Pedro Sánchez y su equipo de gobierno.

Que partido tiene en el parlamento Vasco más de 127 acuerdos con Bildu? 1,2,3... responda otra vez.
 
‘CoronaBildu’: La verdadera pandemia que amenaza con llevarse por delante al Gobierno Sánchez
ABC: "Es indigno que el presidente del Gobierno blanquee a un criminal para garantizarse triunfos en el Congreso"



 
La realpolitik española

Por Kike Borba

Hay que reconocerlo. Pedro Sánchez se está convirtiendo en un experto en ganar votaciones difíciles. Esta semana, con un escenario político sumamente dividido y convulsionado, logró que el Congreso de los Diputados aprobara una quinta prórroga al Estado de Alarma. Cinco votaciones seguidas en donde in extremis consigue salvar la votación y eludir la derrota.

Los comentarios posteriores suelen centrarse en dos temas: la paulatina pérdida numérica de votos a favor y cierto desagrado por las extrañas alianzas que llega a conformar uniendo en la misma votación a partidos enfrentados entre sí. Sus opositores inmediatamente lo acusan de “contorsionista”. Revuelven el baúl para encontrar videos en donde se aprecien claras contradicciones entre sus dichos del pasado y del presente. Se vocifera de la fragilidad del Gobierno y de la pérdida de confianza pero poco se habla que, al final del día, Sánchez se salió con la suya y se anotó una nueva victoria.

Pero esto no fue siempre así. Este pragmatismo que impone la realpolitik y controla el presidente fue herencia de los frustrantes intentos del pasado en cerrar pactos amplios que sumen diferentes fuerzas de la izquierda y del centro. Intentos infructuosos que lo empujaron a medirse en reiteradas elecciones.

De forma más reciente tampoco podemos olvidar que Sánchez es hijo de una sesión de investidura ajustadísima que definitivamente selló a fuego su forma de gobernar a la vez que marcó un hito en la historia política española llevando a La Moncloa al primer gobierno de coalición.

Al final del día los políticos son personas, con sus virtudes y defectos, sus victorias y sus aprendizajes. Aunque el presidente de España intenta retomarlo a nivel del relato, su visión idílica de una política de acuerdos amplios y pactos de Estado perdurables voló por los aires. Asimiló, gracias a la oposición a la que se enfrentó, que la política es el arte de lo posible y no de lo que deseamos.

A fuerza de golpes Sanchez entendió que solo puede llevar adelante su agenda si supera semana a semana cada obstáculo que se le presenta con el mayor pragmatismo posible. Y a quienes marcan sus contradicciones cabe preguntarles: ¿qué alternativa le queda? ¿La parálisis? ¿La renuncia? Quienes opinan eso olvidan lo que significa ejercer el poder.

El presidente de España actual es un político que activa pactos por temas. Que sabe contemplar las agendas de cada formación para atraerlos según el obstáculo que tenga que sortear. Estira al socialismo sin desvirtuarlo. Si necesita un acuerdo para una reforma social, convoca a la izquierda. Si requiere sumar voluntades para mantener el Estado de Alarma, la actividad económica y la seguridad, recurre al centro.

Acuerdos transversales. Geometría variable. Eso fue lo que le exigió la ciudadanía al votar a 19 formaciones distintas para que las represente. A algunos les gustaría que la democracia fuera de otra forma, pero es la democracia que votamos y Sánchez empieza a manejarse cómodo en ella.

Es cierto que esa elasticidad incomoda por turnos. A veces a sus socios de coalición (Unidas Podemos), a veces a sus socios de investidura (nacionalistas e independentistas) e incluso a algunos socialistas. Pero Sánchez, que en 2016 sufrió en propia carne el costo de la intransigencia viéndose obligado a renunciar a su escaño y a la secretaría general socialista, entendió que solo puede jugar en esta democracia compleja si construye coaliciones momentáneas y puntuales.

Este estilo, que prima los movimientos tácticos a la estrategia de mediano y largo plazo, con el tiempo puede erosionar la confianza y credibilidad de los gobiernos. Sin embargo, diferentes investigaciones muestran que Sánchez atraviesa toda esta crisis sin perder apenas intención de voto y consiguiendo apoyos legislativos inimaginados.

Claro que hasta al mejor contorsionista alguna vez le viene una contractura. Mientras tanto, todas las semanas Sánchez juega a equilibrar una balanza que siempre parece frágil pero que termina acomodándose a su favor. Ha aprendido a salirse con la suya e imponer su agenda con un pragmatismo envidiable y eso es gobernar, eso es manejar el poder. Eso es la realpolitik.

