Incendio en la catedral de Notre Dame de Paris.

La reconstrucción de Notre Dame sigue empantanada y con riesgos
Tres meses después del incendio, continúan los trabajos de «consolidación» en la catedral francesa
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Actualizado:16/07/2019 13:14h
Notre Dame, posible «bomba» de contaminación de partículas de plomo cancerígenas

En la mejor tradición burocrática nacional, la reconstrucción de la catedral de Notre Dame no han podido comenzar tres meses después de un trágico incendio, empantanados en un rosario de debates parlamentarios y proyectos de gestión los trabajos.

A las pocas horas de estallar el dramático incendio, el 15 de abril pasado, el presidente Emmanuel Macron lanzó un llamamiento a la unidad nacional, anunciando que el inmenso monumento estaría reconstruido en un plazo de cinco años.

Pocos días después, se contabilizaron más de 800 millones de euros de posibles donaciones, encabezadas por las grandes fortunas de Francia.

Tres meses después...


Continúan los trabajos de «consolidación» de la arquitectura de la catedral. Antoine-Marie Préaut, conservador regional de los monumentos, afirma que todavía es «muy pronto» para evitar una catástrofe: «Los riesgos de hundimiento de las torres siguen siendo altos. No podemos descartar nada. Debemos prolongar las tareas de consolidación». Tarea que puede prolongarse varios meses, antes de comenzar la reconstrucción propiamente dicha.

Al día de hoy, los primeros trabajos han costado 20 millones de euros. Y solo se tiene constancia de un 10 % de las donaciones prometidas.

Mientras tanto, la Asamblea Nacional (AN) y el Senado llevan varias semanas de debates para intentar aprobar la futura Ley que controlará la financiación y reconstrucción de Notre Dame.

Gobierno y oposición, de izquierda y derecha, aprueban los grandes objetivos prometidos por Macron. Pero hay gran división de opiniones sobre el alcance exacto de Ley, que tiene previsto un largo rosario de «derogaciones», con el fin de poder acelerar los trabajos, cuando llegue el momento.

En su día, estaba previsto aprobar la Ley antes de las vacaciones veraniegas. Las idas y venidas parlamentarias, entre la AN y el Senado, han prolongado los trabajos.

Mientras tanto, decenas de millares de turistas de cinco continentes van y vienen por las inmediaciones del monumento religioso y cultural, convirtiendo el lugar en un inmenso «zoco multicultural»

https://www.abc.es/cultura/abci-rec...pantanada-y-riesgos-201907161137_noticia.html
 
EL GRAN RITUAL SATÁNICO EN LA CATEDRAL DE NOTRE DAME: EL 11-S DEL CRISTIANISMO
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CRISTIANISMO


22.04.2019
Francia
Laureano Benítez Grande-Caballero
«París será quemado y Marsella engullida… Se creerá que todo está perdido». (Melanie, revelación de la Virgen en La Salette)

