Muere Fidel Castro a los 90 años (25 de Noviembre)

Creo que te confundes el que se llevaba bien con Fidel era Franco que se negó siempre al bloqueo económico que impuso USA y por eso cuando murió (Franco )decretó tres días de luto oficial en Cuba. .
http://blogs.elpais.com/historias/2014/06/franco-y-fidel-enemigos-cordiales.html

Con sus luces y sus sombras .
DEP

Para Franco la perdida de Cuiba fue culpa de USA y una guerra en al que jugaron muy sucio, y Fidel era lo que se merecian, aunque no coincidieran en ideologia lo respetaba mucho y en cierto modo se alegrba de que a USA no le feura muy bien con los cubanos,. Aunque Franco era un crio pequeño cuando lo de Cuba en sus compañeros mas mayores de juventuid estaba el rencor por lo ocurrido en CUba y ese sentimiemto lo heredó de sus compañeros. ligeo Fidel respetaba a franco por no dejarse amedrentar en ese asunto pero ideologicamente estaban en las antipipodas

Cuando digo amigo que Franco era amigo de lso americanos, es que USA tuvo una apertura con el regimen franquista pro consierarlo bueno por ser "antiicomunista" (menos con Cuba) y desde fianles de los 50 españa pues era un pàis amigo donde tenian una base militar. estados unidos ha tenido buenas relaciones con Franco, Pinochet, Videl etc etc
 
Última edición:
Me autocito para comentar que también aluciné infinito con la educación y la dignidad de los habaneros, con su capacidad para resolver problemas y arreglar cosas sin tener prácticamente materiales, herramientas o capacidad económica, con su habilidad para buscarse la vida ("resolver" lo llaman ellos), con la bebida de cola local (deliciosa, con un cuarto del azúcar que lleva una CocaCola), con su gusto por la vida (aunque sea una vida "de :poop:") y con mil cosas más. Me vine con una lección aprendida: la solución a los problemas prácticos es el ingenio, no el consumismo.

También me reí mucho con los dueños de la casa particular, que echaban pestes de Fidel porque les hacía pagar impuestos por su negocio (a pesar de que no pagan agua, luz ni teléfono), jajajaja, les dije "bienvenidos al mundo capitalista". Muy valientes, los cubanos.
Estupendo resumen, coincido contigo, yo he visto y sentido lo mismo.
 
Para Franco la perdida de Cuiba fue culpa de USA y una guerra en al que jugaron muy sucio, y Fidel era lo que se merecian, aunque no coincidieran en ideologia lo respetaba mucho y en cierto modo se alegrba de que a USA no le feura muy bien con los cubanos,. Aunque Franco era un crio pequeño cuando lo de Cuba en sus compañeros mas mayores de juventuid estaba el rencor por lo ocurrido en CUba y ese sentimiemto lo heredó de sus compañeros. ligeo Fidel respetaba a franco por no dejarse amedrentar en ese asunto pero ideologicamente estaban en las antipipodas

Cuando digo amigo que Franco era amigo de lso americanos, es que USA tuvo una apertura con el regimen franquista pro consierarlo bueno por ser "antiicomunista" (menos con Cuba) y desde fianles de los 50 españa pues era un pàis amigo donde tenian una base militar. estados unidos ha tenido buenas relaciones con Franco, Pinochet, Videl etc etc
Franco admiraba a Fidel Castro, según reportaje de la televisión española

EFE

Los intereses económicos y políticos de la España franquista en Iberoamérica y la admiración que Francisco Franco profesaba por Fidel Castro son algunos de los elementos de un reportaje que emitirá a partir de este domingo la televisión pública de la región de Cataluña, TV3.

El programa de TV3 '30 minuts' ha elegido el reportaje de investigación histórica Franco y Fidel, una amistad incómoda, para celebrar esta semana su 25 aniversario.

Franco y Fidel, de una hora de duración, se emitirá en dos capítulos de media hora cada uno, los próximos días 11 y 18, y es un intento de entender la extraña relación de amistad que unió la Cuba castrista con la España franquista.

Los dos capítulos recorren la historia de la relación entre la Cuba comunista y la España fascista, dos países con regímenes políticos antagónicos que, sin embargo, mantuvieron una relación de amistad desde el primer momento hasta la muerte de Francisco Franco (1892-1975).

El reportaje recoge el testimonio de Manuel Fraga, ministro de Franco en los años 60, que reconoce el apoyo de Franco a la revolución cubana, aunque matiza que "Fidel tardó en convertirse en el dictador que es hoy''.

