Literatura, filosofía y espiritualidad

Quien no ama no vive



Quienquiera que fueres, óyeme:
Si con ávidas miradas
Nunca tú á la luz del Véspero
Has seguido las pisadas,
El andar suave y rítmico
De una celeste visión;
O tal vez un velo cándido,
Cual meteoro esplendente.
Que pasa, y en sombras fúnebres
Ocúltase de repente,
Dejando de luz purísima
Un rastro en el corazón;


Si sólo porque en imágenes
Te la reveló el poeta,
La dicha conoces íntima,
La felicidad secreta,
Del que arbitro se alza único
De otro enamorado sér;
Del que más nocturnas lámparas
No ve, ni otros soles claros,
Ni lleva en revuelto piélago
Más luz de estrellas ni faros
Que aquella que vierten mágica
Los ojos de una mujer;

Si el fin de sarao espléndido
Nunca tú aguardaste afuera,
Embozado, mudo, tétrico
(Mientras en la alta vidriera
Reñejos se cruzan pálidos
Del voluptuoso vaivén),
Para ver si como ráfaga
Luminosa á la salida,
Con un sonreír benévolo
Te vuelve esperanza y vida
Joven beldad de ojos lánguidos,
Orlada en flores la sien;

Si celoso tú y colérico
No has visto una blanca mano
Usurpada, en fiesta pública,


Por la de galán profano,
Y el seno que adoras, próximo
A otro pecho, palpitar;
Ni has devorado los ímpetus
De reconcentrada ira,
Rodar viendo el valse impúdico
Que deshoja, mientras gira
En vertiginoso círculo,
Flores y niñas al par;

Si con la luz del crepúsculo
No has bajado las colinas,
Henchida sintiendo el ánima
De emociones mil divinas,
Ni á lo largo de los álamos
Grato el pasear te fué;
Si en tanto que en la alta bóveda
Un astro y otro relumbra,
Dos corazones simpáticos
No gozasteis la penumbra,
Hablando palabras místicas,
Baja la voz, tardo el pie;

Si nunca al roce magnético
Temblaste de ángel soñado;
Si nunca un Te amo dulcísimo.
Tímidamente exhalado,
Quedó sonando en tu espíritu
Cual perenne vibración;



Si no has mirado con lástima
Al hombre sediento de oro,
Para el que en vano munífico
Brinda el amor su tesoro,
Y de regio cetro y púrpura
No tuviste compasión;

Si en medio de noche lóbrega
Cuando todo duerme y calla,
Y ella goza sueño plácido,
Contigo mismo en batalla
No te desataste en lágrimas
Con un despecho infantil;
Si enloquecido ó sonámbulo
No la has llamado mil veces,
Quizá mezclando frenético
Las blasfemias á las preces,
También á la muerte, mísero,
Invocando veces mil;

Si una mirada benéfica
No has sentido que desciende
A tu seno, como súbito
Lampo que las sombras hiende
Y ver nos hace beatífica
Región de serena luz;
O tal vez el ceño gélido
Sufriendo de la que adoras,
No desfalleciste exánime,—


Misterios de amor ignoras;
Ni tú has probado sus éxtasis
Ni tú has llevado su cruz.


Víctor Hugo
 
20 brutales verdades sobre nuestra existencia que te harán replantearte la vida


A todos vosotros que estáis empezando a vivir vuestra vida, y a algunos de vosotros que necesitáis desesperadamente un pequeño empujón para volver a la realidad, leed atentos…





Suena brutal, pero la vida no es todo cielos rosados y arco iris. La vida es un evento impredecible. Es exactamente lo que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes. Te empuja hacia abajo y luego te eleva a la cima. Da, pero luego quita.


Es difícil. Pero, todos peleamos nuestras propias batallas. Todos perdemos nuestra inspiración para crear y nuestra motivación para luchar. Todos nos enfrentamos a la misma consecuencia.


Así que, aquí está todo lo que necesitas saber. Esto puede que te golpee duro, pero una vez que reconozcas y empieces a practicar estas 20 brutales verdades sobre nuestra existencia, te acercarás a la vida desde un ángulo diferente.