Resulta a la vez insoportable y divertido echar un vistazo a los artículos de opinión de los medios de comunicación del sistema sobre el incendio de Notre Dame: algunos relatan aburridas historias biográficas de cuando estuvieron en París, otros lamentan elegíacamente el infortunio accidental que se abatió sobre Europa ―sí, sobre Europa, no sobre el cristianismo―, y otros, los más despiporrantes, aprovechan la ocasión para ver en tan trágico suceso la necesidad de consolidar una Europa más global, renunciando a los particularismos soberanistas (sic). Demencial, globalista a tope.
Obviamente, nadie se atreve a decir la verdad que saben, suponen, o sospechan, pues no van a poner en jaque sus lentejas por minucias conspirativas contra el cristianismo a cargo del satánico Nuevo Orden Mundial. Posiblemente la mayoría, tan adocenados y lacayunos, no tienen neuronas para llegar tan lejos, pero estoy absolutamente convencido de que saben que la destrucción de la catedral parisina no fue ningún accidente. Y es que hay que ser un borregomatrix supino para no verlo.
Naturalmente, basta ver este electroencefalograma plano de los paniaguados del mundialismo, esta unanimidad burocratizada sobre la versión oficial de la tragedia para irse ipso facto al lado contrario, arribando a los terrenos de la conspiración luciferina por el NOM, que ataca de nuevo.
Este asalto a la catolicidad tiene como prueba incontrastable las numerosas profanaciones y destrucciones de iglesias que se venían produciendo en los últimos tiempos en Europa, a cuya luz no hay que tener especiales capacidades visionarias para predecir un acontecimiento de tanta gravedad como el incendio de la catedral de Notre Dame.
En lo que respecta a Francia, en el año pasado han tenido lugar 1.063 ataques contra templos católicos, hasta el punto de que producen una media de 3 ataques diarios. En la semana anterior al incendio, 12 iglesias fueron asaltadas, destacando el incendio de la iglesia de Saint-Sulpice, no lejos de la de Saint-Germain-des-Prés, dos emblemáticos monumentos nacionales. Este acto vandálico tuvo lugar el pasado domingo, poco después de la misa de doce, con el templo ya vacío de fieles. Que se sepa, en ningún caso dijeron las autoridades que se tratara de accidentes… pero llega lo de Notre Dame, la iglesia más importante de Francia y, ¡oh, fatalidad!, se produce el lamentable accidente de una chispa soltada por un fantasmal soplete, cuando ya no quedaba en el recinto ningún obrero de la empresa encargada de la restauración del templo. Y es que así opera el NOM, que tiene siempre a su favor el contar con la tremenda suerte de un sinfín de casualidades que le ayudan en sus objetivos.
Los motivos para avivar la sospecha de que Notre Dame ha sido presa de un ataque total son tan numerosos y evidentes, que produce verdadero pasmo ―a la vez que indignación― que solamente algunos diarios alternativos y un puñado de documentales de la Red los hayan sacado a la luz. Entre éstos brilla con luz propia el hecho sorprendente de que, a los pocos minutos de que el edificio comenzara a arder, sin que se hubiera hecho todavía ninguna investigación pericial por expertos con vistas a determinar las causas del siniestro, ya se afirmaba que se trataba de un accidente.
Otra circunstancia sospechosa es que días antes el Estado Islámico había lanzado una campaña llamando a sus bases a atentar contra la Semana Santa.
Una catedral que llevaba en pie 650 años, que había sobrevivido a cataclismos, guerras y revoluciones ―incluso a un incendio, en 1871, durante «La Comuna» de París―, es destruida por un cortocircuito, qué mala suerte, justamente en la era de la tecnología, cuando poseemos los medios más variados para evitar estas tragedias, como cámaras de vigilancia, medidas contra incendio, materiales ignífugos, bomberos en formación, drones y todo eso. Por cierto, no se emplearon hidroaviones para apagar más rápidamente las llamas, a pesar de los consejos de Trump.
A todo esto hay que añadir que hay testimonios de varios testigos que afirman haber oído explosiones en el templo antes de que comenzara a arder.
Ante la tragedia, Macron ―que fue empleado de los Rothschild, por cierto― suspendió un importante discurso que iba a hacer hacer sobre el tema de la revolución de los «chalecos amarillos», que tiene en jaque a su gobierno desde hace varios meses.
Y la catástrofe sucedió al comienzo de la Semana Santa, para más inri… ¿hay quien dé más?
Si fue una tragedia provocada, ¿quién la llevó a cabo? O, mejor dicho, ¿quién la planificó, porque los agentes de este tipo de sucesos suelen ser «carne de cañón» de los mandamases que rigen en el mundo. En efecto, en un planeta donde no cae una hoja al suelo sin que lo dispongan las jerarquías luciferinas que nos dominan, ¿es posible creer que se puede dejar al albur de lo fortuito o casual un acontecimiento de la magnitud del desastre de Notre Dame?
Como siempre que sucede un megaatentado de gran relevancia para la historia, para comprender su verdadero significado es necesario fijarse muy detenidamente en la fecha en la cual tiene lugar, pues la élite que gobierna el mundo, la que planifica meticulosamente estos hechos espectaculares con los cuales quiere ejecutar un giro importante en el advenimiento del Nuevo Orden Mundial, desarrolla estos acontecimientos revolucionarios siguiendo un ritual perfectamente diseñado, que se ajusta a códigos iniciáticos y simbólicos cuya perfecta ejecución es fundamental para el éxito de sus empresas. Esta metodología iniciática viene a constituir una especie de liturgia iniciática, consustancial al proyecto que ejecutan, puesto que no hay que olvidar que todos estos atentados no son sino un sacrificio en el que inmolan víctimas ―edificios y/o personas― al señor al que sirven.
El 15 de abril de 2019 suma 22, múltiplo del 11, el número omnipresente en la mayoría de megaatentados. Además, este año estaba justo al comienzo de la Semana Santa, y es el día en el cual comienza el mes celta dedicado al sauce en los ritos druídicos, que termina el día 12 de mayo. Este mes se conoce con el nombre de «mes de las brujas», y tiene su clímax en la noche del 30 de abril, la llamada «Noche de Walpurgis». Curiosamente, fue la noche en la que Adam Weishaupt fundó la secta de los Illumninati, ya en la madrugada del día 1 de mayo, fecha que, curiosamente también, es festiva en todo el mundo.
Para seguir con las curiosidades, la palabra «sauce» en inglés es willow, término de cual proceden las palabras «witch» ―«bruja»―, y wicca ―«brujo»―. En las zonas rurales de Inglaterra el besom ―«escoba»― de las brujas todavía lleva en su confección amarres de sauce. Los sacrificios humanos de los druidas se ofrecían en canastas de sauces bajo la luna llena.
Otro hecho recurrente en estos megaatentados es que son anunciados años antes de que sucedan, a través de variados medios, pero presentados de tal manera que pasan inadvertidos para las mentes poco observadoras. Recuerdo que con motivo del atentado de las Torres Gemelas, éste apareció claramente en varios cómics americanos, especialmente en un par de viñetas de «Los Simpsons» ―en una se ve incluso el avión antes de estrellarse contra una de las torres― y en alguna que otra escena de la filmografía de Walt Disney.

