Si la razón para sacarla de la escena se debe, finalmente, a que "las circunstancias históricas y personales (de Letizia) son bien distintas (a las de Sofía)", entonces ¿para qué tanto celo en "prepararla", desde que era prometida, para asumir el rol de reina? No se entiende. Si no había candidata con "circunstancias históricas y personales" a la altura de Sofía, ¿para qué tanto paripé en darle un lugar de princesa y luego de reina consorte si la decisión final era llevarla a un segundo, tercer, cuarto... último plano? Insisto en que no se entiende. Y tampoco se entiende que las fuentes de Zarzuela (o quienes hayan difundido esta información) subestimen a tal grado al lector. Letizia perdió su propia batalla de ambición por ganarse el lugar para el que había quedado habilitada desde el Almudenazo (me encantaría saber cómo vive y percibe ella todo este proceso de eliminación), pero la Institución (la familia monárquica) es la gran perdedora de este pulso. Del "O esto o nada" (F VI dixit) al "nada" aceptado por el propio F VI, mientras Cachuzo y la Lacas deben estar retorciéndose de impotencia ante la caída del chiringuito. Patético.
Muy interesante lo que dices.
Yo creo que, como han apuntado otr@s forer@s, nadie se esperaba que el puesto le fuera a venir tan grande.
Pienso que el problema de la maricacas es que tiene un trastorno psicológico importante que le impide hacerse con un puesto de mero florero, que es lo que es. Todos estos años se ha dedicado a operarse la jeta, las t*tas y hasta los juanetes para ocultar que sus verdaderas carencias son mentales.
Parece increíble que una tía presuntamente sana no haya sido capaz de aprender a ejercer de objeto decorativo, que lo único que tenía que hacer era sonreír, vestirse discretamente y no dar el cante. Pero yo creo que con lo que no contaban ni el botijo, ni jc, ni la lacas, ni nadie en Zarzuela es con que esta tía estuviera como una chota, que me temo que es lo que ocurre.
La ortiz se coló en palacio porque era la que más ganas tenía de trincar la corona y para mí eso da una idea de su salud mental, que hay que tener la olla muy ida para estar desesperada por meterse en la casa real con todo lo que eso significa (su ex-novio Jim contaba que un día le dijo que había conocido al príncipe y la boñis le sometió a un tercer grado brutal sobre cómo era, cómo daba la mano, etc.; esta tía estaba obsesionada con entrar en la CR desde siempre).
El botijo tendría que haberse preguntado por qué una tía tan presuntamente moderna, independiente, profesional, etc. tenía semejantes ansias de prometerse con un príncipe.
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