Pedreria y joyería para instrucción de Letizia. Consejos de todo tipo.

Mas detalle de los corales de Maxima en la visita a Portugal.

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¿Qué serán las cuentas blancas?
Coral blanco y broche Van Cleef & Arpels.
Sin aretes y esa cosa horrible en la cabeza habría sido mucho mejor
 
Os traigo foto que ha subido @HAAKON en el foro del desfile, el broche que le han encasquetao da la leti hoy....

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Creo que es la falsa peregrina, os subo artículo donde se cuenta la historia...y foto de la verdadera "Peregrina" llamada así por rara...no por ambulante...jajajjajaa

http://www.abc.es/estilo/gente/20150510/abci-mentiras-sobre-peregrina-201505091752.html



La perla «La Peregrina» y otras mentiras históricas

La célebre joya tuvo un azaroso peregrinaje por varias de las monarquías del mundo

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Liz Taylor exhibió la joya en la película «Ana de los mil días» - ABC
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FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN - Madrid10/05/2015 00:00h - Actualizado: 11/05/2015 12:22h.Guardado en: Gente&Estilo Gente
Algunos historiadores, al escribir sus libros, llevan sus errores al extremo. Sobre la boda en Madrid de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, el 31 de mayo de 1906, una monografía en edición reservada de «Los Amigos de la Historia», de 1969, dice, por ejemplo, que «entre las joyas, la novia inglesa luce “la Peregrina”, la perla que María Tudor dejó en legado a Felipe II, y que luego las Reinas de España habían ido pasándose de mano en mano». Sin embargo, la perla que luce Victoria Eugenia no es «la Peregrina», sino otra joya similar a la que llaman «la Peregrina II» o la «falsa Peregrina». Todo esto, a raíz de la investigación sobre la falsedad del su***dio de Mateo Morral, tiene una gran importancia. Además, el autor, siendo falsamente preciso, añade a pie de página que, cuando el libro estaba siendo compuesto, se anunciaba en Londres la venta en pública subasta de la preciada joya. ¿Qué había pasado?

«La Peregrina» se tiene por la mejor perla del mundo. Se llama así no por los tumbos que ha dado, sino por la acepción de esta palabra que estaba más en boga cuando se descubrió, y que es la de «rara, caprichosa y especial». Es considerada única por su tamaño, la forma de lágrima, o de pera, el brillo de su nacarado y su espectacular color. Ninguna otra resulta tan fascinante ni genera su atracción, siempre envuelta en leyendas y en el punto de mira de los joyeros más acreditados. Nunca fue la joya más valiosa de la colección de la Familia Real española, pero resulta la que provoca mayor admiración y curiosidad.

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En efecto, Alfonso XIII, quien regaló varias ostentosas y exclusivas joyas a su esposa, quiso ofrecerle la hermosa perla, que entonces colgaba de un broche en forma de lazo de brillantes, como regalo a Victoria Eugenia, pero no pudo hacerlo y adquirió una similar. Conocedores del permanente interés del Rey, representantes de la firma de joyería londinense R. G. Hennell & Sons informaron de que la verdadera estaba disponible, pero no hubo acuerdo sobre el precio. «La Peregrina» la compró un particular, el acaudalado Judge Geary, del que pasó en 1917 a otro, Henry Huntingdon.

Una larga historia


La joya, según la versión más difundida, fue hallada en aguas del Caribepor un esclavo, que obtuvo por ello la libertad. Luego se la localiza en Sevilla en 1580, propiedad de Diego de Tebes, que fue alguacil mayor de Panamá y que ofrece la perla al Rey Felipe II, quien la compra a través del Consejo Real de la Indias, lo que desmentiría que fuera del legado de su esposa, María I de Inglaterra, María Tudor, que en ese tiempo ya había muerto.

Por el contrario, está más acreditada la versión que indica que la perla es mucho más antigua, lo que avala el historiador Francisco López de Gómara en su «Historia General de las Indias», donde da testimonio de que fue entregada a los españoles en señal de vasallaje por el cacique de la Isla de las Perlas, frente a Panamá, en 1515, dentro de un lote del que correspondía un quinto a la Corona por lo que debió ser subastada para hacerlo efectivo.

Fue comprada por un comerciante español al que se la adquirió el gobernador para que la disfrutase su esposa que, tras poseerla dieciséis años, la vendió a la bella emperatriz Isabel I de Portugal, esposa de Carlos I, que se hizo con ella para celebrar los primeros cinco años de su matrimonio y que aparece con la joya pintada por Tiziano en un cuadro que se conserva en el Museo del Prado de Madrid. Entonces sí: heredada por su hijo Felipe II la ofreció a su esposa, María Tudor, Reina de Inglaterra, a la que le gustaba tanto que se dejó retratar por dos pintores diferentes exhibiéndola en el pecherín de su vestido. María Tudor fue pintada con la perla por Antonio Moro, en un cuadro que también está en el Museo del Prado, y por Hans Eworth. En este último, exhibe la joya entre dos diamantes. A la segunda esposa de Felipe II le encantaba lucir perlas de este tipo hasta el punto de que aparece en otro cuadro, éste de 1544, firmado por Master John, en el que lleva dos de diferente tamaño. Tudor, católica y recta, entendió que «la Peregrina», como otras preseas que disfrutó por ser Reina de España, debían quedar en tan católico país y su legado pasó a ser usufructo de reinas.

