Rodrigo Rato entra en prisión: "Pido perdón a la sociedad"

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Rodrigo Rato entra en prisión: "Pido perdón a la sociedad"
El exvicepresidente del Gobierno ha ingresado en Soto del Real para cumplir la condena de cuatro años y medio de cárcel por las tarjetas black de Caja Madrid.

"Asumo los errores que haya podido cometer y pido perdón a la sociedad y a aquellas personas que se hayan podido sentir decepcionadas", ha dicho.

GRÁFICO | Nombre a nombre, todas las condenas por las tarjetas black confirmadas por el Supremo

eldiario.es
25/10/2018 - 13:01h
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El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato a su llegada a la prisión madrileña de Soto del Real Víctor Lerena / EFE
más INFO

El Supremo tumba a Rato, el símbolo de cómo el "liberalismo" del PP manoseó Caja Madrid


El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha pedido perdón "a la sociedad" antes de entrar en la cárcel de Soto del Real para cumplir su condena a cuatro años y medio de cárcel por las tarjetas black de Caja Madrid. "Asumo los errores que haya podido cometer y pido perdón a la sociedad y aquellas personas que se hayan podido sentir decepcionadas o afectadas", ha dicho a las puertas de la prisión.

El expresidente de Caja Madrid y Bankia ha ingresado finalmente poco antes de las 13:00 horas en Soto del Real, situada en Madrid, antes de que se cumpliera el plazo límite impuesto por la Audiencia Nacional para acudir de forma voluntaria.

Según el veredicto del Tribunal Supremo, que avaló el criterio de la primera instancia, el que fuera director gerente del FMI "mantuvo y amplió un sistema pervertido desde su origen", permitiendo a los titulares de las tarjetas utilizarlas en su beneficio sin necesidad de justificar los gastos, lo cual en aquella época "estaba fuera de la ley".

Hasta la fecha, cuatro de los 15 condenados a penas superiores a dos años de cárcel por las 'black' han entrado ya en prisión. Se trata de el ex secretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez Ponga, el exdirigente de CC.OO. Antonio del Rey, el ex consejero de Caja Madrid por el mismo sindicato Rodolfo Benito y el ex miembro de la Comisión de Control de la caja Miguel Ángel Abejón.

El resto tienen de plazo hasta la jornada del 26 de octubre para presentarse en un centro penitenciario, salvo el exconsejero de parte de Izquierda Unida José Antonio Moral Santín y el exconsejero de CC.OO. Francisco Baquero, que recogieron más tarde la notificación y tienen hasta el 29 de octubre; y al exvicesecretario de organización del PSOE Madrileño, Antonio Romero, a quien el tribunal ha dado diez días a contar desde el 30 de octubre por motivos familiares.

No fueron errores. Lo hecho, fue con plena conciencia y sin el más mínimo escrúpulo. Mi perdón no lo tiene.
 
Entra en la càrcel, lo que me parece muy bien y muy justo, pero al menos entra pidiendo perdón. Con lo que nos gusta eso, de pedir perdón, de excusarse, por todo...por los crímenes propios y los ajenos; por los delitos actuales y por los cometidos hace quinientos anyos....Bueno, pide perdón. Donde está el problema? Hay quienes han matado a mucha gente y no solo no piden perdòn, sino que se siguen creyendo moralmente justificados por haber matado.

Si no pedia perdon, què habrían dicho algunos? Què orgulloso, mira què sobrado, mira què presuntuoso...bueno, pues pide perdón, y las fans de la horca siguen encontrándolo deleznable.

No sè. Que les gustaría a algunos? Que se suicidase? Vaya gente que hay por ahì.
 
Última edición:
En el desfalco y atraco de Caja Madrid y otras muchas cajas de ahorro participaron practicamente la totalidad de los partidos políticos que había entonces, PP, PSOE, IU, los nacionalistas en sus comunidades, UGT, CCOO, organizaciones empresariales, etc..

