Fiestón de doña Pi en Mallorca que sentará juntos a los Eméritos. Felipe acude sin Letizia.
- AutorDubois
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Imágenes inéditas, Lety en Zarzuelilla:
Que grande eres !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
se ha doblegado quizas, pero no "al poder" sino al "bien de su hija", es distinto...creo
al fin y al cabo, si Erika viviese, Letis hubiera propueto a Erika que fuera a esa escuela y, probablemente, hubiera ido ... tampoco hay que cortar puentes...basta con poner limites muy claros. Carla es prima de la Princesa de Asturias , tampoco la van a impedir que se traten.
Ignoraba que JC la haya llamado "la chacha", sabia de "la mutante" y la "p*ta" pero no me cuadra "chacha"
Por otro lado dudo que "se rian a mandibula batiente" cuando es, de facto, la reina y madre de la futura reina, amarga y hode a Felipe -y a todos- le resta muchos puntos (de los poquitos que ya tiene) y la dinastia Borbon esta en las ultimas con ellos porque esto es el acabose... con un panorama asi reirse es de locos...asi que para ellos esto no es un capitulo de "Benny Hill" ("GRACIETAS DE UNA INTRUSA EN EL MUNDO DE LAS ELITES CLASISTAS") sino un drama importante, como en cualquier familia donde una pieza como la Letis entra y rompe todos los lazos entre los miembros y pone un veneno y un mal rollo que atufa. Y eso que no sabemos de la misa ni la décima parte...
Se reirian cuando eran novios y nadie se creia que aquello fuera a buen puerto, se reiriran cuando eran principes, me temo que ahora se rien mucho menos... porque no da la risa ...incluido el JC que ha tenido que dejar la poltrona para salvarle el cu*o a su hijo y el careto de infelicidad de Felipe que vamas tenso por el mundo que yokese (meno mal que le dejamos casarse con la chica que eligio solito y nos impuso que si llegan a obligarle a seguir la pautas... ) Nadie se rie de tener a una Lety casada con un miembro de su familia. Es un marronazo.
La princesa Letizia, furiosa en Grecia y nadie sabe por qué...
el tema vá de largo.... @gus
http://www.eleconomista.es/evasion/...-furiosa-en-Grecia-y-nadie-sabe-por-que-.html
el tema vá de largo.... @gus
http://www.eleconomista.es/evasion/...-furiosa-en-Grecia-y-nadie-sabe-por-que-.html
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Y la más estilosa. Elena for President!Elena la mas simpatica!
Sólo faltaba 'ella'
Doña Juan Carlos y la Infanta Elena abandonan el cumpleaños de Doña Pilar de Borbón. BERNARDO PAZ
4 Comentarios
30/07/2016 22:08
Dios proveerá, pensé mientras me dirigía al aeropuerto de Barajas camino de no se sabe dónde. En teoría, de la Copa del Rey de Vela, cuya celebración tendría comienzo a partir del día 1 de agosto en la bahía de Palma de Mallorca. Las regatas son una cita obligada de los veranos reales, aunque este año, vista la lentitud con que transcurren las consultas del Rey con los líderes de los partidos, el nuevo Gobierno puede tardar en llegar.
No hay que ser un lince para suponer que, sin un Gobierno formado, Felipe VIno se moverá de Madrid. Si ya le ha costado moverse (a él, y en especial a su cónyuge) en las ocasiones en que todo está bajo control, qué no sucederá cuando la provisionalidad se eterniza y hasta el Congreso de los Diputados parece un gallinero.
Seguramente doña Pi habría preferido que su cumple fuera el 30 de noviembre en lugar del 30 de julio. Pero las cosas son como son, y gracias precisamente a la oportunidad del cumpleaños (ha cumplido 80, la misma edad que el Dúo Dinámico y el Papa Francisco), ayer todos los reyes (los A y los B, con la excepción de Letizia) almorzaron en Calviá para homenajear a la matriarca de la familia, arropada por hijos y nietos. Viva doña Pi.
Parece que fue ayer cuando a la hermana mayor del Rey emérito, el Ayuntamiento la puso firme por haber dado a su casa de Porto Pi más altura de la autorizada. El forcejeo entre la municipalidad y la dama fue intenso, pero ella no se arredró. «O todo o nada», dijo en un sonado acto de chulería. Y salió nada. A los pocos días, doña Pi mandó llamar a las excavadoras, que dejaron la casa reducida a escombros. Luego cogió el petate y se largó a Sotogrande, donde veraneaban muchas de sus amigas. Acababa así un jugoso capítulo de la historia veraniega de doña Pi. Atrás quedaban las vacaciones de Andratx, cuando vivía el duque de Badajoz y todos eran felices apiñados en el hostal Moderno. Luego vino la casita de los disgustos. También tenían un barco que se llamaba doña Pi, a juego con Porto Pi.
«Adiós para siempre», había dicho ella sin volver la vista atrás, con la furia borbónica a cuestas. Pasados unos años, regresó. Sin decir nada, construyó la casa de Calvià, una casa que goza de todas las bendiciones legales, pero la familia ya no era la de siempre. Ahora todo ha cambiado, y Juanito, el hermano del alma, apenas pisa la isla desde que abdicó. Hoy, quienes ocupan el lugar de Juanito se hacen los remolones y vienen tarde o se marchan pronto, y así todo el rato. La principal responsable de estas ausencias suele ser la Reina nueva, que para no variar, gasta pequeños piques con la familia de su esposo. Doña Sofía también hizo valer ese principio e impuso a los griegos en Marivent y, además, quiso ejercer la autoridad en otros muchos ámbitos, aunque el Rey no se dejó. Y cuando se dejaba, era a regañadientes. Luego le cedió a la Reina Sofía la educación de los hijos y el gobierno de los menús (como buena vegetariana, ella ponía acelgas sí o sí) y a cambio, exigió respeto para su libertad y libertad para comer chuletones en Lucio. Así las cosas, el Rey emérito ha puesto fin a las rencillas matrimoniales. Ahora está separado, pero bien comido.