En cuanto al incendio de Notre Dame, aparecía en la película «El jorobado de Notre Dame» de la factoría Disney, pero ésta, a su vez, no hacía sino reflejar el argumento de la novela de Víctor Hugo «Nuestra Señora de París», escrita en 1831, con la intención de llamar la atención de la sociedad francesa sobre el deterioro de las catedrales góticas, que la mentalidad de aquel tiempo consideraba como bárbaras. Y lo consiguió, por cierto, pues a raíz de su libro se restauraron muchas.
Desde este punto de vista, resulta curioso y sorprendente que un pretendido benefactor de la catedral gótica describa un episodio destructivo referente a la misma, un incendio, que resultó premonitorio, a la vista de que finalmente se ha hecho realidad:
«Todas las miradas se dirigían a la parte superior de la catedral y era algo extraordinario lo que estaban viendo: en la parte más elevada de la última galería, por encima del rosetón central, había una gran llama que subía entre los campanarios con turbillones de chispas, una gran llama revuelta y furiosa, de la que el viento arrancaba a veces una lengua en medio de una gran humareda.
Por debajo de aquella llama, por debajo de la oscura balaustrada de tréboles al rojo, dos gárgolas con caras de monstruos vomitaban sin cesar una lluvia ardiente que se destacaba contra la oscuridad de la fachada inferior. A medida que aquellos dos chorros líquidos se aproximaban al suelo, se iban esparciendo en haces, como el agua que sale por los mil agujeros de una regadera».
Guiado por una intuición que me falla pocas veces, investigué un poco y, claro, resulta que Víctor Hugo era masón. Y aún hay más, ya que este novelista visionario también predijo más acontecimientos, lo cual hace colegir que ya habían sido diseñados para el futuro advenimiento del NOM: impresiona saber que fue uno de los primeros que propuso la idea de una sola moneda para Europa, y que en una fecha tan temprana como 1855 hizo un llamamiento apasionado para creación de unos «Estados Unidos de Europa». ¿Profeta, o simple transmisor de un plan que ya había sido elaborado?
Otro desasosegante vaticinio del incendio de Notre Dame apareció en 2017 en una portada de «The Economist», donde se ve la carta del Tarot titula «La Torre», en cuya imagen se observa una torre incendiada por un rayo, a su izquierda u conjunto de personas portando el estandarte con la hoz y el martillo, y a su derecha una gente que porta una cruz.
Para quien sepa algo sobre el Tarot, este arcano significa que el cambio se va a producir, sí o sí, y que no hay manera de evitar la destrucción que simboliza esta carta.
Realmente, estas aparentes profecías no constituyen ningún caso de predicciones, ya que las factorías que adelantan estos trágicos acontecimientos están generalmente incluidas dentro de los círculos plutocráticos e iniciáticos que después los ejecutan, con lo cual tienen acceso a un información privilegiada: por ejemplo, Walt Disney pertenecía a la orden DeMolay, en el ámbito de la masonería. Y, por cierto, De Molay fue el último Gran Maestre del Temple ―los templarios fueron los creadores de la masonería―, el cual fue ejecutado en la plaza de Notre Dame el 18 de marzo de 1314.
De otra naturaleza, por supuesto, es la profecía que la Virgen María hizo durante sus revelaciones el 19 de septiembre de 1846 en el pueblo de La Salette et-Fallavaux, en Francia, a dos niños, Melanie (15), y Maximino (11), a cada uno de los cuales le entregó un mensaje secreto.
En un documento entregado en 1851 a Pío IX, los niños dieron a conocer al Papa estas profecías, que fueron reveladas recientemente por el sacerdote venezolano José Palmar. En la revelación a Melanie ―en el apartado 20 de las 33 profecías― se vaticina que la catedral de Notre Dame y la Basílica de San Pedro sufrirían incendios. Junto con esta revelación, el sacerdote también mostró una estampa hecha en 1956, donde se distingue perfectamente que detrás de Jesucristo señalándose el corazón se ve arder a Notre Dame, mientras que a su izquierda aparece en llamas la basílica de San Pedro. Más abajo a la izquierda, se observa a un ángel fusilado por soldados, lo cual remite al tercer secreto de Fátima.
Y también remite al atentado de las Torres Gemelas, por cierto, con el que el incendio de Notre Dame guarda un paralelismo evidente, y no solo por la semejanza entre su arquitectura de dos torres juntas (el número 11, tan caro al simbolismo ocultista), sino por un hecho que, en mi opinión, resulta demoledor, porque si la destrucción de las Torres Gemelas supuso el asalto a un símbolo económico, que fue seguido unos años después por una devastadora crisis económica, no es nada difícil imaginar lo que supone el ataque al símbolo cristiano de Notre Dame, la catedral más famosa del mundo: una intensificación hasta el paroxismo de la persecución al cristianismo que ya estamos padeciendo en Occidente. Es decir, el incendio de Notre Dame es el 11S del cristianismo.
Estamos a las puertas de un Armageddón total, de una aceleración del NOM que se asentará sobre la sangre derramada por un nuevo holocausto católico, el cual está abrumadoramente profetizado en infinidad de relatos ―incluidos los evangélicos― sobre el Apocalipsis final donde seremos juzgados.
Pero la profecía más significativa sobre la destrucción de Notre Dame se debe al mismo Víctor Hugo, quien la realizó en el transcurso de una discusión sobre la libertad de enseñanza en la Asamblea legislativa de Francia, el 14 de enero de 1850, cuando pronunció estas tremendas palabras, en las que acusaba a la Iglesia de obstaculizar la laicidad de la enseñanza con estas palabras: «Pues bien, lo repito con profundo dolor, yo que odio las catástrofes, los derrumbamientos, lo repito con la muerte en el alma: “Vosotros no queréis el progreso. Tendréis la Revolución Social”.

El gran ritual satánico en la catedral de Notre Dame: el 11-S del Cristianismo http://katehon.com/es/article/el-gr...tedral-de-notre-dame-el-11-s-del-cristianismo
 
Notre Dame se convierte en un campo de minas
A la inquietud creciente por un posible derrumbe se le suma la contaminación por plomo, peor de lo que se pensaba al principio y condiciones atmosféricas adversas, con altas temperaturas y riesgo de tormentas fuertes
Todo indica que Macron no va a poder cumplir su promesa de una reconstrucción de cinco años y las donaciones no terminan de llegar
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Actualizado:26/07/2019 11:37h
Paralizan las obras de Notre Dame por la contaminación por plomo

La reconstrucción de la catedral de Notre Dame, uno de los grandes monumentos-matrices de la civilización europea, se ha convertido en un campo de minas arquitectónicas, sanitarias, culturales y políticas, que ni Emmanuel Macron, presidente ni su Gobierno pueden controlar completamente.

