Me han echado de Arkaute por ser militar, homosexual y español

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Un juzgado obliga a readmitir en la academia de Policía a un aspirante excluido por no superar la «valoración de actitudes»​


Rafael tiene 34 años y es de Melilla. Habla rápido, con un acento bastante marcado. Acaba de ganar una sentencia que obliga a la Academia vasca de Arkaute a reincorporarle al «curso de prácticas». Pero no se le ve contento. Está muy dolido. El fallo judicial tampoco le ha dado lo que él pedía y, además, no es firme. Piensa que si vuelve a Arkaute le pueden hacer la vida imposible. Tanto él como el Gobierno vasco ya han presentado recursos judiciales. Pueden pasar meses -incluso años- hasta que se dicte una resolución definitiva.

Rafael entró en el Ejército con 18 años. Le gustaba lo que hacía. Llegó a ser escolta y conductor de un coronel. Acumuló varias distinciones, entre ellas una medalla al mérito militar. La vida le iba bien. En Melilla estaban su familia y sus amigos. Pero en diciembre de 2016 decidió dejarlo todo y venirse a vivir a Euskadi. Lo hizo por amor. Por un vasco que es su marido desde hace 5 años.

Rafael nació en Melilla y estuvo 10 años en el Ejército. Lo dejó todo y se vino a Euskadi cuando se casó con un vasco​

HISTORIA PERSONAL
En cuanto aterrizó decidió que quería ser ertzaina. Se apuntó a un euskaltegi y empezó a prepararse a conciencia. Entre clase y clase se buscaba la vida en el sector de la hostelería. Superó la primera parte del proceso selectivo de la 28 promoción de la Ertzaintza y entró en Arkaute en septiembre de 2019. La suya fue la primera promoción en la que nadie dormía en la academia.

Rafael estaba muy contento. Ya estaba en medio camino de su sueño y no pensaba bajar la guardia. Tenía «mucha iniciativa» y se ofrecía «para todo». En su clase nadie quería ser delegado porque había que «meter más horas». Él acabó siendo el representante de su grupo y también le eligieron vicepresidente de la promoción, en la que había unos 600 aspirantes. Tenía por delante algo más de 8 meses de formación y ya podría empezar a patrullar como agente en prácticas.

Rafael hablaba abiertamente de su condición sexual y de su pasado militar. Ahora, con perspectiva, cree que su sinceridad le ha pasado factura. «Aquí todos somos tolerantes. Pero los maricones mejor callados», reflexiona. La primera entrevista, apenas un mes después de entrar en Arkaute, la superó sin dificultades. El no empezó a ver hostilidad hasta enero, a raíz de unos ejercicios en grupo dirigidos a aprender a priorizar entre distintas actuaciones policiales. «Ahí se generó mal rollo y algunos compañeros me dejaron de hablar», comenta.

«Aquí no somos maricones»​

A pesar de algunos roces, los meses avanzaban y Rafael estaba convencido de que iba a superar la formación sin problemas. A veces, en algunas clases, recibía comentarios que no le gustaban nada: «Pero si en Melilla no hay ni carreteras». «Que no estamos en el Ejército». «Aquí no somos maricones». Pero también tenía muy buena relación con gran parte del personal de la academia y trataba de no darles más importancia.

Seguía enfocado en su objetivo. La pandemia apareció cuando todavía tenían algunos meses de formación por delante. Los positivos por covid no paraban de crecer y Rafael fue movilizado con sus compañeros. Estuvo tres meses en la comisaría de Donosti. Ya de uniforme.

«Era el delegado. Sólo dos compañeros no votaron en mi contra. Alguien de arriba no quiere que entre en la Ertzaintza»​

CERO PUNTOS EN EL SOCIOGRAMA
El mazazo llegó en julio: no apto. Se le vino el mundo encima. Había aprobado todo excepto la «valoración de actitudes». Esta prueba está compuesta por cuatro partes. Se necesitan 150 puntos sobre 300 para superarla. Rafael sacó 107,421 puntos.

