invitados internacionales realizaron pequeñas intervenciones en el interior del palacete. Camdessus fue el encargado de transmitir el mensaje del ex secretario general de la ONU Koffi Annan, quien no pudo estar presente en esta jornada. Todos los presentes recordaban que en 2011, este Premio Nobel de la Paz tuvo un papel preponderante en la Cumbre de Aiete. Hoy también lo ha tenido.




La Villa Arnaga en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains, lugar de la conferencia de personalidades políticas internacionales para avalar el final de ETA. EFE/ Juan Herrero

En su mensaje escrito, Annan ha querido expresar que se trata del “final de un capítulo difícil de la historia de España”. “Esta declaración demuestra que el diálogo político es crucial para construir una paz duradera”, remarcó. Si bien aún “queda mucho por hacer para sanar las heridas y volver a construir las relaciones rotas por 40 años de conflicto”, subrayó que se acaba de poner fin “al último conflicto armado de Europa”. “Este día se tendría que celebrar en toda Europa”, comentó. Mientras en Kanbo aplaudían el mensaje de Annan, los medios combinaban esta cobertura con el mensaje institucional que Mariano Rajoy ofrecía desde La Moncloa.

“La venganza no es una solución”
Precisamente, durante las intervenciones que se realizaron en Villa Arnaga hubo distintas apelaciones al gobierno español. “El enfado no es una política y la venganza no es una solución”, dijo por ejemplo Gerry Adams, quien invitó al Ejecutivo de Madrid a aprovechar el momento actual y acercar a los presos vascos a cárceles de Euskadi. “Durante las guerras se mata al enemigo, pero construir la paz es mucho más difícil”, reflexión el líder irlandés.


Por su parte, Powell destacó que se trataba de un momento histórico para Euskadi, para España” y para el resto del viejo continente, ya que a partir de ahora habrá “una Europa sin violencia política”, lo cual convierte al País Vasco en un “ejemplo para todos los conflictos que siguen existiendo”. En esa misma línea apuntó Brian Currin, quien llamó a seguir trabajando en los ámbitos aún pendientes: la “reconciliación” con las víctimas –algo en lo que admitió que existen “dificultades”- y la situación de los presos.
 
En España hay un conflicto irresuelto entre "españoles" (nacionalistas españoles, mayormente de tradición franquista) y "anti-españoles" (nacionalistas vascos y catalanes, mayormente de tradición republicana y libertaria). Un conflicto de soberanía que ha estado muy presente a lo largo de 500 años de Historia al sur de los Pirineos en la forma de rebeldías, insurrecciones, revueltas, foralismos, carlismos, guerras, revoluciones, terrorismos, subversiones, "procesos" varios; que se manifiesta abiertamente con la caída del imperio en 1898, cuando se forman los partidos políticos nacionalistas e independentistas; y que estalla en el sXX en la forma de una guerra civil.

Y hasta aquí hemos llegado. Unos han matado / han muerto en nombre la sagrada unidad de España y otros han matado / han muerto en nombre de Euskal Herria y Catalunya Lliure. Y a cada cual le duelen sus muertos. Y desde ese dolor cada cual monta su relato o sus historias particulares y familiares que juntas conforman una Historia colectiva. Porque los pueblos tienen memoria.

Hoy por fin todos hemos entendido en España que matando no se arregla nada, que los diferendos en el s XXI se arreglan en una mesa de negociación y se refrendan en las urnas. Que los nacionalismos históricos y la Guerra Fria pertenece al s XX . Que con el cambio de siglo se disuelven ETA, GRAPO, Terra Lliure, GAL, como cuarenta años antes se disolvió el Movimiento Nacional y como mañana se disolverá la famiglia borbónica heredera de Franco. Celebremos los estertores de un pasado oscuro y la llegada de una nueva etapa, más civil, más política, más pacífica, más feliz.

España tiene una historia / configuración muy particular que requiere soluciones muy particulares. Y si no somos capaces de encontrarlas juntos en el marco de una Europa supranacional (UE), España tendrá que dejar de ser tal como la conocemos hoy (como un Estado único) y tampoco pasa nada. Irlanda ya no forma parte del RU (y puede que Escocia en un futuro tampoco) y no es el fin del mundo. No hay unión eterna si no es porque las partes así lo deseen. Parece evidente, pero hay quien se resiste a aceptar la realidad.

Ni un muerto más por España. A sentarse a hablar.

Sí, mucho pedir estados independientes pero cuándo van mal dadas económicamente es el gobierno central el que tiene que poner la pasta endeudando más al resto de españoles, así es imposible llegar a acuerdo ninguno como comprenderás ( léase pensiones, IVA, sociedades, Fla y demás liquideces extra...)
 
Dolor múltiple, derechos vulnerados y represión ilegal: la otra historia de ETA
Los sesenta años de terrorismo estuvieron acompañados por la respuesta violenta del Estado, ya fuese mediante la guerra sucia o la práctica de torturas. También se oficializó el “Todo es ETA” para cerrar diarios o criminalizar a distintas asociaciones. Las distintas víctimas tampoco recibieron el mismo tratamiento.