Campo de minas arquitectónicas...
Un día si, un día no, arquitectos, responsables del patrimonio artístico, estudiosos independientes, multiplican sus reservas contradictorias sobre el estado real de la catedral. Los trabajos de estudio y evaluación se prolongan, sin terminar definitivamente,desde el 15 de abril, el día del trágico incendio.

Philippe Villeneuve, arquitecto en jefe responsable del mantenimiento de Notre Dame desde 2013, uno de directores de los servicios de evaluación y futura reconstrucción, ha repetido su inquietudpersonal ante el estado «real»de la arquitectura de la catedral, advirtiendo que «todo puede ocurrir, todavía». “Todo” puede «traducirse» por «catástrofe» o «hundimiento».

Esas y otras advertencias reciben siempre la respuesta calladapero bien real de las fuentes oficiales próximas al ministerio de Cultura, «ilustrando» la «evolución positiva» de los trabajos de evaluación del desastre, previos a la reconstrucción propiamente dicha.

Campo de minas sanitarias
Sistemáticamente, desde el mismo día del incendio, se suceden las alarmas denunciando los riesgos de polución, derivada de las nubes tóxicas propagada con las llamas y el incendio de la techumbre y la arquitectura.

Los servicios sanitarios municipales y estatales multiplican los análisis, con resultados contradictorios. Varias escuelas próximas a Notre Dame fueron cerradas el jueves pasado, tras una alarma que denunciaba riesgos de polución: mucho aire contaminado con partículas de plomo, propagadas desde los escombros de la catedral.

La canícula y las temperaturas extremas, las más altas y peligrosas de la historia de París y de Francia, han agravado todos los riesgos.

La polución local, propia a los escombros de Notre Dame, se complica con la publicación derivada de temperaturas que han oscilado entre los 35 y los 43 grados centígrados. La incertidumbre meteorológica complica todas las previsiones.

Nuevos «ataques» y olas de calor agravarían las alarmas sanitarias. Los riesgos de tormentas también son percibidos como una amenaza potencial grave. Precipitaciones bruscas, rayos y viento «tormentoso» (sic) no solo paralizarían temporalmente los trabajos de reconstrucción: podrían abrir nuevas brechas en una arquitectura que tiene varios siglos de historia, amenazada tras el incendio.

Campo de minas culturales
Quizá sean mayoritarios los especialistas que se han pronunciado por una reconstrucción «fiel» al «original» de Notre Dame. Sin embargo, los partidarios de una «reconstrucción moderna» son muchos e influyentes. En su día, el presidente Macron anunció la convocatoria de un concurso internacional, destinado a estudiar varios proyectos posibles. Se tratará, en su día, de un debate inflamable, todavía lejano.

Campo de minas político
Macron ha hecho aprobar, con urgencia, una Ley de excepción, con el fin de regular todos los aspectos económicos, fiscales y administrativos de la reconstrucción. Ley que no ha zanjado todos los problemas pendientes.

Las donaciones millonarias, anunciadas tras la emoción del incendio, tardan en llegar. Los expertos fiscales de las grandes fortunas de donantes estudian detenidamente las normas decretadas para facilitar donaciones.

Emmanuel Macron prometió, en su día, que la reconstrucción se realizaría en cinco años. Han transcurrido tres meses desde el trágico incendio. Prosiguen los trabajos de evaluación de la catástrofe. Quizá los trabajos puedan comenzar pronto, a un ritmo imprevisible. La multiplicación de dudas y problemas parece complicar una reconstrucción sin duda histórica y capital, no solo para Francia.
https://www.abc.es/cultura/abci-notre-dame-convierte-campo-minas-201907261130_noticia.html
 
Grupos medioambientales reclaman construir un escudo de aislamiento alrededor de Notre Dame
A partir de hoy se procede a la descontaminación total de la explanada de la catedral, las calles adyacentes y colegios próximos
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Actualizado:07/08/2019 13:24h
Asociaciones y ONG denuncian que siguen presentes partículas de plomo en la zona de Notre Dame

Cuatro meses después del trágico incendio, los niveles de contaminación en los alrededores de la catedral de Notre Dame siguen creciendo. Unas trescientas toneladas -según cálculos de la asociación ecologista Robin des Bois- que se encontraban en la aguja y el tejado ahora derrumbados. Comienzan, entonces a organizarse frentes de contestación y resistencia contra la «pasividad» de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y del gobierno de Emmanuel Macron. Algunos de estos piden el confinamiento de Notre Dame con un escudo de asilamiento.

Como la agrupación de sindicatos y organizaciones no gubernamentales que denuncian el estado de crisis, en las inmediaciones de Notre Dame, en estos términos:

«La contaminación con partículas de plomo sigue estando ahí. Es necesario hacer algo para proteger a quienes trabajan dentro de la catedral, sin olvidar a quienes viven y trabajan en las inmediaciones, comerciantes, responsables de la seguridad, etcétera».

Varios especialistas insisten en la necesidad de tomar medidas que han sido aplazadas, hasta ahora, como «cubrir» Notre Dame, como es norma que se haga en los edificios afectados por aluminosis o polución con plomo. Si no se toman medidas de excepción, los riesgos pueden agravarse, cada vez que haya viento, lluvia o riesgos de temporal.