Esta baja puntuación se debió, fundamentalmente, a dos elementos. Uno de ellos fue el sociograma, el 'gran hermano' de Arkaute. Se trata de un cuestionario en el que los propios alumnos deben responder a preguntas referentes a sus propios compañeros. Por ejemplo: «¿Con quién saldrías a patrullar?». «¿Con quién no afrontarías una situación de riesgo?». Rafael obtuvo 0 puntos sobre 65 posibles. Tuvo 75 valoraciones negativas. Sólo dos de sus compañeros no votaron en su contra.

Otro de los apartados que suspendió fue el referido a las «habilidades sociales en el contexto académico». En este punto se habla de varias carencias y problemas conductuales. Hay aspectos sobre Rafael subrayados en negrita. Uno: «Se comunica con las demás personas sin ponerse en su lugar realizando juicios de valor». Segundo: presenta «actitudes sexistas, homófobas, racistas o que atenten contra la libertad religiosa».

Rafael no da crédito. No tenía ni una falta en su expediente académico ni disciplinario. «La academia dice para echarme que soy homófobo y racista cuando soy homosexual y mi mejor amiga y mi hermana son musulmanas», subraya. Para él está claro lo que ha pasado. «Alguien de arriba no quería que aprobase».

Decidió recurrir su exclusión y acudió al abogado Alejandro Bikandi. Rafael pidió que se anulase su exclusión y se le permitiese hacer las prácticas en comisaría. El juzgado número 3 de lo Contencioso Administrativo de Vitoria le ha dado la razón. En parte. No anula su exclusión. Pero considera «llamativo» el cero obtenido en el sociograma y, sobre todo, subraya que las «valoraciones» de la academia para excluir al aspirante «requieren una motivación reforzada al afectar a derechos fundamentales». Por ello, entiende que tiene derecho a repetir «el curso completo de prácticas en su totalidad» en la próxima convocatoria de la Ertzaintza. La batalla judicial sigue abierta. «Tengo claro que me han echado por ser militar, homosexual y por español. Quiero justicia».

El sociograma, una prueba en el punto de mira​

El test sociométrico es una de las pruebas más polémicas de la academia de Arkaute. Después de ocho meses de formación, los alumnos deben evaluarse entre sí. Es lo que muchos consideran el 'gran hermano' de la academia. Las voces críticas advierten de que se trata de una valoración «subjetiva» que puede pervertir la relación de los propios aspirantes y que puede provocar que se formen «alianzas» para perjudicar, por ejemplo, a un compañero que destaca sobre el resto. Sobre este asunto, la Justicia se ha pronunciado en diversos sentidos, avalando el procedimiento o dando la razón a algún aspirante. El año pasado, un juzgado ya dictaminó que se discriminó a dos aspirantes a ertzainas por su orientación sexual.

https://www.elcorreo.com/sociedad/e...los&vso=elcorreo&vmc=lo-mas-leido&vli=/temas/{category}/{topic}

Lo del sociograma es de alucinar.....
 
Lo que no entiendo es por qué se empeña en formar parte de un entorno claramente homófobo, siendo gay. Me parece bien que lo denuncie para que se sepa lo que son (como si no lo supiéramos...), pero insistir en trabajar con ellos, ¿para qué?

En algunos sitios es maravilloso no encajar, es una buena señal.
 
Lo que no entiendo es por qué se empeña en formar parte de un entorno claramente homófobo, siendo gay. Me parece bien que lo denuncie para que se sepa lo que son (como si no lo supiéramos...), pero insistir en trabajar con ellos, ¿para qué?

En algunos sitios es maravilloso no encajar, es una buena señal.

Una persona debe buscarse la vida donde pueda. Hasta ahora tenía entendido para llegar a ser ertzaintza había que estar muy cerca del PNV o de otros "poderosos" del País Vasco, es decir enchufados como en muchos lugares de nuestro país por desgracia.