BILBAO
02/05/2018 21:53 Actualizado: 03/05/2018 06:30
DANILO ALBIN

@danialri
No tuvieron ninguna base de submarinos. Tampoco dirigieron diarios ni daban clases en ikastolas. Nada de eso es cierto. Da igual. O mejor dicho, dio igual. Durante largos años, la existencia de ETA sirvió para justificar (o directamente inventarse) todo tipo de redadas policiales, censuras o y hasta cierres de medios de comunicación. Todo ello formó parte de la época violenta que esta semana se cerrará definitivamente en Euskadi con la desaparición de la organización ya desarmada.

Las cuentas claras. En sesenta años de existencia, ETA asesinó a 829 personas. Entre sus víctimas hubo políticos, policías (nacionales y autonómicos), guardias civiles, periodistas… La mayor parte de los crímenes fueron aclarados y sus responsables (jurídicamente hablando) condenados. En momentos álgidos, las cárceles españolas y francesas (más las primeras que las segundas) llegaron a encerrar a casi 800 presos acusados de tener algún tipo de vinculación con el terrorismo. Las víctimas, por su parte, han sido reconocidas e indemnizadas por el Estado en prácticamente todos los casos.

Hoy ya nadie pone en duda el sufrimiento causado por el terrorismo. No lo niega ni la propia ETA, que en un comunicado hecho público hace un par de semanas reconoció el daño que sus acciones provocaron y pidió perdón a las víctimas. Un perdón que despertó críticas, ya que en esa declaración (posiblemente la penúltima) enfocaba las disculpas en las “ciudadanas y ciudadanos sin responsabilidad en el conflicto”. En términos generales, mostró su “respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto”. “Lo sentimos de veras”, expresó.

¿Cómo empezó todo esto? Según los datos puramente historiográficos, Euskadi Ta Askatasuna (Patria Vasca y Libertad, según su significado en euskera) nació en 1959. O lo que es lo mismo, en plena dictadura franquista. Durante sus primeras décadas sufrió varias escisiones, hasta configurarse en ETA-Militar o, lisa y llanamente, ETA. En España se le llamó siempre banda terrorista, aunque numerosos medios de prensa internacionales la han catalogado, y siguen catalogándola, como “organización separatista” o “independentista”.

¿Qué significó ETA para la sociedad vasca? Para el sociólogo Imanol Zubero, quien además formó parte de la creación de Gesto por la Paz y fue senador por el PSE, resulta difícil encontrar el término exacto. “Ha habido varios momentos y etapas en las que la sociedad vasca ha reaccionado de forma distinta ante el fenómeno de ETA”, explicó a Público.

Zubero diferencia ese “primer momento” en el que la existencia de una organización armada era vista como una reacción a la dictadura franquista con el que llegó “a partir de la transición y la amnistía”. Entonces ETA decidió continuar. “Ahí empezaron los cuestionamientos por una parte muy importante de la sociedad, que se pregunta por el sentido de la acción de ETA. Aun así, seguíamos viviendo en un contexto de acción-reacción: por ejemplo, en 1981 ETA asesina a José María Ryan (ingeniero de la central nuclear de Lemoiz), y a los pocos días aparece asesinado Joxe Arregi (militante de ETA). Era difícil ir más allá”, sostiene este sociólogo.

“La valoración sobre su actividad habría que hacerla dependiendo de la época y de cada momento”, dice por su parte el ex consejero de Justicia del Gobierno Vasco Joseba Azkarraga, quien pone sobre la mesa una cuestión compleja: “cuando se plantea que ETA no tiene que marcar diferencias entre unas víctimas y otras y decir que se equivocó con todas ellas, igual la pregunta que habría que hacer es si vale ese mismo criterio para los casos de Melitón Manzanas y Carrero Blanco”, afirmó. Ambos murieron en acciones cometidas por la organización vasca en agosto de 1968 y diciembre de 1973 respectivamente.

Terror contra el terror
El espiral de violencia que marcó las décadas posteriores de sobra conocido, fundamentalmente cuando se trata de las víctimas provocadas por ETA. Sin embargo, ahí entra en escena otro protagonista de esta historia que no siempre tuvo el lugar merecido: el terrorismo de Estado. El señor X dando órdenes. El ojo por ojo. El terror, nunca mejor dicho, que usted también pagó con su dinero.

“Sin dejar de señalar que ETA fue una organización criminal, no podemos olvidar que también se han producido otras graves violaciones a los derechos humanos en España durante todo este periodo”, señala a este periódico Andrés Krakenberger, ex presidente de la sección española de Amnistía Internacional y actual responsable de la Asociación Pro Derechos Humanos Argituz.