Los sindicatos piden que, antes de que se retomen las obras, se construya un escudo de confinamiento alrededor de Notre Dame paraevitar que más plomo sea liberado a la atmósfera. «Es absolutamente necesario que el área sea confinada para que los métidos de descontaminación sean eficientes», afirmó Annie Thebaud-Mony, con fundadora del grupo medio ambiental Henri Pezerat.

Descontaminación total
La teniente alcalde de Sanidad del Ayuntamiento parisino, Anne Souyris, anunció el pasado lunes en rueda de prensa que a partir de hoy se procederá a la descontaminación total de la explanada de la catedral, las calles adyacentes y colegios próximos para que esté todo listo para el inicio del curso en septiembre.

Souyris aclaró que el objetivo es descontaminar, no confinar: «Trabajamos en un principio de precaución máxima y nos preocupamos para que los parisinos no tengan que hacerlo»

Días atrás, asociaciones humanitarias como «Robin des Bois» presentó una querella contra «X», denunciando la «pasividad» y «falta de información» oficial sobre los riesgos que están corriendo quienes trabajan y viven en las inmediaciones de Notre Dame.

https://www.abc.es/cultura/abci-gru...lrededor-notre-dame-201908071320_noticia.html
 
Los proyectos que más gustan a los ciudadanos para reconstruir Notre Dame después del incendio
Un año después de que el fuego arrasara el tejado de la catedral parisina y la aguja de Viollet-le-Duc, sigue sin estar claro el proyecto para rehabilitar el templo. Entretanto, no dejan de aparecer ideas. Estas son las más votadas por un jurado popular


IDOIA SOTA
15 ABR 2020

Un año después del incendio en Notre Dame, que destruyó la cubierta del siglo XIX realizada por Viollet-le-Duc, el proyecto de reconstrucción de la catedral parisina sigue siendo incierto. A finales del año pasado, según contaba en The Art Newspaper Francesco Bandarin, arquitecto y exalto funcionario de la Unesco, director de su Centro del Patrimonio Mundial (2000-2010) y subdirector general de cultura (2010-18), el templo había entrado en una fase delicada: la retirada de los andamios que se habían levantado en los trabajos de reforma de la cubierta del edificio previos al accidente, que, debido al intenso calor, terminó fundiéndose, quedando unido a la estructura.

"La extracción del andamio requiere que se coloquen tres niveles de vigas de acero alrededor de su exterior para formar una "correa estabilizadora", escribía a finales de diciembre el experto, actualmente asesor del Centro Internacional para el Estudio de la Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural (ICCROM) y del Aga Khan Trust for Culture. "Una vez que se complete esta operación, la misma empresa que construyó el andamio (Europe Echafaudage) comenzará a desmantelarlo, utilizando grúas de oruga telescópicas que permitirán a los técnicos con cuerda descender al bosque de tuberías y cortarlas gradualmente después de haberlas recubierto con una capa protectora para evitar la propagación de la contaminación causada por la fusión del techo de plomo. Se espera que el trabajo se complete el próximo abril".

La crisis global del coronavirus ha frustrado los plazos, ya de por sí dilatados. "Notre Dame es una dama de 850 años", ha dicho a la BBC el rector de la catedral, Patrick Chauvet. "Es una señora mayor y herida. Y para las personas mayores, los enfermos, los que estamos en cuarentena, los aislados en residencias, creo que es un símbolo de unión. No hay nadie en torno a Notre Dame; la hemos dejado sola, pero no abandonada".



incendio restauracion notre dame


Estado actual de la catedral de Notre Dame en París. | GETTY




Con todo, a pesar de las primeras e ingeniosas propuestas para la reconstrucción de la catedral de manera espontánea comenzaron a lanzar arquitectos y diseñadores pocos días después de la tragedia (que recogimos en esta galería), y de las muchas que les han seguido, auspiciadas también por un concurso internacional de ideas, Notre Dame sigue sin tener un proyecto de reconstrucción.
Recogemos con motivo del aniversario del devastador incendio, ocho proyectos de todo el mundo que participaron en The People's Notre-Dame Design Competition (el concurso popular de diseño para Notre Dame), que lanzó Design Class, la comunidad de diseñadores creada por Go Architect, en el que votaron más de 30.000 personas, y que ganaron los chinos Zeyu Cai y Sibei Li. Estos son algunos de los que más gustaron a los ciudadanos, ordenados de menos a más votado.


8. Una aguja democrática y no símbolo de poder

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DESIGN CLASS

El arquitecto chino Yung Sai Chun recibió una mención especial del jurado popular que votó en el concurso gracias a su proyecto de una cubierta de niebla que represente la aspiración colectiva. "El techo está hecho de tres componentes: un sistema de boquillas de alta presión, una serie de marcos triangulares de madera quemada y un puente colgante de acero sobre un piso de vidrio", explica el arquitecto fundador de Studio of SAI. Las boquillas tienen una doble función: por un lado con un sistema de extinción de incendios y, por otro, se conectan con la ciudadanía que puede votas a través de una app cuánta niebla debe tener el tejado en cada momento.



7. Una central eléctrica como símbolo de la renovación de la energía

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El arquitecto chileno Cristián Patricio León Moreno propuso transformar la cubierta de Notre Dame en una planta de energía eléctrica "basada en dos cilindros de cobre, elevadores de agua y ocho turbinas Francis que reciben el flujo que viene de la parte superior"; todo impulsado a su vez por una turbina de vórtice situada en el Sena. La energía se renueva de forma continua y renovable y refleja el triunfo de la luz sobre la oscuridad. El proyecto de este arquitecto, creador de la criptomoneda Dado, mereció una mención especial.