Ahora me entero de que si una persona ha destacado en conocimientos, siendo el primero o primeros de su promoción no tiene garantizado el puesto de ertzaintza si no cae bien a su compañeros, es decir, que si valgo para el puesto y los que no valen me cogen manía o me tienen envidia porque destaco me apartan de los primeros puestos y se me puede truncar el trabajar de ertzaintza, lo cual es una hijoputada, así con todas las letras.

El tema ya ha sido judicializado varias veces y veo que hay jueces que resuelven en contra y otros a favor de ese sociograma. Me gustaría saber los argumentos de la resolución de los jueces que deciden a favor de ese llamado sociograma.

Por cierto, he preguntado a mi hijo si sabía algo sobre el particular y me ha dicho que es así, incluso se votan a los profesores y el que no es bien votado lo botan a la calle.

Vaya, vaya, con el Gobierno Vasco de Urkullu y su policía autonómica. ¡Que asco me dan! ¡Y encima se considera aceptable. Vuelvo a decir, ¡Que asquerosidad!
 

Los jueces obligan a degradar a 70 mandos de la Ertzaintza​

Dan la razón a unos ertzainas que pidieron su exclusión de un curso de ascenso al entender que no cumplían con los dos años de «servicio efectivo»​


Revuelo en el seno de la Ertzaintza. La Justicia obliga a degradar a unos 70 mandos intermedios que consiguieron el ascenso a agentes primeros en 2018. Los jueces han tomado esta resolución a raíz de las demandas presentadas por otros ertzainas que se consideraron perjudicados en este curso de ascenso. Las sentencias son firmes y el pleito está ya en fase de ejecución. Es decir, el Departamento de Seguridad está obligado a rebajar de categoría a los ertzainas afectados, todos ellos de la 25 promoción. Lo que está por ver es si los demandantes conseguirán las plazas de mando que van a quedar vacantes.

El núcleo del conflicto está en qué se considera «servicios efectivos» en la Ertzaintza. Se trata de un debate estrictamente jurídico, pero que tiene importantes repercusiones en la organización del cuerpo. A todos los niveles. Los agentes primeros afectados (equivalente a la categoría de cabo) llevan tres años ejerciendo. Estos ertzainas son los responsables de un área de patrulla o jefes de equipo de investigación en comisarías pequeñas y medianas. Gracias al galón muchos de ellos pueden trabajar en Bizkaia, mientras que numerosos compañeros de promoción están en Gipuzkoa. Se les concede un plus económico por la responsabilidad y tienen más puntos cuando hay que cubrir puestos de superior categoría de forma provisional o en otros cursos de ascenso. Ahora, en teoría, tendrán que volver a ser agentes rasos. Además, se esperan nuevas demandas judiciales derivadas de esta resolución.

Aspirantes de la 25 promoción

Se permitió la inscripción en el curso de los ertzainas recién salidos de la academia de Arkaute. Muchos de ellos apenas llevaban unos meses en las comisarías. Otros policías recurrieron al entender que no cumplían con los requisitos exigidos para poder concursar. Un juzgado de Vitoria avaló en un primer momento la postura de la academia de permitirles participar. Pero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha revocado esta sentencia y ha dado la razón a los demandantes.​

El conflicto se originó cuando, en plena renovación generacional de la Ertzaintza, la academia de Arkaute convocó un curso de ascenso a agentes primeros. El problema surgió cuando se aceptó la inscripción de los agentes de la 25 promoción que acababan de salir de la academia. Muchos de ellos apenas llevaban cuatro meses y veinte días como funcionarios de carrera. Muchos de los aspirantes protestaron y recurrieron a los tribunales. El asunto que se debatía era si estos ertzainas cumplían o no «los dos años de servicios efectivos» en la Policía vasca.

Recurso del Sipe​

Arkaute los admitió al entender que debía computarse el periodo de formación académica en Arkaute. Una primera sentencia del juzgado número 2 de lo Contencioso Administrativo de Vitoria avaló en 2019 esta tesis. Muchos de los ertzainas afectados por esta interpretación recurrieron ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco de la mano del sindicato Sipe. Subrayaron que una cosa es ser «nombrado funcionario en prácticas» -algo que ocurre cuando se entra en la academia- «y otra diferente» el periodo de prácticas que se inicia una vez terminada la formación. A su juicio, los «servicios efectivos» sólo se pueden contabilizar una vez que los agentes llegan a las comisarías.