El general Manuel Fernández Monzón, miembro del departamento de contraespionaje de los servicios secretos franquistas, añade que "los revolucionarios cubanos eran gente con recursos, niños pijos, y, entre eso y los uniformes, la verdad es que caían bien''.

Estas declaraciones encajan con las sorprendentes imágenes de archivo, de enero de 1959, en las que los exiliados cubanos celebran el triunfo de la revolución cubana en el parque del Retiro de Madrid, en una época en la que en España se reprimía con dureza cualquier tipo de manifestación política.

También resultan reveladores los relatos de revolucionarios castristas que durante su lucha contra el dictador Fulgencio Batista salvaron la vida gracias a la ayuda de la Embajada española, o las imágenes del Che Guevara paseando por Madrid y asistiendo a una corrida de toros con miembros de los servicios secretos franquistas.

Pero esta buena relación no se limitó a los primeros momentos de la revolución cubana, sino que España arriesgó su relación con Estados Unidos, su principal aliado y su única fuente de ayudas económicas externas, por mantener su relación con Cuba.

España se negó a respetar el embargo a Cuba que decretó Estados Unidos, a pesar de que Washington amenazó con retirar las ayudas económicas que daba a España a cambio de las bases militares.

En aquella época, barcos españoles fueron atacados por grupos anticastristas, que recibían el apoyo de la CIA, por haberse atrevido a romper el embargo, y tres marineros españoles murieron.

Santiago Torres, autor del reportaje junto a Ramon Vallès, explica que la idea le vino a la cabeza mientras realizaba un documental sobre la relación entre España y Estados Unidos.

''Me llamó mucho la atención -dice Torres- que Estados Unidos, principal aliado de la España franquista, no moviera ni un dedo por intentar democratizar el régimen de Franco, y que lo único que les molestara fuera la relación de España con Cuba''.


Read more here: http://www.elnuevoherald.com/ultimas-noticias/article1970895.html#storylink=cpy
 
Madre mía, madre mía, madre mía....:eek::barefoot::barefoot::hungover::hungover:
Suerte a los cubanos y suerte a los estadounidenses, porque vaya telita...:(
este tio no es consciente de que es un presidente electo, las que va a liar este en materia diplomática...

por Putin está frotándose las manos desde que llegó, este tipo es directamente IMBECIL, ahora con la mueret de Fidel es el momkento de hacer pasos adelante con cuba, ahora es que me da que este se caragará todo lo avanzado y aun habrá un castro III
 
Franco y Fidel, enemigos cordiales
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Junio 5th, 2014

Tras el fallecimiento de Franco, el corresponsal de la Agencia Efe en La Habana envió un despacho del que se hicieron eco algunos de los más prestigiosos periódicos del mundo y que decía lo siguiente: “Pocas horas después de conocerse la muerte del general Franco, el Gobierno revolucionario de Cuba decretó luto oficial por tres días. Desde el jueves las banderas ondean a media asta en todo el territorio cubano. El Presidente de la República, doctor Osvaldo Dorticós, ha enviado un mensaje de condolencia al presidente del Gobierno español, Carlos Arias Navarro (…)”. Cuando se lee esto da la impresión de que o no se ha entendido bien o hay una errata en el texto. No es así. La Cuba de Fidel Castro homenajeó al dictador como ningún otro país hizo, si bien quiso mantener la comunicación del decreto en niveles privados para quedar bien con España y evitar, a la vez, un escándalo internacional. Este gesto adquirió con el tiempo aún mayor relieve pues al año siguiente murió Mao Tse Tung y el Gobierno de Cuba no tuvo el mismo detalle con el líder comunista chino. Se trataba del último capítulo de una peculiar y chocante relación de dos dictadores en las antípodas ideológicas que decidieron actuar con un ‘subterráneo’ pragmatismo y una complicidad que ha generado un enorme interés entre historiadores y politólogos.

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Desde 1959 los acontecimientos fueron forjando un mutuo respeto que acabó llegando a la admiración. El vínculo común a Galicia fue un factor que favoreció esa aproximación. Franco creció, al igual que los militares de su generación, con un sentimiento antiamericano que venía de la derrota contra EE UU en Cuba en 1898. En palabras del propio Fidel, recogidas en Biografía a dos voces de Ignacio Ramonet (Debate), “Franco tiene que haber crecido y haberse educado con aquella amarga experiencia (…). Y lo que hizo la Revolución Cubana, a partir de 1959, resistiendo a Estados Unidos, rebelándose contra el imperio y derrotándolo en Girón, puede haber sido visto por él como una
Fidel Castro y Fraga iribarme - Fotografía Diario El País

forma de revancha histórica de España. En definitiva, los cubanos, en la forma en que hemos sabido enfrentarnos a Estados Unidos y resistir sus agresiones, hemos reivindicado el sentimiento y el honor de los españoles.” El ‘centinela de Occidente’ intuía que a Castro, en su enfrentamiento con el imperialismo americano, no le movía únicamente la ideología marxista sino que el factor nacionalista y patriótico llegaba a ser incluso más importante. Historiadores como Joaquim Roy (La siempre fiel: Un siglo de relaciones hispanocubanas (1898-1998), Ed. Los Libros de la Catarata) constatan que Franco reclamó informes a sus colaboradores para conocer más a fondo a Castro y otros comunistas célebres como Ho Chi Minh, a causa de la fascinación que despertaban en él.