6. Agua y luz contra el fuego y la destrucción

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DESIGN CLASS

Desde Reino Unido, los arquitectos Cuong Phu Nguyen y Nga Thi Hang Nguyen, propusieron La cascada de luz, un juego de fuentes, cascadas y luces de color que quedó finalista en el concurso. "La cascada que cae del cielo simboliza la vida y la curación", explican los autores, que quisieron crear una combinación armoniosa entre lo viejo y lo nuevo, conservando la escala y proporciones del techo y agujas anteriores, pero haciéndolo transitable para el público. "Harían falta 1.300 grandes robles para restaurar el techo y la aguja originales", algo que, alegan, va en contra de la sostenibilidad.



5. El vacío y la naturaleza

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Los japoneses Kotaro Horiuchi, Kumiko Yamamoto, Clarissa Maharani Hartanto, Itoko Yamazaki, Supreetha Sudheer, Maho Nagasak, Yuki Kanazawa y Atsuko Watanabe presentaron conjuntamente uno de los proyectos más minimalistas que se han propuesto para la catedral parisina. Partiendo del concepto japonés mujo, que consiste en aceptar que las cosas no son eternas, proponen conservar el vacío que dejó el incendio, como recuerdo del pasado, del presente y para el futuro.
De modo que ellos abogan por reconstruir las partes básicas, reporner el marco estructural (solo que en metal, que es más resistente al fuego que la madera) y, a partir de ahí, que la naturaleza haga el resto. Que conquiste el espacio y convierta la terraza –de acceso al público– en un bosque flotante.



4. Un Arca de Noé para caminar sobre las aguas

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Los estadounidenses Jimmy Li y Susan Lin, resultaron también finalistas en el concurso internacional votado por los ciudadanos con este tejado-piscina en forma de Arca de Noé, atravesada por una pasarela accesible desde todos los campanarios y rematada con un altar de mármol. Con este diseño, quieren reflejar el milagro –de que Notre Dame no ardiera entera y, parafraseando las escrituras, el de caminar sobre el agua– y la salvación, representada por el Arca de Noé que, según la Biblia, rescató a una pareja de cada especie para garantizar el futuro. A su vez, desde la calle, la proa del arca parecerá surcar el Sena.


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3. Gótico contemporáneo

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El estudio canadiense NAK Design Strategies, dirigido por el arquitecto Ron Barid, propone una reconstrucción fiel de la cubierta. En cuanto a la aguja, asegura que "la comunidad internacional ha aceptado que el diseño de Viollet-le-Duc del siglo XIX será reemplazado", de modo que formula una nueva que respete la arquitectura gótica del templo, que "cuenta con características estructurales innovadoras que datan del siglo XII". Por tanto, "la intención es crear un edificio magnífico e intemporal, no fechado por las tendencias actuales en arquitectura y diseño".
La aguja de este arquitecto es de acero pulido, se eleva "brillante, reverencial y elegante contra el cielo parisino, y contiene un secreto, un gran misterio: luces brillantes, coloridas y programables, que pueden bailar, y otras con un efecto estroboscópico que se puede activar por la noche en ocasiones especiales".


2. ¿Y entretanto? Un holograma

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El estadounidense Rogerio Carvalheiro propone una solución para la catedral mientras se desarrolla el proyecto que finalmente se elija. "Comprendiendo que la planificación y reconstrucción de Notre Dame llevará más de 5 años, mi propuesta de techo inflado de fibra de vidrio proporciona una solución temporal que protege el edificio mientras se toman las decisiones finales del proyecto", expone el arquitecto.


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SEGUIR LEYENDO:https://elpais.com/elpais/2020/04/15/icon_design/1586940817_505963.html
 
La campana mayor de Notre-Dame vuelve a sonar un año después del incendio


La campana mayor de Notre-Dame ha tañido en recuerdo del incendio que arrasó la cubierta y parte de la catedral parisina, cuando se cumple un año del siniestro.

La campana, conocida como 'Emanuelle' ha sido reactivada manualmente, por dos operarios primero y por un tercero después, que han sido los encargados de hacer resonar la campana tirando de una cuerda.









