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El instinto de “Chichí”, una pastor belga, muestra que los milagros existen entre los escombros


SinEmbargo

septiembre 21, 2017

7:59 pm

El trabajo de “Chichí”, el perro pastor belga de un equipo procedente de Chihuahua, demostró que, en el límite de lo posible, las búsquedas deben continuar hasta agotar todas las posibilidades de hallar personas, antes de dar paso a las potentes máquinas de excavación.



Por Juan Manuel Ramírez G.


México, 21 septiembre (EFE).- El instinto de “Chichí”, un perro pastor belga de rescate, ha mostrado hoy el camino a seguir para encontrar más vidas entre los escombros de los edificios derrumbados por el sismo que el pasado martes azotó la parte central del país y causó hasta ahora 253 muertos.

El esfuerzo y la voluntad de cientos de hombres, tras casi 48 horas de remover escombros en un edificio de las calles de Medellín y San Luis Potosí, en la colonia Roma, llegaron al límite y tras no ver respuesta decidieron abandonar la búsqueda.

Durante dos días removieron los escombros con la confianza de encontrar a alguien con vida. La esperanza los mantuvo en su labor, a pesar de que no tenían la certeza de hallar a alguien con vida.

Decidieron entonces terminar con la búsqueda y permitir que las máquinas excavadoras removiesen los escombros, lo que significaba que acababa la última posibilidad de encontrar personas con vida.

Entonces entró en acción el perro “Chichí” y su instructor. Ambos treparon a lo más alto de los escombros y en ese momento comenzó el milagro, según contaron a Efe algunos miembros de los equipos de rescate.

Todos los voluntarios observaron al perro que comenzó nervioso a olfatear la zona. Iba y venía con su instructor al mando durante unos minutos hasta que “Chichí” ubicó la existencia de una persona y comenzó a ladrar con fuerza.

Ladró una y otra vez señalando un lugar, ladró y ladró más fuerte, el can apuntó con su hocico y señaló con insistencia la presencia de alguien.

La esperanza en el lugar se recuperó y los ladridos de “Chichi” fueron la señal para retomar los trabajos de rescate.

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Apenas unos minutos más tarde, los rescatistas lograron ubicar a un hombre llamado Erick, de 35 años, y de inmediato comenzaron las labores para poder llegar a él y sacarlo del lugar.

Un día antes la familia de Erick llegó para darle aliento. La madre y la hermana de Erick estuvieron en el lugar y por medio de un altavoz le pidieron que no se rindiera y le contaron que su esposa y su hijas estaban bien y que todos lo querían de regreso en casa.

Sin embargo al ser sacado el cuerpo de Erick de los escombros los rescatistas levantaron el puño para pedir un minuto de silencio, pues el cuerpo del hombre de 35 años se encontraba sin vida. Los rescatistas explicaron después que, probablemente falleció en el instante del derrumbe, con la caída de los primeros cristales.
 
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