Cómo a través del virus de los medios, se inocula el virus del miedo

Yo tampoco voy a vacunar a mis hijos. Ya se verá cuando llegue el momento si tan fácil es dejarlos fuera del sistema educativo, pero cuando empezó el actual curso escolar, decían que sí unos padres no llevaban a los niños al cole por el temor a los contagios, que los hijos no son de los padres, que son del Estado. En septiembre pueden volver a decir que los niños son del Estado y no míos, pero vamos que a mi el Estado en ningún momento me ha llamado para ver si mis hijos van bien de zapatos, extraescolares, alimentación, etc......
Tus hijos no se van a quedar fuera del sistema educativo porque la educación es un derecho universal. Eso no pasará. Mi libre intuición me dice que van a salir muchas sorpresas si se toca este tema.
 
Yo sí, a full, y harina, y levadura. Costaba un mundo encontrarla, porque se agotó. 🤣 🤣 🤣

Fíjate, yo hice súper poco pan (esta expresión se la escuché a unas chicas muy pijas en la playa un día. Hay que ir a la panadería, tenemos súper poco pan tía)

Si que hice jabón. Como 15 kilos. Jabón de manos con aceite de oliva y recortes de los que voy haciendo para mis contribuciones filantrópicas con África. Jabón cosmético para lavado de manos, qué koño mierdas hidroalcohólicas ni leches. Los llevé a Cáritas y al entregarlos me dijeron que si quería hacerme una foto con ellos en el fotocol que tenían allí montao. Ni bendita. Pero además les dije que yo iba a hacer una entrega con mi mejor voluntad pero no quería portagonsimos ni exhibicionismos ninguno. Se quedaron un poco contrariadas las dos que me recepcionaron pero agradecidas, eso si. Hasta gente en el fotocol donando cajas de calabacines he visto por los feisbus.
 
Es que la inmunidad de rebaño no existe partiendo de la base que la vacuna no evita ni que lo cojas ni que contagies que no le cabe a la gente en la cabeza

El otro día estaba en un sitio y había gente sacándose fotos (se quitaban la mascarilla para sacarse las fotos) y una dijo : bueno a ver que estamos muchos juntos sin mascarilla y los otros que eran sanitarios diciendo: nosotros estamos vacunados, como diciendo que ellos no lo tienen ni lo contagian . Sigo sin entender si esa gente no lee o no ve lo que pasa. Ya la realidad da igual la versión oficial puede con todo.

Y yo paso ya de decir cosas porque parece que al decir que no es así y cuando digo delante de personas vacunadas que yo tengo anticuerpos de una infección pasada ( aunque no esté vacunada) no paran de decir que eso no vale para nada que los suyos son mejores. Nos hemos vuelto locos .
 
Fíjate, yo hice súper poco pan (esta expresión de la escuché a unas chicas muy pijas en la playa un día. Hay que ir a la panadería, tenemos súper poco pan tía)

Si que hice jabón. Como 15 kilos. Jabón de manos con aceite de oliva y recortes de los que voy haciendo para mis contribuciones filantrópicas con África. Jabón cosmético para lavado de manos, qué como mierdas hidroalcohólicas ni leches. Los llevé a Cáritas y al entregarlos me dijeron que si quería hacerme una foto con ellos en el fotocol que tenían allí montao. Ni bendita. Pero además les dije que yo iba a hacer una entrega con mi mejor voluntad pero no quería portagonsimos ni exhibicionismos ninguno. Se quedaron un poco contrariadas las dos que me recepcionaron pero agradecidas, eso si. Hasta gente en el fotocol donando cajas de calabacines he visto por los feisbus.
Jabón, qué graciosa. Yo colecciono de siempre jabones de todas partes del mundo y en caso de cataclismo tengo para cuatro vidas más por lo menos. Donde vivo no se hacían donaciones en un punto exacto. Recuerdo que varias personas elaboraron mascarillas, y tantas sobraron que el consistorio las recogió y las fue regalando. Todo estaba cerrado salvo las tiendas de alimentación. Se dio la circunstancia que una semana antes de que cerraran el mundo abrieron un supermercado muy cerca de mi casa, que nos vino fenomenal, creo que ha sido el negocio del siglo del dueño. La Iglesia también estaba abierta, pero no para fieles, había monjitas ahí, supongo que rezando. Iba el pescadero, carnicero, el del colmado a entregar la comida que encargaba un matrimonio anciano enfrente de mi casa, que mi marido alucinaba porque era un no parar de traer comida, decían que no había vida para comérselo todo, no sabemos si estaban angustiados los pobres señores por si se quedaban sin manduca. Y recuerdo cómo me alarmaba cuando me asomaba y veía a quien paraba a saludarse. Fue completamente irracional todo.
 

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