El Tribunal Superior de Justicia les ha dado la razón con el argumento de que existe una «distinción legal entre curso de formación y periodo de prácticas». De esta forma, revoca la anterior sentencia y obliga a «excluir» a los ertzainas que no cumplían con los dos años de servicios efectivos.

La sentencia emitida por el alto tribunal vasco se ha convertido en firme a raíz de otras resoluciones judiciales posteriores, que obligan a ejecutar el mandato de los jueces. De hecho, está ya en fase de ejecución. El asunto que está sobre la mesa ahora mismo es el alcance de la resolución judicial. Se sabe que se debe excluir a los aspirantes de la 25 promoción. Pero también existen otras incógnitas -como el posible ascenso de los ertzainas que recurrieron- que deben ser dilucidadas.

En su contexto​

  • 2018
    fue el año en el que, en pleno proceso de renovación generacional de la Ertzaintza, se convocó un curso de ascenso en la academia de Arkaute.


Huele a podrido y el Gobierno del PNV sin hacer nada con la policía autonómica permitiendo hasta el sociograma. Hay una red tan tupida de favores que es muy difícil acceder. Todos se tapan las miserias.
 

Un juzgado obliga a readmitir en la academia de Policía a un aspirante excluido por no superar la «valoración de actitudes»​


Rafael tiene 34 años y es de Melilla. Habla rápido, con un acento bastante marcado. Acaba de ganar una sentencia que obliga a la Academia vasca de Arkaute a reincorporarle al «curso de prácticas». Pero no se le ve contento. Está muy dolido. El fallo judicial tampoco le ha dado lo que él pedía y, además, no es firme. Piensa que si vuelve a Arkaute le pueden hacer la vida imposible. Tanto él como el Gobierno vasco ya han presentado recursos judiciales. Pueden pasar meses -incluso años- hasta que se dicte una resolución definitiva.

Rafael entró en el Ejército con 18 años. Le gustaba lo que hacía. Llegó a ser escolta y conductor de un coronel. Acumuló varias distinciones, entre ellas una medalla al mérito militar. La vida le iba bien. En Melilla estaban su familia y sus amigos. Pero en diciembre de 2016 decidió dejarlo todo y venirse a vivir a Euskadi. Lo hizo por amor. Por un vasco que es su marido desde hace 5 años.

Rafael nació en Melilla y estuvo 10 años en el Ejército. Lo dejó todo y se vino a Euskadi cuando se casó con un vasco​

HISTORIA PERSONAL
En cuanto aterrizó decidió que quería ser ertzaina. Se apuntó a un euskaltegi y empezó a prepararse a conciencia. Entre clase y clase se buscaba la vida en el sector de la hostelería. Superó la primera parte del proceso selectivo de la 28 promoción de la Ertzaintza y entró en Arkaute en septiembre de 2019. La suya fue la primera promoción en la que nadie dormía en la academia.

Rafael estaba muy contento. Ya estaba en medio camino de su sueño y no pensaba bajar la guardia. Tenía «mucha iniciativa» y se ofrecía «para todo». En su clase nadie quería ser delegado porque había que «meter más horas». Él acabó siendo el representante de su grupo y también le eligieron vicepresidente de la promoción, en la que había unos 600 aspirantes. Tenía por delante algo más de 8 meses de formación y ya podría empezar a patrullar como agente en prácticas.

Rafael hablaba abiertamente de su condición sexual y de su pasado militar. Ahora, con perspectiva, cree que su sinceridad le ha pasado factura. «Aquí todos somos tolerantes. Pero los maricones mejor callados», reflexiona. La primera entrevista, apenas un mes después de entrar en Arkaute, la superó sin dificultades. El no empezó a ver hostilidad hasta enero, a raíz de unos ejercicios en grupo dirigidos a aprender a priorizar entre distintas actuaciones policiales. «Ahí se generó mal rollo y algunos compañeros me dejaron de hablar», comenta.

