Primarias en el PSOE (se abre la veda)

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La “derrota” de Despeñaperros
Catedrático de filosofía
Jesús Parra Montero




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Para fortalecer la democracia en política es necesario establecer la ética de la corresponsabilidad, lo cual supone transcender las diferencias y practicar el consenso; de ahí que, conseguido el éxito, éste se debe gestionar con generosidad. El que gana no puede ejercer la venganza sobre el perdedor, ni éste demostrar odio hacia aquél. La revancha, el castigo o el rencor deberían quedar desterrados.

Con gran ironía, hace algunos días alguien titulaba así el resultado de las primarias en el PSOE: Pedro Sánchez, “readmisión por despido improcedente”. El aparato y la mayoría de los dirigentes socialistas (los barones, la gestora), gran parte de los medios de comunicación, el poder económico, unas élites tan alejadas siempre de los ciudadanos, de sus preocupaciones y sus intereses, tenían la firme convicción de que Susana Díaz era la favorita a ocupar la secretaría general del PSOE. Sin embargo, gran parte de las encuestas fiables mostraban de forma inequívoca que los simpatizantes y votantes socialistas preferían a Pedro Sánchez.

En un artículo escrito en Nueva Tribuna el 29 de octubre de 2016, titulado El hundimientoescribía yo que “sin encuestas, pero sí a pie de calle, conocía a muchos militantes que no estaban en absoluto de acuerdo con Susana Díaz ni pensaban como ella…” Y concluía: “Estoy convencido, y el tiempo me dará la razón de que, si se presentase a unas primarias a la secretaría general, de Despeñaperros para arriba, pocos apoyos iba a tener, por muchos interesados cortesanos que la apoyen desde Despeñaperros para abajo; esos que sin palios ni andas la rodean y sostienen permanentemente, como costaleros a su ‘virgen sevillana’”. Y ¡vaya si ha tenido costaleros!

“Para los cargos públicos, elegid a los mejores y más capacitados y vigiladlos como si fuesen canallas. Cuando un compañero se postula para un cargo sin que le promuevan las bases, es motivo suficiente para no elegirlo”

En esta situación es bueno recordar lo que Pablo Iglesias Posse, el fundador del PSOE, decía a sus dirigentes: “Para los cargos públicos, elegid a los mejores y más capacitados y vigiladlos como si fuesen canallas. Cuando un compañero se postula para un cargo sin que le promuevan las bases, es motivo suficiente para no elegirlo”.

Ya en la Antigua Roma, práctica tomada de los griegos y etruscos, existían sacerdotes “augures” que practicaban oficialmente la adivinación. Sólo los magistrados podían consultarles. Es poco comprensible, pues, aunque a tenor de sus fracasos es evidente que sucede, que los partidos políticos, teniendo en su mano no sólo muchos asesores (augures) que deberían saber leer la realidad presente y cómo puede devenir en el futuro, sean tan obtusos para, en primer lugar, no conocer lo que piensan sus militantes y en segundo lugar no adivinar o al menos vaticinar, con cierta seguridad, lo que se avecina y puede suceder. Se preguntaba en su obra La marcha hacia la locura, Bárbara W. Tuchman: ¿por qué los políticos se empecinan en realizan siempre una política insensata contraria a los intereses de los ciudadanos a los que gobiernan... realizada por un pequeño grupo con poder, al margen de los intereses del colectivo al que representa?

El desfase entre los avales presentados y los votos obtenidos demuestra que el comportamiento de los militantes votantes es más libre en el espacio del voto secreto que en el público; porque los militantes del PSOE ni son tontos ni ignorantes. Ante las sorpresas que han generados los resultados con el triunfo de Pedro Sánchez en las primarias y la ilusión en una mayoría de militantes socialistas, pudiera ser que los ignorantes, en este caso, eran el aparato de referencia socialista, la gestora, los barones y la propia candidata Susana Díaz, con un empeño demasiado interesado y personal en alcanzar el éxito; éxito que no consiguió. La imagen de Susana Díaz, con su actitud y su cara en la foto “a tres” en Ferraz y saliendo precipitadamente y de incógnito resume la derrota que desde Despeñaperros para arriba los militantes le han infligido, demostrando, así su falta de categoría y que no estaba preparada para asimilar ni el éxito ni el fracaso.