Castro no desperdició ocasión alguna para criticar en público al régimen franquista, pero no a Franco. Recibió repetidas veces a los dirigentes comunistas españoles en La Habana, haciendo públicos elogios a Dolores Ibárruri, Pasionaria, y se rodeó de militares prestigiosos del ejército republicano como Enrique Líster y Alberto Bayo, instructor del grupo de revolucionarios cubanos que se entrenaron en México antes de embarcarse en el Granma. La infancia y juventud de Fidel aportan información en lo que se refiere a la singular relación de los dos dictadores. Hijo de Ángel Castro, un acaudalado terrateniente gallego nacido en Láncara (Lugo) que emigró a Cuba en 1905, se formó principalmente en escuelas jesuitas de Santiago de Cuba. Sus profesores fueron religiosos españoles partidarios firmes sin excepción de Franco en la Guerra Civil española. En casa el joven Fidel también fue testigo de cómo su padre, persona influyente de su comunidad, se manifestaba sin ambages a favor de su paisano de Ferrol.

ARC169955España mantuvo con la Cuba de Fulgencio Batista una relación amable, que se mantiene con el triunfo del nuevo gobierno revolucionario en 1959 y Franco no se podía quejar de la gestión de Juan Pablo de Lojendio, el embajador español en La Habana, durante el primer año de la revolución. Los exhaustivos análisis del catedrático Manuel de Paz Sánchez (Zona Rebelde y Zona de Guerra, Librería Universal-CCPC, y otros), experto en las relaciones trasatlánticas de España, explican los movimientos de Lojendio, que neutraliza los intentos de los republicanos españoles para que la nueva Cuba siga los pasos de México, lo que traería la ruptura con la España franquista y el reconocimiento del Gobierno de la II República en el exilio. La persecución a grupos contrarrevolucionarios caldea un ambiente en el que tuvo lugar un incidente diplomático grave e incomprensible en enero de 1960. Castro se encuentra en los estudios de la televisión cubana haciendo declaraciones en directo sobre la actividad opositora y alude al apoyo de la embajada española a esa actividad. Lojendio, arrebatado por su temperamento, irrumpe en los estudios [en la fotografía, un momento del incidente entre el embajador Lojendio y Castro en 1960 captada por Telemundo] ofendido y exige a Castro una rectificación en medio de un tumulto que deja boquiabierta a la audiencia televisiva. La expulsión del embajador es inmediata. Franco es informado del incidente y transmite al ministro de Exteriores Castiella su resolución: “Usted es el ministro. Haga lo que crea oportuno. Con Cuba, cualquier cosa menos romper”.

Efectivamente, Cuba y España superaron la crisis y no rompieron. Se impuso el pragmatismo y las relaciones se mantuvieron desde ese momento al nivel de encargado de negocios, mientras un Franco enfadado con su embajador, decidió lavar los trapos sucios en casa discretamente. Como él mismo afirma en Mis conversaciones privadas con Franco (Planeta), de su primo Francisco Franco Salgado-Araújo, “El acto de Lojendio puede significar que el presidente Castro, que está en plan comunista, no sólo rompa sus relaciones con España sino que reconozca al gobierno rojo en el exilio, (…)“. Lojendio, tras un período de inactividad, fue destinado a un puesto diplomático de segunda categoría en Berna.

La relación hispano-cubana se ve afectada por la entrada en escena de otro actor protagonista. Estados Unidos ve peligrar sus intereses en una zona en la que no tiene costumbre de convencer a sus oponentes con persuasión sino con el palo. La reforma agraria cubana y las expropiaciones a empresas y particulares norteamericanos son respondidas con la ruptura de relaciones diplomáticas y el inicio del famoso embargo económico en el otoño de 1960, que en febrero de 1962 es casi total. Una mayoría de países latinoamericanos rompe relaciones con Cuba y la Europa aliada de EE UU cierra sus puertas a la economía de la isla. La URSS y el bloque comunista acuden veloces a la voz de socorro de Fidel, pero ese embargo va a hacer agua también por otro punto que es España. Poco después de que el presidente Eisenhower de un espaldarazo a Franco con su visita oficial a Madrid, en 1960 se firma un acuerdo comercial entre España y Cuba, que será renovado e implementado en años posteriores.

