Opiniones impopulares.

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Los niños no vienen esclavizados de serie al azúcar @Belyblas, si comen mierda es porque los padres traen la mierda en el carrito de la compra.

Entre obligarle a comer al niño algo que no le gusta, y prepararle el menú a la carta de guarrerías hay la opción de en medio, que es la de ofrecer lo que hay, y si no le gusta que no coma.

No cuesta nada ofrecer variedad de alimentos y preparaciones y si ves que el niño dentro de esa variedad pues hay alimentos que no le gustan, procurar cambiarlos por alimentos del mismo grupo que si le gusten, o si ves que cocinado de cierta forma sí, pero de otra forma pues no, cocinarle de la forma que sí le gusta. Si el crío por ejemplo disfruta de unas verduras al horno pero no traga las hervidas y tú al contrario no soportas las verduras al horno y amas las hervidas, pues que más te da hacer hervidas para tí y al horno para él? No, que se joda el niño y se coma las verduras hervidas, pero yo comer verduras al horno jamás!
En la operativa estamos de acuerdo @Aloha , pero ya verás como te va a pedir todos los días macarrones y arroz a la cubana en vez de legumbres. Y bizcocho en vez de manzana.

Y tu vas a decir: - No. Hoy hay garbanzos de cocido o al curri. Y No. Hoy toca fruta con yogur o bocata de queso. El jueves ( lunes, cuando sea) lo haremos.

Y se va a conformar con más o menos drama según su carácter. 🤷🏼‍♀️
 
Los niños no vienen esclavizados de serie al azúcar @Belyblas, si comen mierda es porque los padres traen la mierda en el carrito de la compra.
Amén, la gente come mucha mierda y normaliza en sus hijos el comerla. Muchas personas "adultas" no tienen ni pu.ta idea de cómo comprar para comer bien. Yo alucino de que madres se familia compren determinados productos (estoy pensando en congelados de mierda de Pescanova, por ejemplo) y se los den a sus hijos. En general, creo que donde peor se come es en las dos Castillas, porque la gente no tiene cultura de comprar pescado fresco o verdura fresca. En mi opinión. Luego hay personas que cocinan de pu.ta pena, aunque les pongas las mejores materias primas. Y luego hay incultas nutriciónales que incluso te aconsejan resolver una cena con un bocadillo de chorizo (aberrante para mí, pero leído en este foro incluso).
Comer bien es algo que aprendes de niño y si lo aprendes mal la *culpa" es del adulto que se encarga de tu alimentación.
Mi nena adora el pescado, pero es porque nos encanta en casa y la verdura ídem. La repostería sólo le gusta la casera y si hace ascos a algo es a los congelados o las fritangas, cosa que sólo le ha pasado en dos ocasiones contadas y fuera de casa.
Dale comida de calidad a un niño y verás que rápido aprende a rechazar la mierda.
 
En la operativa estamos de acuerdo @Aloha , pero ya verás como te va a pedir todos los días macarrones y arroz a la cubana en vez de legumbres. Y bizcocho en vez de manzana.

Y tu vas a decir: - No. Hoy hay garbanzos de cocido o al curri. Y No. Hoy toca fruta con yogur o bocata de queso. El jueves ( lunes, cuando sea) lo haremos.

Y se va a conformar con más o menos drama según su carácter. 🤷🏼‍♀️

Me hace mucha gracia el ejemplo, porque yo prefiero la pasta a las legumbres, pero el Alohito al contrario, no come pasta, no le gusta, pero lentejas y garbanzos si. Yo para comer legumbres tengo que comer pasta de legumbres, de las formas tradicionales la como solo si no tengo otra opción.
 
Yo de niña comía me gustara o no y las cucharadas previamente decididas por mis padres. A mí siempre me pareció normal.

Ahora que se que eso NO es normal, os leo y me parece tan egoísta que os dé igual si al niño le guste o no comerse algo. Si alguien forzara los límites de lo que os hace sentir cómodos con vuestro cuerpo, ¿no os sentirías fatal? Pues lo siento, pero obligar al niño a comer si no quiere y algo concreto no le gusta es muy similar.

Entiendo que no vais a hacer 300 comidas, pero en la comida que decidáis hacer, tened en cuenta los gustos y preferencias del niño también.

Pero lo de los gustos también se educa, eh? Hay adultos a quienes les gusta todo y adultos a quienes le da asco el 90 por ciento de la comida, y eso viene de la infancia. Cuando yo era pequeña se comía lo que había, no era un restaurante a la carta. Si le educas creyendo que la casa es un restaurante a la carta pedirá a la carta.
 