Porque ¿qué es el éxito? Acerca de él, recojo unas reflexiones del libro de un buen escritor y amigo, Adolfo Yáñez, en el que selecciona un ramillete de “palabras que no lleva el viento”. Son bastante precipitados y a veces poco objetivos - subraya - los juicios que hacemos a la hora de señalar el éxito o el fracaso. Y como magnífica metáfora, destaca una cita final de un libro de François Mitterrand “La Paj* y el grano”: En realidad, ¿cuál es la verdadera misión del río Sena, llegar al mar o regar a su paso los campos de Francia? Y Adolfo Yáñez se pregunta: es el éxito ascender peldaños, conseguir elogios y triunfos, en una palabra: ganar; o, por el contrario, consiste en ser feliz, en ser útil. Quién obtiene mayor éxito, el que alcanza mares de vanidad o el que agota sus aguas convirtiendo en fértiles los páramos por los que atraviesa.

Los que somos espectadores, pero fieles votantes socialistas, al contemplar esta descarnada fractura y factura socialista, nos peguntamos cuáles han sido las causas, quiénes los responsables y qué fines pretendían.

No era difícil ser augur ni adivinar conclusiones de los resultados, y más leyendo el libro del exlíder socialista, Josep Borrell 'Los idus de octubre', en el que cuenta cómo fue el comité federal que acabó con Pedro Sánchez. Señala en el libro a la candidata andaluza como urdidora del complot contra Sánchez; o a su lugarteniente Heredia exigiendo disolver el PSC, o esa oscura operación “Frankestein” que acusaba a Pedro Sánchez de haber alcanzado un pacto soterrado con Podemos y los independentistas catalanes. Acaba su libro reflexionando sobre la crisis de la socialdemocracia europea; crisis cuya responsabilidad poco se debe a Pedro Sánchez y tal vez, bastante más, a los líderes (no necesito nombrarles) que han apoyado sin fisuras a la derrotada. ¿Acaso el PSOE no tenía cargos y asesores capacitados para haber previsto la desmesura de esa locura y las consecuencias que esta sin razón podía ocasionar en su militancia y su electorado? Recorriendo a la historia, la traición a Sánchez, como aquella otra de Bruto y Casio contra César, los militantes con su voto no la podían olvidar.

Recurro de nuevo a la autoridad de Pablo Iglesias, el fundador: “El socialismo plantea que no es suficiente contemplar los problemas, analizar y criticar las cosas que van mal, sino, que de lo que se trata, es de cambiar el sistema que los provoca. El socialismo es democrático en su propia naturaleza. No podemos gobernar en contra de los intereses generales. Una sociedad que avance al socialismo ha de ser democrática en el auténtico sentido de la palabra y de la acción, basándose en el control consciente y la participación ciudadana”. ¿Por qué, entonces, ese miedo a que en esta transcendental situación se le diese la palabra participativa a la militancia? Porque muchos militantes y millones de votantes tenían claro que, por dignidad y principios, no se podía ni se debía hacer presidente y consolidar a un partido con una ABSTENCIÓN que tienen manchadas e infectadas las manos por corrupción, recortes, incumplimientos y mentiras.

La victoria de Sánchez y la derrota de Díaz, en realidad no ha sido sólo contra la dirigente andaluza, sino contra todos los poderes que operaron fuera y dentro de su partido para que el PSOE no fuese alternativa y gobernase Rajoy. ¡Qué peligro tienen aquellos políticos que entregan el poder por sentido de responsabilidad de Estado a un presidente y a un partido que tanto destrozo político, social, económico y en derechos ha causado! Conociendo la profundidad de la corrupción, no era sensato que la Comisión gestora exigiese o pidiese a sus diputados y diputadas que se abstuvieran. Por eso, en estas primerias, la militancia socialista ha castigado a quienes apoyaron la abstención “exigiendo la readmisión de Sánchez por despido improcedente”. Hoy la imagen es la victoria de Pedro Sánchez y la derrota de Susana Díaz dentro del socialismo. De tal decisión, tal factura. Aunque sea un tópico, creo que hay momentos -y aquél lo era- en los que es útil subirse a la épica y decir: “Más vale honra sin barcos que barcos sin honra”, según la frase dirigida por Méndez Núñez a los marineros de la guerra inglesa.

Durante la campaña de las primarias, qué fácil era construir un discurso con frases gruesas que consiguiesen titulares, pero que en nada ayudaban a hilvanar un proyecto fiable y posible. Sostenía Bertrand Russell que “a la guerra se llega por razones de gran complejidad, pero a veces se justifica por razones espúreas, de escasa importancia y miserablemente personales. No la termina y gana quien tiene la razón, sino quien se queda”.

Hoy, el reto inmediato de Pedro Sánchez consiste en demostrar que es capaz de acabar con la guerra civil que sufre el partido y aunar, aún con las diferencias reales que existen, ese partido, con tanta historia y con un futuro, que esperamos sea más necesario en la actual situación política española. Es una tarea crucial y difícil para su éxito electoral, pero no imposible.