1. Morirás. Siento informarte, pero creo que no eres un ser inmortal. Así que, eventualmente morirás. No hay escapatoria de eso. No importa cuánto trates de hacer tu vida perfecta, un día terminará.


2. Todos los demás van a morir. Todos nos enfrentaremos al mismo destino. Llegará un día en que todos nosotros nos habremos ido. Por lo tanto, asegúrate de hacerles saber a estas personas cómo te sientes mientras están aquí. No des a nadie por sentado. Puede que el mañana nunca llegue.





3. El dinero no te hará feliz. Creo que todos estamos de acuerdo en que ser miserable y rico es mejor que ser miserable y pobre. Pero la riqueza nunca te ayudará a encontrar tu felicidad. El dinero puede consolarte durante un tiempo, pero nunca te comprará tu felicidad. Sólo la encontrarás dentro de ti.


4. Concéntrate en cómo gastas tu tiempo, no tu dinero. Nunca serás lo suficientemente poderoso para recuperar el tiempo que perdiste imprudentemente. Así que, asegúrate de gastarlo sabiamente.


5. Nunca complacerás a todos. No importa cuánto lo intentes, nunca serás lo suficientemente bueno para algunas personas. Y eso está bien. No deberías ser 100% agradable. Eso demuestra que eres fiel a ti mismo.


6. No tengas miedo de expresar tus sentimientos. Eres un ser humano hecho de carne, sangre y corazón palpitante. No niegues esos sentimientos dentro de ti. Abrázalos y exprésalos. Deja que el mundo te vea como eres realmente.


7. Buscar tu felicidad sólo te impedirá encontrarla. Sólo déjalo estar. Deja que el universo despliegue tu camino y te ayude a comenzar tu viaje. No te obligues a encontrar la felicidad. Te llegará cuando menos te lo esperes.





8. Deja de hacerte la víctima y toma el control total de tus acciones. Reconoce tus errores y asume la responsabilidad de todo lo que digas y hagas.


9. Deja de perseguir ideales imposibles. La perfección no existe. Este mundo está hecho para ser defectuoso. Estamos hechos para ser imperfectos. La naturaleza es creada para ser defectuosa. Pero, ¿sabes qué? Los defectos son la mejor parte. Los defectos son los que nos hacen diferentes.


10. No desperdicies tu talento. Si eres bueno en algo, haz lo mejor que puedas para perseguir tu pasión y alcanzar todo tu potencial.


11. Olvida el pasado. Vive el ahora. Es todo lo que realmente importa y es todo lo que tenemos. El pasado hace tiempo que se ha ido y olvidado, y el futuro está fuera de nuestro alcance. ¡Concéntrate en lo que tienes ahora!


12. Deja de quejarte, a nadie le importa lo dura que sea tu vida. Porque, ¿adivinas por qué? Todos sufrimos, todos luchamos en nuestras batallas, todos tenemos nuestros propios problemas, traumas, miedos, inseguridades. Muy pocas personas en tu vida se preocuparán por tus problemas, así que trata de encontrar una manera de ayudarte a ti mismo.


13. No seas egoísta. Tu conocimiento no disminuirá si lo compartes con el mundo, sólo se ampliará y ayudará a los necesitados.


14. No olvides invertir en ti mismo. Porque si no lo haces tú, nadie más se molestará en hacerlo.


15. Las cosas pasan, pero depende de tu reacción si empiezas a jugar el juego de la culpa o simplemente aceptas las consecuencias y sigues adelante de todas formas. Es una cuestión de elecciones y perspectivas.


16. Recuerda, los sueños sólo funcionan cuando lo haces. No pierdas tu tiempo sentado y esperando que el éxito llegue a ti. Levántate, agarra la vida por las p*****s y trabaja más duro por las cosas que quieres.


17. Sé agradecido por todo lo que la vida te ha dado. Aprecia las cosas que tienes. Algunas personas sueñan con vivir tu vida.