El Gobierno norteamericano contempla estupefacto la política exterior española que no participa de las represalias contra Cuba y teme que tenga un efecto de contagio al resto de países hispanoamericanos. Solo los momentos de tensión de la crisis de los misiles, en octubre de 1962, detienen el intercambio comercial entre españoles y cubanos, de unas dimensiones opinables pero que tienen un valor moral inestimable para la Cuba asediada por Estados Unidos. Las líneas aéreas de Iberia mantienen a La Habana conectada con Europa, a los niños cubanos no les faltan juguetes españoles y el turrón de Jijona por Navidad o los autobuses Pegaso en las carreteras cubanas son la muestra de la buena voluntad del Gobierno de Franco.
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Estados Unidos blandió la amenaza del fin de las ayudas económicas a España para que abandonase su postura pero la renegociación de las bases americanas en suelo español en 1963 aparcó la medida. Estados Unidos acabará aceptando la posición española pero el tráfico marítimo se ve afectado por la tensión internacional en el Caribe. Los exiliados cubanos estaban muy enfadados con la política de Franco y grupos anticastristas, pertrechados por la CIA, atacaron en ocasiones a los buques españoles. En septiembre de 1964, el Sierra Aránzazu sufrió el ataque de lanchas anticastristas que descargaron 1.500 balas sobre el mercante, causando la muerte a tres marinos y heridas a seis. Estados Unidos negó cualquier implicación pero la diplomacia española logró que a partir de ese momento los buques españoles fuesen escoltados por la marina de guerra americana.

El Gobierno de Estados Unidos intentó sacar partido de la negativa de Franco a participar en el embargo a Cuba y pensó en utilizar la cercanía de ambas dictaduras para establecer un canal de comunicación secreto con La Habana. Franco aceptó la tarea de mediación y tras la captura y muerte de Ernesto ‘Che’ Guevara en Bolivia en 1967, se creyó por parte americana que había llegado la ocasión propicia. La paradoja que ha envuelto la relación de los dos gallegos, el que fue héroe mítico de los revolucionarios del mundo y el feroz anticomunista,dio lugar a que Adolfo Martín Gamero, el diplomático español encargado de esa labor de mediación, viviese un episodio insólito y que narra Norberto Fuentes, biógrafo de Fidel. El diplomático fue recibido en Cuba por los hermanos Castro, que le llevaron de viaje por la isla. Cuando visitaron su casa familiar en Birán, cuál no sería la sorpresa del enviado español cuando en el dormitorio del padre de Fidel vio un telescopio y… ¡una foto de Franco sobre la mesilla de noche, que allí estaba desde siempre!

La normalidad de las relaciones entre ambos países fue plena desde 1974 en que se produjo el intercambio de embajadores. En 1992 Fidel realizó un viaje oficial a España y a Galicia donde pudo visitar la casa de su padre en Láncara y a sus parientes, acompañado del otrora franquista Manuel Fraga, otro gallego con conexión cubana en su niñez. EL PAÍS entrevistó en 1985 a Castro que hizo estas concluyentes declaraciones: "Franco no se portó mal, hay que reconocerlo. Pese a las presiones que tuvo, no rompió las relaciones diplomáticas y comerciales con nosotros. No tocar a Cuba fue su frase terminante. El gallego supo habérselas. Que se portó bien, caramba".

por Javier Herrero
Fuente:
Diario El País 5/6/2014
 
http://www.elblogdemontaner.com/la-historia-no-lo-absolvera/

26 November 2016

LA HISTORIA NO LO ABSOLVERA

Por Carlos Alberto Montaner

Fidel Castro ha muerto. ¿Qué leyenda de 10 palabras hay que poner en su lápida? “Aquí yacen los restos de un infatigable revolucionario-internacionalista nacido en Cuba”. Me niego a repetir los detalles conocidos de su biografía. Pueden leerse en cualquier parte. Me parece más interesante responder cuatro preguntas clave.

¿Qué rasgos psicológicos le dieron forma y sentido a su vida, motivando su conducta de conquistador revolucionario, cruce caribeño entre Napoleón y Lenin?

