Muere el torero Iván Fandiño por una cogida en Francia

Lo siento por la familia y no deseo el sufrimiento ni la muerte de nadie.
Por este mismo motivo, tampoco deseo el sufrimiento, ni la muerte de un animal.

Que parece que por ser animales no tengan que sentir, ni sufrir. Y, son seres vivientes que igual como sufriríamos nosotros, sufren si se les apuñala con una, dos o tres espadas, después de haberlos agotado dándoles vueltas y vueltas con un capote.

Cómo no va a defenderse, el animal, respondiendo con una cornada?

DEP por el toro, también.
 
Jorge Javier Vázquez:
"En su día, él mismo era un asiduo a las plazas de toros. "Yo he sido muy taurino. Mi abuelo saltó de espontáneo a una plaza. Yo durante una época tuve abono en La Monumental. Yo iba a los toros hasta que un día me invitaron a una corrida en Las Ventas, en barrera, estaba El Litri toreando, tuvo una tarde horrorosa. Yo escuché al toro quejarse, al toro sufrir, pasarlo muy mal. Estoy convencido de que el toro estaba diciendo: 'por favor, mátame de una put* vez, pero quítame ya este sufrimiento', afirmó durante una entrevista en el programa Hable con ellas

http://www.elespanol.com/corazon/casas-reales/20170619/224977879_0.html
 
NO DEBERÍA MORIR EN EL RUEDO NI UN TORERO MÁS (ni ningún toro ni caballo), PERO SIMPLEMENTE PORQUE LAS CORRIDAS DEBERÍAN ESTAR PROHIBIDAS Y PENALIZADAS POR LA LEY.
La tauromaquia es un espectáculo de tortura sangrienta, cruel y prolongada de un mamiíero como nosotros, capaz de sentir DOLOR y así lo avala el parlamento europeo. La corrida no es CULTURA, no es más que una técnica de tortura, comparable a las que se emplean con los humanos, capaz de transformar a una persona entera en una piltrafa a la que se puede manejar como se quiera.
Antes de la corrida se encierra al toro en un cajón oscuro (chiquero), lo que tiene el efecto de aterrorizarlo. Cuando lo sueltan y antes de que llegue al ruedo le clavan el primer arpón de puntas aceradas (divisa). Un animal previamente maltratado, manipulado, encerrado en la oscuridad y con el dolor que le produce la divisa, recorre al galope el ruedo en una actitud aparentemente furiosa. Realmente, cuando el toro desemboca en la plaza, ES UN ANIMAL ATERRORIZADO QUE BUSCA DESESPERADAMENTE LA SALIDA.
El picador debe clavar la pica en el cuello del toro delante de la cruz. Teóricamente debe penetrar sólo la punta de acero de 3 centímetros, pero siempre clavan también los 11 centímetros que siguen hasta el tope, lo que representa HERIDAS DE 14 CENTÍMETROS DE PROFUNDIDAD Y HASTA 40 DE EXTENSIÓN, que producen al toro un dolor intensísimo y que lo destroza por dentro. Algunos picadores retuercen la pica para aumentar la penetración, se apoyan en la barrera y hieren detrás del morrillo o en el costado para provocar una hemorragia abundante o PERFORAR EL PULMÓN. Si el toro le parece al torero demasiado peligroso el picador lo «castiga» escrupulosamente dejándolo chorreando sangre, medio muerto y limitado grandemente en su capacidad de movimiento. Cada toro recibe una media de 3 ó 4 puyazos.

Después de que los picadores dejan al toro hecho una piltrafa, el torero demuestra su «valor» dándole pases de muleta, agotándolo por el esfuerzo y la pérdida de sangre. El toro además de mansurrón es un animal miope, daltónico, torpe e ingenuo que embiste al trapo que agitan delante de él, creyéndole culpable de sus males. Llaman asesino al toro que no se deja engañar y embiste al hombre.
Las banderillas terminan en afilados arpones metálicos de 5 centímetros y más largos aún en las banderillas negras. Los banderilleros clavan 4 ó 6 de estos arpones en las mismas horribles heridas de los puyazos o cerca de ellas. A cada movimiento del toro, las banderillas se mueven haciendo que los arpones horaden y desgarren cada vez más la carne, aumentando la hemorragia y «completando» la sádica labor del picador. El terrible dolor que le producen todas estas heridas y el destrozo de los músculos del cuello, es lo que obliga al toro a agachar la cabeza. Cuando el toro llega al ruedo tiene el «grave defecto» (debe ser un «error» de la Naturaleza) de llevar la cabeza alta. En esta postura, para matarlo, el torero se tendría que subir a una escalera para clavarle la espada y esto no sería práctico ni conforme a la sublime «dignidad» de estos torturadores.
Se trata de clavar la espada de casi un metro cerca de las vértebras para lesionar el corazón o algún vaso sanguíneo importante. Esto es la teoría y no pasa casi nunca. Lo más normal es que la espada sólo acierte a alcanzar los pulmones y que el animal agonice lentamente ahogado en su propia sangre, después de varios intentos infructuosos el toro todavía está vivo, AGONIZANTE, GIMIENDO LASTIMERAMENTE, VOMITANDO SANGRE Y PERDIENDO LA ORINA.
Finalmente, se le da la puntilla para intentar seccionar la médula espinal. Si la médula no es seccionada sino sólo dañada, el toro no está realmente muerto, sino con un cierto grado de parálisis y es arrastrado vivo y consciente (en Murcia, en septiembre de 1979, el toro se levantó cuando era arrastrado). Aun en el caso de que la médula quede seccionada, la cabeza del toro sigue «viva» unos minutos, por lo que siente perfectamente el dolor al cortarle las orejas. El toro nunca llega totalmente muerto al segundo acto de la carnicería, en esa trastienda de la plaza donde ya no hacen falta lentejuelas para descuartizar. LO MÁS TERRIBLE DE ESTA HISTORIA NO ES TANTO MORIR COMO SER TORTURADO HASTA LA MUERTE POR DIVERSIÓN. Y TODO ESTO ¡EN NOMBRE DE LA VIRGEN DE LA MACARENA, DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD Y DEL JESÚS DEL GRAN PODER!.

chicomaloso.blogspot.com
 
Hoy el diario ABC publica el parte medico del doctor francés que lo atendió , es un relato espeluznante . Voy a omitir sus palabras , pero el toro mató a este hombre .
 

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