18. No importa si eres multimillonario, no puedes llevarte el dinero a la tumba. Así que, por favor, no olvides cómo vivir. No olvides ser humano. No dejes que el dinero te controle y te cambie. No vale la pena. Sólo te queda una vida por vivir. Así que, que sea una buena.


19. Dedica tu tiempo a causas más importantes.


20. Pero, hagas lo que hagas… no te pierdas. Mantente firme y conoce tu valía. Tú eres tú. Estás completo.


Por The Power of Silence
 
El poder del miedo y la inseguridad: La fábula de la puerta negra



Hoy compartimos con vosotros una nueva reflexión para el camino, para el enriquecimiento espiritual. Una relato para la meditación de los hechos de nuestra vida… Y en este caso nos vamos a centrar en el miedo y en la inseguridad; esos sentimientos que condicionan nuestro vivir.

Muchas veces, desechamos grandes situaciones que pueden llegar a ser muy beneficiosas para nuestra vida por el miedo a enfrentarnos; enfrentarnos a la posibilidad del cambio. Y así nos abrazamos a lo conocido, aunque sea terrible o realmente no lo queramos. Nos conformamos con las situaciones de comodidad y a no cambiar por la posibilidad de que lo que venga sea a peor.


Damos privilegio a lo conocido frente al riesgo, todo por el temor a dar un paso y cruzar el umbral de la incertidumbre o desconocido. Esto mismo les pasó a todos los prisioneros de la fábula que por miedo a cruzar la puerta negra murieron, en cambio, si alguno hubiese querido dar un paso más y abrir la puerta, se encontraría con el camino hacia la libertad.


Fábula de la puerta negra

Había una vez en un país de las mil y una noches, un rey conocido por ser muy polémico con sus acciones.


Tomaba a los prisioneros de guerra y los conducía hacia una enorme sala. Los prisioneros eran colocados ordenadamente en largas filas y el rey gritaba diciéndoles:


–Les voy a dar una oportunidad, giren vuestras cabezas hacia la derecha y miren hacia el rincón de la sala.


Los soldados giraron la cabeza y vieron a un grupo de soldados armados todos ellos con arcos y flechas, preparados para llevar a cabo cualquier acción.


-¿Habéis tomado nota de lo que habéis visto? Bien, pues ahora, giren sus cabezas hacia la izquierda y observen lo que se encuentra en el rincón de la sala.- continuó diciendo el rey


Al girar la cabeza, los prisioneros observaron una dantesca puerta negra. En la puerta colgaban cráneos humanos a modo de decoración y el picaporte para abrir la puerta no parecía mucho más agradable al tratarse de la mano de un cadáver.


Dicho esto, el rey se colocó en el centro de la sala y gritó a los presioneros:


– Ahora os doy la oportunidad de que escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren? ¿Eligen la zona derecha donde ustedes van a morir clavados por flechas o eligen la zona izquierda y abrir la puerta negra y dejarlos encerrados allí? Ahora en vuestra mano queda vuestra decisión, escojan.


Uno a uno, los prisioneros iban observando las dos posibilidades para poder tomar una decisión y la mayoría de ellos siguieron el mismo comportamiento: primero, antes de tomar la decisión de la muerte segura si escogían a los soldados, se acercaban a la horrible puerta negra, donde aquellos esqueletos, calaveras y lemas del tipo “viva la muerte”, elegían morir atravesados por las fechas. “Una muerte rápida y segura, seguro que si elijo la puerta también voy a morir y a saber de qué forma, seguro que será una tortura”– decían


Así, uno tras otro, todos actuaban cual rebaño de ovejas. Miraban a la puerta y a los arqueros y pedía al rey morir atravesados por las fechas.


Terminada la guerra y pasado el tiempo, uno de los arqueros que se encontraba barriendo la enorme sala vio cómo se acercaba el rey. El arquero con todo respeto y algo temeroso preguntó al rey: – “Sabes, gran rey, cada vez que usted da la oportunidad a los prisioneros, siempre nada en mi la misma curiosidad, no se enfade con la pregunta que le voy a formular, pero, ¿qué es lo que se esconde detrás de aquella puerta negra?”


