Así es, el matrimonio estaba roto, pero ella aprovechó el romance Lequio con Ana Obregón para sacar tajada.
Le vino de perlas que Ana fuera tan famosa en España.
Fue su oportunidad. Y hasta cierto punto hay que comprenderla. Lecquio no le pasaba una perra y de casados le sacaba dinero.
Ella conttaba que el dinero se le iba en mujeres, lo dice por despecho, se le iría en otras cosas. Lecquio no pagaba a mujeres, se dejaba querer, regalar. Ella misma lo estuvo manteniendo.
Y después mucho orgullo, pero se decía que ya estando con Ana, era Ana la que apoquinaba.