Ay, me ha gustado Martí! Tanto al hablar, como físicamente.
Como siempre lo veíamos de refilón, ahora, al verlo así tan de cerca, con su oyuelo y unos ojos tan bonitos, me ha gustado mucho. Y, hablando, la verdad, lo he encontrado muy agradable.
Nos ha regalado cada momentazo... Imposible no quererle.