El rey respondió con el semblante serio: “Si usted tiene esa duda, ve y abre esa puerta negra.”


El soldado, abrió con cautela la horrible puerta y sintió un rayo puro y enérgico de sol acariciar el suelo de la enorme sala. Abrió del todo la puerta y la luz y un agradable aroma a hierba recién cortada inundaron la sala. El soldado se acercó un poco más para observar el paisaje que se escondía tras la puerta y observó que en realidad la puerta era el umbral para comenzar a andar por un camino…. el camino hacia la libertad.


Y para vosotros ¿qué es la puerta negra? Tal y como he comentado al comienzo, a mi entender, la puerta negra representa nuestros miedos, nuestras inseguridades, miedo a asumir riesgos.


Todos tenemos una gran puerta negra dentro de nosotros, de nuestra mente. Para algunos, la puerta negra representa el miedo a lo desconocido, para otros representa a una persona difícil, o una frustración, miedo a cambiar o puede representar una traba imaginaria que ha nacido durante tu educación o crianza (creencias limitantes).


Tenemos que tener presente que si bien puedes perder, también puedes ganar. Da un paso más, atraviesa el umbral del miedo, abramos esa puerta negra y dejemos que el sol entre por completo en nuestra vida. Sintamos su calor y su energía y recorramos el camino hacia la libertad. No hagamos lo de los prisioneros, que por no arriesgar perdieron su libertad.


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El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo. Nelson Mandela




 
Última edición por un moderador:
Satori: la conquista de la libertad verdadera



Satori significa literalmente “comprensión”, un término japonés que designa la iluminación en el budismo zen, un estado que para muchos parece lejano y solo experimentado por unos pocos afortunados.

Pero la verdad es que todas las personas pueden alcanzar ese estado pues es la adquisición de conocimientos nuevos que permiten tener una mayor claridad de percepción.


Satori, la iluminación

Según el budismo zen todos los seres humanos poseen dos identidades, una sagrada y verdaderamente real y otra ilusoria. La sagrada es la “naturaleza búdica” el Dios interno, mientras que la ilusoria o profana hace referencia al ego ordinario de cada día y a un espectro que es tirano y opresor.


Satori es el momento en el que el hombre descubre que solo existe el presente y que el tiempo es solo un concepto, por lo tanto el pasado y el futuro son una ilusión lo mismo que el mundo físico. Solo ese estado de comprensión e iluminación permite ir más allá de la experiencia puramente terrenal, pero el Satori solo se da a niveles elevados de conciencia que son comunes en los maestros que hacen meditación pero que también están al alcance de cualquier persona.


¿Cómo se puede llegar a este estado?

Experimentar el Satori es posible para todas las personas, pero no ocurre por casualidad sino que requiere de la creación de una situación inconsciente y por ello muchas personas puede que lo hayan experimentado pero no lo conocen por ese nombre.


Ese estado especial puede darse por un gran estallido de amor o un shock inesperado, por ello se afirma que para personalidades intelectuales, lógicas y racionales vislumbrar el Satori es imposible.


La experiencia completa del Satori solo dura unos segundos y no es algo limitado a los budistas pues entregarse equivale a poner inspiración en la propia vida, tener un propósito y confiar en la invisible inteligencia del Universo que sirve de guía.


Se trata de un proceso que no requiere contar con un aprendizaje esotérico y no solo puede suceder en un instante sino que también a muchas personas les puede ocurrir con frecuencia, por ello también se dice que el proceso del Satori es como un despertar instantáneo.


Alan Watts describe el proceso Satori también como una experiencia súbita pero agrega que es como un vuelco de la mente o atravesar una puerta. Así, el individuo después de mucho tiempo de preguntas, luchas internas, preocupaciones y vacilaciones cae en un lento proceso de acercamiento a esa puerta que parecía lejana e inexplicablemente la atraviesa y aquello que parecía difícil o casi imposible se vuelve el modo de ser y se refleja en una decisión de entrega.