Era inteligente, pero más estratega que teórico. Más hombre de acción que de pensamiento. Quería acabar con el colonialismo y con las democracias, sustituyéndolas por dictaduras estalinistas. Fue perseverante. Voluntarioso. Audaz. Bien informado. Memorioso. Intolerante. Inflexible. Mesiánico. Paranoide. Violento. Manipulador. Competitivo al extremo de convertir el enfrentamiento con Estados Unidos en su leitmotif. Narcisista, lo que incluye histrionismo, falta total de empatía, elementos paranoides, mendacidad, grandiosidad, locuacidad incontenible, incapacidad para admitir errores o aceptar frustraciones, junto a una necesidad patológica de ser admirado, temido o respetado, expresiones de la pleitesía transformadas en alimentos de los que se nutría su insaciable ego. Padecía, además, de una fatal y absoluta arrogancia. Lo sabía todo sobre todo. Prescribía y proscribía a su antojo. Impulsaba las más delirantes iniciativas, desde el desarrollo de vacas enanas caseras hasta la siembra abrumadora de moringa, un milagroso vegetal. Era un cubano extraordinariamente emprendedor. El único permitido en el país.


¿Cómo era el mundo en que se formó?

Revolución y violencia en su estado puro. Fidel creció en un universo convulso, estremecido por el internacionalismo, que no tomaba en cuenta las instituciones ni la ley. Su infancia (n. 1926) tuvo como telón de fondo las bombas, la represión y la caída del dictador cubano Gerardo Machado (1933). Poco después, le llegaron los ecos de la Guerra Civil española (1936-1939), episodio que sacudió a los cubanos, especialmente a alguien, como él, hijo de gallego. La adolescencia, internado en un colegio jesuita dirigido por curas españoles, fue paralela a la Segunda Guerra (1940-1945). El joven Fidel, buen atleta, buen estudiante, seguía ilusionado en un mapa europeo las victorias alemanas. El universitario (1945-1950) vivió y participó en las luchas a tiros de los pistoleros habaneros. Fue un gangstercillo. Hirió a tiros a compañeros de aula desprevenidos. Tal vez mató alguno. Participó en frustradas aventuras guerreras internacionalistas. Se enroló en una expedición (Cayo Confites, 1947) para derrocar al dominicano Trujillo. Era la época de la aventurera “Legión del Caribe”. Durante el bogotazo (1948), en Colombia, trató de sublevar a una comisaría de policías. Los cubanos no tenían conciencia de que el suyo era un país pequeño y subdesarrollado. Como “Llave de las Indias” y plataforma de España en el Nuevo Mundo, los cubanos no conocían sus propios límites. Esa impronta resultaría imborrable el resto de su vida. Sería, para siempre, un impetuoso conspirador dispuesto a cambiar el mundo a tiros. No en balde, cuando llegó a la mayoría de edad se cambió su segundo nombre, Hipólito, por el de Alejandro.

¿En qué creía?

Fidel aseguró que se convirtió en marxista-leninista en la universidad. Probablemente. Es la edad y el sitio para esos ritos de paso. El marxismo-leninismo es un disparate perfecto para explicarlo todo. Es la pomada china de las ideologías. Fidel tomó un cursillo elemental. Le bastaba. Le impresionó mucho ¿Qué hacer?, el librito de Lenin. Incluso, los escritos de Benito Mussolini y de José Antonio Primo de Rivera. No hay grandes contradicciones entre fascismo y comunismo. Por eso Stalin y Hitler, llegado el momento, cogiditos de mano, pactaron el desguace de Polonia. Los comunistas cubanos, como todos, eran antiyanquis y estaban convencidos de que los problemas del país derivaban del régimen de propiedad y de la explotación imperialista auxiliada por los lacayos locales. Fidel se lo creyó. Sus padrinos ideológicos fueron otros jóvenes comunistas: Flavio Bravo y Alfredo Guevara. Fidel no militó públicamente en el pequeño Partido Socialista Popular (comunista), pero su hermano Raúl, apéndice obediente, sí lo hizo. Allí se quedó en prenda hasta el ataque al cuartel Moncada (1953). Fidel se reservó para el Partido Ortodoxo, una formación socialdemócrata con opciones reales de llegar al poder que lo postuló para congresista. Batista dio un golpe (1952) y Fidel se reinventó para siempre, con barba y uniforme verde oliva encaramado en una montaña. Era su oportunidad. Había nacido el Comandante. El Máximo Líder. Sólo se quitó el disfraz cuando lo sustituyó por un extravagante mameluco deportivo marca Adidas.

¿Cuál es el balance de su gestión?

