Accidente en Santiago: El maquinista hablaba por teléfono con Renfe en el momento del descarrilamiento
La caja negra confirma que el Alvia circulaba a 192 kilómetros por hora antes del descarrilamiento y que el conductor estaba recibiendo indicaciones sobre lo que tenía que hacer al llegar a Ferrol e incluso estaba consultando un plano
La caja negra confirma que el Alvia circulaba a 192 kilómetros por hora antes del descarrilamiento y que el conductor estaba recibiendo indicaciones sobre lo que tenía que hacer al llegar a Ferrol e incluso estaba consultando un plano
LA VOZ
30 de julio de 2013 19:20
30 de julio de 2013 19:20
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El maquinista del tren Alvia que se accidentó el pasado miércoles en Angrois estaba al teléfono en el momento del descarrilamiento. Recibía indicaciones de Renfe sobre lo que debía hacer una vez llegase a Ferrol y en un momento de esa conversación incluso se oye como consulta un plano.
Las cajas negras del tren recogen esta conversación del conductor con el que parece un controlador de Renfe minutos antes de que el tren descarrilase en la curva de Angrois. Según informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Francisco José Garzón Amo recibió una llamada a su móvil corporativo minutos antes del accidente para indicarle el camino que debía seguir después de alcanzar su destino, la estación de Ferrol. Por el ruido de fondo y por el contexto de la conversación, se deduce que estaba manejando «un plano o un documento similar».
Los datos almacenados en la caja negra revelan además que el Alvia circulaba a 192 kilómetros por hora en los kilómetros previos al descarrilamiento y que segundos antes del accidente se activó un freno, de manera que en la salida de vía el tren iba a una velocidad de 153 kilómetros hora.
Esta es la primera información que se ha logrado obtener tras más de cinco horas de trabajo volcando los datos de las doscajas negras del tren accidentado en Santiago. A la espera de un informe policial que aporte más datos, el juez del caso ha autorizado a los técnicos de la Comisión de Investigación encargada por el Ministerio de Fomento a que realicen mediciones de las ruedas de los vagones, que no se moverán de las naves de Padrón hasta que se completen las inspecciones oculares. Según indican fuentes judiciales, está pendiente realizar un estudio de la máquina y el acceso a pequeñas zonas de difícil acceso que están rodeadas por hierros, por lo que se podría recurrir a perros para realizar esta tarea.
El propio maquinista, un experimentado ferroviario de 52 años,admitió el domingo ante el juez Luis Aláez que se distrajo, que pensó que se encontraba en otro tramo del trayecto de la línea Ourense-Santiago, que se confundió de túnel y que por lo tanto creía que aún no había llegado a la curva de Angrois. El juez dejó entonces en libertad, aunque con cargos por 79 delitos de homicidio y por una pluralidad de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, y con la imposición de medidas cautelares, como son la obligación de presentarse cada semana en un juzgado, la retirada del pasaporte y la inhabilitación cautelar para conducir trenes. Por el momento, el magistrado del juzgado de instrucción número 3 no ha citado a declarar a ningún testigo.
Las cajas negras del tren recogen esta conversación del conductor con el que parece un controlador de Renfe minutos antes de que el tren descarrilase en la curva de Angrois. Según informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Francisco José Garzón Amo recibió una llamada a su móvil corporativo minutos antes del accidente para indicarle el camino que debía seguir después de alcanzar su destino, la estación de Ferrol. Por el ruido de fondo y por el contexto de la conversación, se deduce que estaba manejando «un plano o un documento similar».
Los datos almacenados en la caja negra revelan además que el Alvia circulaba a 192 kilómetros por hora en los kilómetros previos al descarrilamiento y que segundos antes del accidente se activó un freno, de manera que en la salida de vía el tren iba a una velocidad de 153 kilómetros hora.
Esta es la primera información que se ha logrado obtener tras más de cinco horas de trabajo volcando los datos de las doscajas negras del tren accidentado en Santiago. A la espera de un informe policial que aporte más datos, el juez del caso ha autorizado a los técnicos de la Comisión de Investigación encargada por el Ministerio de Fomento a que realicen mediciones de las ruedas de los vagones, que no se moverán de las naves de Padrón hasta que se completen las inspecciones oculares. Según indican fuentes judiciales, está pendiente realizar un estudio de la máquina y el acceso a pequeñas zonas de difícil acceso que están rodeadas por hierros, por lo que se podría recurrir a perros para realizar esta tarea.
El propio maquinista, un experimentado ferroviario de 52 años,admitió el domingo ante el juez Luis Aláez que se distrajo, que pensó que se encontraba en otro tramo del trayecto de la línea Ourense-Santiago, que se confundió de túnel y que por lo tanto creía que aún no había llegado a la curva de Angrois. El juez dejó entonces en libertad, aunque con cargos por 79 delitos de homicidio y por una pluralidad de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, y con la imposición de medidas cautelares, como son la obligación de presentarse cada semana en un juzgado, la retirada del pasaporte y la inhabilitación cautelar para conducir trenes. Por el momento, el magistrado del juzgado de instrucción número 3 no ha citado a declarar a ningún testigo.