Existen personas que han experimentado muchos Satoris en diferentes etapas de sus vidas y relacionadas con cuestiones como el amor, la pobreza o la propia autoestima. Así, quienes han sido criados creyendo que es imposible tener siempre lo suficiente para vivir bien se resignan a vivir con una conciencia de penuria constante hasta que en un momento eso cambia y el individuo consigue tener una nueva visión de la riqueza.


¿Quién puede experimentarlo?

Todos pueden experimentar el proceso Satori y quizás muchas al mirar hacia atrás verán los cambios positivos e importantes de su vida y comprenderán que ha vivido ese “despertar” ese instante en el que se dice “ahora es el momento” de cambiar de trabajo, bajar de peso o dejar una relación de pareja, entre otras tantas cosas que pueden suceder en la vida de una persona.


El Satori está al alcance de todos en cualquier momento de la vida, solo es necesario tener una actitud abierta, algo que los maestros espirituales dicen con la frase:


“la vida nos habla en silencio”


y por ello es posible que a muchos su ruidosa consciencia no les permita ingresar en el marco mental necesario para experimentar esa “comprensión” o “iluminación”.


Solo es necesario confiar, quedarse en silencio y escuchar el propio pensamiento, dejarse guiar por una actitud de entrega y librar de una constante disputa interior con la propia vida.

La conciencia es la luz de la inteligencia para distinguir el bien y el mal. Confucio

Por Triski
 
¿Tu relación es Dhármica, Kármica o es tu Alma Gemela?


Condena o bendición, lo cierto es que nuestro libre albedrío a la hora de elegir nuestras relaciones personales, sobre todo las sentimentales, es un poco limitado.

Venimos con un encuentro pactado, lo que se traduce en que la vida, de una manera u otra te va a poner en el camino a las personas con quienes acordaste encontrarte, de la forma en que acordaste encontrarte, y difícilmente la relación no va a darse.

En algunos casos directamente encarnamos como miembros de la misma familia, asegurándonos así que la relación ocurra, aunque en otros podemos nacer en polos opuestos del planeta con la certeza de que acabaremos encontrándonos, como así ocurre, porque el encuentro entre dos almas que pactaron encontrarse es inevitable.

Eso sí, lo que hagamos con ese encuentro sí queda en manos de nuestro libre albedrío, aunque fuerzas internas, memorias del alma, propósito de vida, sensaciones de familiaridad e inevitabilidad, nos llevarán a relaciones profundas, gestionemos como gestionemos.

Pero sea cual sea el tipo de relación que nos une con otra persona, familiar, laboral, amistosa, sentimental… se engloba en uno de los tres tipos de relación álmica que existen.

Relación Dhármica, Kármica o es tu Alma Gemela
Reconocerlo nos permite evolucionar, nos permite extraer de la relación todo el aprendizaje que tiene para las partes, pero fundamentalmente nos permite, aquí y ahora, vivir en paz y en amor.

Relaciones kármicas:
A lo largo de nuestras muchísimas existencias, en nuestra interacción con otras personas hemos generado karmas.

Generar karma significa que ocurrió un desequilibrio, que alguien dañó y que el otro fue dañado.

Si consideramos los largos años de luchas, oscuridad, devastación que han existido a lo largo de la historia, no resulta difícil comprender que en algunas vidas nos hicieron mucho daño, y en otras lo hicimos nosotros.

La ley del karma busca reestablecer ese equilibrio, y por ello, encarnación tras encarnación, pactamos con otras personas un reencuentro para solventar nuestros errores pasados.

Son relaciones complicadas, que pueden darse en cualquier ámbito de nuestra vida, porque se disparan muchas memorias de dolor y viejos patrones, que, como permanecen en el inconsciente, no reconocemos como tales y es muy habitual repetir patrones y salir de esta encarnación sin haberlos resuelto.

En estas relaciones se genera tanto sufrimiento como dependencia, conflictos repetitivos que cuesta mucho solventar.

