Todo sobre Corinna y el Rey Juan Carlos

La monarquía en Alemania se abolió en 1918, hace 98 años.
El ex-marido de Corinna nunca ha sido principe, simplemente lleva el apellido de la familia.
Se ha comprometido en matrimonio y habrá una nueva Sra. zu Sayn-Wittgenstein-Sayn.
Que no le permitan seguir usando el apellido a Corinna es normal.
 
Corinna contraataca y reivindica su título de princesa: “Los Sayn-Wittgenstein mienten"


Vanitatis


tras el comunicado de su exsuegro

Corinna contraataca y reivindica su título de princesa: “Los Sayn-Wittgenstein mienten”

Son los asesores jurídicos de Alemania y Reino Unido los que han asegurado que la familia hizo unas declaraciones “falaces y sin fundamento jurídico” y que sí tiene derecho a usar el apellido de su ex

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Corinna zu Sayn Wittgenstein. (Gtres)
Autor

Jose Madrid

13.07.2017 – 11:45 H.

La 'amiga entrañable' del rey Juan Carlos no ha tardado en responder a su exsuegro, que la acusaba de utilizar ilícitamente el apellido de su exmarido hace tan solo unos días. “Desde el divorcio de nuestro hijo, el príncipe Casimir, el 5 de octubre de 2005, la señora Corinna Larsen Adkins no tiene derecho a utilizar el título de princesa o el tratamiento de Su Alteza Serenísima (S.A.S.)”, afirmaba en un comunicado que publicaba la revista 'Vanity Fair'. Ahora han sido los abogados de la princesa los que han contestado a través de la misma publicación.

Son los asesores jurídicos de Alemania y Reino Unido los que han asegurado que la familia hizo unas declaraciones “falaces y sin fundamento jurídico” y que sí tiene derecho a usar el apellido de su ex y el título nobiliario de princesa. Reproducimos, a continuación, lo que han dicho.



“La semana pasada, dos miembros de la familia zu Sayn-Wittgenstein hicieron unas declaraciones falaces y sin fundamento jurídico en las que se acusaba a Corinna zu Sayn- Wittgenstein de falsedad en sus propias manifestaciones.

Estas declaraciones, de las que se hicieron eco los medios de comunicación, no solo faltaban a la verdad de manera deliberada, sino que eran contrarias tanto al derecho alemán como al inglés.

Nina Lüssmann, letrada en Prinz Neidhardt Engelschall, ha asegurado hoy: ‘En lo que respecta al derecho alemán, la posición es clara. A Corinna zu Sayn-Wittgenstein le asiste el derecho pleno y legítimo de haber hecho uso del apellido tras casarse y de seguir utilizando el apellido de casada tras divorciarse. Por este motivo, tampoco hay limitación alguna respecto del uso por parte de ella del tratamiento – si deseara utilizarlo– ya que forma parte de su nombre y no existe de manera independiente a este’.

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Corinna en una imagen de archivo. (Gtres)

En colaboración con asesores jurídicos expertos del Reino Unido, juristas experimentados de Schillings International LLP están en condiciones de confirmar lo siguiente: ‘La Ley inglesa da derecho a Corinna zu Sayn-Wittgenstein a utilizar el apellido obtenido de su matrimonio, ya sea durante el mismo matrimonio o tras su divorcio, como es costumbre. Ella también tiene el derecho de usar el tratamiento, si así lo deseara’.

Corinna zu Sayn-Wittgenstein afirmó lo siguiente: ‘La posición jurídica confirma claramente y sin ambages que las declaraciones atribuidas a Alexander Fürst Sayn-Wittgenstein y al Príncipe Casimir son falsas'.

La familia nunca antes me había planteado estos problemas, ni durante el matrimonio ni en los 12 años transcurridos desde el divorcio. Me complace constatar que estos asuntos quedan ahora aclarados.”




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El Mundo Orbyt.

15/07/2017

LOS PROBLEMAS ENTRE CORINNA (52) y la familia Zu Sayn Wittgenstein Sayn parecen no tener fin. La semana pasada tanto el príncipe Alexander, jefe de la Casa Real, como su hijo Casimir, ex marido de Corinna, explicaron a este suplemento por qué Corinna no podía utilizar el apellido familiar ni el tratamiento de princesa desde su divorcio en octubre de 2005. Ahora, la danesa contraataca a través de La Otra Crónica.