En Caja Madrid fue más sonado el desfalco porque además de los escandalosos sueldos que percibían sus consejeros por no hacer absolutamente nada, se suma el desvergonzado uso que los mismos consejeros hicieron de las famosas tarjetas "blak", con gastos injustificables y retirada en efectivo de los cajeros automáticos, encabezados por el consejero de IU sr. Moral Santín, que creo recordar que no conforme con su millonario sueldo se auto-homenajeó con más de 600.000 € entre gastos y efectivo a cuenta de la tarjeta. Solo tres o cuatro tuvieron la decencia de no hacer uso de semejante privilegio.

Aun estamos esperando el desfile de esos insignes consejeros camino del centro penitenciario correspondiente.
 
Y el actual presidente pero todo el mundo calla.

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Por cierto, a éste delincuente le hemos visto entrar en el trullo. A otro como Urdangarin ni le hemos visto a él ni al furgón que lo debiera trasladar...

Dicen que esta en Avila....pero dicen...
 
Entra en la càrcel, lo que me parece muy bien y muy justo, pero al menos entra pidiendo perdón. Con lo que nos gusta eso, de pedir perdón, de excusarse, por todo...por los crímenes propios y los ajenos; por los delitos actuales y por los cometidos hace quinientos anyos....Bueno, pide perdón. Donde está el problema? Hay quienes han matado a mucha gente y no solo no piden perdòn, sino que se siguen creyendo moralmente justificados por haber matado.

Si no pedia perdon, què habrían dicho algunos? Què orgulloso, mira què sobrado, mira què presuntuoso...bueno, pues pide perdón, y las fans de la horca siguen encontrándolo deleznable.

No sè. Que les gustaría a algunos? Que se suicidase? Vaya gente que hay por ahì.


No mujer...lo único que dicen por lo que yo interpreto es que "a burro muerto la cebada al rabo", es decir, que después de lo que ha hecho no sirve de nada pedir perdón.
 
No mujer...lo único que dicen por lo que yo interpreto es que "a burro muerto la cebada al rabo", es decir, que después de lo que ha hecho no sirve de nada pedir perdón.
Y quien espera o cree que vaya a servir de nada? Nunca sirve de nada pedir perdon, pero al menos es un gesto. Para quien sepa apreciarlo, en alguien tan soberbio. A mi me ha parecido notable. Ya se que hay otros a quienes no les satisfaría nada mas que... mejor me callo.
 
Y quien espera o cree que vaya a servir de nada? Nunca sirve de nada pedir perdon, pero al menos es un gesto. Para quien sepa apreciarlo, en alguien tan soberbio. A mi me ha parecido notable. Ya se que hay otros a quienes no les satisfaría nada mas que... mejor me callo.
Su lenguaje no verbal no decía lo mismo.
Cero arrepentimiento.

Que pase una temporadita en el trullo sin móvil ni internet y que reflexione sobre su patético final profesional, de ser el presidente más mediocre del Fondo Monetario Internacional con un sueldazo de película a apropiarse de dinero de las targetas Black.
Tenía dinero para aburrirse pero necesitaba acaparar mas.
Miserable es poco.
 
Y quien espera o cree que vaya a servir de nada? Nunca sirve de nada pedir perdon, pero al menos es un gesto. Para quien sepa apreciarlo, en alguien tan soberbio. A mi me ha parecido notable. Ya se que hay otros a quienes no les satisfaría nada mas que... mejor me callo.
Es que cuesta creer en el arrepentimiento de una persona ( no solo él , claro) que ha llevado a un pais entero a la ruina.
Lo siento pero no.
 