El autor es consultor y analista político
 
El Gobierno impidió el 5 de marzo llevar a los hospitales a los ancianos contagiados en residencias
Un documento de Sanidad no pedía la preparación de unidades sanitarias especializadas dentro de los geriátricos, sino que reclamaba el confinamiento en sus cuartos

El PSOE y Podemos no han dejado de culpar a las autonomías de las víctimas mortales de las residencias de mayores. Pero lo cierto es que el 5 de marzo y por medio de un documento técnico, el Gobierno exigió a las residencias que dejaran en sus cuartos a todos los mayores con «sintomatología respiratoria aguda».

El documento recogía las pautas a seguir en materia de lucha contra el Covid-19. Y ese texto fue emitido antes de la aprobación del estado de alarma y antes del disparo de los contagios por el brote del 8-M. De hecho, se emitió cuando no había problemas de colapso hospitalario. Pese a ello, y haciendo uso de la competencia constitucional exclusiva del Estado -por medio del Ministerio de Sanidad- para gestionar todo asunto de Sanidad Exterior, el Gobierno pidió a las residencias que dejaran a sus contagiados en los centros de mayores, en vez de enviarlos a los hospitales. El resto de la historia es conocido.


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El texto fue emitido oficialmente con el nombre «Documento técnico. Recomendaciones a residencias de mayores y centros sociosanitarios para el Covid-19».

La fecha de emisión es el «5 de marzo de 2020», tal y como se puede leer en el documento que hoy publica OKDIARIO.

Allí se incluía un apartado sobre «Medidas generales de información y actuación dirigidas a los directores o responsables de los centros para protección de la salud de residentes». Y en ese apartado se señalaba que «como norma general, las estrategias que se recomiendan para prevenir la propagación de Covid-19 en los centros sociosanitarios no difieren de las estrategias que estos centros usan para detectar y prevenir la propagación de otros virus respiratorios como la gripe».

Gripe común

La comparación con la gripe común se hizo pese a que a esas alturas, Italia mostraba ya un cuadro dramático, España había reconocido su primera víctima mortal, y la OMS había advertido ya en dos ocasiones a España de los efectos devastadores del coronavirus.

Los detalles del texto señalaban que «los trabajadores con sintomatología respiratoria deberán consultar a los servicios sanitarios/servicios de prevención/mutuas para realizar una valoración individualizada sobre la pertinencia de la continuidad de sus actividades laborales».

Se añadía que «se contactará mediante mensajes o circulares con los visitantes, usuarios y familiares para indicarles que no deben acudir a estos centros si presentan síntomas de infección respiratoria aguda y que se pongan en contacto con el mismo para realizar una valoración individualizada en el caso de que sea imprescindible que acudan».

Sintomatología aguda

Pero, sobre los propios mayores residentes, se incluyó una exigencia altamente delicada: «Como norma general, todos aquellos residentes que presenten sintomatología respiratoria aguda, deberán restringir sus movimientos lo máximo posible y quedarse en una habitación con buena ventilación (preferiblemente al exterior) e idealmente con un baño propio».

La nota no pedía el traslado a un hospital. Ni la preparación de unidades sanitarias especializadas dentro de las residencias. Reclamaba el confinamiento en sus cuartos.

El texto daba más indicaciones: «Las salidas a las zonas comunes deberán restringirse al mínimo posible y si estas fueran necesarias, deberán llevar una mascarilla quirúrgica. Se han de seguir estrictamente los protocolos que dispongan los centros sociosanitarios para la prevención de enfermedades transmitidas por vía aérea (como la gripe). Como medida de precaución, se recomienda que todo residente con sintomatología respiratoria que vaya a ser atendido por un trabajador lleve una mascarilla quirúrgica». Y fin.

El resto de indicaciones simplemente pedían disponer «en estas zonas dispensadores con solución hidroalcohólica, pañuelos desechables y contenedores de residuos, con tapa de apertura con pedal, para la higiene de manos e higiene respiratoria». Tener igualmente «dispensadores de solución hidroalcohólica para residentes (idealmente tanto dentro como fuera de la habitación). Se asegurará de que haya pañuelos de papel disponibles y todos los aseos cuenten con jabón y toallas de papel para lavarse las manos».

Y «se recomienda que los familiares, visitantes y usuarios que provengan o hayan estado en zonas o lugares considerados como zonas de riesgo en los últimos 14 días, no visiten los centros sociosanitarios a menos que sea absolutamente necesario».