De acuerdo a un informe publicado por el Gobierno Vasco en 2014, existen 67 víctimas mortales del denominado “contraterrorismo”. Cuarenta fueron producidas por el Batallón Vasco Español y las restantes 27 por el GAL. Según ese mismo informe, el 62% de esos crímenes siguen sin ser esclarecidos.



Felipe González acompaña al exministro de Interior Jose Barrionuevo y al ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera, en su ingreso en la prisión de Guadalajara, tras ser condenado a diez años de cárcel en el juicio por los GAL, en junio de 1998. AFP/Dominique Faget

En el caso de las víctimas provocadas por ETA, el Gobierno Vasco estableció en ese informe que existen 197 casos sin resolver (archivados o sobreseídos), lo que supone, según ese documento, el 23,20%. No obstante, organizaciones de víctimas como COVITE o AVT aseguran que esa cifra asciende a más de 300.

“Conflicto moral”
Más allá de las cifras, Zubero destaca que esos contextos de “violencia terrorista, abusos policiales o terrorismo de estado” colocaron a la sociedad vasca “ante un conflicto moral”. “En algunos momentos nos sensibilizamos más por unas cosas que por otras, incurriendo en contradicciones éticas muy fuertes de las que seguramente ninguna ni ninguno hemos salido limpios”, reflexiona.

“Desde Gesto por la Paz denunciábamos que no podía ser que en función de quién cometiese un acto, lo justificaras o no. De hecho, nos costaba mucho explicar, y explicarnos incluso a nosotros mismos, que no teníamos que tener simpatía por el diablo, que si había una tortura, había que condenarla. Incluso la muerte de un militante de ETA cuando le explotaba una bomba tenía un elemento de reflexión que debíamos hacer”, continúa el sociólogo.

Las diferencias de las que habla Zubero no sólo fueron realizadas por la sociedad, sino también por el Estado. No en vano, muchas víctimas de la guerra sucia siguen sin ser reconocidas como tales. Precisamente por eso, Krakenberger cree que tras la desaparición de ETA deberán realizarse “grandes esfuerzos para aplicar un principio básico: a igual conculcación, mismos derechos”. “En otras palabras, la misma conculcación debe generar los mismos derechos, sea quien sea el autor de esa conculcación. Aquí, desgraciadamente, no se han producido los mismos derechos en la gran mayoría de casos”, afirmó.

“Lo que no se puede entender es que la responsabilidad del dolor sufrido en este país sea solamente de ETA. No se debe cerrar esta historia cargando todas las responsabilidades y culpas sobre una de las partes, porque sería absolutamente injusto, y además significaría cerrar este capítulo en falso”, valora por su parte el ex consejero Azkarraga.

De la guerra sucia al “Todo es ETA”
Al terror de estado contra el terror de ETA se sumó posteriormente otro elemento: la utilización de la excusa de la violencia en Euskadi para criminalizar a partidos políticos, entidades sociales, ikastolas (escuelas privadas de enseñanza en euskera), euskaltegis (centros de alfabetización para adultos), diarios, revistas, radios… El “Todo es ETA” sea amplió hasta niveles insospechables y provocó distintos procedimientos policiales y judiciales que acabaron con numerosas personas en prisión.




Un empleado municipal tapa una pintada que pone 'ETA, el pueblo está contigo', en Gernica, en octubre de 2011, al día siguiente del anunio de la organización terrorista del cese de su actividad armada. REUTERS/Vincent West

“Creo que al final también ETA ha sido un lastre en la democratización del Estado español. En algunos casos por temas puramente de seguridad y en otros porque determinadas opciones políticas utilizaban a ETA como excusa para tirar hacia atrás en lugar de hacerlo para adelante”, comenta Krakenberger.

Ha habido casos emblemáticos, como el cierre del periódico Egunkaria y las torturas sufridas por sus responsables. Ahí entra, precisamente, otro capítulo de la historia negra de este país: los malos tratos y vejámenes perpetrados por funcionarios del Estado a personas detenidas por causas vinculadas (en el más amplio sentido del concepto) a ETA. Según un informe elaborado recientemente por el Instituto Vasco de Criminología para el Gobierno Vasco, entre 1960 y 2014 se produjeron 4.113 casos de torturas.

¿Hubo condenas? Pocas. Muy pocas. De acuerdo a ese mismo estudio, “desde 1978 hasta la actualidad sólo se constatan 20 sentencias condenatorias sobre denuncias de casos sucedidos entre los años 1979 a 1992 a personas detenidas e incomunicadas por su presunta relación con el terrorismo. Con posterioridad a ese año, pese al número de denuncias judiciales interpuestas, no se han producido condenas”, señala. La impunidad salió ganando.

No deja de sorprenderme que tratéis con tanta soltura la violencia del estado y seáis tan "misericordes" con los asesinos de la pistola en la nuca..., conozco a much@s vasc@s a quienes les hierve la sangre al ver a mucha gente del resto de españa, que ni ha vivido ni sufrido los desmanes de esta gente y ahora van de buenistas con todo aquello que desconocen...
 

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