¿Que Rato ha llevado al país a la ruina? Datos por favor

¿Aún los necesitas?
Rodrigo Rato, ese milagro español
El verdadero milagro es que un caradura como Rato aún no esté en prisión

Ignacio Escolar (eldiario.es)
16/10/2014 - 21:53h
José María Aznar le definió como "el mejor ministro de Economía de la democracia". Yo le definiría como un grandísimo caradura, como un enorme jeta y un presunto delincuente. Rodrigo Rato y su señorito Aznar presumían de ser los artífices del "milagro español". El verdadero milagro es otro: que Rato aún no esté en prisión. Y también que un incompetente como él colase durante tanto tiempo como gran economista y mejor gestor.

El principal milagro económico de Rato como ministro de Economía consistió en cebar esa burbuja inmobiliaria que unos años después nos estalló. España entró en el euro haciendo trucos contables, como ese déficit de tarifa eléctrica con el que se camufló la inflación. Una vez dentro, el Gobierno aprovechó los tipos de interés baratos y la desregulación sobre el suelo para construir una economía basada en el ladrillo y la especulación. "No hay burbuja", decía Rato en 2003. "Si la vivienda está cara es porque muchos españoles pueden pagar", acompañaba a los coros Francisco Álvarez Cascos. La consecuencia de aquella fiesta –que después Zapatero no frenó– es esta terrible crisis que llevamos purgando cinco años. Un milagro. Una hazaña. Una excelente gestión.

Poco después de perder esas primarias del PP donde solo votaba José María Aznar, Rodrigo Rato fue nombrado director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Allí siguió aumentando su leyenda como 'excelente' gestor. A mitad de mandato, Rato abandonó uno de los mayores puestos de la gobernanza internacional, uno de esos escasos sillones del poder mundial que en contadas ocasiones consigue alcanzar un español.

Rato no llegó al FMI por su currículum: su nombramiento fue el resultado de un gran esfuerzo de la diplomacia española –entonces dirigida por el PSOE de Zapatero–, que se empleó a fondo en la labor. Dudo que vayamos a repetir la proeza, visto el resultado que dio. A los tres años, don Rodrigo decidió que se aburría en Washington D. C. y, por unos "motivos personales" que nunca explicó, abandonó el puesto que tanto había costado a España conseguir. Sin duda pasó a mejor vida: a ganar más dinero y a vivir mucho mejor. Todo un ejemplo de patriotismo, de voluntad de servicio público y de responsabilidad institucional.

Unos años después de su salida, el FMI publicó un durísimo informe interno sobre su nefasta gestión. Rato ha pasado a la historia del fondo como uno de sus peores directores. El FMI de Rato, según ese informe, "no anticipó la crisis, su ritmo ni su magnitud". Era el FMI que ponía como ejemplo de economía "robusta" a Islandia (ese país que después quebró); el que elogiaba el sistema financiero estadounidense como "resistente y bien regulado" (como Lehman Brothers y el resto de la banca de inversión demostraron); el que aseguraba que "los mercados han mostrado que pueden autocorregirse y que de hecho lo hacen" (como vimos con las subprime).

Como premio por la tocata y fuga en el FMI, Mariano Rajoy le entregó otra bicoca: la presidencia de la cuarta entidad financiera del país, Caja Madrid. Hoy se recuerda poco, pero ni Miguel Blesa ni Rodrigo Rato llegaron al puesto por oposición. A Blesa le colocó su compañero de estudios, José María Aznar; no tenía más currículo para el cargo que la amistad personal del presidente. A Rato le puso también a dedo Mariano Rajoy, que vio en el nombramiento una doble oportunidad: quitarle la caja a su archienemiga Esperanza Aguirre –que quería entregar ese botín a Ignacio González– y apartar de la carrera política a un eterno aspirante a liderar el PP. Fue un puente de plata para Rato que pagamos entre todos los españoles a los que después arruinó.

Ni Aznar ni Rajoy han pedido siquiera disculpas por la fastuosa gestión de Caja Madrid que nos han dejado en herencia sus dos enchufados. La factura de la quiebra de las cajas del PP fusionadas en Bankia está entre los 22.000 y los 30.000 millones de euros y nos obligó a pedir el rescate financiero del país, una hipoteca que tardaremos muchos años en pagar.