Por otra parte, la figura política de Díaz ha sufrido un daño evidente, en beneficio de los intereses de su oposición en Andalucía. Con esta derrota la oposición tiene capital de sobra para jugarlo con inteligencia y minar su gobierno andaluz. La derrota, como con cierta malicia se ha escrito en alguna columna, le ha puesto en bandeja a su oposición (PP, Ciudadanos, Podemos e IU) un fácil y directo argumentario: “Si su modelo y programa político no sirve para España, por qué va a servir para Andalucía”; “Si no la quieren los suyos, por qué tenemos que quererla nosotros”; “Andalucía no es un segundo plato” y hasta han lanzado ya un conocido “Váyase, señora Díaz”.

En el fondo, y de nuevo recurro al fundador del PSOE, Pablo Iglesias: “Por mucho que valgan las ideas, no pueden prosperar en el grado que deben si sus sostenedores, y principalmente los que ocupan las primeras filas, no son enteros, serios y morales. No sólo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con buenos ejemplos y la recta conducta y coherencia de sus hombres”.

Lo inteligente en estos momentos es tomar decisiones que faciliten la unidad y no el empleo de amenazas (veladas o manifiestas) que aumenten más la fractura y las disidencias. Se pueden aprovechar las circunstancias o desaprovecharlas. Y acabo como iniciaba este artículo. Para fortalecer la democracia en política es necesario establecer la ética de la corresponsabilidad, lo cual supone transcender las diferencias y practicar el consenso; de ahí que, conseguido el éxito, éste se debe gestionar con generosidad. El que gana no puede ejercer la venganza sobre el perdedor, ni éste demostrar odio hacia aquél. La revancha, el castigo o el rencor deben quedar desterrados.

http://www.nuevatribuna.es/opinion/...rrota-despenaperros/20170524183717140159.html
Precioso articulo.
 

Este chico manda a todo el mundo a trabajar,pues debería dar ejemplo porque en el congreso son todos (C´s) unos vagos,vamos que no dan chapa (hasta el grupo mixto trabajan más que ellos) ....Aparte de arruinar (mas de lo que estaba)un AYUNTAMIENTO (la oposición les van a montar una moción de censura) estos si que me dan miedo,si gobiernan algún día,España entra en bancarrota.
 
Efecto moción de censura, Bruselas da a Rajoy por finiquitado y manda un emisario la próxima semana
EL PSOE YA CRITICÓ LAS EXIGENCIAS FISCALES
Aviso de Bruselas a Pedro Sánchez para que España cumpla con la reducción del déficit
"Creo que es muy importante que el PSOE continúe siendo un partido creíble, que comprenda que los compromisos de España"
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El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. (Reuters)
Autor
María Tejero Martín. Luxemburgo

Tiempo de lectura3 min
16.06.2017 – 15:17 H. - Actualizado: 6 H.
"Un mensaje amistoso, de socialista a socialista", es el que el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, tiene preparado para su reunión con Pedro Sánchez el próximo 22 de junio durante su primera visita a España. Un mensaje que, no obstante, es también una advertencia: España tiene que cumplir con los objetivos de reducción del déficit que se ha comprometido a alcanzar. Y esto lo tienen que entender todos, también un PSOE liderado por Sánchez, quien en el pasado ha cuestionando las exigencias fiscales de Bruselas.

“Creo que es muy importante que el PSOE continúe siendo un partido creíble, que comprenda que los compromisos de España principalmente en materia de finanzas públicas se tienen que mantener”, ha dicho Moscovici. En democracia, dice el ex ministro de Finanzas de François Hollande, siempre se puede “proponer soluciones alternativas”. Pero vuelve a dejar claro que España tiene que reconducir aún su déficit por debajo del límite europeo del 3 % del PIB. Y esto es una línea roja.

Por eso, sobre un posible acercamiento con Podemos, afirma que es neutral siempre y cuando se cumplan las normas. “España puede mostrar muchas caras democráticas, pero la que adopte tiene que ser siempre la de una economía que se endereza y que administra seriamente sus finanzas públicas”, avisa.

Viejas rencillas
Moscovici no olvida el encuentro que mantuvo en febrero de 2016 con Sánchez, antes de que el golpe de parte de la ejecutiva le arrebatara unas riendas del PSOE que ha logrado recuperar en las recientes primarias. En éste, Sánchez trasladó al comisario su intención de negociar unos objetivos fiscales menos exigentes para España. Una idea que no tuvo una gran acogida ni en la eurozona, ni en la Comisión Europea, donde también se recuerda que Sánchez pidió a los eurodiputados socialistas españoles que votaran en contra de su actual presidente, Jean-Claude Juncker.