 
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Naturalmente, basta ver este electroencefalograma plano de los paniaguados del mundialismo, esta unanimidad burocratizada sobre la versión oficial de la tragedia para irse ipso facto al lado contrario, arribando a los terrenos de la conspiración luciferina por el NOM, que ataca de nuevo.
Este asalto a la catolicidad tiene como prueba incontrastable las numerosas profanaciones y destrucciones de iglesias que se venían produciendo en los últimos tiempos en Europa, a cuya luz no hay que tener especiales capacidades visionarias para predecir un acontecimiento de tanta gravedad como el incendio de la catedral de Notre Dame.
En lo que respecta a Francia, en el año pasado han tenido lugar 1.063 ataques contra templos católicos, hasta el punto de que producen una media de 3 ataques diarios. En la semana anterior al incendio, 12 iglesias fueron asaltadas, destacando el incendio de la iglesia de Saint-Sulpice, no lejos de la de Saint-Germain-des-Prés, dos emblemáticos monumentos nacionales. Este acto vandálico tuvo lugar el pasado domingo, poco después de la misa de doce, con el templo ya vacío de fieles. Que se sepa, en ningún caso dijeron las autoridades que se tratara de accidentes… pero llega lo de Notre Dame, la iglesia más importante de Francia y, ¡oh, fatalidad!, se produce el lamentable accidente de una chispa soltada por un fantasmal soplete, cuando ya no quedaba en el recinto ningún obrero de la empresa encargada de la restauración del templo. Y es que así opera el NOM, que tiene siempre a su favor el contar con la tremenda suerte de un sinfín de casualidades que le ayudan en sus objetivos.
Los motivos para avivar la sospecha de que Notre Dame ha sido presa de un ataque total son tan numerosos y evidentes, que produce verdadero pasmo ―a la vez que indignación― que solamente algunos diarios alternativos y un puñado de documentales de la Red los hayan sacado a la luz. Entre éstos brilla con luz propia el hecho sorprendente de que, a los pocos minutos de que el edificio comenzara a arder, sin que se hubiera hecho todavía ninguna investigación pericial por expertos con vistas a determinar las causas del siniestro, ya se afirmaba que se trataba de un accidente.
Otra circunstancia sospechosa es que días antes el Estado Islámico había lanzado una campaña llamando a sus bases a atentar contra la Semana Santa.
Una catedral que llevaba en pie 650 años, que había sobrevivido a cataclismos, guerras y revoluciones ―incluso a un incendio, en 1871, durante «La Comuna» de París―, es destruida por un cortocircuito, qué mala suerte, justamente en la era de la tecnología, cuando poseemos los medios más variados para evitar estas tragedias, como cámaras de vigilancia, medidas contra incendio, materiales ignífugos, bomberos en formación, drones y todo eso. Por cierto, no se emplearon hidroaviones para apagar más rápidamente las llamas, a pesar de los consejos de Trump.
A todo esto hay que añadir que hay testimonios de varios testigos que afirman haber oído explosiones en el templo antes de que comenzara a arder.
Ante la tragedia, Macron ―que fue empleado de los Rothschild, por cierto― suspendió un importante discurso que iba a hacer hacer sobre el tema de la revolución de los «chalecos amarillos», que tiene en jaque a su gobierno desde hace varios meses.
Y la catástrofe sucedió al comienzo de la Semana Santa, para más inri… ¿hay quien dé más?
Si fue una tragedia provocada, ¿quién la llevó a cabo? O, mejor dicho, ¿quién la planificó, porque los agentes de este tipo de sucesos suelen ser «carne de cañón» de los mandamases que rigen en el mundo. En efecto, en un planeta donde no cae una hoja al suelo sin que lo dispongan las jerarquías luciferinas que nos dominan, ¿es posible creer que se puede dejar al albur de lo fortuito o casual un acontecimiento de la magnitud del desastre de Notre Dame?
Como siempre que sucede un megaatentado de gran relevancia para la historia, para comprender su verdadero significado es necesario fijarse muy detenidamente en la fecha en la cual tiene lugar, pues la élite que gobierna el mundo, la que planifica meticulosamente estos hechos espectaculares con los cuales quiere ejecutar un giro importante en el advenimiento del Nuevo Orden Mundial, desarrolla estos acontecimientos revolucionarios siguiendo un ritual perfectamente diseñado, que se ajusta a códigos iniciáticos y simbólicos cuya perfecta ejecución es fundamental para el éxito de sus empresas. Esta metodología iniciática viene a constituir una especie de liturgia iniciática, consustancial al proyecto que ejecutan, puesto que no hay que olvidar que todos estos atentados no son sino un sacrificio en el que inmolan víctimas ―edificios y/o personas― al señor al que sirven.
El 15 de abril de 2019 suma 22, múltiplo del 11, el número omnipresente en la mayoría de megaatentados. Además, este año estaba justo al comienzo de la Semana Santa, y es el día en el cual comienza el mes celta dedicado al sauce en los ritos druídicos, que termina el día 12 de mayo. Este mes se conoce con el nombre de «mes de las brujas», y tiene su clímax en la noche del 30 de abril, la llamada «Noche de Walpurgis». Curiosamente, fue la noche en la que Adam Weishaupt fundó la secta de los Illumninati, ya en la madrugada del día 1 de mayo, fecha que, curiosamente también, es festiva en todo el mundo.
Para seguir con las curiosidades, la palabra «sauce» en inglés es willow, término de cual proceden las palabras «witch» ―«bruja»―, y wicca ―«brujo»―. En las zonas rurales de Inglaterra el besom ―«escoba»― de las brujas todavía lleva en su confección amarres de sauce. Los sacrificios humanos de los druidas se ofrecían en canastas de sauces bajo la luna llena.
Otro hecho recurrente en estos megaatentados es que son anunciados años antes de que sucedan, a través de variados medios, pero presentados de tal manera que pasan inadvertidos para las mentes poco observadoras. Recuerdo que con motivo del atentado de las Torres Gemelas, éste apareció claramente en varios cómics americanos, especialmente en un par de viñetas de «Los Simpsons» ―en una se ve incluso el avión antes de estrellarse contra una de las torres― y en alguna que otra escena de la filmografía de Walt Disney.

