La comparación con los hijos de Elena no me parece de recibo. Dos gandules, vividores donde los haya .
La jovencita es la gran propiciadora de lo que la está rodeando y ella deseando entrar de lleno en un lugar que ni le va ni siquiera sabe afianzarse en él. Su éxito personal sería formar definitivamente de ese mundo en el que se ha metido. En cuanto al hermano, su vida de crápula, zángano y niño de papá, si se refiriese a un ciudadano cualquiera pues sería uno más, pero resulta que ese status que debe precisamente al parentesco que tiene es el que le pone en la lista de lo productivo en cuanto a la divulgación de sus hazañas. Un pequeño precio que paga por su parentesco pero gracias al cual, el parentesco, tiene la relevancia personal que utiliza y dispone dentro de un marco indigno e impropio de una familia que tenga apropiada la imagen de lo egregio y distinguido con excelencias incluidas. Es noticia, en resumen. Y hay miembros de esa familia que no están de continuo en el punto de mira de prensa y demás. Pero fíjate, todo ese barullo existencial del que tanto abusó le ha valido para tener un ¿trabajo? nada menos que en Abu Dhabi donde no pagan precisamente en céntimos. Como para compadecerlo, a eso se le llama rentabilidad y de la buena.
En cuanto a los hijos de Cristina tengo la sensación de que han tenido un tipo de educación en que la discreción y el buen juicio han sido básicos. Y se nota. Que la joven Irene se vea mencionada por su vestuario pues nada que objetar, el periodismo va así y está a lo que puede cubrir, que se dice. En cuanto a ellos del mismo modo que se les cita siempre dentro de su estatus, si no no se les citaría, supongo estén educados para saber esquivar. Tienen un renombre, un renombre desde que nacen.
¿Se utiliza ese renombre para vivir por alegrias dejándolo suave? Pues a apechugar con la decisión.
Caso digno de mención es Maria Zurita, una mujer que sin menospreciar la relevancia nominal que le da la familia, ha sabido vivir su vida, llena, digna y ¡a su aire!
Los hechos en su justo medio, no unifiquemos. Las hijas del rey de España tienen a mano, dentro de poco, la decisión de continuar introducidas de lleno en la parafernalia que les toca por apellido o bien renunciar a ella, lo que no significa que no sigan siendo hijas de... con los beneficios que eso implica y posibles pequeñas molestias que no significan estar metidas en el mundillo de la información, sobre todo si saben y quieren esquivarlo, como está demostrado.