La caída en desgracia de Sánchez no se recibió con contrariedad en Bruselas, poco amiga de encontrarse con candidatos presidenciales que cuestionen los compromisos que los Gobiernos anteriores han asumido, sobre todo en un tema tan delicado como las finanzas públicas. En un momento delicado, con las negociaciones del Brexit apunto de arrancar el próximo lunes, no se da la bienvenida a nadie que pretenda cuestionar los fundamentos comunitarios. Y la reglas de disciplina fiscal son una de estas bases.

Por ello, Bruselas espera que Sánchez no se salga del tiesto. “Le transmitiré un mensaje amistoso y, después, le diré también lo que pienso. No sobre la política española, ese no es mi papel. Sino sobre la manera en la que el PSOE tiene que continuar encarnando una credibilidad, porque sin ella no hay gobierno que tenga interés”, dice Moscovici.

Primero Sánchez, luego Díaz
Moscovici, que recibió a Susana Díaz en Bruselas y, en la recta final de la campaña de las primarias, al gurú económico de su proyecto, José Carlos Díaz, viajará a Sevilla al día siguiente de su encuentro con el secretario general del PSOE. Allí se reunirá “con otra líder española, presidenta de una región” que, dice, le había invitado a la capital andaluza “hace mucho tiempo”. Un viaje que ya estaba previsto antes de que Díaz perdiese el pulso con Sánchez y que hubiera sido un gran espaldarazo para la política andaluza, teniendo en cuenta que es el primer viaje de Moscovici a España como comisario europeo.
 
Sanchez apuesta por un equipo de tarugos, además de López, incapaz de terminar una carrera y desarrollar una carrera profesional fuera de la política ahora se une la número dos, exactamente igual, una cafre incapaz de terminar unos estudios superiores, toda la vida chupando de la política.Y luego q decir de la elección de Vara, sin palabras!
 
El discurso de Susana Díaz a los suyos mientras el plenario del PSOE se reunía: "Me han dado una hostia en las primarias"
"Sois el PSOE de Andalucía, el pulmón del PSOE de España", le dice la presidenta andaluza a los suyos durante el congreso socialista en un vídeo difundido por El Independiente y el Huffington Post

"En las primarias me han dado una hostia, pero le he dicho al secretario general que estamos para ayudar", decía en su discurso mientras el plenario del PSOE votaba la línea política del partido

La federación de Susana Díaz abandonó el congreso el sábado sin esperar a la votación para definir el proyecto del PSOE

 
Sánchez: cambiar a todos para que nada cambie

El PSOE es un partido muy importante para sus afiliados y simpatizantes, para la mayoría no solamente es una seña de identidad personal, a veces familiar, sino también el lugar para estar en la vida. Eso hay que comprenderlo. También fue una agencia de colocación y de ascenso social enorme que permitió desde los años ochenta que hijos e hijas de familias de clase media y trabajadora tocaran cargos y poder público. Lógicamente para esas personas también es un partido muy importante.

Pero es, además, decisivo en la historia de España desde 1975, aquella España que se llamaba a si misma “Estado Español”, con un Régimen tutelado y protegido por los EEUU. Fue esa misma potencia imperialista dueña del país quien actuó muy directamente en aquellos años. Primero gestionó la entrega a la dinastía alauí del protectorado del Sahara y la traición a su población por parte de la potencia colonial, el Estado Español, e inmediatamente condujo, ya de la mano de Juan Carlos I de la casa de Borbón, el tránsito del Régimen al Reino de España.

En ese tránsito fue imprescindible la reaparición de algún partido que no fuese obrerista, como lo era el PCE, pero que fuese heredero de la República para agrupar y representar a una parte de las clases medias que no eran del Opus. Podría haber sido Izquierda Republicana pero no había tenido una renovación interna y en cambio en el PSOE se había creado un ambicioso grupo de jóvenes en Sevilla. La operación de relanzamiento del PSOE la planificó la CIA y fue ejecutada a través de la socialdemocracia alemana. Los viejos socialistas republicanos del exilio fueron apartados y, propulsados desde Alemania, ocuparon su lugar el grupo de González y Guerra.

El PSOE fue una pieza esencial en la continuidad del estado desde el Régimen al Reino y cuando llegó al poder González dio todos los pasos que estaban en la agenda política oculta diseñada por los amos del juego en este lado de la Guerra Fría. El Partido Socialista español ha sido la pieza fundamental de la estabilidad todos estos años, y ahora también lo es, del sistema político nacido de la Transición. Ahí es donde hay que ver la propuesta de las Juventudes Socialistas y la reacción inmediata de Sánchez y lo demás son tonterías.