Aznar sigue dando conferencias sobre la excelencia en la gestión de lo público y el gobierno meritocrático, mientras Mariano Rajoy no permite preguntas a la prensa ni por error, no vaya a ser que tenga que explicarnos qué opina de esas tarjetas 'black' (él es más de sobres). Desde el Gobierno presumen de que fue el FROB quien puso en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción el fraude de las tarjetas en negro, como si fuese una alternativa ocultar este desfalco, como si mereciesen una medalla al mérito por no proteger a unos presuntos delincuentes y cumplir con su obligación.

Después de apadrinar la burbuja. Después del rescate de Bankia. Después de su espantada del FMI. Después de que la Audiencia Nacional le imputase por los delitos de falsificación de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar los precios y apropiación indebida, Rodrigo Rato ha seguido siendo militante del Partido Popular. Ha tenido que llegar el fraude de las 'black' para que el PP se haya empezado a plantear que tal vez, solo tal vez, el código ético del partido incompatible con la corrupción no permite militantes que se gasten el dinero de una caja pública en mariscadas, viajes, bolsos, fiestas, alcohol y clubs.

El miércoles se especuló con que lo mismo Rato era expulsado del PP esa misma tarde. Falsa alarma. Hoy sigue allí –y en varios puestos bien pagados en el Ibex 35–, dando ejemplo del verdadero milagro español: lo barato que resulta tomar el pelo a la población. Hoy nos indignamos mucho. Mañana, ya se nos pasará. Pasado, caraduras como Rato nos volverán a gobernar.
 
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¿Aún los necesitas?
Rodrigo Rato, ese milagro español
El verdadero milagro es que un caradura como Rato aún no esté en prisión

Ignacio Escolar (eldiario.es)
16/10/2014 - 21:53h
José María Aznar le definió como "el mejor ministro de Economía de la democracia". Yo le definiría como un grandísimo caradura, como un enorme jeta y un presunto delincuente. Rodrigo Rato y su señorito Aznar presumían de ser los artífices del "milagro español". El verdadero milagro es otro: que Rato aún no esté en prisión. Y también que un incompetente como él colase durante tanto tiempo como gran economista y mejor gestor.

El principal milagro económico de Rato como ministro de Economía consistió en cebar esa burbuja inmobiliaria que unos años después nos estalló. España entró en el euro haciendo trucos contables, como ese déficit de tarifa eléctrica con el que se camufló la inflación. Una vez dentro, el Gobierno aprovechó los tipos de interés baratos y la desregulación sobre el suelo para construir una economía basada en el ladrillo y la especulación. "No hay burbuja", decía Rato en 2003. "Si la vivienda está cara es porque muchos españoles pueden pagar", acompañaba a los coros Francisco Álvarez Cascos. La consecuencia de aquella fiesta –que después Zapatero no frenó– es esta terrible crisis que llevamos purgando cinco años. Un milagro. Una hazaña. Una excelente gestión.

Poco después de perder esas primarias del PP donde solo votaba José María Aznar, Rodrigo Rato fue nombrado director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Allí siguió aumentando su leyenda como 'excelente' gestor. A mitad de mandato, Rato abandonó uno de los mayores puestos de la gobernanza internacional, uno de esos escasos sillones del poder mundial que en contadas ocasiones consigue alcanzar un español.

Rato no llegó al FMI por su currículum: su nombramiento fue el resultado de un gran esfuerzo de la diplomacia española –entonces dirigida por el PSOE de Zapatero–, que se empleó a fondo en la labor. Dudo que vayamos a repetir la proeza, visto el resultado que dio. A los tres años, don Rodrigo decidió que se aburría en Washington D. C. y, por unos "motivos personales" que nunca explicó, abandonó el puesto que tanto había costado a España conseguir. Sin duda pasó a mejor vida: a ganar más dinero y a vivir mucho mejor. Todo un ejemplo de patriotismo, de voluntad de servicio público y de responsabilidad institucional.