«Aquí no somos maricones»​

A pesar de algunos roces, los meses avanzaban y Rafael estaba convencido de que iba a superar la formación sin problemas. A veces, en algunas clases, recibía comentarios que no le gustaban nada: «Pero si en Melilla no hay ni carreteras». «Que no estamos en el Ejército». «Aquí no somos maricones». Pero también tenía muy buena relación con gran parte del personal de la academia y trataba de no darles más importancia.

Seguía enfocado en su objetivo. La pandemia apareció cuando todavía tenían algunos meses de formación por delante. Los positivos por covid no paraban de crecer y Rafael fue movilizado con sus compañeros. Estuvo tres meses en la comisaría de Donosti. Ya de uniforme.

«Era el delegado. Sólo dos compañeros no votaron en mi contra. Alguien de arriba no quiere que entre en la Ertzaintza»​

CERO PUNTOS EN EL SOCIOGRAMA
El mazazo llegó en julio: no apto. Se le vino el mundo encima. Había aprobado todo excepto la «valoración de actitudes». Esta prueba está compuesta por cuatro partes. Se necesitan 150 puntos sobre 300 para superarla. Rafael sacó 107,421 puntos.

Esta baja puntuación se debió, fundamentalmente, a dos elementos. Uno de ellos fue el sociograma, el 'gran hermano' de Arkaute. Se trata de un cuestionario en el que los propios alumnos deben responder a preguntas referentes a sus propios compañeros. Por ejemplo: «¿Con quién saldrías a patrullar?». «¿Con quién no afrontarías una situación de riesgo?». Rafael obtuvo 0 puntos sobre 65 posibles. Tuvo 75 valoraciones negativas. Sólo dos de sus compañeros no votaron en su contra.

Otro de los apartados que suspendió fue el referido a las «habilidades sociales en el contexto académico». En este punto se habla de varias carencias y problemas conductuales. Hay aspectos sobre Rafael subrayados en negrita. Uno: «Se comunica con las demás personas sin ponerse en su lugar realizando juicios de valor». Segundo: presenta «actitudes sexistas, homófobas, racistas o que atenten contra la libertad religiosa».

Rafael no da crédito. No tenía ni una falta en su expediente académico ni disciplinario. «La academia dice para echarme que soy homófobo y racista cuando soy homosexual y mi mejor amiga y mi hermana son musulmanas», subraya. Para él está claro lo que ha pasado. «Alguien de arriba no quería que aprobase».

Decidió recurrir su exclusión y acudió al abogado Alejandro Bikandi. Rafael pidió que se anulase su exclusión y se le permitiese hacer las prácticas en comisaría. El juzgado número 3 de lo Contencioso Administrativo de Vitoria le ha dado la razón. En parte. No anula su exclusión. Pero considera «llamativo» el cero obtenido en el sociograma y, sobre todo, subraya que las «valoraciones» de la academia para excluir al aspirante «requieren una motivación reforzada al afectar a derechos fundamentales». Por ello, entiende que tiene derecho a repetir «el curso completo de prácticas en su totalidad» en la próxima convocatoria de la Ertzaintza. La batalla judicial sigue abierta. «Tengo claro que me han echado por ser militar, homosexual y por español. Quiero justicia».

El sociograma, una prueba en el punto de mira​

El test sociométrico es una de las pruebas más polémicas de la academia de Arkaute. Después de ocho meses de formación, los alumnos deben evaluarse entre sí. Es lo que muchos consideran el 'gran hermano' de la academia. Las voces críticas advierten de que se trata de una valoración «subjetiva» que puede pervertir la relación de los propios aspirantes y que puede provocar que se formen «alianzas» para perjudicar, por ejemplo, a un compañero que destaca sobre el resto. Sobre este asunto, la Justicia se ha pronunciado en diversos sentidos, avalando el procedimiento o dando la razón a algún aspirante. El año pasado, un juzgado ya dictaminó que se discriminó a dos aspirantes a ertzainas por su orientación sexual.

https://www.elcorreo.com/sociedad/e...los&vso=elcorreo&vmc=lo-mas-leido&vli=/temas/{category}/{topic}

Lo del sociograma es de alucinar.....
¿Pero es que es el primer homosexual que hay en la ertzaintza? o lo está utilizando para dar pena y conseguir el trabajo.
 
