Pedro Sánchez y su equipo de gobierno.

En mi modesta opinión :)
1 nadie da un duro por el, no le votan ni algunos votantes a piñón fijo del PSOE
2 la caga un día si y otro también, porque se dedica a decir en cada momento lo que cree que le da más votos según en el cotarro en que se halle. Al momento siguiente, en otro evento, cambia radicalmente de discurso como el que se cambia de calzones (y se queda tan pancho y sonriente pa la foto de rigor)
3 Ah, pero está haciendo cosas? porque al margen de su campaña electoral y el decretazo pa controlar RTVE, que yo sepa, aún no ha hecho na de na
4 ES verdad que le van a dejar hacer pocas cosas, pobre, con sus pocos escaños, HA NACIDO UN NUEVO MARTIR :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
5 La micro y macro economía me la trae al fresco, tu vete cosiendo los bolsillos, te hará falta cuando sánchez nos suba los impuestos, que lo vas a notar en el IVA cuando vayas al super de tu barrio
6 lo carca y encorsetado del PP le reporta 134 diputados en parlamento. No se si lo votan por carca y encorsetado (n) o por la macro-micro economía (n)

Ansiosa estoy de que me comentes las mejoras para todos los ciudadanos que ha hecho sánchez :)
y si sabes algo de su programa y rumbo político también, que de momento no sabemos na :)
Pa más ansia, cuentanos como va lo del techo de gasto y la elaboración de presupuestos 2019. En vilo estamos!!!
Y continuamos foreando, compañero-compañera :)
Hace dos años, ya diste en el clavo, ahora lo estamos sufriendo
 
La Fiscalía solicita retirar a Pablo Iglesias su personación como perjudicado en el ‘caso Dina’ por mentir

Durísimo escrito de Anticorrupción al juez: sugiere que Iglesias cometió dos delitos en el ‘caso Dina’
 
Artículo de Le Fígaro:
Espagne  fiasco gouvernemental pour prolonger l’état d’alerte sanitaire

No solo le llueven los palos desde los medios nacionales.

Pedro Sánchez también empieza a ver como periódicos como el prestigioso diario francés Le Figaro le mete una tunda de las gordas a su Gobierno socialcomunista.

Quienes lo lean entenderán hasta qué punto la impericia y la ineptitud de Sánchez y Pablo Iglesias ha traspasado las fronteras.

Obviamente, desde el Palacio de La Moncloa no habrá sentado bien el texto que deja bien a las claras que no solo los analistas políticos patrios atinan a la hora de poner negro sobre blanco la pésima gestión gubernamental de la crisis por la pandemia del coronavirus.


Desde la vecina Francia le han pillado la matrícula al Ejecutivo de Pedro Sánchez y ya empieza a ser un clamor en Europa que la España del Gobierno socialcomunista no es de fiar, especialmente desde que se supo que obvió todas las advertencias sobre la que se le avecinaba y aún así fue capaz de seguir alentando actos sectarios como la manifestación feminista del 8-M.
 
Última edición:
Cristalino: es un engaño y un disparate
Estamos ante algo que afecta nuclearmente a la credibilidad del Gobierno y que exige, pues, su reparación en forma de asunción de responsabilidades

El malhadado acuerdo PSOE-Podemos-EH Bildu para “derogar de forma íntegra” la reforma laboral de 2012 es tramposo y disparatado.

Cristalino: ese papel, firmado el 20 de mayo por Adriana Lastra, Pablo Echenique y Mertxe Aizpurúa es un engaño. No es “lo acordado” en el pacto de coalición de gobierno de 30/12/2019, como arguye Pablo Iglesias. Al contrario: lo incumple y lo viola.

Y sus pretensiones de que a) lo pactado por esos tres mosqueteros (¿o son cuatro o cinco?) obliga según el adagio latino pacta sunt servanda, y de que b) la derogación íntegra “es el acuerdo [y figura] en el acuerdo de gobierno y en el acuerdo de ayer” [por el miércoles] es pura filfa.

¿Por qué? Vamos al texto de la “Coalición progresista, un nuevo acuerdo para España”, de diciembre. Su punto 1.3 se encabeza con dos frases: “Derogaremos la reforma laboral. Recuperaremos los derechos laborales arrebatados por la reforma laboral de 2012”.

Y luego, concreta, y delimita esa derogación a tres puntos; el despido por absentismo en bajas de enfermedad; las limitaciones a la ultractividad (vigencia del convenio una vez acabado su plazo) y la prioridad de los convenios de empresas sobre los sectoriales.

Así que solo anuncia tres puntos a eliminar de aquella reforma. Y postula otras tres recuperaciones de derechos, vinculadas: sobre subcontratación (de las kellys); para poner fin a la modificación unilateral del contrato por la empresa; y revisar el mecanismo de inaplicación de los convenios colectivos, ligando el descuelgue a causas económicas graves.

En ninguna parte figura la expresión “derogación íntegra”. Y si se limita a tres supuestos (vinculados a otros tres), es que se trata de una derogación parcial, que por cierto solo se ha efectuado sobre el primer punto. Cristalino.

Como es cristalino el artículo 2 del Código Civil, que la autoriza: “La derogación tendrá el alcance que expresamente se disponga”: no ningún otro. Y “se extenderá a todo aquello que en la ley nueva sobre la misma materia sea incompatible con la anterior”: solo a esa parte de la norma, no a toda.

Quizás Iglesias confunda derogación (del latín, derogatio) parcial con abrogación (abrogatio), lo que equivale a la total anulación.

Pero quien sí lo sabe y no nos confunde es su colega y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien confesó a este periódico: “Yo no puedo dictar una norma que diga ‘derogo toda la reforma laboral del PP’, porque entre otras cosas hay muchos preceptos y muchísimas normas afectadas; sería una persona irresponsable si dijera esto; por tanto, técnicamente, no es posible” (EL PAÍS, 25/1/2020). No es ella la irresponsable.

El alegato de Iglesias que induce a engaño culmina una recua de tentativas de doblarle la mano por vías oblicuas a Pedro Sánchez. Ahora aprovecha su estrecho padrinazgo de Lastra. Antes fue el zafio, por apresurado, proyecto jurídico de la ley de libertad sexual; el anuncio precipitado de la ley del ingreso mínimo vital o el de una nueva imposición sobre la riqueza, no pactada.

Pero esta vez no estamos ante meros pulsos o comprensibles errores de gestión que deban dilucidar sus protagonistas en la mesa camilla. Si no ante un disparate que afecta nuclearmente a la credibilidad del Gobierno (y a sus contrafuertes Lastra y Echenique). Y que exige, pues, su reparación en forma de asunción de responsabilidades. O alguien las asume o el descrédito tizna a todos.

Porque el dislate —”absurdo y contraproducente”, en sobria y exacta definición de Nadia Calviño— es múltiple: por el momento (de emergencia nacional); su forma (un pacto secreto); un protagonista trascendental (EH Bildu); y su peor efecto (dinamitar la concertación social). Increíble, sí. Pero cierto.
El País
 
Jajaja jajaja jaja

99425656_3117580064968903_1020650023857160192_o.jpg
 
Back