Pero lo de los gustos también se educa, eh? Hay adultos a quienes les gusta todo y adultos a quienes le da asco el 90 por ciento de la comida, y eso viene de la infancia. Cuando yo era pequeña se comía lo que había, no era un restaurante a la carta. Si le educas creyendo que la casa es un restaurante a la carta pedirá a la carta.

En mi casa era así también. Sí es cierto que mis padres (y abuelos, que también nos hacían de comer) aprendieron que hay cosas que por mucho que lo intentemos... No. Y esas cosas se eliminaban de los menús.
Por ejemplo: a mi no me gustan los garbanzos. Y no es que no me gusten, porque el humus me lo como a cucharadas, es su textura, que es ponerme uno en la boca y me dan hasta arcadas. Pues qué necesidad tenían mis padres de obligarme a comer garbanzos? No ganaban nada diciéndome: tres cucharadas de esto o no hay postre, porque sabían que conforme entraban iban a salir. Simplemente, o se hacían para ellos y para mi otra cosa (evidentemente, legumbres también, no me ponían un manjar), o se hacían cuando yo no estaba. Con mis hermanos igual: si hay algo que no les gusta, incluso hasta ese punto, pues fuera del menú.
Eso sí, lo que había, se comía. No había opción de: no te preocupes, que si no quieres lentejas ya te hacemos unos macarrones con tomate que así seguro que comes. Si quieres comer menos, menos. Si quieres comer más, más. Sin problema. Pero hasta la siguiente comida no hay nada.

Sé de gente a la que de pequeños sí que era: ay, que al nene no le gustan las espinacas (por ejemplo), pues a él vamos a hacerle otra cosa que sí le guste. Y así con todo. Resultado? Adultos supuestamente funcionales que solo comen pasta, arroz y tortilla, porque el resto de cosas no les gustan y se sorprenden cuando llegan a la cafetería de la universidad y en el menú hay cosas que no les gustan y nadie les cambia el plato.
Y no son situaciones tan lejanas, que el sobrino de mi marido tiene 15 años y en las comidas de navidad siguen poniéndole a él hamburguesa completa porque no le gusta el menú que tenemos el resto. Sorpresivamente, luego le dices: pero Pepito, tú alguna vez has probado las gambas como para preferir la hamburguesa a esto? Y te dice: no, pero no me gustan.
 
En mi casa era así también. Sí es cierto que mis padres (y abuelos, que también nos hacían de comer) aprendieron que hay cosas que por mucho que lo intentemos... No. Y esas cosas se eliminaban de los menús.
Por ejemplo: a mi no me gustan los garbanzos. Y no es que no me gusten, porque el humus me lo como a cucharadas, es su textura, que es ponerme uno en la boca y me dan hasta arcadas. Pues qué necesidad tenían mis padres de obligarme a comer garbanzos? No ganaban nada diciéndome: tres cucharadas de esto o no hay postre, porque sabían que conforme entraban iban a salir. Simplemente, o se hacían para ellos y para mi otra cosa (evidentemente, legumbres también, no me ponían un manjar), o se hacían cuando yo no estaba. Con mis hermanos igual: si hay algo que no les gusta, incluso hasta ese punto, pues fuera del menú.
Eso sí, lo que había, se comía. No había opción de: no te preocupes, que si no quieres lentejas ya te hacemos unos macarrones con tomate que así seguro que comes. Si quieres comer menos, menos. Si quieres comer más, más. Sin problema. Pero hasta la siguiente comida no hay nada.

Sé de gente a la que de pequeños sí que era: ay, que al nene no le gustan las espinacas (por ejemplo), pues a él vamos a hacerle otra cosa que sí le guste. Y así con todo. Resultado? Adultos supuestamente funcionales que solo comen pasta, arroz y tortilla, porque el resto de cosas no les gustan y se sorprenden cuando llegan a la cafetería de la universidad y en el menú hay cosas que no les gustan y nadie les cambia el plato.
Y no son situaciones tan lejanas, que el sobrino de mi marido tiene 15 años y en las comidas de navidad siguen poniéndole a él hamburguesa completa porque no le gusta el menú que tenemos el resto. Sorpresivamente, luego le dices: pero Pepito, tú alguna vez has probado las gambas como para preferir la hamburguesa a esto? Y te dice: no, pero no me gustan.

A mí de cría las verduras ni fu ni fa. Al parecer una vez vino mi abuelo paterno a comer a casa (y el hombre falleció cuando yo tenía un año y medio) y no me quise comer la comida. Mis padres la guardaron para la merienda ante la desesperación de mi abuelo que pensaba que su pobre nieta iba a morir de hambre. A la hora de la merienda llamó y se quedó muy tranquilo al saber que me había merendado la verdura (el puré, supongo) sin rechistar y hasta rebañando el plato.