¿Pero es que es el primer homosexual que hay en la ertzaintza? o lo está utilizando para dar pena y conseguir el trabajo.

En primer lugar el sociograma debiera estar fuera de los requisitos para entrar en el cuerpo. Hay jueces que se han posicionado a favor y otros en contra, y cuando hay controversia debiera haberse eliminado, pero con el Gobierno del PNV hemos topado.

En segundo lugar no tengo ni idea de si es el primero o no, lo que sí es seguro que es el primero que lo ha denunciado.
 
Lo que no entiendo es por qué se empeña en formar parte de un entorno claramente homófobo, siendo gay. Me parece bien que lo denuncie para que se sepa lo que son (como si no lo supiéramos...), pero insistir en trabajar con ellos, ¿para qué?

En algunos sitios es maravilloso no encajar, es una buena señal.
Tal vez porque era su vocación?

La noticia es asquerosa , 2022 y todavía este tipo de discriminación.
 
Una persona debe buscarse la vida donde pueda. Hasta ahora tenía entendido para llegar a ser ertzaintza había que estar muy cerca del PNV o de otros "poderosos" del País Vasco, es decir enchufados como en muchos lugares de nuestro país por desgracia.

Ahora me entero de que si una persona ha destacado en conocimientos, siendo el primero o primeros de su promoción no tiene garantizado el puesto de ertzaintza si no cae bien a su compañeros, es decir, que si valgo para el puesto y los que no valen me cogen manía o me tienen envidia porque destaco me apartan de los primeros puestos y se me puede truncar el trabajar de ertzaintza, lo cual es una hijoputada, así con todas las letras.

El tema ya ha sido judicializado varias veces y veo que hay jueces que resuelven en contra y otros a favor de ese sociograma. Me gustaría saber los argumentos de la resolución de los jueces que deciden a favor de ese llamado sociograma.

Por cierto, he preguntado a mi hijo si sabía algo sobre el particular y me ha dicho que es así, incluso se votan a los profesores y el que no es bien votado lo botan a la calle.

Vaya, vaya, con el Gobierno Vasco de Urkullu y su policía autonómica. ¡Que asco me dan! ¡Y encima se considera aceptable. Vuelvo a decir, ¡Que asquerosidad!
Así están las calles, que no se puede ni salir de la delincuencia que hay y lo mucho que pasan del tema.
Cuanta necesidad de convivir con otra gente hay por el norte...
De lo de que en Melilla no hay ni carreteras ni comento. Analfabetismo funcional en la comunidad que se jacta de ser diferente y superior a los Españoles.
 
Así están las calles, que no se puede ni salir de la delincuencia que hay y lo mucho que pasan del tema.
Cuanta necesidad de convivir con otra gente hay por el norte...
De lo de que en Melilla no hay ni carreteras ni comento. Analfabetismo funcional en la comunidad que se jacta de ser diferente y superior a los Españoles.
Quien te ha dicho que en Melilla ni hay carreteras? Para tu informacion te dire que Melilla es despues de Barcelona, la ciudad Española con mas casas modernistas y cuenta con byenas calles, y la convivencia entre cuatro culturas es bastante buena
 
Quien te ha dicho que en Melilla ni hay carreteras? Para tu informacion te dire que Melilla es despues de Barcelona, la ciudad Española con mas casas modernistas y cuenta con byenas calles, y la convivencia entre cuatro culturas es bastante buena
Que eso es lo que le decían al chaval en la Academia, es la tontería que pretendía recalcar!
Antes de enfadarse hay que leer...
 

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