Corinna ha visto su orgullo malherido después de que su familia política la pusiera en evidencia en público. Una semana después, la “amiga entrañable” de Don Juan Carlos envió un comunicado para aclarar sus argumentos para seguir utilizando el apellido. Además, LOC ha tenido acceso en exclusiva a su pasaporte danés –su país de nacimiento–, un documento de identificación oficial y en vigor. Tal y como se puede ver en la imagen de la izquierda, Corinna es Zu Sayn Wittgenstein Sayn. No hay rastro de Larsen, su apellido de soltera. Sin embargo, pese a portar un apellido de renombre y vivir desde hace 17 años entre palacios y nobleza, Corinna ni es princesa ni aristócrata. No hay ninguna prueba que lo demuestre.

Así lo confirman a LOC fuentes cercanas a los Wittgenstein. “Hay 50 personas que utilizan el apellido familiar pero no son aristócratas. Nosotros no podemos pedir que se quiten el apellido, porque va contra la ley, pero no pueden utilizar ningún título”, explican. En esa situación se encuentra Corinna. Según la legislación alemana, los aristócratas de esos países inscriben sus títulos en sus documentos de identidad. Como ha podido comprobar LOC, Casimir, ex marido de Corinna, aparece inscrito en su pasaporte como “príncipe Zu Sayn Wittgenstein”. También el pequeño Alexander, único hijo de Corinna y su ex, quien tras su nacimiento fue registrado como príncipe.

Corinna y Casimir contrajeron matrimonio civil el 26 de octubre del año 2000 en Londres. La boda tuvo lugar sin el consentimiento del padre del novio, el fürst Alexander. Como jefe de la Casa, nunca otorgó a Corinna el título de princesa, potestad reservada sólo para él. Los abogados de la empresaria se amparan en la ley británica para asegurar que Larsen puede ser Sayn Wittgenstein Sayn. “De acuerdo a nuestra ley, una persona puede utilizar el apellido que desee. En consecuencia, una esposa es libre de utilizar el apellido de su marido incluso después del divorcio a menos que haya un acuerdo que le impida utlizarlo”, explica a este medio el letrado David Greer, asesor legal de Corinna.

La danesa no fue una Wittgenstein desde su matrimonio. Según fuentes cercanas a su familia política, Corinna cambió el apellido en el año 2003. Un año después, el 30 de noviembre de 2004, presentó la demanda para separarse de Casimir. En el documento de separación, como ha podido comprobar LOC, ambos figuran como Zu Sayn Wittgenstein Sayn, el mismo apellido que Corinna mantiene en la actualidad.

La familia no puede impedir que Corinna se haga llamar Zu Sayn Wittgenstein Sayn, pero sí exigir que no utilice el tratamiento de princesa, que según su versión no le corresponde. Así lo explicó Casimir la semana pasada a LOC: “Durante años le hemos dicho tanto mi padre como yo que no tiene derecho a usar el título”. También el príncipe Alexander lo aclaró en un comunicado: “Desde el divorcio de nuestro hijo, el príncipe Casimir la señora Corinna Larsen Adkins no tiene derecho a utilizar el título de princesa o el tratamiento de Su Alteza Serenísima (S.A.S.)”. La ley alemana les ampara en ese aspecto: si no le concedieron el título, no lo puede usar. Además, la inexistencia del tratamiento de princesa en su pasaporte corrobora la versión de los Wittgenstein.

Sin embargo, los asesores legales de Corinna discrepan en ese punto. Así lo aclararon en el comunicado que enviaron el pasado jueves a LOC. “En lo que respecta al derecho alemán, la posición es clara. A Corinna zu Sayn Wittgenstein le asiste el derecho pleno y legítimo de haber hecho uso del apellido tras casarse y de seguir utilizando el apellido de casada tras divorciarse”, las fuentes cercanas a la familia Wittgenstein asumen este punto: aunque prefieren que no utilice el apellido, la ley le ampara. Sin embargo, creen que facilitaría la mejora en las relaciones con la amiga de Don Juan Carlos que dejara de utilizar el citado apellido.

Las mismas fuentes se muestran más tajantes con el tratamiento de princesa y de Su Alteza Serenísima. “Todos los aristócratas alemanes tenemos el título en los documentos oficiales, Corinna no”, insisten como prueba de que no es princesa. Los asesores legales de Corinna, sin embargo, responden que “no hay limitación alguna respecto del uso por parte de ella del tratamiento –si deseara utilizarlo- ya que forma parte de su nombre y no existe de manera independiente a este”. Sin embargo, la ausencia del tratamiento de princesa en su pasaporte corrobora que no es princesa y, por lo tanto, refrenda a los Wittgenstein. Además, sus asesores no han mostrado a este suplemento ningún documento oficial donde aparezca como princesa.