Unos años después de su salida, el FMI publicó un durísimo informe interno sobre su nefasta gestión. Rato ha pasado a la historia del fondo como uno de sus peores directores. El FMI de Rato, según ese informe, "no anticipó la crisis, su ritmo ni su magnitud". Era el FMI que ponía como ejemplo de economía "robusta" a Islandia (ese país que después quebró); el que elogiaba el sistema financiero estadounidense como "resistente y bien regulado" (como Lehman Brothers y el resto de la banca de inversión demostraron); el que aseguraba que "los mercados han mostrado que pueden autocorregirse y que de hecho lo hacen" (como vimos con las subprime).

Como premio por la tocata y fuga en el FMI, Mariano Rajoy le entregó otra bicoca: la presidencia de la cuarta entidad financiera del país, Caja Madrid. Hoy se recuerda poco, pero ni Miguel Blesa ni Rodrigo Rato llegaron al puesto por oposición. A Blesa le colocó su compañero de estudios, José María Aznar; no tenía más currículo para el cargo que la amistad personal del presidente. A Rato le puso también a dedo Mariano Rajoy, que vio en el nombramiento una doble oportunidad: quitarle la caja a su archienemiga Esperanza Aguirre –que quería entregar ese botín a Ignacio González– y apartar de la carrera política a un eterno aspirante a liderar el PP. Fue un puente de plata para Rato que pagamos entre todos los españoles a los que después arruinó.

Ni Aznar ni Rajoy han pedido siquiera disculpas por la fastuosa gestión de Caja Madrid que nos han dejado en herencia sus dos enchufados. La factura de la quiebra de las cajas del PP fusionadas en Bankia está entre los 22.000 y los 30.000 millones de euros y nos obligó a pedir el rescate financiero del país, una hipoteca que tardaremos muchos años en pagar.

Aznar sigue dando conferencias sobre la excelencia en la gestión de lo público y el gobierno meritocrático, mientras Mariano Rajoy no permite preguntas a la prensa ni por error, no vaya a ser que tenga que explicarnos qué opina de esas tarjetas 'black' (él es más de sobres). Desde el Gobierno presumen de que fue el FROB quien puso en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción el fraude de las tarjetas en negro, como si fuese una alternativa ocultar este desfalco, como si mereciesen una medalla al mérito por no proteger a unos presuntos delincuentes y cumplir con su obligación.

Después de apadrinar la burbuja. Después del rescate de Bankia. Después de su espantada del FMI. Después de que la Audiencia Nacional le imputase por los delitos de falsificación de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar los precios y apropiación indebida, Rodrigo Rato ha seguido siendo militante del Partido Popular. Ha tenido que llegar el fraude de las 'black' para que el PP se haya empezado a plantear que tal vez, solo tal vez, el código ético del partido incompatible con la corrupción no permite militantes que se gasten el dinero de una caja pública en mariscadas, viajes, bolsos, fiestas, alcohol y clubs.

El miércoles se especuló con que lo mismo Rato era expulsado del PP esa misma tarde. Falsa alarma. Hoy sigue allí –y en varios puestos bien pagados en el Ibex 35–, dando ejemplo del verdadero milagro español: lo barato que resulta tomar el pelo a la población. Hoy nos indignamos mucho. Mañana, ya se nos pasará. Pasado, caraduras como Rato nos volverán a gobernar.

Me pones la opinión de un señor , no datos. Opinar, podemos opinar todos pero yo pido datos macroeconómicos de la economía española en la época de Rato.
Además está lleno de inexactitudes, como decir que Rajoy puso a Rato en Caja Madrid. Esta entidad depende de la
Comunidad de Madrid, no del Gobierno central. Su consejo de administración está compuesto por representantes de cada partido no del PP solo (nuestro presidente el señor Cum Fraude fue consejero). Ahora, por el caso tarjetas black, han entrado a la carcel personas de todos los partidos, no solo Rato.
 
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