 
El Gobierno impidió el 5 de marzo llevar a los hospitales a los ancianos contagiados en residencias
Un documento de Sanidad no pedía la preparación de unidades sanitarias especializadas dentro de los geriátricos, sino que reclamaba el confinamiento en sus cuartos

El PSOE y Podemos no han dejado de culpar a las autonomías de las víctimas mortales de las residencias de mayores. Pero lo cierto es que el 5 de marzo y por medio de un documento técnico, el Gobierno exigió a las residencias que dejaran en sus cuartos a todos los mayores con «sintomatología respiratoria aguda».

El documento recogía las pautas a seguir en materia de lucha contra el Covid-19. Y ese texto fue emitido antes de la aprobación del estado de alarma y antes del disparo de los contagios por el brote del 8-M. De hecho, se emitió cuando no había problemas de colapso hospitalario. Pese a ello, y haciendo uso de la competencia constitucional exclusiva del Estado -por medio del Ministerio de Sanidad- para gestionar todo asunto de Sanidad Exterior, el Gobierno pidió a las residencias que dejaran a sus contagiados en los centros de mayores, en vez de enviarlos a los hospitales. El resto de la historia es conocido.


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El texto fue emitido oficialmente con el nombre «Documento técnico. Recomendaciones a residencias de mayores y centros sociosanitarios para el Covid-19».

La fecha de emisión es el «5 de marzo de 2020», tal y como se puede leer en el documento que hoy publica OKDIARIO.

Allí se incluía un apartado sobre «Medidas generales de información y actuación dirigidas a los directores o responsables de los centros para protección de la salud de residentes». Y en ese apartado se señalaba que «como norma general, las estrategias que se recomiendan para prevenir la propagación de Covid-19 en los centros sociosanitarios no difieren de las estrategias que estos centros usan para detectar y prevenir la propagación de otros virus respiratorios como la gripe».

Gripe común

La comparación con la gripe común se hizo pese a que a esas alturas, Italia mostraba ya un cuadro dramático, España había reconocido su primera víctima mortal, y la OMS había advertido ya en dos ocasiones a España de los efectos devastadores del coronavirus.

Los detalles del texto señalaban que «los trabajadores con sintomatología respiratoria deberán consultar a los servicios sanitarios/servicios de prevención/mutuas para realizar una valoración individualizada sobre la pertinencia de la continuidad de sus actividades laborales».

Se añadía que «se contactará mediante mensajes o circulares con los visitantes, usuarios y familiares para indicarles que no deben acudir a estos centros si presentan síntomas de infección respiratoria aguda y que se pongan en contacto con el mismo para realizar una valoración individualizada en el caso de que sea imprescindible que acudan».

Sintomatología aguda

Pero, sobre los propios mayores residentes, se incluyó una exigencia altamente delicada: «Como norma general, todos aquellos residentes que presenten sintomatología respiratoria aguda, deberán restringir sus movimientos lo máximo posible y quedarse en una habitación con buena ventilación (preferiblemente al exterior) e idealmente con un baño propio».

La nota no pedía el traslado a un hospital. Ni la preparación de unidades sanitarias especializadas dentro de las residencias. Reclamaba el confinamiento en sus cuartos.

El texto daba más indicaciones: «Las salidas a las zonas comunes deberán restringirse al mínimo posible y si estas fueran necesarias, deberán llevar una mascarilla quirúrgica. Se han de seguir estrictamente los protocolos que dispongan los centros sociosanitarios para la prevención de enfermedades transmitidas por vía aérea (como la gripe). Como medida de precaución, se recomienda que todo residente con sintomatología respiratoria que vaya a ser atendido por un trabajador lleve una mascarilla quirúrgica». Y fin.

El resto de indicaciones simplemente pedían disponer «en estas zonas dispensadores con solución hidroalcohólica, pañuelos desechables y contenedores de residuos, con tapa de apertura con pedal, para la higiene de manos e higiene respiratoria». Tener igualmente «dispensadores de solución hidroalcohólica para residentes (idealmente tanto dentro como fuera de la habitación). Se asegurará de que haya pañuelos de papel disponibles y todos los aseos cuenten con jabón y toallas de papel para lavarse las manos».

Y «se recomienda que los familiares, visitantes y usuarios que provengan o hayan estado en zonas o lugares considerados como zonas de riesgo en los últimos 14 días, no visiten los centros sociosanitarios a menos que sea absolutamente necesario».


Impresionante......

Para los que decian que era responsabilidad de las CCAA........
 
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