Que a las Juventudes les haya dado a estas alturas por proponer que el PSOE defienda una república es parte de la resaca del cabreo y el calentamiento que provocaron las actuaciones de la tal gestora. Que Sánchez lo pare y evite que llegue a votarse muestra el carácter y la naturaleza del PSOE, el sostén de este sistema político. Realmente es la derecha posfranquista del PP, con sus imprudencias, quien de cuando en cuando crea inestabilidad y crisis del sistema. Y es el PSOE quien actúa con “prudencia” y “sentido de estado” para encauzar las tensiones dentro de un orden. Este orden. Si Rajoy ofende y acorrala a la opinión mayoritaria catalana, vendrá Sánchez a ofrecerle comprensión y los mejores deseos. Así que a los militantes socialistas que se crean republicanos siempre les quedará darse golpes en el pecho y susurrar un viva a la república en la intimidad de su dormitorio. Mientras su partido será el principal sostén de la monarquía.

Sánchez es el PSOE puro y que nadie espere otra cosa, aunque haya llegado al poder de una forma paradójica, liquidando a González, a Guerra, a Rubalcaba y a su candidata. Que a esa pandilla liquidada se le haya sumado Zapatero, quien había padecido al aparato en sus tiempos en León y luego en la Presidencia es otra paradoja.

Sánchez es una gran paradoja, creado por el aparato, enfrentado luego al aparato y liquidando luego a los representantes del aparato va a volver a realizar una continuidad de su política histórica. Porque eso es lo que hará, la “Internacional”, lo del federalismo y la plurinacionalidad y lo del republicanismo son los reclamos estéticos y afectivos para reagrupar a la militancia y las viejas simpatías. Esas palabras no contienen absolutamente nada real excepto humo. Es la retórica que el PSOE saca a pasear periódicamente cuando necesita revalidarse ideológicamente, pero que nadie se inquiete que no pasa nada.

Que ganase Sánchez es lo mejor que le podría haber pasado al partido en el dilema entre él y Susana Díaz. Esta no ha perdido ocasión de mostrar su calidad personal, sus buenas maneras, su altura política, su capacidad para unir y liderar y su buena educación ausentándose de un congreso en el que ella había aspirado a ser elegida. Eso sí es categoría personal y política de una dirigente, que aprendan los demás. En consecuencia la mayoría de los delegados andaluces, demostrando un espíritu colaborativo y unitario, boicotearon las ponencias, demostrando su responsabilidad y que su partido es lo que más les importa.

Díaz fue la consecuencia de una serie de incidentes en un proceso que fue conducido por el aparato desde el momento en que en el congreso en Sevilla, González y Guerra conspiran para apartar a Carmen Chacón y poner de sucesor de Zapatero a Rubalcaba. Primero fue la carta Rubalcaba, luego pusieron a Sánchez y la idea era poner a continuación a Díaz, la sucesora de Griñán en Andalucía, para que todo fuese de pata negra y de confianza. La ambición personal y la tozudez de Sánchez junto con la pésima capacidad de la candidata y su gestora desencadenó una crisis que, momentáneamente, le entregó a Sánchez, el control del partido, o por lo menos la mitad del territorio de Madrid hacia arriba.

Que a Sánchez no lo quieren lo acaba de demostrar Guerra lanzándole un proyectil, se ve todavía conserva el “Mystère” de cuando iba a los toros en avión militar, aprovechando la declaración de “plurinacionalidad”.

Sin embargo, Sánchez le devuelve al PSOE su papel de partido “de Estado”, un rol que había perdido por su pacto subterráneo para sostener a Rajoy. Efectivamente la maniobra inspirada por González de un gobierno bipartito PP-PSOE o bien que el PSOE sostuviese a Rajoy desde la oposición triunfó satisfaciendo los intereses de los poderes económicos, del estado, mediáticos y de la corte en general pero había sentenciado a muerte al partido. Sánchez recupera el partido de sus mentores, pero sin ellos. Que cambien los dirigentes para que nada cambie en lo esencial.

Aunque reconozcamos que si el PSOE vuelve a la oposición y efectivamente derogan leyes y medidas injustas del Gobierno, algo estará mejor. Pero lo esencial es lo esencial, que se dejen de cuentos y construyan su moción de censura para echar a este Gobierno, y lo demás es hacer el tiempo para no enfrentarse a los comisarios europeos y permitir que Rajoy haga el trabajo sucio.

18/06/2017 - 21:32h
http://www.eldiario.es/zonacritica/Sanchez-cambiar-cambie_6_655894428.html
 
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