Desastroso. Les prometió libertades a los cubanos, los traicionó y calcó el modelo soviético de gobierno. Acabó con uno de los países más prósperos de América Latina y diezmó y dispersó a la clase empresarial, pulverizando el aparato productivo. Tres generaciones de cubanos no han conocido otros gobernantes durante cincuenta y tantos años de partido único y terror. Extendió la educación pública y la salud, pero ese dato lo incrimina aún más. Confirma el fracaso de un sistema con mucha gente educada y saludable incapaz de producir, hambrienta y entristecida por no poder vivir siquiera como clase media, lo que los precipita a las balsas. Fusiló a miles de adversarios. Mantuvo en las cárceles a decenas de miles de presos políticos durante muchos años. Persiguió y acosó a los homosexuales, a los cultivadores del jazz o el rock, a los jóvenes de pelo largo, a quienes escuchaban emisoras extranjeras o leían libros prohibidos. Impuso un macho feroz y rural como estereotipo revolucionario. El 20% de la sociedad acabó exiliada. Creó una sociedad coral dedicada públicamente a las alabanzas del Jefe y de su régimen. Por su enfermiza búsqueda de protagonismo, miles de soldados cubanos resultaron muertos en guerras y guerrillas extranjeras dedicadas a crear paraísos estalinistas o a destruir democracias como la uruguaya, la venezolana o la peruana de los años sesenta. Carecía de escrúpulos políticos. Se alió a Corea del Norte y a la Teocracia iraní. Apoyó la invasión soviética a Checoslovaquia. Defendió a los gorilas argentinos en los foros internacionales. El 90% de su tiempo lo dedicó a jugar a la revolución planetaria. Deja un país mucho peor del que lo recibió como a un héroe. La historia lo condenará. Es cuestión de tiempo.
 
Pues adéu Fidel. Estuvimos en La Habana en marzo (una semana antes de que aterrizase Obama) y volvimos con sentimientos muy encontrados.

En cuanto a Castro como figura histórica, yo creo que no hay que perder de vista que la revolución se puso en marcha para derrocar a un régimen dictatorial encabezado por una marioneta cuyos hilos movían las grandes compañías americanas y en cuyo patio trasero blanqueaba el dinero la mafia, que había convertido a la isla en el burdel de Miami. Mirando documentales de la época, me da la impresión de que la población cubana estaba del lado de la revolución. Tampoco hay que perder de vista que la respuesta de los USA fue imponer un embargo que la URSS aprovechó para incorporar a Cuba a su órbita. Nunca sabremos qué hubiese sido de Cuba sin ese embargo. Probablemente hubiese transicionado hacia una socialdemocracia, aunque ya sabemos qué opinan los USA de las socialdemocracias en su área de influencia geográfica (Chile, 1973). Castro dio rienda suelta a su megalomanía, se deshizo del Che (muy crítico con la URSS), y cerró filas. Y de ahí hasta hoy.

¿Qué va a pasar con Cuba cuando la dictadura se disuelva como un terrón de azúcar? Pues me temo que poca cosa buena. Las multinacionales entrarán a saco, pagando salarios de miseria y eliminando todo aquello que no sea rentable por precario que ya sea (sanidad, educación), y Cuba se convertirá en otra Trinidad y Tobago o Santa Lucía, donde al lado de marinas de superlujo se montan poblados de chabolas llenos de crackheads, donde la población local tiene prohibido el acceso a las playas porque están ocupadas por los resorts turísticos, donde las calles y playas están llenas de basura y donde la gente rodea sus casas y negocios con alambre de espino porque todo el mundo lleva una pistola en el bolsillo. Eso sí, los cubanos tendrán libertad para entrar y salir de su isla, podrán votar en elecciones democráticas cuando se elimine el partido único y podrán expresarse libremente (a no ser, claro está, que el partido en el poder dicte una Ley Mordaza o intente prohibir los memes o que el partido al que has votado le regale tu voto a la oposición, convirtiendo esa supuesta democracia en un partido único de facto).

Que sepas que coincidimos en fechas, solo que nosotros quedamos una semana mas "Hasta Obama" jaja.

Es cierto que cuando uno visita Cuba por primera vez, y sobretodo cuando ya conoce el destino de otros paises e islas del Caribe, uno viene con sentimientos encontrados. Por una parte, se nota la pobreza pero por otra, no mas que en el resto de Latinoamerica...no hay violencia en las calles, la atencion sanitaria es buena y tb las escuelas. El problema, es la libertad personal, ahi un pais deberia poder decidir por si mismo y esas ansias de libertad se le notan a muchos cubanos.

A mi me hubiese gustado que la revolucion hubiese terminado como Castro prometio al principio, convocando elecciones libres...y hoy seria un heroe. Pero tb soy consciente, de que los devenires historicos no se lo iban a poner facil al pais: Cuba tuvo varias dictaduras antes, es y fue en su dia un punto de control geopolitico y estrategico brutal, y en aquella epoca Latinoamerica pateaba dictadores y conspiradores de uno y otro bando, dia si y dia tambien. Por eso, no creo que Cuba hoy estuviese mucho mejor si no hubiese existido Castro.