Resulta más fácil comprender porque resulta tan difícil escapar de una relación que hoy denominamos “tóxica”, porque nuestro alma nos reclama resolver un conflicto de no se sabe cuántas vidas.

Lo suyo es reconocer que nuestra relación es kármica y descubrir qué es lo que venimos a sanar, hacerlo y continuar nuestro camino.

A veces no lo conseguimos, porque se requiere esfuerzo por ambas partes, aunque cuando uno comprende el mecanismo, sin lugar a dudas baja el nivel de karma que traían. De cualquier modo, son relaciones temporales de las que hay que salir cuanto antes.

Relaciones dharmáticas:
Mucho mejor, donde va a parar… También estas pueden darse en cualquier tipo de relación que tengamos, son relaciones basadas en el compañerismo, en el trabajo conjunto, pactadas para la evolución de las almas.

Una relación sentimental dharmática es una relación tranquila, basada en el afecto y en el bien común, no traen karmas conjuntos que resolver, vienen a ayudarse.

Algunas están pactadas para toda la vida, otras sólo para un tramo de ella y a veces, dado lo pacífico de la relación, resulta complicado abandonarla cuando ha llegado el momento de hacerlo.

No hacerlo implica que no vamos a estar disponibles para pactos posteriores, para otros aprendizajes que nos están esperando.

Soltar una pareja dharmática cuando ha llegado el momento es un gran acto de amor, y como compañeros del alma que han venido a eso, cuando se hace desde el amor, la pareja es capaz de encontrar nuevas formas de relacionarse desde el compañerismo que les une, eso sí cada cual con su propio camino.

Almas gemelas, llamas gemelas, complementos divinos:
Tanto relaciones karmáticas, como dharmáticas, son confundidas a menudo con el alma/llama gemela.

Para empezar, tenemos muchas relaciones kármicas y dhármicas, pero una única llama gemela por toda la eternidad, nuestro complemento, la otra polaridad de una misma esencia.

Podemos confundir una relación dharmática porque las llamas gemelas, sin duda, vienen a apoyarse, sólo que en ocasiones de manera menos dulce, ya que son auténticos catalizadores de todo lo que nos queda por sanar. Por ello la complicidad, el afecto, la amistad que surge en ambos tipos de relación puede llevar a la confusión.

Una diferencia fundamental es que cuando las llamas han pactado encontrarse en una encarnación no es para un tiempo, es para no separarse más.

Es una conexión tan sumamente potente e inevitable, tan diferente a todo lo vivido (tiene que ser así porque no tenemos nada más que una) que resulta muy complicado entender qué nos está pasando, tan intensa que hasta que se coloca en su sitio se dan ciclos de corredor/cazador.

Y en ese aprendizaje de relacionarnos de forma tan diferente, surgen episodios de dolor de ahí que personas que vivan relaciones karmáticas crean que están en una relación de llamas gemelas.

Nada más lejos de la realidad, las llamas gemelas no han venido a resolver asuntos pendientes, han venido a conocer el auténtico amor incondicional, a vivirlo en pareja y a anclarlo y esparcirlo por donde quiera que pasen.

Por Triskel

 
Valora los comentarios: Fábula de las tres rejas.


Muchas veces, ciertos comentarios, chismorreos y/o personas que no tienen buenos propósitos, inventan historias que pueden dañarnos y perturbar nuestra paz y tranquilidad. Damos valor a aquello que si lo pensamos y pasáramos por un filtro seguramente afirmaríamos que el que ha inventado ese chisme no tiene fundamento ni buena intención, por lo que lo dejaríamos pasar como algo que no hemos oídos; recordar el refrán: “A palabras necias, oídos sordos”. Un buen ejemplo de todo esto es la fábula que vamos a compartir con vosotros: la fábula de las tres rejas.
La fábula de las tres rejas


Un joven discípulo de un sabio filósofo fue a casa de este y le dijo:


Maestro, un amigo tuyo estuvo hablando mal a tus espaldas… El filósofo interrumpió al discípulo diciendo: ¡Espera!, Antes de nada, ¿Has pasado por las tres rejas eso que vas a contarme?