En cuanto al incendio de Notre Dame, aparecía en la película «El jorobado de Notre Dame» de la factoría Disney, pero ésta, a su vez, no hacía sino reflejar el argumento de la novela de Víctor Hugo «Nuestra Señora de París», escrita en 1831, con la intención de llamar la atención de la sociedad francesa sobre el deterioro de las catedrales góticas, que la mentalidad de aquel tiempo consideraba como bárbaras. Y lo consiguió, por cierto, pues a raíz de su libro se restauraron muchas.
Desde este punto de vista, resulta curioso y sorprendente que un pretendido benefactor de la catedral gótica describa un episodio destructivo referente a la misma, un incendio, que resultó premonitorio, a la vista de que finalmente se ha hecho realidad:
«Todas las miradas se dirigían a la parte superior de la catedral y era algo extraordinario lo que estaban viendo: en la parte más elevada de la última galería, por encima del rosetón central, había una gran llama que subía entre los campanarios con turbillones de chispas, una gran llama revuelta y furiosa, de la que el viento arrancaba a veces una lengua en medio de una gran humareda.
Por debajo de aquella llama, por debajo de la oscura balaustrada de tréboles al rojo, dos gárgolas con caras de monstruos vomitaban sin cesar una lluvia ardiente que se destacaba contra la oscuridad de la fachada inferior. A medida que aquellos dos chorros líquidos se aproximaban al suelo, se iban esparciendo en haces, como el agua que sale por los mil agujeros de una regadera».
Guiado por una intuición que me falla pocas veces, investigué un poco y, claro, resulta que Víctor Hugo era masón. Y aún hay más, ya que este novelista visionario también predijo más acontecimientos, lo cual hace colegir que ya habían sido diseñados para el futuro advenimiento del NOM: impresiona saber que fue uno de los primeros que propuso la idea de una sola moneda para Europa, y que en una fecha tan temprana como 1855 hizo un llamamiento apasionado para creación de unos «Estados Unidos de Europa». ¿Profeta, o simple transmisor de un plan que ya había sido elaborado?
Otro desasosegante vaticinio del incendio de Notre Dame apareció en 2017 en una portada de «The Economist», donde se ve la carta del Tarot titula «La Torre», en cuya imagen se observa una torre incendiada por un rayo, a su izquierda u conjunto de personas portando el estandarte con la hoz y el martillo, y a su derecha una gente que porta una cruz.
Para quien sepa algo sobre el Tarot, este arcano significa que el cambio se va a producir, sí o sí, y que no hay manera de evitar la destrucción que simboliza esta carta.
Realmente, estas aparentes profecías no constituyen ningún caso de predicciones, ya que las factorías que adelantan estos trágicos acontecimientos están generalmente incluidas dentro de los círculos plutocráticos e iniciáticos que después los ejecutan, con lo cual tienen acceso a un información privilegiada: por ejemplo, Walt Disney pertenecía a la orden DeMolay, en el ámbito de la masonería. Y, por cierto, De Molay fue el último Gran Maestre del Temple ―los templarios fueron los creadores de la masonería―, el cual fue ejecutado en la plaza de Notre Dame el 18 de marzo de 1314.
De otra naturaleza, por supuesto, es la profecía que la Virgen María hizo durante sus revelaciones el 19 de septiembre de 1846 en el pueblo de La Salette et-Fallavaux, en Francia, a dos niños, Melanie (15), y Maximino (11), a cada uno de los cuales le entregó un mensaje secreto.
En un documento entregado en 1851 a Pío IX, los niños dieron a conocer al Papa estas profecías, que fueron reveladas recientemente por el sacerdote venezolano José Palmar. En la revelación a Melanie ―en el apartado 20 de las 33 profecías― se vaticina que la catedral de Notre Dame y la Basílica de San Pedro sufrirían incendios. Junto con esta revelación, el sacerdote también mostró una estampa hecha en 1956, donde se distingue perfectamente que detrás de Jesucristo señalándose el corazón se ve arder a Notre Dame, mientras que a su izquierda aparece en llamas la basílica de San Pedro. Más abajo a la izquierda, se observa a un ángel fusilado por soldados, lo cual remite al tercer secreto de Fátima.
Y también remite al atentado de las Torres Gemelas, por cierto, con el que el incendio de Notre Dame guarda un paralelismo evidente, y no solo por la semejanza entre su arquitectura de dos torres juntas (el número 11, tan caro al simbolismo ocultista), sino por un hecho que, en mi opinión, resulta demoledor, porque si la destrucción de las Torres Gemelas supuso el asalto a un símbolo económico, que fue seguido unos años después por una devastadora crisis económica, no es nada difícil imaginar lo que supone el ataque al símbolo cristiano de Notre Dame, la catedral más famosa del mundo: una intensificación hasta el paroxismo de la persecución al cristianismo que ya estamos padeciendo en Occidente. Es decir, el incendio de Notre Dame es el 11S del cristianismo.
Estamos a las puertas de un Armageddón total, de una aceleración del NOM que se asentará sobre la sangre derramada por un nuevo holocausto católico, el cual está abrumadoramente profetizado en infinidad de relatos ―incluidos los evangélicos― sobre el Apocalipsis final donde seremos juzgados.
Pero la profecía más significativa sobre la destrucción de Notre Dame se debe al mismo Víctor Hugo, quien la realizó en el transcurso de una discusión sobre la libertad de enseñanza en la Asamblea legislativa de Francia, el 14 de enero de 1850, cuando pronunció estas tremendas palabras, en las que acusaba a la Iglesia de obstaculizar la laicidad de la enseñanza con estas palabras: «Pues bien, lo repito con profundo dolor, yo que odio las catástrofes, los derrumbamientos, lo repito con la muerte en el alma: “Vosotros no queréis el progreso. Tendréis la Revolución Social”.

El gran ritual satánico en la catedral de Notre Dame: el 11-S del Cristianismo http://katehon.com/es/article/el-gr...tedral-de-notre-dame-el-11-s-del-cristianismo
No tenéis ni idea de Satanismo. Ni siquiera sabéis qué es.

 
Nadie para tanta barbaridad. Hay que dejar de ser buenisimo, pero Francia en el pecado lleva la penitencia, como nos va a pasar en España, si no se acotan tanta entrada de pateras que a los que mas beneficia es a los buitres de las ONGs
 
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