Un poco como pasa en paises de Oriente Medio: el dictador un desgraciado pero sin el, la opcion es completo caos y destruccion...Con la diferencia que Cuba hoy en dia, si continua una apertura pausada, las tiene todas para caminar de forma exitosa hacia una transicion y democracia (porque espero que Europa y especialmente Espanha les de un empujoncito de ayuda ahi vs USA).
 
Última edición por un moderador:
El presidente estadounidense, Barack Obama, publicó una declaración a propósito del fallecimiento del líder cubano:

“En el momento de la muerte de Fidel Castro, extendemos una mano de amistad a los cubanos. Sabemos que este momento llena a los cubanos –en Cuba y en los Estados Unidos- de poderosas emociones, recordando las incontables formas en que Fidel Castro alteró el curso de vida de individuos, familias, y de la nación cubana. La historia registrará y juzgará el enorme impacto de esta singular figura en la gente y el mundo a su alrededor.

Por casi seis décadas, la relación entre los Estados Unidos y Cuba estuvo marcada por discordia y profundos desacuerdos políticos. Durante mi presidencia, hemos trabajado duro para dejar atrás el pasado, buscando un futuro donde la relación entre nuestros dos países esté definida no por nuestras diferencias sino por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos –lazos familiares, culturales, comerciales, y humanidad común. Este compromiso incluye la contribución de los cubanoamericanos, quienes han hecho tanto por nuestro país y quienes se preocupan profundamente por sus seres queridos en Cuba.

Hoy ofrecemos condolencias a la familia de Fidel Castro, y nuestros pensamientos y plegarias están con los cubanos. En los próximos días, recordarán el pasado y también mirarán al futuro. Mientras lo hacen, los cubanos deben saber que tienen un amigo y un socio en los Estados Unidos de América”.
 
http://www.elblogdemontaner.com/la-historia-no-lo-absolvera/

26 November 2016

LA HISTORIA NO LO ABSOLVERA

Por Carlos Alberto Montaner

Fidel Castro ha muerto. ¿Qué leyenda de 10 palabras hay que poner en su lápida? “Aquí yacen los restos de un infatigable revolucionario-internacionalista nacido en Cuba”. Me niego a repetir los detalles conocidos de su biografía. Pueden leerse en cualquier parte. Me parece más interesante responder cuatro preguntas clave.

¿Qué rasgos psicológicos le dieron forma y sentido a su vida, motivando su conducta de conquistador revolucionario, cruce caribeño entre Napoleón y Lenin?

Era inteligente, pero más estratega que teórico. Más hombre de acción que de pensamiento. Quería acabar con el colonialismo y con las democracias, sustituyéndolas por dictaduras estalinistas. Fue perseverante. Voluntarioso. Audaz. Bien informado. Memorioso. Intolerante. Inflexible. Mesiánico. Paranoide. Violento. Manipulador. Competitivo al extremo de convertir el enfrentamiento con Estados Unidos en su leitmotif. Narcisista, lo que incluye histrionismo, falta total de empatía, elementos paranoides, mendacidad, grandiosidad, locuacidad incontenible, incapacidad para admitir errores o aceptar frustraciones, junto a una necesidad patológica de ser admirado, temido o respetado, expresiones de la pleitesía transformadas en alimentos de los que se nutría su insaciable ego. Padecía, además, de una fatal y absoluta arrogancia. Lo sabía todo sobre todo. Prescribía y proscribía a su antojo. Impulsaba las más delirantes iniciativas, desde el desarrollo de vacas enanas caseras hasta la siembra abrumadora de moringa, un milagroso vegetal. Era un cubano extraordinariamente emprendedor. El único permitido en el país.


¿Cómo era el mundo en que se formó?