Con las judías verdes recuerdo que era siempre un drama. En mi casa cuando había judías de primero había ternasco de segundo. Pues en algún momento se me ocurrió pedir ambas cosas a la vez en el plato en lugar de primero una y después la otra y la situación cambió muchísimo. No digo rebozar la verdura en ketchup para que el niño se la coma pero juntarla en el mismo plato con otras cosas que igualmente se van a comer la puede hacer bastante más apetecible.

Con la coliflor no hubo nada que hacer porque era comerla y darme arcadas y mis padres comprendieron que no era "no quiero comer verdura" sino que de verdad no podía con ella. Estuvieron mucho tiempo comiéndola algún día que yo no estaba en casa y listos.
 
Amén, la gente come mucha mierda y normaliza en sus hijos el comerla. Muchas personas "adultas" no tienen ni pu.ta idea de cómo comprar para comer bien. Yo alucino de que madres se familia compren determinados productos (estoy pensando en congelados de mierda de Pescanova, por ejemplo) y se los den a sus hijos. En general, creo que donde peor se come es en las dos Castillas, porque la gente no tiene cultura de comprar pescado fresco o verdura fresca. En mi opinión. Luego hay personas que cocinan de pu.ta pena, aunque les pongas las mejores materias primas. Y luego hay incultas nutriciónales que incluso te aconsejan resolver una cena con un bocadillo de chorizo (aberrante para mí, pero leído en este foro incluso).
Comer bien es algo que aprendes de niño y si lo aprendes mal la *culpa" es del adulto que se encarga de tu alimentación.
Mi nena adora el pescado, pero es porque nos encanta en casa y la verdura ídem. La repostería sólo le gusta la casera y si hace ascos a algo es a los congelados o las fritangas, cosa que sólo le ha pasado en dos ocasiones contadas y fuera de casa.
Dale comida de calidad a un niño y verás que rápido aprende a rechazar la mierda.
A mi de pequeño había cosas que no me gustaban y de mayor me encantan. Obviamente, cuando se es niño(y no tan niño) se come mucho por la vista, el sabor y el color y eso hace que, te decantes por sabores, colores, texturas, etc. Agradables a todos los sentidos.

Si fuera por como huele la coliflor cuando se cocina. A día de hoy, seguiría sin comerla.
Si fuera por el olor tan fuerte que desprende el pis cuando comes espárragos, ídem.
O por los gases que desprenden las coles u otros cruciferos....

En lo que en las 2 castillas se come mal pues, no lo veo...
Tengo familia en ambas y, cuando he ido he comido de fábula. Otra cosa es que, se tienda a comer más producto del que suele dar el lugar o la ubicación del sitio.

Yo soy de los que ha cenado bocata de chorizo, jajaja.
Y eso por el curro, que es lo más práctico y, a veces, lo más fácil.
 
A mí de cría las verduras ni fu ni fa. Al parecer una vez vino mi abuelo paterno a comer a casa (y el hombre falleció cuando yo tenía un año y medio) y no me quise comer la comida. Mis padres la guardaron para la merienda ante la desesperación de mi abuelo que pensaba que su pobre nieta iba a morir de hambre. A la hora de la merienda llamó y se quedó muy tranquilo al saber que me había merendado la verdura (el puré, supongo) sin rechistar y hasta rebañando el plato.

Con las judías verdes recuerdo que era siempre un drama. En mi casa cuando había judías de primero había ternasco de segundo. Pues en algún momento se me ocurrió pedir ambas cosas a la vez en el plato en lugar de primero una y después la otra y la situación cambió muchísimo. No digo rebozar la verdura en ketchup para que el niño se la coma pero juntarla en el mismo plato con otras cosas que igualmente se van a comer la puede hacer bastante más apetecible.

Con la coliflor no hubo nada que hacer porque era comerla y darme arcadas y mis padres comprendieron que no era "no quiero comer verdura" sino que de verdad no podía con ella. Estuvieron mucho tiempo comiéndola algún día que yo no estaba en casa y listos.

Es que si lo haces así sabes que cuando el niño te dice que algo no le gusta es que no le gusta de verdad, no que en realidad prefiere comer otra cosa (como la pasta o el arroz, que decía una prima antes).

En el caso contrario del sobrino de mi marido está mi sobrino. El niño tiene 6 años y come de todo, absolutamente. Con tres cucharadas se sacia, pero de todo. Lo recogí un día del cole: pasamos por el horno y compramos lo que quieras para merendar. Y me dijo: tía, quiero merendar un trozo de pan con tomate, aguacate y atún. Nunca te dice que no quiere probar algo.
Si a ese niño le ofreces boquerones y te dice no me gustan, tienes más que claro que es que no le gustan, no es que prefiera comer patatas fritas.
Perdón, edito: eso sí, su trabajo les ha costado a mi hermano y mi cuñada llegar ahí, evidentemente. Sobre todo, de peleas con abuelos de "ay, pobrecito, morirá de hambre, déjame que le de unas galletas".
 