71 quilates y medio
A la muerte de Felipe II, la testamentaría reseña «la Peregrina»: «Una perla pinjante en forma de pera de buen color y buen agua, con un pernito de oro por remate, esmaltado de blanco, que con él pesa 71 quilates y medio. Tasóse por Francisco Reynalte y Pedro Cerdeño, plateros de oro y lapidarios del Rey nuestro señor, en 8.748 ducados. Tiénela la Reyna, nuestra señora…» Efectivamente, la perla había ido a parar a Margarita de Austria, una niña de quince años a la que habían casado por poderes con Felipe III.

Los archivos documentan que se conservó en España durante generaciones de monarcas y la lucieron varias reinas. Ha sido pintada por Velázquez tres veces: en sendos retratos ecuestres la lucen Margarita de Austria e Isabel de Borbón, primera esposa de Felipe IV. El propio Rey Felipe III la lleva fijada a su sombrero. La joya fue de la Familia Real española durante los reinados de Carlos III y Carlos IV. Tras la invasión napoleónica, José Bonaparte ocupa el trono en lugar de Carlos IV. En 1808, Bonaparte acabará llevándose las joyas reales más valiosas como botín de guerra y, entre ellas, «la Peregrina» que, una vez en París, queda en manos de Julia Clary, su esposa.

Napoleón III
Tras su separación matrimonial, le corresponde en la partición de bienes y en su testamento la lega a Carlos Luis Napoleón-Bonaparte, futuro Napoleón III. Al llegar la Tercera República, tras cuatro años en el poder, Napoleón III es derrocado y se exilia en Inglaterra. Allí vende la perla en 1848 al marqués de Abercorn. Tras el noble inglés, en el periodo de 1914 a 1969 fue adquirida por una firma de joyeros de Londres y coleccionistas particulares.

Llegamos al año 1969, en el que, como cita el libro «Los Amigos de la Historia»: «"La Peregrina” fue puesta en subasta como lote número 129 por la firma Parke Bernet de Nueva York», lo que produjo un gran escalofrío mundial. Se afirma que entre los que pujaron por ella estaba Alfonso de Borbón Dampierre, nieto de Victoria Eugenia, con el propósito, al parecer, de regalarla entonces a su abuela, que vivía retirada en Suiza. Otras versiones indican que fue la propia Victoria Eugenia quien envió a su nieto a recuperar la perla, pero con el encargo de no superar los 30.000 dólares. Es muy significativo que tuviera tanto interés en la compra, puesto que la Reina Victoria Eugenia murió afirmando que la verdadera perla «Peregrina» era la que le regaló Alfonso XIII, aunque esto no sería cierto y puede comprobarse no solo por el test de los expertos que fija hasta siete puntos de diferencia, sino por un detalle técnico de importancia que es el hecho de que la verdadera «Peregrina» nunca fue taladrada para añadirla a un collar, por ejemplo, sino solamente engarzada, y la de la Reina viuda de Alfonso XIII sí está taladrada. Hay una carta del joyero inglés, del 24 de octubre de 1914, en el que hace una propuesta de transacción para la devolución de la joya a la Familia Real.

Liz Taylor y Richard Burton
En 1969, el lote fue finalmente adquirido por 37.000 dólares por el actor Richard Burton a través de su representante legal, Arron R. Frosch, para regalárselo a Liz Taylor, de la que seguía completamente enamorado.

«La Peregrina» se convirtió en propiedad de la actriz en su 37 cumpleaños y la exhibe con su montura original en el cameo que hace en la película «Ana de los mil días» (1969) -donde comete un error histórico, puesto que hace el papel de Ana Bolena, que nunca tuvo la joya-, y en «A Little Night Music» (1977). Para darle mayor realce hizo que la firma Cartier diseñara un collar exclusivo de rubíes y diamantes para exhibirla colgada de él, convirtiéndola así en una pieza de valor incalculable.

A la muerte de Liz, ocurrida el 23 de marzo de 2011, la perla salió a subasta en diciembre con un precio de inicio entre dos y tres millones de dólares en la sala Christie’s de Nueva York y fue adquirida por nueve millones de euros (11,8 millones de dólares), precio récord en subasta. Antes de la venta final había sido exhibida en Madrid en septiembre del mismo año, dentro de una gira por varias capitales del mundo, que ha multiplicado el interés por esta joya mítica.
 
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Aparte de alguno chiquitillo que se ha puesto (una libelulilla diminuta regalada por su churri), creo que es el primer broche de verdad que le veo a la mutante. Nos ha leído :):):)


letiz-broche.jpg
 

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Las políticas, con algún joyerío también, aunque no se vea en detalle:

cifuentes-carmena-cospedal-JOYERÍO POLÍTICO.jpg

A ver si encuentro foto de la cabra de la Legión, que llevaba los cuennnos como rodeados de tiara dorada :):):)
 
En este caso se refiere a la perla porque la kk es falsa, aunque bueno, es rara porque dificilmente podría haber encontrado otra persona peor para esta tarea....

La perla que le cuelga al broche de la leti hoy tendrá algo de peregrina si se hace el camino al Rocío el año que viene, que lo que es por su tamaño, forma y envergadura, de "peregrina" no tiene na' de na'.
 
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