El discípulo con cara de póker, le preguntó: ¿Las tres rejas?


Entonces el maestro le contó la historia de las tres rejas y comenzó diciendo: La primera reja es la VERDAD, por lo que te pregunto: ¿Estás seguro de que lo que dices es totalmente cierto?


A esto, el discípulo contesto: Del todo seguro no… lo oí comentar a unos vecinos…


El maestro continuo diciendo: La segunda reja es la BONDAD, por lo que, ¿Esto que vas a contarme, es bueno para alguien?


El discípulo contestó: ¡No maestro!, han estado hablando muy malamente sobre usted, bueno no, es todo lo contrario.


El maestro continuo, bueno, pues vamos a ver si pasa por la tercera reja, la NECESIDAD, ¿es necesario hacerme saber eso que te tiene en ascuas?


Ante esta última pregunta el discípulo contesto: la verdad que no es necesario, no.


Al oír esta tercera respuesta, el sabio maestro le sonrió y le dijo al discípulo: Si no sabemos si es VERDAD, si no es BUENO y no es NECESARIO, por qué no lo dejamos pasar, es algo que realmente no tiene valor, ¿Por qué dárselo?


Cuánto hay que aprender de esta fábula, cuántas veces nos hemos llevado malos ratos pensado en que “fulanito” ha dicho esto de mí, sin tan siquiera pasarla por la primera reja de la VERDAD; y damos valor a aquello que realmente no lo tiene. Al final, llenamos de preocupaciones y emociones negativas innecesarias nuestra cabeza, sin tener en cuenta que esto nos absorbe energía. ¿lo ponemos en práctica?


“Nuestras imperfecciones nos ayudan a tener miedo. Tratar de resolverlas nos ayuda a tener valor”
– Vittorio Gassman



Por Triskel
 
El cuento sobre los androginos – La leyenda de las Almas Gemelas


Existe una leyenda sobre las Almas Gemelas en las que nos cuenta que, al principio de los tiempos, los hombres (seres) no eran como los conocemos actualmente. Para empezar, los sexos de los hombres (seres) eran tres: el femenino, el masculino y por último, el andrógino.


Otro aspecto diferente era que la figura de cada individuo era completamente esférica. Tenían cuatro brazos, cuatro piernas, una cabeza con dos rostros y, dos órganos sexuales. Cada individuo estaba formado por tanto, por la conjunción de dos de los individuos de los que viven hoy día en la tierra.


Cuenta la leyenda que lo masculino era en un principio descendiente del sol, lo femenino, descendiente de la tierra y lo que participaba de ambos, lo que se denomina andrógino, de la luna.


Estos primeros seres, eran tremendamente fuertes, vigorosos y muy arrogantes. Tanto, que en cierto momento intentaron invadir el Monte Olimpo, nada más y nada menos que el lugar donde moraban los dioses, con la idea de alcanzar la gloria divina de la que creían ser merecedores.


Zeus, al percatarse de este hecho y, tras haberlo hablado con el resto de los dioses del reino, les lanzó un rayo que dividió cada uno de aquellos seres en dos. Así, una vez que la naturaleza de estos seres se vio dividida en dos, cada parte echaba de menos a la otra.


Aquellos seres que pertenecían al s*x* masculino, echaban de menos y buscaban a su otra mitad, también del s*x* masculino. Aquellos seres que pertenecían al femenino, igualmente se echaban de menos mutuamente.


almas-gemelas.jpg
En el caso del s*x* andrógino, la parte correspondiente a la forma masculina echaba de menos a la parte femenina y viceversa. Esta división fue el origen de lo que actualmente conocemos como heterosexualidad y homosexualidad ambas igualmente válidas.


Pero no conformes solo con esto, los dioses borraron sus mentes para que así no pudiesen encontrar a su par.


Doloridos, mohínos y vacíos, los seres humanos (como los conocemos hoy día) perdieron la cabeza y enloquecidos, buscaron desesperadamente a su alma gemela.