La norma sobre los títulos de la nobleza alemana quedó clara cuando la constitución de Weimar abolió los derechos de la aristocracia en 1919 y todos los alemanes pasaron a ser iguales. Fue entonces cuando se decidió que la aristocracia debía llevar los títulos incluidos en sus apellidos. Bajo esa norma legal, Corinna debería tener un prinzessin en su pasaporte para ser princesa, ya que forma parte de los datos identificativos. Corinna no aparece como princesa tampoco en el Almanaque del Gotha, la enciclopedia donde se aglutinan todas las Casas Reales europeas. Allí, la mención de Corinna es sólo como ex mujer del príncipe Casimir y figura inscrita como Larsen.

La verdad es que la empresaria sí que es Zu Sayn Wittgenstein, como afirmaron sus abogados en un comunicado, pero no es ni princesa ni alteza serenísima. “Forma parte de las 50 personas que la Casa Real tiene localizadas que están utilizando el apellido sin ser de la familia”, afirman fuentes expertas en aristocracia germana.

Alexander Sayn Wittgenstein Sayn es el cabeza de la Casa desde el año 1992. Su familia pertenece a una de las sagas aristocráticas más antiguas de Alemania. Fundada por el conde Luis Francisco II, en el siglo XVII, se convirtieron en príncipes en 1894. En Alemania la familia era conocida por su patrimonio, que abren al público todo el año y donde organizan eventos particulares. Poseen un palacio que fue destruido en la Segunda Guerra Mundial y terminado de restaurar en el año 2000 y un castillo a la orilla del río Rhin. Sin embargo, la atracción más conocida de los Wittgenstein es el parque que alberga el jardín de mariposas, con un invernadero con una amplia colección de estos insectos, que viven ahí en cautividad.

De todas esas propiedades disfruta Alexander, el hijo de Corinna y de Casimir, que es príncipe como su padre. El comunicado enviado por los asesores de la danesa terminaba con una declaración suya: “La familia nunca antes me había planteado estos problemas, ni durante el matrimonio ni en los 12 años transcurridos desde el divorcio. Me complace constatar que estos asuntos quedan ahora aclarados”. Corinna es una Wittgenstein, pero no una princesa.

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Madre mía con la Corinna.
Después de salir de España escopetada, como la amiga fulana del JuanCa, ahora la ex familia le quiere dejar sin titulo....¿No decian que era muy inteligente y lista?
Pues parece que algo anda fallando, ¿sería el exceso de peróxido de hidrógenio?
 
Madre mía con la Corinna.
Después de salir de España escopetada, como la amiga fulana del JuanCa, ahora la ex familia le quiere dejar sin titulo....¿No decian que era muy inteligente y lista?
Pues parece que algo anda fallando, ¿sería el exceso de peróxido de hidrógenio?
Pues que están todos hasta las narices de la cara dura que tiene
 
Precisamente estos días he releído el libro de Ana Romero, Final de partida. Mi relectura se dirigía hacia el tema emiratos, porque, confieso, de la primera vez me quedé con un batiburrillo sobre el quién es quién en esa mezcla de monarcas cuasi-medievales e intereseses empresariales. Sólo saqué una idea en claro: ahí hay mucha pero mucha pasta.
Romero afirma que el Emérito le propuso matrimonio a Corinna y que ésta lo rechazó, produciendo en él un enorme disgusto. Entiendo que la proposición es a raíz de dejarle el mando al hijo, aunque no se dice de forma explícita. Ana Romero destaca la enorme hostilidad que despertó Corinna en el entorno real y se le nota incapaz de sacar en claro una opinión propia sobre Corinna, a pesar de conocerla en persona. No es capaz de llamarla interesada, pero tampoco de considerarla ''buena influencia''.
 
Precisamente estos días he releído el libro de Ana Romero, Final de partida. Mi relectura se dirigía hacia el tema emiratos, porque, confieso, de la primera vez me quedé con un batiburrillo sobre el quién es quién en esa mezcla de monarcas cuasi-medievales e intereseses empresariales. Sólo saqué una idea en claro: ahí hay mucha pero mucha pasta.
Romero afirma que el Emérito le propuso matrimonio a Corinna y que ésta lo rechazó, produciendo en él un enorme disgusto. Entiendo que la proposición es a raíz de dejarle el mando al hijo, aunque no se dice de forma explícita. Ana Romero destaca la enorme hostilidad que despertó Corinna en el entorno real y se le nota incapaz de sacar en claro una opinión propia sobre Corinna, a pesar de conocerla en persona. No es capaz de llamarla interesada, pero tampoco de considerarla ''buena influencia''.

Le propuso matrimonio casado con la reina Sofia? :wideyed:
 
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