Revolución y violencia en su estado puro. Fidel creció en un universo convulso, estremecido por el internacionalismo, que no tomaba en cuenta las instituciones ni la ley. Su infancia (n. 1926) tuvo como telón de fondo las bombas, la represión y la caída del dictador cubano Gerardo Machado (1933). Poco después, le llegaron los ecos de la Guerra Civil española (1936-1939), episodio que sacudió a los cubanos, especialmente a alguien, como él, hijo de gallego. La adolescencia, internado en un colegio jesuita dirigido por curas españoles, fue paralela a la Segunda Guerra (1940-1945). El joven Fidel, buen atleta, buen estudiante, seguía ilusionado en un mapa europeo las victorias alemanas. El universitario (1945-1950) vivió y participó en las luchas a tiros de los pistoleros habaneros. Fue un gangstercillo. Hirió a tiros a compañeros de aula desprevenidos. Tal vez mató alguno. Participó en frustradas aventuras guerreras internacionalistas. Se enroló en una expedición (Cayo Confites, 1947) para derrocar al dominicano Trujillo. Era la época de la aventurera “Legión del Caribe”. Durante el bogotazo (1948), en Colombia, trató de sublevar a una comisaría de policías. Los cubanos no tenían conciencia de que el suyo era un país pequeño y subdesarrollado. Como “Llave de las Indias” y plataforma de España en el Nuevo Mundo, los cubanos no conocían sus propios límites. Esa impronta resultaría imborrable el resto de su vida. Sería, para siempre, un impetuoso conspirador dispuesto a cambiar el mundo a tiros. No en balde, cuando llegó a la mayoría de edad se cambió su segundo nombre, Hipólito, por el de Alejandro.

¿En qué creía?

Fidel aseguró que se convirtió en marxista-leninista en la universidad. Probablemente. Es la edad y el sitio para esos ritos de paso. El marxismo-leninismo es un disparate perfecto para explicarlo todo. Es la pomada china de las ideologías. Fidel tomó un cursillo elemental. Le bastaba. Le impresionó mucho ¿Qué hacer?, el librito de Lenin. Incluso, los escritos de Benito Mussolini y de José Antonio Primo de Rivera. No hay grandes contradicciones entre fascismo y comunismo. Por eso Stalin y Hitler, llegado el momento, cogiditos de mano, pactaron el desguace de Polonia. Los comunistas cubanos, como todos, eran antiyanquis y estaban convencidos de que los problemas del país derivaban del régimen de propiedad y de la explotación imperialista auxiliada por los lacayos locales. Fidel se lo creyó. Sus padrinos ideológicos fueron otros jóvenes comunistas: Flavio Bravo y Alfredo Guevara. Fidel no militó públicamente en el pequeño Partido Socialista Popular (comunista), pero su hermano Raúl, apéndice obediente, sí lo hizo. Allí se quedó en prenda hasta el ataque al cuartel Moncada (1953). Fidel se reservó para el Partido Ortodoxo, una formación socialdemócrata con opciones reales de llegar al poder que lo postuló para congresista. Batista dio un golpe (1952) y Fidel se reinventó para siempre, con barba y uniforme verde oliva encaramado en una montaña. Era su oportunidad. Había nacido el Comandante. El Máximo Líder. Sólo se quitó el disfraz cuando lo sustituyó por un extravagante mameluco deportivo marca Adidas.

¿Cuál es el balance de su gestión?

Desastroso. Les prometió libertades a los cubanos, los traicionó y calcó el modelo soviético de gobierno. Acabó con uno de los países más prósperos de América Latina y diezmó y dispersó a la clase empresarial, pulverizando el aparato productivo. Tres generaciones de cubanos no han conocido otros gobernantes durante cincuenta y tantos años de partido único y terror. Extendió la educación pública y la salud, pero ese dato lo incrimina aún más. Confirma el fracaso de un sistema con mucha gente educada y saludable incapaz de producir, hambrienta y entristecida por no poder vivir siquiera como clase media, lo que los precipita a las balsas. Fusiló a miles de adversarios. Mantuvo en las cárceles a decenas de miles de presos políticos durante muchos años. Persiguió y acosó a los homosexuales, a los cultivadores del jazz o el rock, a los jóvenes de pelo largo, a quienes escuchaban emisoras extranjeras o leían libros prohibidos. Impuso un macho feroz y rural como estereotipo revolucionario. El 20% de la sociedad acabó exiliada. Creó una sociedad coral dedicada públicamente a las alabanzas del Jefe y de su régimen. Por su enfermiza búsqueda de protagonismo, miles de soldados cubanos resultaron muertos en guerras y guerrillas extranjeras dedicadas a crear paraísos estalinistas o a destruir democracias como la uruguaya, la venezolana o la peruana de los años sesenta. Carecía de escrúpulos políticos. Se alió a Corea del Norte y a la Teocracia iraní. Apoyó la invasión soviética a Checoslovaquia. Defendió a los gorilas argentinos en los foros internacionales. El 90% de su tiempo lo dedicó a jugar a la revolución planetaria. Deja un país mucho peor del que lo recibió como a un héroe. La historia lo condenará. Es cuestión de tiempo.

"Defendió a los gorilas argentinos en los foros internacionales"

A qué gorilas argentinos defendió? Ahí me perdí.
Una muy buena nota escrita por un opositor acérrimo, sin matices, como Fidel.
 
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