Es que si lo haces así sabes que cuando el niño te dice que algo no le gusta es que no le gusta de verdad, no que en realidad prefiere comer otra cosa (como la pasta o el arroz, que decía una prima antes).

En el caso contrario del sobrino de mi marido está mi sobrino. El niño tiene 6 años y come de todo, absolutamente. Con tres cucharadas se sacia, pero de todo. Lo recogí un día del cole: pasamos por el horno y compramos lo que quieras para merendar. Y me dijo: tía, quiero merendar un trozo de pan con tomate, aguacate y atún. Nunca te dice que no quiere probar algo.
Si a ese niño le ofreces boquerones y te dice no me gustan, tienes más que claro que es que no le gustan, no es que prefiera comer patatas fritas.
Perdón, edito: eso sí, su trabajo les ha costado a mi hermano y mi cuñada llegar ahí, evidentemente. Sobre todo, de peleas con abuelos de "ay, pobrecito, morirá de hambre, déjame que le de unas galletas".

Es que educar a un niño en la comida es relativamente fácil. Tienes un lienzo en blanco cuando comienza la alimentación complementaria, y como coma en casa y no vaya a colegio o guardería hasta los seis años puedes controlar perfectamente lo que come. Y claro que lo más probable es que cuando pruebe el chocolate o las galletas o lo que sea le gustarán, o no, pero al menos ya tendrá una base en la que su comida diaria se basará en legumbres, frutas y verduras. Al menos a mí me ha funcionado, y mi hija cuando va a un cumpleaños come la tarta o si un día alguien la invita a una galleta la disfruta, pero igualmente que disfruta de comer lentejas, ensalada de lechuga o un yogur natural sin azúcar porque es a lo que está acostumbrada a comer a diario.
 
Es que educar a un niño en la comida es relativamente fácil. Tienes un lienzo en blanco cuando comienza la alimentación complementaria, y como coma en casa y no vaya a colegio o guardería hasta los seis años puedes controlar perfectamente lo que come. Y claro que lo más probable es que cuando pruebe el chocolate o las galletas o lo que sea le gustarán, o no, pero al menos ya tendrá una base en la que su comida diaria se basará en legumbres, frutas y verduras. Al menos a mí me ha funcionado, y mi hija cuando va a un cumpleaños come la tarta o si un día alguien la invita a una galleta la disfruta, pero igualmente que disfruta de comer lentejas, ensalada de lechuga o un yogur natural sin azúcar porque es a lo que está acostumbrada a comer a diario.

Yo lo que veo más complicado es el no ceder.

Me explico con un ejemplo que mi madre siempre cuenta. Un día había lentejas para comer, y yo emperrada en que no quería lentejas, que yo quería comer nosequé otra cosa (que una cosa es comer de todo y otra que no tengas tus preferencias y ese día yo estaba con ganas de dar por saco). Pues hay lentejas, si quieres las comes, si no, las dejas. Y las dejé.
Llegó la hora de merendar. Qué hay para merendar? Lentejas. Evidentemente, no quiero lentejas blablabla. Pues no hay nada más hasta la cena, eh. Sí, sí.
Podéis imaginar que en la cena, ya muerta de hambre, me comí las lentejas.

Mi madre lo cuenta como un "me dolió más a mi que a ti ver que tenías hambre y no darte otra cosa". Pero seguramente si me hubiese dado otra cosa para merendar, por ejemplo, se habría abierto la veda para no comer cosas que nos gustan menos e hincharnos de cosas ricas para merendar. Y es ese no ceder cuando sabes que no es que el niño tenga un problema con esa comida en concreto o que no le guste, sino que simplemente esa comida es menos apetitosa que la que a él le apetece comer lo que veo más complicado.
 
Como curiosidad, ya que no tengo hijos. ¿Qué recomiendan hacer si el niño no quiere comer ningún tipo de verdura, o ningún tipo de pescado? Porque verdura todo ser humano debería comer.
Es un caso "raro", en general siempre hay algún alimento que se te atraganta y otros que sí te gustan, pero sí he visto a algún crío que come 3 cosas contadas y encima no muy sanas
Recetas variadas, poquita cantidad, hacer platos divertidos y coloridos… yo he aprendido que muchas veces comen más por los colores porque le ha gustado a la vista. Es tener paciencia. De pronto algo que no le gustaba nada se lo come y su comida favorita dice que para ti. Paciencia e imaginación y obligar a comer nada. A mi es lo que me funciona la verdad. A veces simplemente por hacer una carita sonriente en el plato ya se lo come feliz de la vida.
 

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