Ayer, a las dos y cuarto del mediodía, el Rey Felipe, el Rey Juan Carlos, la Reina Sofía y la Infanta Elena hacían su entrada en la residencia de doña Pi; llegaron en sendos coches y se dejaron fotografiar resignadamente. No se mostraron enfadados ni contentos. Simplemente, pasaron el trance de la foto sin dar pistas. Alguien comentó que el Rey emérito llegó antes para irse el primero. No fue así. Don Juan Carlos aguantó hasta las 20.00 horas (el ágape fue abundante: caldereta de cigalas y tarta de cumple) y abandonó la casa en compañía de su hija Elena. Puede que su retraso fuera premeditado. A lo mejor aprovechó la sobremesa para retirarse a un aposento y disfrutar de una siestecita. Un par de horas antes había abandonado la fiesta Felipe VI, conduciendo su coche, junto a mamá Sofía de copiloto.
Doña Juan Carlos y la Infanta Elena abandonan el cumpleaños de Doña Pilar de Borbón. BERNARDO PAZ
4 Comentarios
30/07/2016 22:08
Dios proveerá, pensé mientras me dirigía al aeropuerto de Barajas camino de no se sabe dónde. En teoría, de la Copa del Rey de Vela, cuya celebración tendría comienzo a partir del día 1 de agosto en la bahía de Palma de Mallorca. Las regatas son una cita obligada de los veranos reales, aunque este año, vista la lentitud con que transcurren las consultas del Rey con los líderes de los partidos, el nuevo Gobierno puede tardar en llegar.
No hay que ser un lince para suponer que, sin un Gobierno formado, Felipe VIno se moverá de Madrid. Si ya le ha costado moverse (a él, y en especial a su cónyuge) en las ocasiones en que todo está bajo control, qué no sucederá cuando la provisionalidad se eterniza y hasta el Congreso de los Diputados parece un gallinero.
Seguramente doña Pi habría preferido que su cumple fuera el 30 de noviembre en lugar del 30 de julio. Pero las cosas son como son, y gracias precisamente a la oportunidad del cumpleaños (ha cumplido 80, la misma edad que el Dúo Dinámico y el Papa Francisco), ayer todos los reyes (los A y los B, con la excepción de Letizia) almorzaron en Calviá para homenajear a la matriarca de la familia, arropada por hijos y nietos. Viva doña Pi.
Parece que fue ayer cuando a la hermana mayor del Rey emérito, el Ayuntamiento la puso firme por haber dado a su casa de Porto Pi más altura de la autorizada. El forcejeo entre la municipalidad y la dama fue intenso, pero ella no se arredró. «O todo o nada», dijo en un sonado acto de chulería. Y salió nada. A los pocos días, doña Pi mandó llamar a las excavadoras, que dejaron la casa reducida a escombros. Luego cogió el petate y se largó a Sotogrande, donde veraneaban muchas de sus amigas. Acababa así un jugoso capítulo de la historia veraniega de doña Pi. Atrás quedaban las vacaciones de Andratx, cuando vivía el duque de Badajoz y todos eran felices apiñados en el hostal Moderno. Luego vino la casita de los disgustos. También tenían un barco que se llamaba doña Pi, a juego con Porto Pi.
«Adiós para siempre», había dicho ella sin volver la vista atrás, con la furia borbónica a cuestas. Pasados unos años, regresó. Sin decir nada, construyó la casa de Calvià, una casa que goza de todas las bendiciones legales, pero la familia ya no era la de siempre. Ahora todo ha cambiado, y Juanito, el hermano del alma, apenas pisa la isla desde que abdicó. Hoy, quienes ocupan el lugar de Juanito se hacen los remolones y vienen tarde o se marchan pronto, y así todo el rato. La principal responsable de estas ausencias suele ser la Reina nueva, que para no variar, gasta pequeños piques con la familia de su esposo. Doña Sofía también hizo valer ese principio e impuso a los griegos en Marivent y, además, quiso ejercer la autoridad en otros muchos ámbitos, aunque el Rey no se dejó. Y cuando se dejaba, era a regañadientes. Luego le cedió a la Reina Sofía la educación de los hijos y el gobierno de los menús (como buena vegetariana, ella ponía acelgas sí o sí) y a cambio, exigió respeto para su libertad y libertad para comer chuletones en Lucio. Así las cosas, el Rey emérito ha puesto fin a las rencillas matrimoniales. Ahora está separado, pero bien comido.
Ayer, a las dos y cuarto del mediodía, el Rey Felipe, el Rey Juan Carlos, la Reina Sofía y la Infanta Elena hacían su entrada en la residencia de doña Pi; llegaron en sendos coches y se dejaron fotografiar resignadamente. No se mostraron enfadados ni contentos. Simplemente, pasaron el trance de la foto sin dar pistas. Alguien comentó que el Rey emérito llegó antes para irse el primero. No fue así. Don Juan Carlos aguantó hasta las 20.00 horas (el ágape fue abundante: caldereta de cigalas y tarta de cumple) y abandonó la casa en compañía de su hija Elena. Puede que su retraso fuera premeditado. A lo mejor aprovechó la sobremesa para retirarse a un aposento y disfrutar de una siestecita. Un par de horas antes había abandonado la fiesta Felipe VI, conduciendo su coche, junto a mamá Sofía de copiloto.
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Lo que yo lamento es que se casara a la desesperada. Mejor un rey soltero (tiene sobrinos que pueden heredar) que esto. O mejor aún, nada de monarquía
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