Desde aquel día, los seres humanos están condenados a buscar y encontrar a su otra mitad, a su alma gemela (Platón)


Por Beatriz Delgado
 
El amor de tu vida no se busca, se ve y se siente





Querido amor de mi vida, hoy deje de buscarte, deje de esperarte, y te sugiero que hagas lo mismo.


No volveré a buscarte, ¿para qué? Ahora sé seguro que no te encontraré, a ti no, porque tú eres el amor de mi vida.


Voy a dejar de esperarte, porque al fin he comprendido que tú no vendrás a buscarme, tú no… porque tú eres el amor de mi vida.


Sé cómo te llamas, y no respondes al nombre de media naranja. Pasé largos años buscándote bajo esa descripción, pero ya no… ahora sé que ese no eras tú.


Tú, amor mío, eres un ser tan completo que jamás me pedirás que te complete, que jamás exigirás que mi amor llene vacíos que sólo tú puedes llenar.


Tan completo que tienes un amplio pasado, que veneras, que respetas, que no escondes ante mí, porque te ha hecho ser quien eres, y es por ello que serás capaz de venerar y respetar el mío, que no escondo porque me ha convertido en lo que hoy soy.


Tan perfecto que no aceptarás que nadie te cambie, que me reconocerás porque te quiero así, como eres, sin querer cambiarte, de la misma manera que tú no querrás cambiar nada de mí.


Tan exitoso y brillante que jamás te sentirás inseguro ante mi propio brillo porque ya has comprendido que cuanto más brillo yo, más brillas tú.


Tan fuerte y seguro que no necesitarás de mi debilidad, ni de mi sumisión para tener la certeza de que continuaré a tu lado.


Me amarás tanto como para comprender que tus vulnerabilidades y las mías son solo un espacio sagrado para el otro, en el que entraremos de puntillas, a sanar.


También conozco tu voz, esa que nunca se eleva cuando te diriges a mí, porque sabes que el respeto, las buenas maneras, la búsqueda del entendimiento, son imprescindibles cuando se habla de amor.


Tú mi amor, no controlas mi vestuario, porque estás tan seguro de ti, tan seguro de mí, que te produce hasta risa pensar que porque el mundo pueda contemplar mi belleza voy a alejarme de ti.


Mi teléfono, mi vida social, mi familia, mis decisiones, son el espacio donde me desarrollo para hacerme aún más yo, con más matices, con más vivencias, lo sabes y no intervienes, ¿cómo podrías hacerlo si estás ocupado en tu propio espacio personal?


¿Cómo podríamos admirarnos, aprender el uno del otro, sorprendernos cada día si no tuviéramos un espacio propio? ¿De qué llenaríamos el espacio común?


Tú, no me dices te quiero, porque no respondo a ningún tipo de proyección, tú me dices TE VEO, TE SIENTO, porque eres perfectamente consciente que la unión que existe entre nosotros es una cuestión de vibración, que cuando ME VES, estás viendo mi alma desde tu propia alma, estás contemplando que entre nosotros sólo cabe el amor, que cuando ME SIENTES estás sintiendo el eco de tu propia vibración.


Por todo ello amor mío, sé que no andas buscándome, sé que andas completándote a ti mismo, viviendo, disfrutando, haciéndote cada vez más tú.


Por todo ello mi amor, he dejado de esperarte, ando ocupada viviendo, disfrutando, haciéndome cada vez más yo.


Me veo, y te veo, nos siento….tanto como para saber qué es imposible que no nos encontremos, que es imposible confundirnos, que no importa cuál sea tu apariencia, lo lejos o lo cerca que te encuentres, que estés solo o acompañado…


Te siento y me siento, nos veo…tanto como para saber que no importa bajo qué disfraz otros se acerquen a mí, bajo qué necesidad viva otras relaciones, cuántos aprendizajes más me queden por realizar antes de estar lo suficientemente completos…


Porque cuando nos amemos y nos respetemos lo suficientemente a nosotros mismos, no existirá otra opción que hacer el camino de la mano.


¿NOS VES?

Por Triskel
 
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